Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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domingo, 10 de agosto de 2014

de Ewa Lipska

Cigarettes and Whiskey and Wild, Wild Women, Anne Sexton

Cigarrillos, Whisky y Mujeres Salvajes


Tal vez nací de rodillas,
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y aún así, cuando las cosas progresaron,
aprendí pronto sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el gas del enema.
Por dos o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde a nadie excepto a las muñecas, perfectas y terribles,
podía susurrar o dar reposo.

Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui–
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro el esfuerzo inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivando mis ojos?
¿No siento tan intenso el hambre
que moriría antes que mirarla
a la cara?

Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.


DELANTE DE LA TIENDA, un poema de Ewa Lipska

Les rogamos que dejen la muerte delante de la tienda.
Atada a su correa. Mejor con el bozal puesto.
Seguro que está vacunada contra la rabia.

Disculpen las molestias.

Ha llegado una nueva remesa de vida.
Los clientes se agolpan.

Y ella ladra de vez en cuando.
Te tira de la manga.
O se enamora de ti
mortalmente.

de Ewa Lipska

Cigarettes and Whiskey and Wild, Wild Women, Anne Sexton

Cigarrillos, Whisky y Mujeres Salvajes


Tal vez nací de rodillas,
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y aún así, cuando las cosas progresaron,
aprendí pronto sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el gas del enema.
Por dos o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde a nadie excepto a las muñecas, perfectas y terribles,
podía susurrar o dar reposo.

Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui–
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro el esfuerzo inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivando mis ojos?
¿No siento tan intenso el hambre
que moriría antes que mirarla
a la cara?

Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.


DELANTE DE LA TIENDA, un poema de Ewa Lipska

Les rogamos que dejen la muerte delante de la tienda.
Atada a su correa. Mejor con el bozal puesto.
Seguro que está vacunada contra la rabia.

Disculpen las molestias.

Ha llegado una nueva remesa de vida.
Los clientes se agolpan.

Y ella ladra de vez en cuando.
Te tira de la manga.
O se enamora de ti
mortalmente.