Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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jueves, 21 de marzo de 2024

@enricodiazbernuy /Relatos insperados/ EL NACER AMBIVALENTE / Enrico Diaz Bernuy @antirelatos

El nacer

ambivalente

 Si pudiéramos vernos como nos verían los demás,

 nos desvaneceríamos en el acto

Cioran

 Transformada en una víctima, así se le ofrece una identificación, (identidad) y ella la acepta, en parte porque fue engañada pero más fuerte que el engaño…, es porque hubo de por medio un acto de “control”.  Entonces la señora Alejandra, en parte si es que esta no es la más importante, fue porque se entregaba así al abandono de la responsabilidad siendo esto una especie de pago como adoptar la identidad de víctima.

Reconocimientos exigidos frente a ella misma. Y una ausencia de moral juega un papel crucial en su decadencia. Frente al espejo y mirándose a los ojos se dijo así misma:  “si soy una víctima, entonces todos me deben algo” y no tengo que asumir ninguna responsabilidad. Por cierto, si había tanta coherencia en su pensamiento no entendí porque derramó una lágrima en aquellos instantes.

Entonces una de las cosas que me he preguntado. Aquí va algo que me dejó reflexionando es que en tal sentido, el sentido de la vida sería la cantidad de “significado” en lo que  consta la vida de cada uno, (que esto sea como la primera teoría).

Y si fuera el caso de las medidas en que podría  proporcionar a la cantidad de responsabilidad que decides asumir.  Sería extraño que sea así, por que la responsabilidad es una especie de peso y es difícil asumirla, pero cualquier emoción positiva que sientes , tu control de la ansiedad, tu control sobre el dolor, tu control para no romperle la cara a alguien, o tus medidas de resistencias dependen de la activación de estos sistemas que te permiten avanzar hacia una meta deseada.

Entonces cuando más completa y pesada sea la meta más satisfacción habrá en la observación que te estas moviendo hacia ella, ya sabes esto y es algo que ya has observado en tu propia vida cuando estas comprometido en algo en lo que crees.  El tiempo pasa adecuadamente fluye como si fuera un arroyo tan susurrante cuya melodía erosionara un mineral oscuro para transformarlo en una gruta donde adentro se haya un panal.

Esta grata sensación puede ocurrir cuando estás revisando un artículo relacionado de alguna forma con algo que quieres aprender.  Por que crees que esa información te vaya a ayudar, aunque sea difícil  en lenguaje, te involucras en ello, lo recuerdas mejor, lo procesas mejor y no es tan probable que te quedes dormido o busques distracciones, al fin y al cabo estamos hablando de un panal donde los insectos más hermosos usan alas, crean miel. 

En resumen, puede someterte en ello y sería muy interesante si eso fuera proporcional al grado de responsabilidad que estás dispuesto a asumir. 

Creo que se puede argumentar fuertemente a favor de eso. También he pensado a menudo lo siguiente: imagina que puedes ofrecer a las personas una elección , podrías decir  “tu vida no tiene sentido”, ¡por supuesto que los nihilistas sonreirían de oreja a oreja! 

Y claro con esa lógica coincide en que  no hay significado en tu vida. Por lo tanto, debido a eso no hay razón alguna para que aceptes ninguna responsabilidad así que puedes vivir una vida libre de responsabilidades sería el camino rápido, lo fácil, pero su condición de lo fútil es innegable.

Y en el medio de la futilidad te vistes como un mendigo  solo por pose. Todo el mundo sabe que ni siquiera  necesitas trabajar para vivir cómodamente, viajar e ir de fiestas. Esos perfiles normalmente ocurre con el respaldo financiero anónimo, secreto que no lo dicen a nadie, es un secreto a voces…

Pero la señora Alejandra era un caso extraño, ella no se vestía como mendigo.  A veces era inocultable el dispendioso gusto por los bolsos de mano que le gustaba lucir. También es cierto que estuvo largos años apasionada de su trabajo, resistiendo a su arbitrario jefe. Sin duda, ella tenía una vocación por el aprendizaje que la ataba de alguna manera a esa empresa. Un aprendizaje que aspiraba a alcanzar en convertirse en “maestra en costura”, y sí que lo logró.

En su mundo paralelo o mundo oculto  llevaba consigo  una retahíla  de búsquedas impulsivas por placer pero la contraparte es que no llega a ser “significativa”, la pena de todo es que ella no veía más allá de ese oscurantismo. Esta sería la primera apariencia del panal misterioso que se encontraba en la gruta que anteriormente mencioné.

O podrías decirle a alguien: ¡o podemos hacer lo contrario! —¿y lograr así hacer una vida significativa? Difícil no crees..., Entonces solo será tan significativa como la cantidad de responsabilidad que estés dispuesto a cargar y luego podrías preguntar, qué elegirían las personas que todos hacen ruido de querer tener una vida significativa.

Pero si el precio que pagas por eso, es la aceptación de responsabilidad… Entonces no es tan obvio que la gente elija el significado sobre las búsquedas sin sentido y atrás de todo  el dogma como ente manipulador.

Si eso pregunta que no tienen que preocuparse por nada de lo que hacen (por dogma) y eso es precisamente lo que se ofrece al abuelo, y es interesante donde su primo Abelardo y el gato son tipos de poca monta y el camino patológico que le ofrece al abuelo no es el peor de los caminos patológicos.

Lo que ocurrió es que en el momento más crítico de su salud emocional, estos dos sujetos aparecieron en la vida del abuelo. Y el peor de todos era el abuelo.

Supongamos que se trata de una sola palabra: “tentación” , y esa es la tentación de abandonar la responsabilidad y entregarse a la búsqueda impulsiva de placer a corto plazo, siempre es el corto plazo todo es a corto plazo.

Quizás lo que ocurre en estos tiempos sea significativamente el problema que practica el hedonismo excesivo, búsqueda desenfrenada de placer inmediato descuidando responsabilidades y significado (los temas significativos). A largo plazo, este enfoque puede llevar a la falta de propósito o relaciones superficiales con consecuencias perjudiciales para el bienestar, amistades pasajeras, interfaz de intentos cíclicos símil a la gran rueda del samsara.

El primer paso para escapar de este círculo vicioso es justamente que te encuentras atrapado en él y tu conciencia invade a todo como si tú mismo te impregnaras en cada cosa, y las cosas te atrapan…

 Tal es el caso de la hija del abuelo (Alejandra) un poco neurótica con proporciones elevadas de negatividad y tal vez un poco enfermiza con diversas dolencias menores, pero dolencias al fin y al cabo, siempre le dolía algo. 

Como padre, en este ejemplo edípico tienes que tomar decisiones constantemente sobre cómo tratar a esa niña , una decisión es bueno una decisión. Claro, para hacerle un bien por el día de hoy; —no tienes que ir a la escuela por que no te sientes bien, —está bien.

Pero si tomarías la misma decisión al día siguiente y al día siguiente.  Imagina que la niña evite responsabilidades como consecuencia de capitalizar sus problemas de salud,  eso no sería bueno para ella.

Imagina entonces que estas cosas no se las pude decir a Abelardo, por la misma razón que hay cosas que no se las puedes decir a un nihilista. Es un tema de conciencia, y la conciencia para que lo entiendan algunos; es como el paladar.  Tener un buen paladar en gastronomía es fundamental. O también puedes recordar,  (a modo de ejemplo), cuando tú eras niño y tu  mamá te decía: sé consiente con lo que estás haciendo con ese deporte. ¡El problema contigo es que no eres consiente! Bueno, quiero decirte que tu mamá usó adecuadamente esa palabra.

Entonces la regla con una niña así sería: —te voy a empujar hasta tu límite por que, cómo vas a descubrir con lo que puedes hacer y si no puede averiguar qué puedes hacer.  De lo contrario no podrá hacerse camino en el mundo en absoluto.

Pero Abelardo estaba tan feliz con su hija enfermiza que de alguna manera esas dolencias le daban cierta garantía a que la niña no crezca o no se haga fuerte. Y si no crece su hija jamás podría irse de la casa. Lo que pasa también es que Abelardo tenía un matrimonio terrible y abusivo. Una esposa  cuya naturaleza era ser tiránica, que se había encargado de espantar a todos sus amigos y especialmente a sus amigas.

Todas esas torceduras de su psique se manifestaran en alguna de esas decisiones.  Hablo de Abelardo porque la tolerancia en estos casos es el elemento más grave. Aquí, quien tolera es el más enfermo (Abelardo).

‹‹Durante la adolescencia, mi hija enfrentó varias enfermedades graves, lo que nos llevó a tomar decisiones difíciles. Dado que no había pautas claras, debíamos interpretar constantemente sus síntomas y determinar la mejor forma de actuar. A menudo, optábamos por no alarmarnos en exceso, ya que era crucial entender la verdadera gravedad de la situación. porque necesitábamos saber y ella necesitaba saber qué podía hacer a pesar de  esos problemas›› . —Dijo Abelardo—.

Sin embargo, una de las cosas que realmente intenté explicarle es que nunca debes usar tu enfoque a la enfermedad como una excusa para no hacer nada.   A  veces no te sientes bien, no lo sabes por que a veces cuando no te sientes bien puedes hacer más de lo que piensas y a veces puedes hacer menos de lo que piensas , no es algo obvio, pero a veces así ocurren las cosas. —Retrospectiva—

Esta pequeña tentación pasa por tu mente y piensas realmente no quiero hacer lo que siento hoy, y como no me siento muy bien así que no tengo hacerlo y si haces eso cien veces, no sabes cuan enfermo estas y estas en problemas reales. Porque no solo estas enfermo sino que también te has traicionado para usar eso como una excusa. Para no cumplir con tus responsabilidades y creo que si ambas cosas te sucedieran al mismo tiempo estas en un problema real.

Sin duda, cuestionar cada aspecto de su vida es  revelar como el acto más revolucionario en esos momentos de mi vida. Aspirando de alguna forma o a que mi conciencia alcance la libertad, atendiendo con esmero a los matices de mis preocupaciones.  Entonces un nuevo reino se vislumbraba sobre ese atardecer (el de mi vida)  Y así una  libertad germinaba en mí, justamente  cuando la duda se instalaba en mi vida.

Probablemente la libertad genuina no prospera sin la nutrición constante de la crítica. Surge un dilema significativo cuando uno comienza a cuestionar y acepta la falla inherente del sistema ético. Desde ese punto de inflexión, la soledad se instala gradualmente, al dirigirse hacia el propio ser y desvincularse de las distracciones que cautivan a la multitud  la estética es el punto de inflexión.

Pero eso no significaba que la soledad tiene un origen de vacío existencial. Para los materialistas medidas de ego o para los espiritualistas ausencia de meditación espiritual oración , rezos, mantras etc.

Sea lo que sea no sé en qué momento perdí a los que llamé como amigos y la soledad galopante rondaba en cada segundo en mi vida. Al principio quería adjudicarme gran talento para cosechar ex amigos, quizás por mi nutrido espíritu crítico o mi intolerancia a la doble moral.

Pero el innegable vacío existencial no dejaba paso a verme completamente descontrolado a mi ego. Sin embargo y aunque aparente revelar una contradicción  yo no creía creerme más que nadie, por lo contrario, siempre intenté servir a los que me solicitaban algo pero encontrarme con el abuelo en sus últimos años de vida no solo me permitió hacer una acto de autocrítica que tanto me faltaba, sino que era como la vida me decía algo más sobre las cosas infames que había hecho con mi vida. Por que en esta vida todo cuenta, incluso hasta en lo que fantaseas, por lo tanto estaba jodido.

Lleno de pensamientos fragmentarios y siempre deshonesto hacia los sentimientos que me unían con Alejandra porque entre ella y yo, recién habíamos cumplido tres años de matrimonio, tres años de falsedades, que por un lado tanto bien habían hecho a mi vena creativa.  Eso jamás podré negarlo.

Pero haber conocido al abuelo, o sea,  a su padre me habían hecho reconsiderar  muchas cosas, ver a ese hombre era como ver una parte de mi vida oculta. Entonces ese era el caso del abuelo, un sujeto que la vida le había declarado abiertamente en muchos aspectos el tema de la adversidad. Un sujeto que aprendió a poner humor hasta en los momentos más dolorosos, parecía un artista o era un artista. Y fue así que empecé a percibir un nacer ambivalente en donde comienza con esa mirada al pasado en que todos optan, cómo una mirada compasiva y profunda hacia una  infancia lejana, un infancia perdida y recordando al abuelo y su tenacidad sobre todo.

Desde ese momento muchas cosas me empezaron a impactar, el sol por ejemplo, su intensidad estaba cambiando. Que por cierto en uno de esos días el  sol se había puesto con la misma vivacidad que tienen los perros de los mendigos. Esa vivacidad llena de agonías y silencios en resumen, faltaba poco para que sea las cinco de la tarde y el sol con los mismos ardores dictaba el paso de un perro lanudo a punto de arremolinar su cuerpo para acabar con lo vivido y todos callaban en un esplín disforzado y a la vez con la resignación diaria… Las cosas inacabadas, lo proyectos truncos y la escasa financiación en las maquinaciones de las redes sociales hacía que todo gire en el mismo círculo, los mismos ex amigos, los mismos odiadores e incluso algunos con sus envidias.  Al fin y al cabo jamás  serás criticado por alguien que hace grandes cosas, siempre serás criticado por alguien que hace  menos cosas que tú. Ese fue un perfume que reconocí al instante: (a los hipócritas) Pero cómo me gustaba seguir el juego, quería saber hasta dónde llegaban pero lo que no tenía en el presupuesto era que una parte de mi era peor que ellos. Al menos hipócrita no fui.  

En un día de neblina y clima templado de esa costeña ciudad ocurrió algo extraño. Como dijo Ricardo Palma: “una mujer siempre esta detrás de todo”

Y sí, fue una señorita de lo que trata esta experiencia,  no recuerdo si me encontraba con  un espléndido humor pero ella al recibir esa energía inmediatamente correspondió lo suficiente que me dio pase a preguntarle mas cosas, luego ella me preguntó cosas tontas como; usted viene siempre aquí, es que recién es mi tercer día en este trabajo. Le dije que vivía a dos cuadras y fue algo que en su rostro reflejó cierto agrado o admiración.

La felicité por su ingreso en el trabajo, le desee toda la suerte del mundo y mi sonrisa llena de sinceridad finalizó esa palabras en las que a su vez mi imaginación hacía recorridos a escenas indebidas…

 Eso creo que es energía y así fue lo suficiente para que a la próxima vez cada uno,  nos saludáramos de frente llamándonos con el nombre. Hasta que un día ella me dijo, mañana saldré temprano aprovecharé en buscar unos productos. E inmediatamente me ofrecí por si quería que la acompañe. Sin dudarlo me dijo, gracias por su puesto.   Algo en mi interior se iluminó.

Conocer a esa belleza sin duda me alejaba de reconciliarme con el pasado, a pesar que sabía muchas cosas del padre de mi esposa Alejandra. Y ahora que estaba frente a esta señorita con cuerpo de gacela era el motivo en el cual podía hacerme olvidar de todo lo vivido y comenzar de nuevo. Tenía que ver las cosas positivas de lo que en esos cortos tres años había construido con mi esposa.

Quedó claro que  había perdido una voluntad que me dirigida hacia un proyecto de vida. Pero mi vida no es como escribir un libro. Un libro puedes corregir, arrancar páginas y tirarlas a la basura o volver a escribir la historia. Exponer argumentos por estética o para reflexión. En mi vida tenia que hacer las cosas de frente, con determinación. Pero a la gente le gusta que la palabreen y jamás saber la verdad. Quizás por que al escucharla saben perfectamente que no la van a entender o no les va a gustar.  

En la vida o mejor dicho en mi vida, arrancar una página o comenzar de nuevo “sería siempre volver atrás”. (Fracasas con una fracasaras con todas). Pues si no solucionas las cosas con una,  con la siguiente dudo mucho que las pueda solucionar. Pero esto no es un tema unilateral, ambas partes deben tener esa voluntad. Esas palabras las tenía dentro de mi corazón por un tema de ética o mística. En otras palabras, tenía que hacer mi último intento con mi esposa sin embargo no había descartado la auto invitación que hice a esa señorita con cuerpo de gacela blanca. Y así habiendo tomado ambas decisiones, había una parte de mí que no quería perder a Alejandra.

Pero tampoco que se convierta ella en la esposa del abuelo. Ante todo, este camino cuando nos vimos se volvió intransigente exigiéndome sobre unos temas que en este momento me hacen recordar que tampoco era un santo. Mi dedicación excesiva hacia mis cosas (mi ensimismamiento) había forjado un  distanciamiento cuya siembra fue como  de pequeños monstruos similares a los que se encuentran en aquel enigmático cuadro de “el jardín de las delicias”.

Ese cuadro sin duda para esta experiencia es ciertamente revelador. Como los pasos del recorrido visual reviven no solo la teoría de la creación del mundo sino, los estadios de la condición humana o la figuras clave de esta humanidad como es la idea de el paraíso pacífico de Adán y Eva hasta las condiciones apocalípticas de un mundo donde desde el suelo aparecen diminutas y horrendas criaturas frente a paisajes donde la lujuria está representada y la palidez de las personas se impera como si por dentro se hallaran sin vitalidad o sin nada por dentro.  

A pesar de estar en un mundo saturado de personajes animalescos todos en un completo vacío como la misma mirada agotada. Igual que mi mirada. Cuando le dije a Alejandra. Tenemos que viajar, y a pesar que sentí un cansancio corporal en el que desconocía su origen, ella antes de responderme se puso de pie y me dijo: 

Descansa en paz. 

Se dio media vuelta y se fue del cementerio.  Bajé la mirada y vi mi cuerpo translucido justo cuando una sombra de esas estatuas cripticas se cernia sobre mí,  señalando  mi propio transito hacia la muerte que a la vez era mi nuevo nacimiento.


domingo, 26 de noviembre de 2023

El cinco por ciento !!!

 

Mi perrito suspira profundamente y se recuesta cercano a mí. Continúo observando la cámara, esforzándome por ajustar las luces de mi pequeño escenario. Por lo menos, he abandonado la costumbre de apartar la mirada. Justo cuando finalizo, comienzo a dudar, pero aún así prosigo con el plan trazado, prefiriendo no reflexionar sobre el destino de esta pieza fílmica. Me entrego por completo, (como siempre). 

Mi perrito me observa con una expresión que parece querer comprenderme, percibo su esfuerzo. Luego, se acomoda y desacomoda, situándose cerca de mí como si intentara protegerme de algo. Me apetece un cigarro, me desahogo y me reconforta saber que todo está preparado. Ahora, se me antoja otra cosa: un buen café. Tengo la hoja bond con los temas concatenados, como si se tratara de una espiral con una biología oculta. 

Comienzo a hablar y, apenas doy el primer paso, las luces empiezan a modificar su intensidad, como si desearan distraerme. Es sumamente extraño, no es la primera vez que ocurre; he perdido la cuenta. Sin embargo, quienquiera que lo haga, sabe que no albergo rastro alguno de temor. Desconozco qué frustración pueda experimentar esa fuerza que incita a que sucedan esas cosas, ya sean sonidos extraños, cambios de luz, u otros fenómenos que se perciben en los episodios, y algunos que pasan desapercibidos. Quizás haya una razón para que se tomen la molestia de revisar mis programas y tal vez este sea al menos un motivo.

Yo no se si lo que acabo de decirles sea el mejor argumento para que vean mi programa, solo se trata de ser honesto, decir la verdad, y por su puesto que en un camino así,  (muy parecido a lo que hago con mis textos literarios) da por hecho que el 95% del público ya estan alejados,  o uno ya tomó distancia...






lunes, 9 de octubre de 2023

Esgrima luminosa


ESGRIMA LUMINOSA


 

La paz es santa y la guerra también.

Y la libertad de una lágrima une a cientos. 

La oscuridad. 

El enfado de la interrogante destruye las 

carreteras. 

Las torres de los encapuchados se elevan a humo 

oscuro. 

La oscuridad. 

La oscuridad   acecha  en un mar de espadas. 

Las estrellas del cielo se establecen en los cuarteles. 

La oscuridad.  

Y se desperdiga una sola promesa de acabar con todo.

Este caos hasta el último aliento. 

La oscuridad.  

A este inicio encarnizado de la prepotencia. 

La libertad de la fe y el fundamento de un dolor. 

La oscuridad.  

Obran así;  las libertades de venerar  la noche.  

La oscuridad. 

En una esgrima  santa y luminosa que recién dio su inicio. 

La oscuridad.  

La oscuridad se establece. 

En el ayer  todos eramos hermanos...


Enrico Diaz Bernuy

domingo, 8 de octubre de 2023

Muestra colectiva de arte en el Callao


Hoy fue la clausrura de la exposición de pintura PINCELADAS DE COLOR En el primer Puerto. Exposición Colectiva (arte contemporaneo) Octubre 2023.
52 Artistas plásticos !! Organizado por GERENCIA REGIONAL DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE del Gobierno Regional del Callao y el Artista Plástico Julio Yturry.

Yo no pude asistir a la inauguración por dificultades laborales y temas personales que al final lo que hacen es obstaculizar estar presente. Pero hoy para la clausura por fin logré asistir y recibimos la grata noticia que la muestra se volverá itinerante. Próxima exposición será en la Punta Callao. Muy agradecido con los organizadores en especial con el artista plástico y gestor cultural don Julio Yturry





lunes, 25 de septiembre de 2023

 Nunca ha existido unidad, unión, y es poco probable que la haya en el futuro. Me refiero a una unidad real, esa en la que uno esté preocupado por que el colega tenga que publicar su libro si o si. No me enorgullece admitir estas palabras. Históricamente, cuando ha habido intentos de unidad, los artistas de verdad se han unido; han surgido movimientos, boom, o tendencias destacadas. 

En nuestra querida nación, lamentablemente, la envidia crece de manera desmesurada, lo que dificulta aún más la posibilidad de unidad. Aquí, cada autor tiende a enfocarse en sus propios intereses, cada uno va a lo suyo y punto. Jamás consideran otros aspectos. 

Cada uno de nosotros forma parte de distintos círculos sociales o grupos, y quizás esa sea la raíz de nuestros problemas, me refiero a los problemas que un poeta o artista pueda tener para materializar su obra, o difundirla… Nadie acepta una crítica, pero ellos si derrochan habilidades para criticar y son muy efiientes en esa postura. Pero ni contando con  esa destreza les sirve para  mirarse a ellos mismos con esos mismos ojos.  Además tampoco puedo admitir la complacencia de aquel que alardea de haber publicado incontables obras literarias, en contraste con su par, quien a lo largo de tres décadas no ha dado a luz a una sola publicación. Ambos se presentan como amigos, mientras yo, desde mi posición distante, los contemplo con atención...Contemplo la foto que se toman, el abrazo que uno le da al otro, y se conmueve mi corazón… "Aquel que encuentra a un amigo, a encontrado a un hermano o a un padre". Todo lo demás son muestras exponenciales de sombras y despilfarro de tiempo.


Enrico Diaz Bernuy

lunes, 4 de septiembre de 2023

poesía

Latidos de lealtad ------- Relato breve de Enrico Diaz Bernuy

 

Latidos de leatad  

Relato breve

Así me demostró  que desde cierto punto de vista, nos lleva la delantera en la evolución debido a las necesidades básicas que requiere para sentirse “realizado”. 

Necesidades básicas que lo conducen no solamente a la sencillez, sino a entenderlo todo como el paso natural de la vida y la delantera que nos lleva con la conexión con la naturaleza.   Llevándonos así a un abrazo con lo esencial; saber qué día habrá luna llena, saber a qué hora de levantarse, enterarse minutos antes que ocurra un sismo, o minutos antes que vendrá alguien a casa, echarse en un día soleado como si  se revitalizara,  recargado así para que  cada día fuera un amanecer renacido.

Él no requiere de instrumentos de gps para llegar a lugares, acortar caminos, ubicar a su especie.  Es como si la red social que usara estuviera focalizada en una intuición perfeccionada a niveles más allá de los límites de los bits o los bytes que nosotros hemos erigido.

Él no requiere encontrar carnet o algún documento de identificación,  sin embargo, recibe información que no la da ningún documento de identidad o carnet de extranjería, pues de lo que te hablo es de su olfato.

Su olfato le da una lectura de todo lo mencionado, la edad de su congénere ,  la alimentación que lleva,  en qué condiciones duerme, que sexo es,  temperamento tiene, o que dosis de estrés atraviesa. Incluso  el estado de salud.  Luego de  tamaña lectura él y sus congéneres deciden aceptar o rechazar el vínculo de acuerdo a la clase social que pertenezca, o coincidencias de experiencias compartidas.

Tal veredicto tan solo con el olfato. Sentir la familiaridad o  sentirse amenazado, sea por incompatibilidad de vínculos o experiencias compartidas le servirá inmediatamente para tomar la decisión de conocer de cerca a ese ser  o simplemente,   tomar distancia.  Incluso así sean de la misma raza o  especie biológica. 

Sabe que en cuestión a identidad son de mundos opuestos o aunque estén alejados ambos viven cosas muy cercanas. Para cualquiera de las dos opciones entre ellos deciden si se aceptan o se rechazan. Finalmente, su brújula es una intuición perfeccionada. Lo interesante es que jamás comete errores. Su infalibilidad es un misterio para mí.

Por otro lado, de alguna forma me demuestra  un profundo sentido por la gratitud, un camino a la sencillez, y todos sabemos  a donde conduce la sencillez. Así que los disforzados o pedantes, tienen tanto que aprender de estos pequeños de cuatro patitas.


Y para darte un ejemplo; él recorre 3 o 6 cuadras conmigo y cuando regresamos  a casa siente que ha recorrido “el mundo entero”  (el universo en un guijarro). La gratitud en su máxima expresión. No te exagero su carita me lo dice, sus suspiros lleno de reflexiones que no logro entender o su forma de caminar cuando va de regreso a casa.  Él es uno cuando sale, y cuando regresa es otro, creo que más sabio...

La verdad que en cierto modo su expresión de gratitud es fehaciente.

Cada vez que puedo o me inspiro: le hablo de Dios. Puedo asegurarte que me pone muchísima atención, le digo insistentemente que jamás se sienta solo. Le digo eso porque cada vez que me ausento por motivos de trabajo, se angustia o se siente abandonado, algo así.

Cuando le hablo de Dios sus ojos brillan con una atención profunda, tal cual  entendiera la llama divina que arde en su interior, al lado de su alma. En este diálogo íntimo, encontramos un puente entre dos mundos, yo con mi lenguaje de las palabras y él con sus miradas o los cambios que hace con su respiración.

"Mi querido amigo", —así le digo.  Su condición es de   carecer del lastre de nuestras  ambiciones que no podemos controlar. Por dar más ejemplos, él no quiere ser famoso. Eso ya es un enigma.

 Y aunque  evite de todas las formas  hablar de mi especie, temo decir que él no solo es lector de sus congéneres sino también que su lectura va dirigida a  los humanos.

Puede detectar la dosis de nuestro estrés, decaimiento, desmoralización o ira. ¿Cómo lo sé? Lo demuestra con su comportamiento. Ahora él es un perro mayor, recuerdo cuando lo adopté ya era adulto y recientemente le ha dado por romper los confortables.  Ante este cambio en su comportamiento no veo muchas opciones.   

Indudablemente, antes de adquirir nuevos muebles optaré por la adquisición de mobiliario en forma de tablas, con el propósito de que, en ausencia de mi presencia, se evite que él rompa de nuevo los confortables. 

Cuando estoy  de mal humor,  me da por encerrarme en el cuarto donde están todos los libros, lo llamo mi bunker librero, a veces no lo dejo entrar. Luego salgo y siento su preocupación, se resiente conmigo luego me perdona.  Los machitos somos así, al final se nos pasa todo.

Lo conocí muy sociable con la gente, los niños, los perros. No es buscapleito, ni se siente aludido, ardido ni ofendido por todo. Por su puesto que con la carencia de ego que tiene..., su vivir marcha a otra frecuencia. 

Es glotón, curioso, pensativo y siempre, pero siempre  me escucha. 

 

 


lunes, 14 de agosto de 2023

un cuento inédito de Enrico Diaz Bernuy. Incluye ilustraciones del artista Kalilaskov As Media LTD

 


El lengua de Yeso

Puesto 26 era el lugar de su escritorio, su vehículo era una bicicleta cuya marca no recuerdo pero sí se me viene a la memoria que era un modelo de colección. Cada vez que Gabriel le entregaba más informes para que haga los respectivos  resúmenes mostraba un inusitado semblante de satisfacción, era algo extraño, no por esa respuesta, sino porque solía conversar con todo el mundo. Se suponía que debía tener una vida muy solitaria, su trabajo era solitario, vivía en una zona solitaria y la ubicación de su oficina estaba la más alejada de todos. Un herbazal de papelería los separaba... 

La función de todo el personal demanda muchísima concentración, pero él era un caso algo extraño. En aquellos primeros quince días de su asistencia al puesto laboral, aparentemente no había nada extraño, pero  Gabriel con su  experiencia sentía que algo guardaba entre manos. No solo se trataba de su excesiva tendencia en acercarse a los demás, sino sentí prontamente que había en él un misterio que en esos momentos no lo podía definir.

Luego apareció la negra, sí, aunque cueste de creer ese era su apellido. Su nombre completo era Valdemira La Negra Samaniego,  pinta de promiscua y con un lenguaje que reflejaba provenir de las zonas aledañas al centro de Lima. No usaba maquillaje por lo que entendí luego de ella que en cierta forma había un poco de más sinceridad en ese sentido,  que en cierta forma se puede tomar como un punto a su favor.  Pero a pesar de ello, con esas características poco probable que alguien la tome en serio, además tenía fama de rompecorazones, así que si deseas que te hagan mierda, podías buscarla. 

Ese es un tema bien interesante porque el estándar de la población era tener una autoestima por los suelos, así que imagino que “marido de turno” no le faltaría.

Por otro lado, trata en hacerle entender esa gran verdad, pero eso jamás ella lo creería simplemente porque las personas tienen a descubrir lo que buscan y sus ideas preestablecidas siempre se imponen y ella no buscaba saber sobre su apariencia u otredad.

Pero después, anda a ver como a solas se quejaba en que nadie la tomaba en serio. Tan contradictorio como la vida misma, así que ante este referente jamás le digas a alguien algo que jamás te pregunte, y esa clase de preguntas jamás ella te  las haría.

Además, Gabriel ya  había perdido el interés en tener más confianza con ella. Tampoco era bien para su  carrera, eran colegas y vínculos íntimos en el trabajo casi nunca favorecen a ninguna de las partes.

En resumen, ellos estaban a cargo de Gabriel, y tenían que sacar los contratos más jugosos para que así logre su  ascenso. Ya le había costado demasiado esfuerzo llegar a donde estaba. Las amanecidas, las investigaciones de mercado, los algoritmos, contratar por cuenta propia a un estadista para que supervise sus resultados hasta en la más mínima fracción o dividendo siempre era importante.

Gabriel (jefe de piso) si  quería destacarse debía de contratar a gente que le ayude, gente que sea más eficiente que él. Sin embargo, aquel trabajo él tenía que hacerlo solo, pero gracias a que tuvo el apoyo de su padre pudo solventar a esos profesionales, al final, los laureles se los llevó y bueno ya saben a dónde llegó, nada más y nada menos que a la subgerencia del departamento textil.

Un puesto bastante envidiado, pero con una carga de responsabilidades enormes.

Tenían que ser un buen equipo, pero ahora que escribo estas palabras veo que perdió el pragmatismo en aquel momento,  en involucrarse en sus vidas personales, en cómo ambos le robaron el corazón,  luego lo traicionaron y él siguió su mismo plan y se volvió peor que ellos.

Ahora no hago mejor cosa que  arrastrar los cuadros estadísticos sobre la pared de yeso, o contemplar  sobre sus portarretratos; márgenes en yeso que  quizás como sus  ideas que aspiraran a cierta búsqueda tan blanca como el yeso, pero cuya fragilidad es también la misma a la del yeso.

Seguramente el  área de Gabriel  en la empresa quebró por inmiscuirse en sus vidas y dejar que ellos entren en la suya.

El cliente de la empresa Marks,s insumos, no estaba satisfecho con la propuesta creativa y eso significó más desafíos y debido a la falta de conceso con mi equipo me hacía tomar decisiones arbitrarias, por lo cual, después generó ciertas tensiones especialmente con la negra, dado a que era ella era la más impulsiva.

A pesar que ella era la subalterna del equipo, la procacidad en su perspectiva y su empuje por imponer que la campaña debía de aprovechar el verano y no las fiestas de fin de año generó inmediatamente bastantes dudas. Sin su firma de la arquitecta y jefa de producción que era ella;  iría a tener bastantes dificultades con los gerentes del cuarto piso.

Cualquiera puede entender que los gerentes irían a observar esos detalles. Entonces eso sirvió para que el jefe del piso se acerque más a Adel, él era el de la bicicleta clásica, el creativo estrella, el hombre cuyo  nombre es de origen Libanés puesto que uno de los significados más importantes es sobre la equidad y justicia. 

Entonces esta era la hora de poner a prueba sus niveles de justicia en actuar “a  favor” del jefe de piso y que interceda en hacerla cambiar de idea a la negra. En cuanto a su fama de amiguero siempre era un tema cuestionable, porque el que es amigos de todos, casi siempre, es amigo de nadie. 

Así que por esa razón el jefe de piso no tenía la total de sus esperanzas puestas en Adel, pero, al menos, debía intentarlo. 

Por consiguiente, el jefe de piso no encontró   mejor manera de romper el hielo con Adel,  invitandolo  a tomar algo caliente, un buen café pasado, gota a gota,  con un chorro de ron y un poco de miel. En realidad, ya tenía experiencia en esa clase de invitaciones, la recursividad en  el campo de las relaciones públicas es indispensable en gerencia de piso. Y conocer esa clase de establecimientos para buenos proyectos  o negociaciones era determinante.

El propio jefe de piso se acercó a la oficina de Adel, y sin tanto preámbulo después de un lacónico saludo pero con perceptible respeto le propuso que quería invitarlo a un restobar para conversar unos temas de gerencia.  

Adel, inmediatamente  aceptó.

Pasaron las horas y la noche avanzaba lentamente mientras compartían historias,  risas. Adel demostró ser un conversador encantador y amigable, sus palabras fluyeron con facilidad mientras compartían anécdotas,  reían de las anécdotas que había tenido en su vida y que parecían interminables. Y en toda esta dinámica el jefe de piso aun no encontraba la manera de traer “el tema de la negra”, su  propósito era que él interceda con la negra por el motivo referente a la gestión de fin de año. 

Pues en medio de la charla lo ojos de Adel, que antes irradiaban calidez, comenzaron a oscurecerse, como si una sombra invisible se posara sobre él.  Además en el medio de esa oscuridad sus ojos se clavaron en los ojos del jefe de piso, proporcionado así un “hielo invisible” que lo cubría por completo incluso,   hasta los huesos. Subyacente así de relámpagos internos...

Su voz, que antes había sido suave y melódica, ahora era un murmullo siniestro que parecía provenir de lo más profundo de la oscuridad.

—¡Sabes...! "a veces las personas esconden secretos tan oscuros como el abismo".

El corazón del jefe de piso comenzó a latir desbocado, y un escalofrío recorrió su espina dorsal. Trató  de ignorar esa experiencia, pensar que se estaba imaginando esas palabras, pero la atmósfera había cambiado drásticamente, como si algo maligno se hubiera apoderado del lugar.

También pensó en esos momentos en que quizás estaba jugando una pequeña obra de teatro, pero era tan convincente todo… que los ojos del jefe de piso se desviaron hacia la ventana como si buscara ayuda.  Pudo ver los efectos del viento cómo creaba sobre la vegetación cierta cadencia macabra como si todo en esos momentos se vuelva en su contra.

Con voz entrecortada, le preguntó qué quería decir con eso.

Su sonrisa se ensanchó, revelando dientes que parecían haber perdido su brillo natural... "El lenguaje de los favores es antiguo, un idioma olvidado que surca en las sombras", —susurró—. —"Puede revelar secretos inimaginables y despertar horrores que yacen dormidos en lo más profundo de la mente humana".

—Cómo, no entiendo, cómo sabes que te quiero pedir, cómo sabes de algún favor, que vaya a solicitarte, yo, cómo? La tensión en la que se encontraba no permitía coordinar las palabras para hacerle la pregunta más simple.

—Hablas como un lengua de yeso!! Jajajajajaja —Respondió—

Fue ahí donde me puse a pensar que el hombre más sociable del mundo debía tener sin duda, cierta habilidad para burlarse de la gente. No es que sea dramático pero,  burlarte de tu propia especie…  no sabría especificar en qué nivel de la evolución te encuentras, pero en la cúspide,  no estas.


Su mente comenzó a nublarse. Las palabras de Adel parecían penetrar en su mente, como uñas afiladas. Intentó levantarse de la silla, aunque sus piernas parecían estar atrapadas en un sueño pesado y oscuro. Sus piernas estaban entumecidas como si alguna fuerza maligna le hubieran ordenado no moverse. También percibió que las demás mesas se movían solas, el local estaba completamente vacío y el aire se volvía cada vez más espeso, dificultando así, su respiración.

Las paredes parecían moverse…, Adel parecía una estatua de ojos aterrados en yeso. Sombras inquietantes danzaban en las esquinas, mientras murmullos ininteligibles llenaban el aire. Intentó gritar, pero su voz se perdió en el abismo del terror que le envolvía.
Y las últimas palabras que escuchó eran: ¡crees que la negra va a perdonar que la saques del proyecto de fin de año! En esos momentos Adel estaba ahorcando a Gabriel que se había puesto tan pálido, como el yeso. Y sus labios completamente endurecidos querían decir unas palabras… Mientras que su lengua quedó fuera como si anhelara absorber algo que lo reviva. Pero a los pocos segundos, terminado en la más triste albura por la asfixia,  que parecía “una lengua de yeso” que solo aspiraba una oportunidad que aspiraba únicamente en acaparar más laureles como si fueran lo más importante…, sin saber que,  a quien había contratado iría a ser su verdugo  mostrando su verdadero rostro  para ocasionarle sus  últimos momentos de su vida. Al día siguiente vino la policía y dijeron a la prensa: Damas, caballeros hoy nos encontramos ante un caso más de,  “el lengua de yeso”.



Enrico Diaz Bernuy





domingo, 30 de julio de 2023

Comentario literario a mi texto.

ROBERTO GONZÁLEZ SHORT

Director de Prensamerica Chile


Pichelingue de Bar (Los hombres viven su muerte y mueren su vida), un rotativo imaginario en movimiento, un desplome del Yo y mis recuerdos, antes de morir. En este nuevo trabajo de Enrico Díaz Bernuy, hoy me adentro en lo no escrito, en lo apenas insinuado de sus líneas.

Pichelingue de Bar es esa cita final con nuestra existencia, nuestro último brindis, nuestra Zarpe final. Ese brindis que Enrico nos propone hacer ya cuando todo está perdido, se trata de un relato corto de supervivencia y drama solipsista.

Pichelingue de Bar se destaca por tener un solo protagonista: El Narrador, aunque éste mencione a otros personajes, al final de cuentas se trata de un Final colmado de recuerdos, uno que recalca en su narrativa minimalista con efímeros diálogos de una Pandemia recién apenas en retirada.

Este asunto de que Los hombres viven su muerte y mueren su vida, se centra en cómo Diaz Bernuy nos conduce por los recovecos emocionales de un hombre solitario y sin nombre, quien es un experimentado navegante que se encuentra en medio del océano oscuro al fin de sus días, en un velero a manera de cantina o bar de poca monta.

Unas accidentadas relaciones humanas son las agitadas olas que arremeten contra este velero existencial que nos presenta Enrico, una tormenta de hipocresías y mentiras como moneda en curso para determinar a quiénes funan o a quienes aceptan en el Perdón Social de las censuras inmediatas.

Con cada copa el velero choca más fuerte y sigue a la deriva en el mar de fracasos y recuerdos tristes que llegan a la memoria, dañando gravemente el casco de la autoestima. A partir de ese momento, Nuestro Hombre se ve inmerso en una batalla angustiante por sobrevivir mientras intenta reparar su ya decrépito velero y encontrar una forma de llegar a tierra firme. A fin de no morir.

Pero este relato llamado Pichelingue de Bar no se limita a ese trance en la cantina, profundiza también en un mundo de putas, círculos de sobornados y desesperados, un retrato de poetisas y mujercillas, pseudo vacunas y las ricachonas del Rotary Club, es una despedida cruda. Sin aplausos ni perdones que dar o pedir. Es el Final.

A lo largo de cada publicación de Diaz Bernuy, exploramos temas de resistencia, determinación y el enfrentamiento de un ser humano contra la adversidad en su forma más pura. Enrico es, en definitiva y finales cuentas, el Amo de su propia historia, esa que se desarrolla en un entorno desafiante y aislado.

Siguiendo por esos callejones de la mente, seguimos los desafíos cada vez más difíciles que Nuestro Hombre enfrenta a medida que el agua y los suministros morales escasean, el tiempo empeora y su situación se vuelve cada vez más desesperada. Sin la posibilidad de pedir ayuda, Enrico enfrenta a su personaje a la soledad, la fatiga y los peligros del cierre de esta cantina de muerte, mientras busca cualquier posibilidad de salvación en cada línea que publica en Prensamérica.



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jueves, 20 de julio de 2023

Relato de Enrico Diaz Bernuy / Pichelingue de bar

  

Quien es autocomplaciente, no irradia luz.
Quien se jacta de sí mismo, carece de auténtico valor.
Quien se glorifica no durará mucho tiempo.

Tao Teh Ching de Lao Tse



PICHELINGUE  DE  BAR

(Los hombres viven su muerte y mueren su vida)

Por Enrico Diaz Bernuy




Frente a los misterios de cuando estas lejos, (el consumo aumenta, siempre). Arremeterte contra tus logros truncos, tus bohemias vaciadas sobre la pared sucia de tus diversiones.   Al fin y al cabo, muchas veces la libertad económica más juventud y sin contar con autoridades familiares te vuelve en un degenerado total. Ensamble a que eres muy sociable con aquellos alardes en las noches donde al día siguiente pierdes una lágrima… En el fondo te das cuenta que las cosas no van bien pero luego, lo olvidas…

El tiempo pasó y mientras que tomaba en un bar, nos pusimos a conversar. Luego se me ocurrió invitarte algo. Fui  generoso y tú empezaste desde el inicio con tu sinceridad. Solo por eso te respeté. Esa misma noche  conocimos a un sujeto que se disfrazaba de los indignados. Él era más acaudalado que cualquiera. Incluso más acaudalado que tú y yo juntos. El tipo era una alevosía…, de rutilante sonrisa y cigarrillos finísimos.


Sin duda era un “acaviarado del submundo” con sus  grandes viajes, derroches profanos que opacaban a cualquiera, únicamente en los márgenes de lo visual.  Tú y yo nos miramos para decidir si lo integrábamos al clan o lo lapidábamos.  Nuestra conversación nos había enviado de forma tácita a un pacto, la amistad, el club, la noche. Porque al fin y al cabo estábamos en el mismo camino y sentíamos que en esos momentos teníamos que ayudarnos. Sin embargo, frente a ese sujeto teníamos nuestras dudas. En realidad, es muy común mirar a todo el mundo con una desconfianza descomunal principalmente en esos lugares. Lo interesante es que, si todos sabemos que eso vamos a sentir, la pregunta cae de madura, ¿por qué todos terminamos en esos lugares?

Sabemos perfectamente que ahí jamás vas a conocer al amor de tu vida. Tendencia por la rebelión (poco probable), al menos esa apariencia tenía toda la historia, todo el discurso incendiario, explosivo, y muy crítico. Por su puesto que toda crítica era hacia los poderes. Jamás esa misma severidad se dirigía hacia nosotros mismos. Aquí éramos muy buenos criticando los poderes y sus abusos, pero jamás escuché a alguien tener la misma severidad con nuestra propia hipocresía, nuestra doble moral, la poca bondad en nuestros corazones. Donde a la hora de la hora lo primero en ponerse los tapa bocas éramos nosotros. Ahí rogando siempre por las pseudo vacunas.

O cuando andábamos siempre distanciados, muchos líderes y pocas cabezas, todos separados. Cada uno quería ser famosos con su club, ser la cabeza de su club, ser como una pequeña estrella del club. El punto  es que el tema de la autocrítica era cero, siempre.

Eso nos debilitaba y tú y yo sabíamos que jamás nos íbamos a unir. Estábamos ahí por nuestros egos y nuestros egos a la vez nos separaban. Pero eso nadie lo criticaba, éramos muy buenos  “en plan de crítica o plan burla”, pero jamás en autocritica.

Autodestrucción, decaimiento, o simple y vana soledad. Probablemente todas las alternativas mencionadas, es como un cóctel servido en vaso de plástico. Al final el sujeto nos presentó a tres poetizas como si hubieran salido de un cuadro  de Rubens.  Tan blandas por fuera y nacaradas. 

Ninguno de los dos podía negarse a una presencia así. Imprimían sobre sus sonrisas hondos delirios parecido a la canela y algún cítrico que anhelábamos descubrir, anhelábamos lamer de ellas… En el fondo de todo había insanas acciones entre nosotros, nada más que navegantes yugos, (esas mujeres nos habían cautivado).

El otro fin de semana nos volvimos a ver y no sé, cómo se me ocurrió hablarte de mi ex mujer… Y tú, lleno de la  inclemente semilla del infinito, me dijiste:  —“sé el alma que llevas y certidumbre solo hacia las alturas”—.  Luego con tus silencios me ayudaste a creer en mí. —Sé que esa no era tu intención, o tal vez si—. Nunca lo tuve claro. Nunca. 

Así nació el conjuro, nuestra nueva familiaridad donde la razón no posee fuego, sino cenizas. Y a un metro estaban las poetizas.  Ahí se inició cierta competencia entre tú y yo. Sin embargo, por una extraña razón y en el medio de todos estos malabares ahí empezamos a ser amigos.  Hay algo importante en esta historia; el fulano y sus poetizas estaban presentes. Ya éramos un grupo. Pero eso no era garantía de nada. 

A veces disfrutábamos contemplar “al nuevo del clan”. Lo mirábamos como se   comportaba usando a las personas como marionetas y lo peor aún, con hilos construidos por migajas todo para rendirle aplausos. Él era un creador de mendigos que recibían migajas en un plato sobre una banca de plástico.

Un sujeto a estar acostumbrado en hacer sentir mal a los demás, o a comprarlos. Adaptarte a esto no solamente te vuelve pobre, sino que vivir así es un constante abismo. En donde tú mismo cavas para honras fúnebres en vida.

Ondrar para quedar  en el círculo de los sobornados, los indignados… Cómo compraba a esa pobre gente, con putas, drogas o limosnas. Con total claridad un espectro ondular. Sin embargo, el clan trataba de este tipo de historias sobre las máscaras, los sueños en el arraigo de la condición humana, el ego sobre todo.  En cierta forma, un mandato biológico que nos toca enfrentar para vivir con estas miserias. Siendo así que el verdadero sueño era romper estos grilletes: La evolución, la libertad, y no estar al lado de un sujeto sujetado a su hedonismo como un manojo de banalidades.

Sin embargo, esta clase de cosas eran parte del clan, “el camino”.  Estas cosas eran como piedras en el camino. Luego entendimos que las piedras en la vida, eran el camino mismo. De esta forma, nuestra evolución es el camino y el camino, es una piedra. La piedra en mención, tenía superficies que arañan te hieren y luego te hace más fuerte. Parte de esta carga era convivir con alguien y su protuberante hedonismo. O como diría mi hermano: “tiene ego como mierda”. Al menos desmotivado no vivía el hombre, y sabía divertirse, —eso hay que reconocer—.

Pasó el  tiempo y empecé a sentir que todo tendría fecha de caducidad. Incluso mi atracción por la narizona o la piernona, en realidad cualesquiera de las dos eran atractivas. Ambos sabíamos que quien tenía ventaja en ese tema era nuestro nuevo amigo del gabán negro, al fin y al cabo él las trajo. Él tenía mas dinero que nosotros y para esa clase de mujeres solo tienes su atención con dinero, como a las putas o a las mujercillas.

A veces pensaba que ni siquiera él se siente atraído por ellas, solo las tomó como trofeos (ellas eran artistas).   Era una verdad tácita. La técnica era en no publicarla, pero todos sabíamos que ellas eran sus mujeres cuando él lo deseaba, cuando él las compraba o él las sobornaba. Así era todo, y eso sirvió para irle perdiendo el respeto poco  a poco, también le perdí la admiración. Y una vez, entre copas le dije: si tan galán de galán eres, solo te respetaré cuando me presentes a tu nueva mujer una acaudalada que viva en las casuarinas, esas millonarias que pertenecen al club Rotary.  

—Me respondió: Eres un suicida de hablarme así. Sin duda  confirmas, una vez más tu tendencia equilibrista como aquellos que disfrutan de la cuerda floja, abusar del equilibrio como tantos deportes que se basan en eso, aquellos que practicas, jajajaja. Te hago recordar que en estos momentos no estás haciendo tus piruetas. En estos momentos el inconsciente simbólico (mismo la decodificación) lo revelas de forma preponderante, así como pintar, como si en tu vida no hubiera habido “colores”.

—Le dije:  —Quizás tengas algo de razón, pero gracias a tu engreimiento ni en el peor de los momentos perderás tu tendencia a ser “prepotente” y siempre doblemente engreído. Además, no me acuses de suicida que por ahí vamos en la misma senda, y tú lo sabes.

Insistió: —Jajajaja y tú, tanto museos, bah , ¿Que hubo en el pasado que no pudiste reconstruir o sanar?

—Todo lo que quieras pero a mí nadie me soborna  ni humano, ni extraterrestre sobre este planeta. Yo no soy como tus amigos de escasa autoestima o tus mujercillas. 

Su mirada se llenó de dolor porque sabía que yo no estaba mintiendo. Inmediatamente se puso de pie y se fue de la mesa. Probablemente estaba conteniendose de levantarme la mano, se retiró lleno de dolor e ira que practicamente son lo mismo. Yo estaba listo para lo que sea, incluso para pagar las cervezas que habíamos tomado y él como siempre con su aprovechamiento me dejó con la cuenta pendiente, en fin. 

Nuestra nueva familiaridad estaba jurada, sabíamos demasiadas cosas uno del otro y cuando se fue cargando su mochila se acercó al mozo como para despedirse y volteo a mirarme, me señaló con el dedo. Estaba seguro que le decía que yo iría a pagar las cervezas. Ya no me extrañaba nada de él.

Me dispuse a prender otro cigarro, pero hasta las ganas de fumar había perdido. Empecé a sentirme insatisfecho (me estaba pareciendo a él), a pesar que le dije todas sus verdades, sentía que algo faltaba, no sabía que. Ya quería irme. Y cuando me fui pensaba en mi alma, el alma de sus mujercillas, el alma de mi amigo. Recordé lo que una “hechicera y erudita” me dijo una vez: él ha sido tu hermano en un vida pasada. Esa idea me hizo entender porque lo estimaba tanto. No lo merecía, pero yo lo estimaba. El problema es que él es un alma joven, señaló la erudita, aparentemente tiene pocas reencarnaciones. Eso me hizo deducir por que era como actuaba,  y comprenderlo,  porque todo lo vivido es tan perecedero como un sueño que todo comienza frente a uno mismo, mirandote frente a un espejo y contemplando los yoes de tus hechos.