Intentos órficos para las letras y las bellas artes

Intentos órficos para las letras y las bellas artes

miércoles, 22 de abril de 2015

ENTREVISTADO POR EL CANAL 7 DE TV PERÚ


El 25 de Febrero del presente año inicié públicamente el fan page de GALERÍA PRIVADA DE ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO VERUM. En este momento cuento con 193 like pero es un buen inicio. Y por esas cosas del «destino» tuve la grata noticia que hoy iba a ser entrevistado por el periodista Manuel Igreda del canal siete. 

Parece que ya me había investigado y estaba enterado sobre las actividades que vengo realizando, entre ellas, el tema de la restauración de antiguedades, el coleccionismo y los juguetes, la literatura y por su puesto LA PINTURA.
No sé qué editaran, pero el grato momento de hablar detalladamente sobre mis cuadros, las técnicas que empleo y el estilo de vida que me conduce a vivir con cierto metodismo para lograr y materializar mis creaciones artísticas y literarias. Lo que me ha permitido financiar mi galería privada Arte moderno y contemporáneo. También mencioné a los artistas que integran en mi galería. Juan Milla, Katia Landauro y Rocío Hernando y un amigo pintor que radica en el extranjero Alejandro Caiazza. 
Hablé por todos, sobre sus carreras, y este sueño de dar a conocer nuestro arte con espacio propio llamado VERUM. 
«La próxima semana saldrá el reportaje»


UN POEMA DE MI AUTORIA ESCRITO, entre el 8 de Marzo y el 22 de Abril.

Si copias o lo posteas en algún lugar  no olvides en poner el nombre del autor.

Autor: Enrico Díaz  Bernuy


LO  CONTABLE DE UN MITO
Para armar y desarmar
Poesía  Puzle.

La  iluminación de  la noche da una locura en la que uno transforma más allá de esta piel.  Y el amor a la nada es un cemento de contacto para  mis poros…


El  águila   y su sombra lo dibujó todo y en el medio de esa acuarela

hay   soldados con aldeas y harapos que embanderan  en lo prohibido de mis convicciones.



Hay soldados en el oído derecho que tiembla en mi corazón.

Así concursa esa suerte de mi Destino con armamentos de mi infancia y las mismas letras de mi pasado solo me conducen a este eterno escribir aeromántico de Abismos en mí mismo.  Con un suspiro.


La poesía traduce el latido en  Una fina espina que recorre la espiral de la caracola. Todos los hombres llevamos esa caracola en el pecho… Pero cuando vives un divorcio la caracola es un calamar que no te deja y tu sangre ya no es tuya.

El laboratorio del orfebre trae polvos divinos  en el medio de ese dolor que te inflama y es calcinante como las perlas perfectas que se derriten entre las  lágrimas de las montañas.
La cúspide nácar forma el poema y cada latido del hombre queda en el polvo y el cemento de los días y fiel reflejo de la espiral de su vida.  Como la misma espina que domina la ruta de la espiral…


«Lavanda, era el sueño de mi infancia»… y la irrupción del todo trajo consigo un destino errante en el núcleo de mi vacío.
Hoy,   todo da,  y es el esfuerzo perpetuo del verso firme.

Como mis pasos imparable y disoluto que crea presentes del pasado en el umbral de un sueño donde mi mirada lo dice todo sobre el pasado de mi esfuerzo y el secreto de mi futuro.

Así permanezco con la careta frente a los monstruos… para librarme del todo solo.  Y solo con mi esfuerzo,

 y , mi fuerza  en el medio de mi soledad siembro mi ciencia,

y,  en el palpitar  del búho, 

y , la impaciencia  contenida en mi silencio aspiro así a   Alzarme. 

El silencio es el oro para el alma
y ahí yace un nacimiento donde las raíces nuevas surge un  templo virgen de un pensamiento solitario de un hombre que  cree en los hombres 
Yo trabajo el viaje al futuro en donde yergue mis esculturas en blanco y negro  de los grandes actos del adiós y eso sirve de fiesta para idolatrar a la musa imaginaria que aun no sueño.


domingo, 12 de abril de 2015

Exposición colectiva internacional de Pintura," Creando Juntos" 2015 en Miraflores, Lima.

En la entrada del local nos recibía un pequeño mural en blanco y negro hecho por el pintor Javier Perez (mural de estilo naif). El retrato de una imagen lésbica en la época colonial. Mostraba dos tapadas limeñas besándose los labios en medio de una plaza pública. Como si el pintor apelara a dar un discurso referido a la época mas conservadora de Lima en donde ocurrían otras historias...
Luego de eso daba inicio a la explosión pictórica de los siete artistas plásticos que exponían cada uno con dos cuadros. Gino Kiel, Acebedo, Javier Pérez, Enrico Diaz, Marco Retis, Jhon Kevin , Rocío Hernando y Ezequiel Rocha.
También estuvo presente la Embajadora de Polonia y el crítico de arte Jorge Bernuy, y la artista textil Barabara Kukier.
Las tendencias paisajistas y los motivos vanguardistas como mujeres con rostros amorfos, o las mujeres flotantes de Javier Perez que posee miradas soñadoras y una independencia por la anatomía humana convencional.
Su apuesta por las formas rígidas como si demostrara el temperamento de la mujer limeña.
Así decía la nota de la reseña por mis cuadros.
«La utilización subjetiva del color y la simplificación del dibujo empleado: representa el punto de vista del artista, por tal, «el fauvismo» puede estar presente en su obra. Enrico Diaz, ha utilizado la técnica: óleo sobre lienzo en donde incorpora pintura aerosol para representar veladuras y brillos, con tal fin de plasmar la ilustración de un sueño, como una escena fotográfica que constituye el resultado de su introspección y su "anhelo" que esboza sosiego y paz para el pintor».
Quedan invitados a visitar la muestra y anímense a comprar los cuadros que se encuentra en oferta. MERIDIANO LIMA. Calle Arica 336 Miraflores. Desde el 12 de Abril hasta el 3 de Mayo.
Linda Diáz BernuyGino Kiel Acevedo LozanoIraida BernuyRocio Hernando
— en Miraflores, Lima - Perú.





sábado, 11 de abril de 2015

¿Sabes quien es Martín Salazar?

TU NO SABES QUIEN ES MARTIN SALAZAR
En el arte y la literatura, muchas veces los elementos de análisis y juicio sobre la valorización que se le da al trabajo de alguien, es basado en el canon establecido por un puñado de intelectuales que redactan para ciertos diarios o revistas de etiqueta. Tema especial que se ha visto con el arte pictórico en lima. Ya no es un secreto que el arte indigenista es algo pasado y si hay un artista que se dedique a eso no tendrá la atención de la crítica por más bueno que sea el artista en lo que hace. Las tendencias de la crítica en el arte y la literatura peruana se da lo mismo.
Existe un culto por el modismo e incluso por la replana y con temas regionalistas estrictamente entre los narradores que eso ha sido motivo de atención para los críticos. Otro culto por la cultura sombie … y principalmente está de moda escribir para los que no leen… Salvo excepciones de algunos intrépidos que trabajan el género de la ciencia ficción o los motivos góticos como el maestro JORGE VALENZUELA, en el que anteriormente puse una formidable entrevista que encontré en la red.y la subí a mi blog literario cafeyescriturasconhumo.blogspot.com/
Sin embargo, el presente post quiero mencionar a un peruano que ha llamado mi atención y que muy pocos saben de él. Se llama Martin Salazar. Es el único peruano que su obra la escultura titulada EXILIO fue seleccionada para exhibirse en el museo más importante del mundo. « El museo de Louvre». Francia. "Hasta la fecha es el único peruano que su obra ha llegado a ese nivel" pero, en Lima la mayoría no saben de èl. Eso demuestra que las tendencias en crítica están totalmente parcializadas y sectorizadas a diversos factores del canon. Los críticos en Lima y los galeristas se ponen de acuerdo para establecer lo que se exhibe o lo que se «publica». Por ejemplo en Barcelona muy pocos conocen el nombre de Fernando de Szyszlo. O en Lima nadie conoce a Miquel Barcelò, un pintor español que sus obras están comparadas con la obras de Pablo Ruiz Picasso. O sea lo que se conoce en Lima se desconoce fuera eso quedó claro.
Martin Salazar con su escultura 'El Exilio' comparte la sala del Louvre con pinturas de Durero, grabados de Rembrandt y Delacroix además del trabajo de otros contemporáneos como él. Tal como el artista audiovisual estadounidense Bill Viola, el poeta Henri Michaux y el pintor Pierre Alechinsky.http://www.que.es/…/escultor-peruano-martin-salazar-posa-f1

viernes, 10 de abril de 2015

LITERATURA ACTUAL EN SUD AMÉRICA

Lo que se viene: los escritores van a vivir de los recitales, no de los libros

Entrevista a Gabriela Adamo, directora del Filba. Como en la música, las presentaciones y los encuentros con el público ganan lugar en la circulación de los textos.

Sorprendió cuando la nombraron directora de la Feria del Libro y también cuando, después de tres exitosas ediciones, abandonó el cargo en medio de algunas polémicas. Y aunque Gabriela Adamo (45) dejó un legado –varias de sus iniciativas se mantienen para la próxima edición de la Feria–, ya prefiere no hablar del pasado y esta semana debuta en el Filba Nacional, en Mar del Plata, como directora ejecutiva. Su formación académica en idiomas y su experiencia de gestión le dieron una visión global de la cultura en la Argentina de hoy.
-¿Este festival refleja su idea de la literatura?-Estoy muy contenta con el programa, que incluye una serie de debates de lo que se está discutiendo a primer nivel en congresos y academias en el mundo, como el cruce de tecnología con literatura o la videopoesía.
-¿Los lectores estamos buscando ocupar las vacantes de grandes figuras? ¿Las necesitamos para acercarnos a los libros?-La forma de promocionar la literatura, en el mejor sentido de la palabra promoción, de hacerla circular, está en pleno cambio. Y es muy radical. Esa figura totémica del gran escritor sentado en una mesa se verá cada vez menos, y habrá más autogestión de los autores a través de circuitos paralelos como las redes sociales, los lugares de encuentro, de lecturas, etcétera. Podemos pensar en una comparación con la música, en la cual los artistas no viven de los discos que venden sino de sus presentaciones en festivales y en recitales. Le decís esto a un autor y le agarra un ataque de pánico, comprensible. Si bien la estructura tradicional de las grandes editoriales va a funcionar por muchos años, existe un mundo lateral que busca otras formas y evidentemente ahí se están cocinando las cosas más interesantes.
-¿Ahí es dónde busca intervenir?-La idea es generar mucho ruido en torno al libro, un ruido festivo, atractivo, pensando en interlocutores jóvenes, chicos de 18 a 25 años que tienen una enorme cantidad de distracciones, de otras maneras de estar conectados con la cultura, todas válidas... Sin estar en contra de ninguna queremos que el libro esté ahí y sea una opción más.
-¿Y qué pasa con los procesos de legitimación?-Estos son procesos muy largos y vamos a seguir leyendo críticas en los suplementos culturales. Es una zona de experimentación y necesitamos guías, alguien que legitime y nos ayude a ir encontrando nuestro camino en medio de esta explosión de producción.
-¿Cuál debería ser el rol del Estado?-Sin dudas, tiene que tener un rol muy activo y el profesionalismo para decir "esto no es algo partidario, acá no bajamos línea de nuestros discursos sino estamos apoyando la producción, la circulación, la generación de lectores". La clave es el largo plazo. Cuando un programa está hecho para durar y se sostiene, las cuestiones de la coyuntura se empiezan a anular entre sí.
-¿Pasa eso en nuestro país?-Lamentablemente, estamos más acostumbrados a que sea una reacción del momento, en contra de alguien o para competir o mostrar a otro, y así vemos cómo las cosas surgen, crecen, duran dos años, y desaparecen. Eso genera mucha frustración. Pero sí quiero rescatar el Programa Sur de apoyo a las traducciones, creo que va a seguir pasen los gobiernos que pasen.
-¿Qué otras políticas culturales podrían adoptarse?-En la Argentina podría andar algo que funciona en los países nórdicos, el apoyo a la demanda. Cuando hay iniciativas en marcha, el Estado no debería inventar algo nuevo sino subsidiar eso que ya existe. Pero dar toda la libertad y comprometerse a largo plazo. Lo hace Conabip: apoyan a las bibliotecas para que elijan qué libros quieren comprar. Francia tiene un excelente programa de apoyo a las librerías: las que califican reciben un sellito de calidad y se les exime ciertos impuestos. Si mirás con cuidado, hay 20 mil opciones.
-Cuando organiza un festival, ¿cómo lidia con los escritores más bien reacios a lo institucional?]-El artista en general tiene un dilema con la institución: la necesita pero si se le acerca demasiado también pierde su individualidad. Pasa que la relación de los argentinos con las instituciones es complicada en general. Mi opinión es que para nada hay que saltearlas. Después está la cuestión con el artista, pero es el desafío que tenemos, hay ser muy flexible e ir moviéndose según el caso.
-En el caso de César Aira, cuya figura sigue creciendo, ¿aporta aunque casi no da entrevistas ni asiste a festivales?-Es un caso muy especial. Me consta que he intentado invitarlo a distintos lugares y en la Argentina trata de mantenerse lo más al margen de todas las apariciones públicas. Es una pena para sus fanáticos, pero son decisiones personales que hay que respetar. Quien lo quiera encontrar tendrá que buscar caminos alternativos. Los libros, desde ya, siempre son la mejor puerta de acceso a cualquier escritor.

viernes, 3 de abril de 2015

Enrico Dìaz Bernuy, también pintor.

Óleo sobre lienzo. Taller en san Isidro, Lima. Informes al teléfono móvil 993904284, también informes al mail enricoartemania@hotmail.com   Los precios son desde 800 soles ha 2000 soles.










domingo, 29 de marzo de 2015

ESCRITORES QUE MATARON


A ALGUIEN (EN LA VIDA REAL)


Burroughs
Hace muchos años que dejamos de creer que ese autor que escribía tan bellas palabras tuviera por fuerza que ser una buena persona. Ya sabemos que puedes escribir bien y pensar mal. Pero de ser malo a ser un asesino hay un trecho, que no muchos escritores han cruzado. Algunos sí.
El caso más famoso es el de Krystian Bala, aquel autor polaco que no contento con haber matado al amante de su esposa decidió escribir un libro dando todos los detalles sobre el plan perfecto para hacerlo. Ese mismo libro (llamado ‘Furia’ y que puedo imaginar tuvo un subidón de ventas tras saberse esto) fue el que dio las pistas para que la policía pudiera incriminarlo. Todo el asunto resulta de lo más novelesco, si no fuera porque la muerte del señor en cuestión fue un hecho real.
Pero no es el único autor asesino, los hay mucho más famosos. Y eso sin contar todos los que participaron en guerras. Hemingway se enorgullecía de haber asesinado a 122 alemanes, especialmente a uno de ellos, según detalló en una de sus cartas: “disparé tres veces, apuntando a su estómago. Cuando cayó, le disparé a la cabeza. El cerebro le salió por la boca o por la nariz, creo”. Pero se trata de un tema distinto.
William Burroughs mató a su mujer en extrañas circunstancias. Primero sostuvo que estaban jugando a ‘Guillermo Tell’ y a lo que trataba de disparar era a un vaso sobre su cabeza y no a ella, pero años después se retractó y dijo que el arma se había disparado por error. Se quedó en México un año y posteriormente se fugó a Estados Unidos.
También mató a su mujer Louis Althuser, el famoso filósofo marxista,estrangulándola con sus propias manos. En su caso, debido a una enfermedad mental que hizo que pasara los últimos años de su vida en un hospital psiquiátrico.
Por último, llama la atención el asesinato de “juventud” de Anne Perry, nacida como Juliet Hulme. Con 16 años mató a la madre de una amiga en un plan conjunto con la propia amiga. Al parecer los padres de ambas estaban preocupados porque su relación fuera algo más que de amistad y decidieron separarlas. El plan era matar a la madre de la amiga, que pareciese un accidente y fugarse juntas a otro país. Por supuesto no salió “bien” y tuvieron que cumplir condena (pero solo 5 años).
Y eso son los asesinatos resueltos, porque algunos escritores han sido sospechosos, con razones o sin ellas. Edgar Allan Poe, siguiendo los pasos de Bala,también publicó un cuento sobre un asesinato real, en su caso encontrando en la ficción al culpable del crimen en el que una chica fue violada, estrangulada y echada al agua con las manos atadas a la espalda. En la vida real el caso nunca se resolvió pero se sabe que Edgar Allan Poe fue la última persona junto a la que se vio a la víctima. También Arthur Conan Doyle ha sido acusado recientemente del asesinato de un amigo (y marido de su amante), pero la exhumación del cadáver no mostró rastros del supuesto envenenamiento, por lo que probablemente se trate de una falsa acusación.
después de esta sórdida lista, prometo que volveremos a hablar de las cosas bonitas de la literatura.

sábado, 28 de marzo de 2015

Cuento de Enrico Diaz.

Un saludo cordial a todos los lectores. En gratitud a ustedes les dejo a continuación un breve cuento de misterio. Si lo compartes o deseas publicarlo en algún espacio digital o físico, solo decirle que figure mi autorìa, nada mas solicito. Gracias.
En el distrito de San Isidro...
DOLOR EN EL VIENTRE
Cuando apareció el lago frente a la casa de Luis Chávez empezó a comprender la molestia de sus vecinos. Aunque él no era el causante de esa sustancia que se había empozado. Desde el principio sospechó que no se trataba de una simple agua estancada. Ante lo sucedido había percibido el carácter y la esencia de lo que en verdad representaba.
Luis víctima de él mismo por su falta de tiempo no pudo ocuparse en investigar lo ocurrido. Esto generó constantes hostigamientos por parte de las personas que vivían cerca de su casa. Es preciso decir que la aparición de ese lago fue acompañado de un dolor en el vientre que poco a poco se agravaba, con el terrible espanto de cargar un extraño cansancio que encarnaba algo perpetuo sobre él.
Tenía toda la apariencia de atravesar un giro en su vida, que con el paso del tiempo se daría cuenta de la única verdad que tendría que enfrentar.
Pero su excesiva carga laboral solo retrasaba que se ocupe de esa responsabilidad que por causas desconocidas se le había impuesto. Ello repercutió y agravó su relación con sus vecinos hasta merecer las amenazas. Porque si no se ocupaba de ese lago ellos vendrían a solucionarlo a su manera.
Fue tal la ira que volcaron sobre él que ya no pude definir si el problema era el extraño lago sobre el pavimento o era él. Sea uno o el otro había una evidente sensación de repulsión y deseo por victimizarlo. A pesar de esa carga no pasaron muchos días que tomó la decisión de investigar sobre la profundidad de ese extraño lago. Para ello se puso a buscar dentro de su casa algo que le pueda ser útil, hasta que halló una vara cuya medida aproximada era de tres metros de largo.
Cuando intentó penetrar el lago con la vara y no llegó al fondo le hizo sentir cierto estupor dado a que el suelo era plano y de asfalto.
— ¿Cómo puede ser posible?— Su pregunta sin respuesta no lo hizo decidir nada.
Nadie supo lo que había ocurrido. La aparición del lago significaba un agujero que estaba lleno de una extraña sustancia y sin que haya llovido desconcertó con mayor razón.
Luis empezó a experimentar un ligero escalofrío, puesto que si un hilo lo envolviera desde los pies hasta la cabeza. Con esa sensación delirante lo hizo vivir con cierta intensidad y no podía decir nada a nadie. Estaba solo como siempre. Para él estar solo equivalía a la necesidad truncada y en su condición juvenil prematuramente se había resignado a todo.
Sin embargo percibir que no había ningún transeúnte lo hizo intuir que la calle estaría por largo rato desértica.
Con la grandeza del silencio y su incomodidad que empezó a vivir se tornó en un estado de sosiego. Tanta quietud lo estaba liberando de muchas cosas e incluso hasta se había olvidado del dolor en el vientre y esos recorridos que generaron una nueva sensación que entreveía un íntimo e inexplicable latido familiar.
A pesar de eso nada lo hizo perder su objetivo. Él debía de solucionar la aparición del lago. De forma intempestiva una brisa muy fina tejió una armadura justo cuando estaba contemplándolo todo. La armadura engañosamente rodeaba el lago. Y en esos minutos donde la luna estaba en todo su esplendor pudo darse cuenta que el lago poseía el color más oscuro. En esos momentos cuando estuvo tan cerca, sus fosas nasales fueron penetradas por un olor nauseabundo que jamás había sentido. Esto solo lo condujo a una cosa:
Deducir que quizás dentro de esas profundidades haya algún animal muerto y esa descomposición genere todos los conflictos que estaban ocurriendo en su vida. Esta percepción ocurrió justo cuando estaba frente al lago.
Luis en esos momentos se encontraba con una mano en el asta y con la otra haciendo equilibrio en cuclillas. Mientras que el silencio continuaba… su mente buscaba alguna solución para quitar esa agua empozada.
De improviso empezó a ver a unas pequeñas siluetas humanas que se desplazaban en las profundidades del agua oscura. Fue tal su sorpresa que experimentó un frío en todo el cuerpo, un frío envolvente. Ese mismo frio tocó su alma y lo hizo dudar de muchas cosas.
Se le ocurrió buscar una cámara fotográfica para poder tener una muestra de lo que acababa de presenciar. Raudamente se dirigió a su dormitorio, por ahí se encontraba su cámara fotográfica para tener una prueba de lo ocurrido para tomarle una foto o filmar.
Cuando subió las escaleras que lo condujeron a aquel salón para hallar su cámara fotográfica empezó a tener un mal presentimiento. Como si algo lo iría a sentenciar pero no lo podía definir. A pesar de ello continuó con más fuerza sobre su objetivo en descubrir qué extraño secreto albergaba esas aguas.
Después de pensar tantas cosas finalmente llegó a donde se encontraba el misterioso lago. Acompañado de su cámara fotográfica se percató que la vara dejada cerca al lago ya no se encontraba.
Sus latidos retumbaban e inmerso en esa ansiedad esforzó su vista para saber si en el fondo del agua podía divisar algo de esa vara. Sus ojos se esforzaron, en poco tiempo se irritaron y se quedó sin encontrar algún rastro de aquel palo. De pronto, parpadeó por instinto buscando recuperarse de ese cansancio visual y de forma intempestiva apareció el paisaje que lo rodeaba proyectado en el lago. Reconoció al momento ese efecto prismático y soltó una sonrisa algo nerviosa. Aun así cogió su cámara fotográfica, enfocó el lago para descartar si salía la misma imagen. Confirmó que no veía nada, pero empecinado en lo que antes había visto volvió afinar su vista y empezaron en aparecer las mismas siluetas dentro del agua. Cuando vio a uno de esos diminutos sujetos dentro del agua encontró un gran parecido con uno de ellos, identificándose así quedó atónito. Conducido por el nerviosismo y desconcertado.
Las sombras de su propia mente lo gobernaba. El diminuto sujeto que se parecía a él lo empezó a seguir con la mirada. Lo vio que caminaba por una avenida que él también conocía. Era una avenida muy transitada ubicada en el centro de la ciudad, se encontraban todos los Bancos de la ciudad.
Gracias a esa imagen logró recordar que la semana pasada había ido al Banco y desde ahí no recordaba muchas cosas. Una vez más lo hizo víctima de una sensación escalofriante. Mientras que los primeros síntomas de una taquicardia se acentuaban. Con lentitud sus manos empezaron a sudar frío. Pocos minutos después ocurriría un asalto.
Confinado en esta angustia con el claro recuerdo de lo que en verdad había ocurrido… con la decepción encima presintió el devenir: se vio tendido en el suelo, acribillado, con varias balas en el vientre por los asaltantes. Desde ese momento su rostro empalideció. Se puso de pie con la mirada lúgubre y perdida en el más oscuro de los limbos. Expuesto en esa sensación difusa se sintió un poco mareado, ya sin el dolor en el vientre, se alejó con lentitud, empezó a contemplar el lago oscuro como lo que en verdad era:
Una ventana al mundo de los vivos. Entonces tomó conciencia de su nueva realidad… empezó a mirar el suelo, las paredes y a todo a su alrededor con un sentimiento condenatorio y retentivo.
Esa vorágine que era su vida, la existencia o los sueños lo había extraviado en el laberinto que se volvió su nueva residencia. Sobre todo lo ocurrido. A pesar de tantas cosas halló por fin su libertad cuando aceptó que él solo era una sombra en el mundo de los muertos.

Feliz cumpleaños peruano ilustre.

DIEZ HISTORIAS DE MARIO VARGAS LLOSA CONTADAS POR ÉL EN “EL PEZ EN EL AGUA”


SenioMarioVargasPost1

Con motivo de un onomástico más de Mario Vargas Llosa compartimos esta selección de historias que muestran algunos pasajes de la vida del Nobel de Literatura narrados en sus memorias.



Selección de textos Luis Rodríguez Pastor
A Alejandra Rodríguez

1. “TU PAPÁ NO ESTABA MUERTO”
Mi mamá me tomó del brazo y me sacó a la calle por la puerta de servicio de la prefectura. Fuimos caminando hacia el malecón Eguiguren. Eran los últimos días de 1946 o los primeros de 1947, pues ya habíamos dado los exámenes en el Salesiano, yo había terminado el quinto de primaria y ya estaba allí el verano de Piura, de luz blanca y asfixiante calor.
―Tú ya lo sabes, por supuesto ―dijo mi mamá, sin que le temblara la voz―. ¿No es cierto?
―¿Qué cosa?
―Que tu papá no estaba muerto. ¿No es cierto?
―Por supuesto. Por supuesto.
Pero no lo sabía, ni remotamente lo sospechaba, y fue como si el mundo se me paralizara de sorpresa [9].

MarioVargasPost2Luchito2. EL PADRE LEONCIO
No pude ir a recoger la libreta de notas, ese fin de año de 1948, por alguna razón. Fui al día siguiente. El colegio estaba sin alumnos. Me entregaron mi libreta en la dirección y ya partía cuando apareció el Hermano Leoncio, muy risueño. Me preguntó por mis notas y mis planes para las vacaciones. Pese a su fama de viejito cascarrabias, al Hermano Leoncio, que solía darnos un coscacho cuando nos portábamos mal, todos lo queríamos, por su figura pintoresca, su cara colorada, su rulo saltarín y su español afrancesado. Me comía a preguntas, sin darme un intervalo para despedirme, y de pronto me dijo que quería mostrarme algo y que viniera con él. Me llevó hasta el último piso del colegio, donde los Hermanos tenían sus habitaciones, un lugar al que los alumnos nunca subíamos. Abrió una puerta y era su dormitorio: una pequeña cámara con una cama, un ropero, una mesita de trabajo, y en las paredes estampas religiosas y fotos. Lo notaba muy excitado, hablando de prisa, sobre el pecado, el demonio o algo así, a la vez que escarbaba en su ropero. Comencé a sentirme incómodo. Por fin sacó un alto de revistas y me las alcanzó. La primera que abrí se llamaba Vea y estaba llena de mujeres desnudas. Sentí gran sorpresa, mezclada con vergüenza. No me atrevía a alzar la cabeza, ni a responder, pues, hablando siempre de manera atropellada, el Hermano Leoncio se me había acercado, me preguntaba si conocía esas revistas, si yo y mis amigos las comprábamos y las hojeábamos a solas. Y, de pronto, sentí su mano en mi bragueta. Trataba de abrírmela a la vez que, con torpeza, por encima del pantalón me frotaba el pene. Recuerdo su cara congestionada, su voz trémula, un hilito de baba en su boca. A él yo no le tenía miedo, como a mi papá. Empecé a gritar “¡Suélteme! ¡Suélteme!” con todas mis fuerzas y el Hermano, en un instante, pasó de colorado a lívido. Me abrió la puerta y murmuró algo como “pero por qué te asustas”. Salí corriendo hasta la calle [75-76].

3. EL JIRÓN HUATICA
Con un amigo leonciopradino, Víctor Flores, con quien solíamos, los sábados, luego de las maniobras, boxear un rato junto a la piscina, un día nos confesamos que ninguna de los dos nos habíamos acostado con una mujer. Y decidimos que el primer día de salida iríamos a Huatica. Así lo hicimos, un sábado de junio o julio de 1950.
El jirón Huatica, en el barrio popular de La Victoria, era la calle de las putas. Los cuartitos se alineaban, uno junto al otro, en ambas veredas, desde la avenida Grau hasta siete u ocho cuadras más abajo. Las putas ―polillas, se las llamaba―estaban en las ventanitas, mostrándose a la muchedumbre de presuntos clientes que desfilaban, mirándolas, deteniéndose a veces a discutir la tarifa. Una estricta jerarquía regulaba al jirón Huatica, según las cuadras. La más cara ―la de las francesas― era la cuarta; luego, hacia la tercera y la quinta, las tarifas declinaban hasta las putas viejas y miserables de la primera, ruinas humanas que se acostaban por dos o tres soles (las de la cuarta cobraban veinte). Recuerdo muy bien aquel sábado en que con Víctor fuimos, con nuestros veinte soles en el bolsillo, nerviosos y excitados, a vivir la gran experiencia. Fumando como chimeneas para parecer más viejos, subimos y bajamos varias veces la cuadra de las francesas, sin decidirnos a entrar. Por fin, nos dejamos convencer por una mujer muy habladora, de pelos pintados, que sacó medio cuerpo a la calle para llamarnos. Pasó primero Víctor. El cuarto era chiquito y había una cama, un lavador con agua, una bacinica y un foco envuelto en celofán rojo que daba una luz medio sangrienta. La mujer no se desnudó. Se levantó la falda, y viéndome tan confuso, se echó a reir y me preguntó si era la primera vez. Cuando le dije que sí, se puso muy contenta porque, me aseguró, desvirgar a un muchacho traía suerte. Hizo que me acercara y murmuró algo así como “Ahora tienes tanto miedo pero después cuánto te va a gustar”. Hablaba un español raro y cuando eso terminó, me dijo que era brasileña. Sintiéndonos unos hombres completos, fuimos luego con Víctor a tomar una cerveza [108].

4. DE PERIODISTA NOCTAMBULO A HIJO DE FAMILIA
Como el colegio estaba a pocos metros de la casa —me bastaba cruzar la plaza Merino [en Piura] para llegar a él—, me levantaba lo más tarde posible, me vestía a la carrera y salía disparado cuando ya estaban tocando el silbato para clases. Pero la tía Olga no me perdonaba el desayuno y me mandaba a la muchacha al San Miguel con una taza de leche y un pan con mantequilla. No sé cuántas veces tuve que pasar por la vergüenza de, apenas comenzada la primera lección de la mañana, ver entrar en el aula al jefe de inspectores, El Diablo, a llamarme: “¡Vargas Llosa Mario! ¡A la puerta, a tomar su desayuno!”. Después de mis tres meses de periodista noctámbulo y prostibulario en La Crónica, había retrocedido a hijo de familia.[187].
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5. CAJERO DE BANCO
De manera que estrené 1954 de empleado bancario, en la sucursal de La Victoria del Banco Popular. El primer día el administrador me preguntó si tenía experiencia. Le dije que ninguna. Silbó, intrigado. “¿O sea que entraste por vara?”. Así era. “Te fregaste —me anunció—. Porque lo que yo necesito es un recibidor. A ver cómo te bates”. Fue una experiencia difícil que se prolongaba fuera de las ocho horas que pasaba en la oficina, de lunes a viernes, y se me reproducía en pesadillas. Tenía que recibir dinero de la gente para sus libretas de ahorros o sus cuentas corrientes. Un gran número de clientes eran las putas del jirón Huatica, que estaban allí, a la vuelta de la sucursal, y que se impacientaban porque yo me demoraba en contar y dar recibo. Los billetes se me caían o se me enredaban en los dedos, y a veces, hecho un mar de confusión sin verificar cuánto me habían entregado. Muchas tardes, el balance no cuadraba y tenía que recontar el dinero en un estado de verdadera zozobra. Un día me faltaron cien soles, de modo que, con la cara por el suelo, fui donde el administrador y le dije que cubriera el hueco de mi sueldo. Pero él, con una simple ojeada en el balance, encontró el error y se rió de mi impericia. Era un hombre joven y amable, empeñado en que los compañeros me nombraran delegado a la federación bancaria, ya que era universitario. Pero me negué a ser delegado sindical, y no informé de ello a Cahuide, pues me habrían pedido que aceptara. Si asumía esa responsabilidad tendría que quedarme de empleado bancario y se me hacía cuesta arriba. Detestaba el trabajo, la rutina de los horarios y esperaba el sábado como en el internado leonciopradino [252-253].

MVLL_PostLucho46. LA PRIMERA LECTURA
Carlos Araníbar, a quien conté que escribía cuentos, me propuso un día que leyera uno de ellos en una peña cuyo animador era Jorge Puccinelli, profesor de Literatura y editor de una revista que, aunque salía tarde, mal y nunca, era de buena calidad y una de las tribunas con que contaban los jóvenes escritores: Letras Peruanas. Ilusionado con la perspectiva de pasar esa prueba, rebusqué entre mis papeles, elegí el cuento que me pareció mejor ―se llamaba “La Parda” y versaba sobre una borrosa mujer que recorría los cafés contando historias sobre su vida―, lo corregí y la noche elegida me presenté donde se reunía aquella vez la tertulia: El Patio, café de taurófilos, artistas y bohemios en la plazuela del Teatro Segura. La experiencia de esa primera lectura en público de un texto mío fue desastrosa. Había allí, en esa larga mesa del segundo piso de El Patio, por lo menos una docena de personas, entre las que recuerdo, además de Puccinelli y Araníbar, a Julio Macera, hermano de Pablo, Carlos Zavaleta, el poeta y crítico Alberto Escobar, Sebastián Salazar Bondy, y, tal vez, Abelardo Oquendo, quien sería, un par de años después, íntimo amigo. Algo acobardado, leí mi cuento. Un silencio ominoso siguió a la lectura. Ningún comentario, ningún signo de aprobación o de censura: solo un deprimente mutismo. Luego de la pausa interminable, las conversaciones renacieron, sobre otros temas, como si nada hubiera pasado. Mucho después, hablando de otra cosa, para subrayar un argumento a favor de una narrativa realista y nacional, Alberto Escobar se refirió desdeñosamente a lo que llamó “literatura abstracta” y señaló mi cuento, que había quedado allí, en medio de la mesa. Al terminar la tertulia y despedirnos, ya en la calle, Araníbar me desagravió con algunos comentario sobre mi maltratado relato. Pero yo, llegando a casa, lo hice trizas y me juró no volver a pasar por experiencia semejante [281-282].

7. EL PÁJARO-MITRA
Las reuniones en mi casa de Las Acacias se prolongaban los sábados hasta el amanecer y solían ser muy divertidas. Jugábamos a veces a un juego terrible y semihisterico: el de la risa. El que perdía, debía hacer reír a los demás mediante payasadas Yo tenía un recurso muy efectivo: imitando la marcha del pato revolvía los ojos y graznaba: “¡He aquí el pájaro-mitra, el pájaro-mitra, el pájaro-mitra!”. Los vanidosos, como [Luis] Loayza y [Pablo] Macera, sufrían lo indecible cuando tenían que hacer de bufones y la única gracia que se le ocurría a este última era fruncir la boca como un bebe y gruñir: Brrrr, Brrrr [393].

MarioVLL_post58. “EL DESAFÍO”
Algún día de setiembre u octubre de 1957, Luis Loayza me trajo la increíble nueva: un concurso de cuentos, organizado por una revista francesa, cuyo premio era un viaje de quince días a París.
La Revue Française, publicación de mucho lujo, dedicada al arte y dirigida por Monsieur Prouverelle, consagraba números monográficos a ciertos países del mundo. El certamen de cuentos, con ese codiciado premio, formaba parte de aquellas monografías. Semejante oportunidad me catapultó a mi máquina de escribir, como a toda literatura peruana viviente, y así nació “El desafío”, relato sobre un viejo que ve morir a su hijo en un duelo a cuchillo, en el cauce seco del río Piura, que figura en mi primer libro, Los jefes (1959). Envié el cuento al concurso, que debía fallar un jurado presidido por Jorge Basadre y en el que había críticos y escritores —Sebastián Salazar Bondy, Luis Jaime Cisneros, André Coyné y el propio directos de La Revue Française, entre ellos— y procuré pensar en otra cosa, para que la decepción no fuera tan grande si otro resultaba ganador. Algunas semanas después, una tarde en la que empezaba a preparar el boletín de las seis, Luis Loayza se apareció en la puerta de mi altillo de Radio Panamericana, eufórico: “¡Te vas a Francia!”. Estaba tan contento como si él hubiera ganado el premio [455].

9.UNA BIBLIOTECA COMIDA POR LAS POLILLAS
Comenzamos de inmediato los preparativos de viaje. Vendimos los muebles que teníamos, para llevarnos algo de dinero, y guardamos en cajas y cajones todos mis libros, echándoles bolitas de naftalina y deshaciendo en ellos paquetes de tabaco negro, pues nos habían asegurado que era un buen remedio contra las polillas. No lo fue. En 1974, cuando regresé a vivir al Perú, luego de dieciséis años —en los que solo volví por cortas temporadas, con una excepción, en 1972, de seis meses— y reabrí esas cajas y cajones que hasta entonces habían permanecido en casa de mis abuelos y de mis tíos, varios de ellos ofrecían un espectáculo pavoroso: una verde capa de moho cubría los libros, a través de la cual se divisaban, como en una coladera, los agujeritos por donde las polillas habían entrado a hacer estragos. Muchas de esas cajas eran ya solo polvo, mistura y alimañas y debieron ir a la basura. Menos del tercio de mi biblioteca sobrevivió a la inclemencia iletrada de Lima[469].

10. EL VIAJE QUE ORIGINÓ TRES NOVELAS
Cuando ya estaban muy avanzados los preparativos [para su viaje a Europa, en 1958], un día, en la Facultad de Letras, Rosita Corpancho me preguntó si no me tentaba un viaje a la Amazonía. Estaba por llegar al Perú un antropólogo mexicano, de origen español, Juan Comas, y con este motivo el Instituto Lingüístico de Verano y San Marcos habían organizado una expedición hacia la región del Alto Marañón, donde las tribus de aguarunas y huambisas, por las que aquél se interesaba. Acepté y gracias a ese corto viaje conocí la selva peruana, y vi paisajes y gente y oí historias que, más tarde, serían la materia prima de por lo menos tres de mis novelas: La casa verde, Pantaleón y las visitadoras y El hablador [471].

Nota: Todos los fragmentos son citas del libro de memorias de Mario Vargas Llosa, El pez en el agua. Al final de cada historia se señala entre corchetes la página en la que aparece cada cita. La edición utilizada ha sido la primera, publicada por Seix Barral en 1993.

Autor del articulo  Luis Rodríguez Pastor –