Intentos órficos para las letras y las bellas artes

Intentos órficos para las letras y las bellas artes

sábado, 4 de junio de 2016

Harold Bloom: "Los 'ismos' absurdos están destruyendo la literatura"


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HAROLD BLOOM
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Harold Bloom, el gigante de la crítica literaria estadounidense, acaba de publicar su 41º libro: 'The Daemon Knows: Literary Greatness and the American Sublime' [El genio sabe: grandeza literaria y la sublimidad norteamericana]. Bloom, que vive con su esposa en New Haven (Connecticut, Estados Unidos) sigue provocando con su brillante -aunque muy subjetiva- visión sobre la literatura. Sus obras 'La ansiedad de la influencia' y 'El canon occidental' se encuentran entre los libros más influyentes de crítica en el siglo XX. En esta entrevista, Bloom cuenta a Michael Skafidas su devoción por la enseñanza y su influencia como crítico, por qué no necesita Google y cuánto lamenta no haber conocido todavía a Sophia Loren.
Michael Skafidas: Ha escrito más de 40 libros y a menudo hablan de usted como superestrella del mundo académico. Hace poco, se leía en una reseña: "Bloom no es Whitman ni Melville... pero a veces parece tan grande como cualquiera de ellos, por lo fundamental y lo particular que es su presencia". ¿Pueden poetas y críticos ser profetas por igual?
Harold Bloom: No trato de competir con Whitman ni con Melville ni con ninguna de las figuras sobre las que escribo. Pese a mi edad, a principios de septiembre empezaré mi sexagésimo primer año de enseñanza a tiempo completo en la Universidad de Yale. Para mí, enseñar, leer y escribir son simplemente tres palabras para el mismo fenómeno. Principalmente, soy profesor y estoy orgulloso de ello porque es una de las cosas más respetables que se puede ser. Mi misión es enseñar a mis estudiantes o a mis lectores a apreciar a los buenos escritores de verdad en el sentido de evaluarlos; en el sentido de que ya has establecido tus criterios para las buenas obras del pasado consideradas literatura, desde Homero hasta la Biblia, pasando por Dante y Shakespeare y Milton y llegando hasta la actualidad, con Proust y Joyce. Cuando entiendes que tienes entre manos grandes obras de la literatura marcadas por el poder cognitivo, la belleza estética, la originalidad y, sobre todo, la más profunda trascendencia humana, las aprecias no sólo en el sentido de disfrutarlas y de comunicar tu alegría, sino de aprehenderlas, de profundizar tu entendimiento sobre ellas.
MS: Como profesor de Literatura Comparada, me resulta muy difícil transmitir el poder de la literatura a la mayoría de mis estudiantes preuniversitarios.
HB: Soy muy consciente de este reto. Debido a mi discapacidad física, ahora enseño a dos grupos de alumnos en el salón de mi propia casa. Un grupo se centra siempre en Shakespeare y en otro leemos poesía. Selecciono a mis estudiantes entre 60 o 70 candidatos y ellos son la crème de la crème; son estudiantes excelentes. Pero si fuera más joven, como tú, y tuviera que comunicar el poder de una buena lectura de literatura comparada a preuniversitarios, me costaría mucho. Vivimos en una era digital, es decir, en una era visual en la que los jóvenes crecen con pantallas de televisión y, sobre todo, con la pantalla del ordenador. Es muy, muy difícil para ellos aprender a leer correctamente. Siempre digo a mis propios estudiantes, como estoy seguro que tú dirás a los tuyos -hay que intentarlo y dar ejemplo-: quédate solo, en tu habitación o al aire libre con el buen tiempo, y ponte a leer en voz alta, escucha atentamente lo que estás oyendo y vuelve a leer. Ya sea Wallace Stevens o Hart Crane, Faulkner o Emerson, Whitman o Dickinson, Proust o Kafka o Beckett, o Tólstoi, o cualquiera de los grandes pensadores del pasado... Tienes que oírlos, tienes que vivirlos por dentro. Pero, en general, es bastante cierto lo que dices; nuestra carga como profesores en la actualidad, incluso para alguien tan mayor como yo, supera de algún modo nuestra capacidad de enseñanza. Se ha producido un gran cambio en el clima cultural, lo cual ha devaluado el complicado acto de la lectura profunda y solitaria. Admiro tu elocuencia al reconocer tu dilema como profesor. También me pasó a mí los primeros años, cuando tenía un mayor número de alumnos.
MS: Siempre ha sido defensor de la primacía de la estética: "En mi opinión, leer al servicio de cualquier ideología no es en absoluto leer", ha afirmado. ¿Sigue siendo posible en nuestra era posmoderna priorizar los valores estéticos de una obra por encima de las consideraciones de raza, clase y género?
HB: Desde mi punto de vista, todas estas ideologías han destruido el estudio literario en las escuelas superiores y en los institutos. Independientemente de si lo llamas feminismo -en realidad no es feminismo, no tiene nada que ver con la igualdad de derechos para las mujeres-, transgénero, etnicidad, marxismo o cualquiera de esas manifestaciones francesas, ya sea deconstrucción o un modo u otro de lingüística diferencial; independientemente de si lo llamas nuevo historicismo -lo que creo que ya está mal dicho-, porque ni es nuevo ni es historicismo, sino simplemente una disolución de Foucault, un hombre al que conocí y admiré personalmente, pero cuya influencia creo que ha sido perniciosa, justo como la de Derida, con quien también compartí una amistad hasta que al final la rompimos. Todos estos ismos son absurdos, obviamente; no tienen nada que ver con el estudio de la literatura ni con su originalidad. Como he dicho antes, la estética es individual y no una preocupación social.
MS: En su nuevo libro examina a 12 escritores icónicos, desde Walt Whitman hasta Hart Crane, cuya obra y espíritu personifican la sublimidad norteamericana. Su espíritu interno, o el "genio", como usted dice, se refiere a "las fuerzas creativas en un individuo, que son más profundas y más incisivas de lo que se podría considerar la mera conciencia... El genio [o demon] es el espírito creativo". Parece que The Daemon Knows es un retoño de El canon occidental, en el que hace 21 años hablaba de "el sorprendente misterio del genio creativo".
HB: Sí, es bastante cierto. Pero al final el genio no tiene nada de misterioso. La gran inspiración para mi estudio fue Los griegos y lo irracional, un libro que ha ejercido una profunda y permanente influencia en mi obra y que escribió un buen conocido mío que ya murió, E. R. Dodds. Hay un sentido particularmente norteamericano de lo demoníaco. Mi libro va de 12 escritores, no digo que sean los mejores escritores estadounidenses, aunque yo creo que sí lo son, pero no los presento como tal. Efectivamente, están entre los mejores. Y no creo que nadie nacido en el siglo XX haya igualado su contribución a la literatura estadounidense. Pienso que nuestras dos mayores figuras son Walt Whitman y Herman Melville, así que hago una mayor valoración de la poesía de Whitman y luego ofrezco una lectura más cercana de ese magnífico libro titulado Moby Dick, de Melville. Voy de ahí a Emerson y a Emily Dickinson, una de las poetas más grandes y probablemente la más original en el idioma, sin contar al propio William Shakespeare, y llegando hasta Crane, un poeta por el que siento especial pasión y que, por desgracia, se suicidó a los 32 y sigue siendo una extraordinaria figura de la poesía lírica.
MS: En su inmensamente ambicioso Canon occidental intentó agrupar las obras de la literatura occidental en una lista que algunos de sus compañeros tacharon de demasiado subjetiva e incompleta. Dos décadas más tarde, ¿diría que su libro ha tenido el impacto que esperaba? ¿Ha ayudado el Canon y ha influido en la gente a la hora de elegir sus lecturas para el poco tiempo que les queda?
HB: Debería dar una respuesta cualificada a esto. Como profesores de literatura, luchamos desde el mismo frente. Combatimos en la retaguardia, compañero. Perdimos la guerra. Y cuando pierdes la guerra, lo único que puedes hacer es reunir a los que quedan y establecer una postura en la que tú y yo y los pocos que hayan resistido luchemos, gente que cree en valores humanistas y, finalmente, en el efecto civilizador de la gran literatura. Si la lista ayuda a la gente, estoy conforme.
Pero como tú y yo sabemos, la lista es bastante contingente, y ahora me arrepiento de algunas omisiones. Tuve que trabajar muy rápido y al máximo. Hay algunos libros que no deberían estar ahí, pero lo que más me sorprendió fue darme cuenta de que no había incluido a [Guido] Cavalcanti, uno de los mayores poetas líricos italianos, absolutamente crucial para Dante. Pero no te dejan modificar estas cosas según las reglas modernas de edición y publicación. Sin embargo, dentro de los límites, creo que la lista ha hecho más bien que mal. Estos días la están atacando, lo veo de vez en cuando en The New York Times y en otras partes, porque no reconozco correctamente la etnicidad y todos esos sinsentidos.
MS: En su obra establece constantemente conexiones entre la sexualidad y la creatividad literaria. "Tres de cada cuatro poetas en Estados Unidos son gays o bisexuales", escribió. "Más de la mitad de los grandes poetas... Shakespeare escribe de forma bisexual porque escribe de forma universal". Parece que está de acuerdo con el sentido de la sexualidad de Whitman como antídoto para el olvido; una fuerza primaria que merece la pena perseguir y por la que merece la pena morir por su belleza y su verdad, que, en palabras de Dickinson "son una".
HB: Sí, es cierto. Quizá Walt Whitman no tuviera una experiencia abiertamente homoerótica, pero su poesía tiene, sin duda, una orientación profundamente homoerótica. Melville fue un ejemplo complejo. Él estaba casado y tenía hijos, pero hay indicios que señalan que de joven experimentó con ambos sexos y, de hecho, en el núcleo de ese magnífico libro, Moby Dick, hay un matrimonio claramente homosexual entre Ishmael y Queequeg. Emerson es completamente heterosexual y, a pesar de lo que los críticos feministas han dicho, todas las pruebas apuntan a que Emily Dickinson también lo era.
Luego llegas a Hawthorne; probablemente sea el hombre más felizmente casado en la historia de la literatura norteamericana, pero ahora sabemos que Henry James era un amante homoerótico extremadamente activo y con muchas parejas. Así es. ¿Por qué algunos se escandalizan con esto, de un modo u otro? La gente no escribe poemas diferentes porque su orientación sexual sea diferente, o porque sean de uno u otro sexo, o por su raza o su etnia. Lo escriben porque les sale de dentro. Pero la sexualidad es, sin duda, una fuerza impulsora tras el genio creativo. 

MS: Usted ha dicho: "A los 84, me quedo despierto por la noche, después del primer sueño, y murmuro para mí mismo a Crane, Whitman y Shakespeare, buscando el confort a través de la continuidad, ya que las grandes voces sostienen la oscuridad permanente que se acumula pero no cae". ¿Es la poesía su elixir para la longevidad?

HB: ¡Claro! La poesía es mi medicina. Con 85 años se suele dormir mal. Anoche, de hecho, no me podía volver a dormir por mis problemas de salud y me puse a recitar poesía. Desde que era pequeño, tengo buena memoria para recordar textos poéticos. Así que la pasada noche me puse no a recitar a Whitman directamente, sino la compleja y magnífica visión de Wallace Stevens sobre Whitman. Creo que me lo sé de memoria y, si no te importa, te lo demostraré ahora [Bloom recita de memoria el poema Té en el palacio de Hoon, en el que el narrador es el propio Whitman]. Así que, sí, la poesía es una cura.
MS: ¿Cómo se las arregla en el medio digital? ¿Alguna vez lee online? ¿Busca cosas en Google?
HB: ¡Oh, no, no, no! Leo. Y recuerdo. Me acuerdo de todo lo que leo. No necesito ir a Google. ¡Lo tengo todo en mi cerebro!
MS: A lo largo de su vida, ha entablado amistad con algunos de los mayores literatos de su época. Aun así, se dice que usted afirmó que, si hay alguien en el mundo a quien querría conocer, es a Sophia Loren. ¿Es cierto?
HB: Así es. Pero te tengo que contar una cosa. Después de decirlo en una entrevista, mi mujer y yo recibimos una llamada para invitarnos a cenar con Sophia Loren, a petición de esa misma gran mujer. El problema es que la cena era en Hollywood y yo no podía ir. Ya no puedo viajar por mi frágil salud. Pero sí, si pudiera conocer a alguien, aunque siempre echo de menos figuras tan queridas como Anthony Burgess y Jimmy Merrill y Elizabeth Bishop y muchas más, lo que más lamento es no haber cenado al final con la bella Sophia.

miércoles, 1 de junio de 2016

Un poeta peruano que ha cruzado las fronteras. Grover González Gallardo


Grover González Gallardo.  Nació en Cajamarca en 1971. Es ajedrecista y abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Ha publicado el poemario “Manantial en el espejo” en el 2013 por la editorial Pasacalle. 

Es miembro del Liceo Poético de Benidorm de España.  También pertenece al  grupo poético Rara Avis, en Lima, Perú . 

Ha realizado difusión cultural y poética a través de la Peña Poética El Rincón Guapo. En Mayo del 2016 fue editado su segundo libro “Sueño de las sombras” bajo el sello editorial Vicio Perpetuo. Una versión más reducida del “Sueño de las sombras” de solo 48 poemas resultó finalista de antología en la XVII Bienal de Poesía del premio COPE de PETROPERU en el 2015.

A continuación sus poemas.


BAJO LA OSCURIDAD DE LAS ESTRELLAS

Naufragar en el sueño que ya nos había soñado;
huir de la feracidad del rayo:
una huella es un peldaño hacia la oscuridad de las estrellas;
una vida es una pausa en el canto de nuestras moléculas:
tu mirada se extravía,
desaparece como lágrima
en las flamas que enardecen las tinieblas;
el mundo pervive como un recuerdo que jamás regresa:
te desnudas y la noche devora sus ojos
entre sombras que ven la luz por vez primera;
me despojo de palabras y malezas;
tu carne horada el cielo que persiste
cubierto de inexistentes gemas:
nuestra humedad fecunda parajes
que resguardan voces yertas:
sin embargo, no ha de morir la flor
si el abismo la engulle hasta hacerla tierra trémula;
no ha de cesar el fuego mientras su furor
cabalgue mis vértebras:
los cuerpos eclipsan las praderas,
se esfuman en medio de la tormenta,
renacen en el viento que dispersa montañas y nubes de piedra.



DESHIELO DEL FUEGO 

Hay tantas manos en mi cuerpo,
tres corazones, tal vez;
y acaso algunos prisioneros:
levanto las sábanas y hallo una multitud
que me aguarda desde el inicio del tiempo:
¿Cómo elegir la senda, el faro del conocimiento?

De pronto, alguien canta mientras
me zambullo en el sueño;
alguien suspira en esta noche poblada
de cometas y truenos:
me acuesto en el lecho,
al fin habré olvidado mis miedos:
seré una sombra, chispa
o muchedumbre de insectos:
la noche gira sin embargo;
sigue girando al calor de mi sexo:
estoy solo una vez más,
entre corazones y puñados de fuego;
con mis numerosas extremidades y solo,
a la deriva, prisionero,
he de conciliar el sueño
al ingresar a la oscuridad de mis huesos.



MANIFIESTO 

                                                                                                             Para Diego Lino Arditto

Estoy cansado de escribir versos,
de estremecer la nada:
cielos absurdos, miradas tan insípidas
como ciudades dentro de ciudades
o enfermedades blandas:
sé bien que la mujer que amo
no ha de esperarme entre nubes o algas;
que los días que me restan no se multiplican
como hondas de choque sobre las aguas:
la sombra de la tierra ya rodea mi aura:
si el camino ensancha sus colores
para albergar mis pasos,
la noche apagará los fuegos
que nos avivan los sueños y el alma:
no más juegos o palabras;
no más especulaciones vanas:
prefiero el silencio al verbo y la hojarasca:
el río saciará la sed, el tiempo dispersará el mañana.





DELIRIO CROMÁTICO

Duermo.
Te asomas entre lánguidos relámpagos.
Caes de la flor que cercena el viento
al despojarme del corazón y de tus labios:
vértigo que devora la desnudez
de tu ser aún inacabado.

Soy un tigre sin embargo;
flecha herida,
brizna de sol que pigmenta páginas y prados.

Te yergues y tu aparición disipa las luces, las nubes,
la penumbra que ocultaba una fiera hecha pedazos.
Pero habrás de irte cuando las lágrimas de la Luna
se conviertan en pájaros;
y seguiré siendo ese tigre que despierta,
contempla el ocaso
como cuando lame tu rostro flameando
en el verdor de un lago;
que se enceguece al vislumbrar
los senderos y los sueños más oscuros de los astros.


martes, 24 de mayo de 2016

Antologado en España

Entre los mejores regalos de cumpleaños esta la noticia de saber que has sido seleccionado para formar parte de una antología de literatura erótica y nada menos desde el lejano país de España. Grata noticia 

Yo lo llamaba don Oswaldo.



Oswaldo Reynoso (Arequipa, 10 de abril de 1931 - Lima, 24 de mayo de 20161 ) fue un escritor y profesor peruano que cultivó la poesía y la narrativa.

Valoración

Reynoso desarrolló inicialmente una literatura enfocada en el tema urbano limeño, que empieza con su libro de relatos Los inocentes (rebautizado en su segunda edición como Lima en Rock). Lo escribió en Chosica, en cinco meses, entre junio y octubre de 1960. Luego publicó su primera novela, En octubre no hay milagros(1965).
Su primigenia obra narrativa se ambienta en los sectores juveniles, en donde se conjugan los problemas de la adolescencia con el desajuste económico y la crisis psicológica con la desadaptación social. Los protagonistas son adolescentes agrupados en colleras o patotas (pandillas). Es de resaltar la riqueza de matices de la personalidad de sus protagonistas y la prosa de aliento poético. Sin embargo, algunos críticos le reprocharon el uso excesivo de la jerga y la incesante alusión a los temas sexuales, que lo hacían caer en lo pornográfico, lo que, según ellos, desmerecía su creación arrumándola al nivel de la sub-literatura. Sin embargo, para César Toro Montalvo, lo que ocurrió en realidad fue que la audacia de Reynoso no estaba preparada para el público de entonces. Al respecto, el mismo Reynoso dijo lo siguiente: «Yo no soy un moralista. Los moralistas pretenden el mejoramiento individual del hombre, quiero que la sociedad entera se salve. Pues bien, yo he deseado una sociedad en la que no existe el amor y en la que la sexualidad es una forma de evasión, una forma de olvido de sí mismo».

Obras:

  • Luzbel (1955), poesía
  • Los inocentes o Lima en Rock (1961 y varias ediciones sucesivas), cuentos.
  • En octubre no hay milagros (1965, 1994), novela.
  • El escarabajo y el hombre (1970), relato breve.
  • En busca de Aladino (1993)
  • Los eunucos inmortales (1995), novela
  • El goce de la piel (2005)
  • Las tres estaciones (2006)
  • Contigo por el camino, pero sin ti (2010)
  • En busca de la sonrisa encontrada (2012)
  • Arequipa lámpara incandescente (2014)


Lo llamé varias veces a su teléfono, y pudimos conversar algo o mejor dicho él me cuestionaba sobre mi inquietud literaria y me ponía a prueba si en verdad era lo que quería en mi vida. Yo recién había publicado mi primera novela y él con toda la gentileza del mundo me dedicó algo de tiempo para hablarme sobre lo que vive un escritor en nuestro amado país. Debo reconocer que desee mucho ser su amigo y a pesar de que pudo recibirme un día en su mismo departamento, la amistad no floreció. Pero el respeto hacia él era algo que no podía negar. Recuerdo cuando fui a verlo solo había leído un libro de él, así que tuve que leerme dos novelas suyas en una semana. Creí que me podía preguntar algo sobre su trabajo.  Recuerdo el saco que me puse y los zapatos que me demoré en lustrar  para irlo a ver.  Sentí que ese señor al quererme atender era una buena señal. Todo comenzó desde el Facebook le escribí tantas veces y me salía: “visto” y jamás respondía. Pero algo me llamaba a seguir insistiendo en conversar con él. Hasta que un día preso de mí indignación y tristeza le escribí diciéndole que era última vez que lo molestaba y que su indiferencia pone una prueba más de mi convicción. Y otras palabras que no recuerdo, el resultado fue que ahí si me respondió el mensaje.

Me hubiera gustado decir que era mi amigo, pero la diferencia de edades probablemente no favoreció, ni tampoco los estilos de vida, o no lo sé… Luego lo seguí leyendo y cuanto más lo leía vi que mi camino literario iba por otro camino. Sin embargo, el respeto ascendía al igual que mi convicción literaria. Hoy don Oswaldo ya no se encuentra con nosotros pero su trabajo literario que fue parte intrínseca de su vida quedará para siempre en el corazón de los lectores y los escritores que  siempre lo veremos con respeto.

domingo, 22 de mayo de 2016


David Bohm fue uno de los primeros físicos en apuntar hacia una realidad holográfica, en la que el todo está en la parte y la parte en el todo, y hacia la comprensión de que existía un orden implicado en toda manifestación, una serie de parámetros intrínsecos que hacen que todo fluya en perfecto funcionamiento a cualquier resolución de la escala. 

LA ESTRUCTURA DE UN CUENTO por el mismo autor. Enrico Diaz Bernuy

sábado, 21 de mayo de 2016

UN POEMA PUZLE


UN POEMA PUZLE PERO MOSTRADO EN SU LECTURA LINEAL, si quieres saber las 4 formas de leer este poema no dudes en solicitar comprar el Libro




El crepúsculo siempre deja el trazo en el barro
para dar alas a una voz que llevamos
o dar brazos  y garra a un corazón  y de un socavón surge como ramas hacia otro esfuerzo
cuya intensión destila y sumerge en cada uno  un mensaje Distinto.
El crepúsculo obra sin medida a cada uno
sobre el pesado paso de los días o en el paso de las noches son eternos como una partida sexual o una escultura callada que aplasta en un desproporcionado azul oscuro de la noche y su deseo por recordarlo Todo.
***
La soledad está presente,  su mimo embriaga nuestros fondos o nuestras riquezas.  La  soledad hace  extrañar a alguien que uno no conoce en una voz imaginada que por fin refugia un sentido que estalla y crea un reino dentro de uno e invisible para el otro o la otra.
Y el todo se parece a una escultura  que está encallada como un gemido eterno,  el “todo” se vuelve una palabra común como una  atmósfera  que posee una voz de un esfuerzo contenido como caballos a toda máquina.
***
Hay afuera un beso de odio todavía   y ahí adentro un amor incompleto por su vanidad…
El dios lo mira todo y el todo tiene la esencia de nuestra sangre y el polvo de los subsuelos   nutren los colmillos de los troncos en la garra madura o la


mulata de Hierro que se dibuja así misma  en los cielos  que concede
y devela lo infinito, batiente en ardor, siniestro a lo silvestre
o los cementerios de las sonrisas  en unas islas (o isla) parecidas a las burlas.  O la niña solitaria que se toma fotos buscando a alguien en si misma…

***
A la distancia  dulces coronas  que vibran en el vano silbido: teje desmedida la urdiembre áulica del horror
sobre el cielo cenizo se derrama
la misma esperanza sumisa que  arremete
y surca rutas que nos unen y fuerzan como un ruido que lo aplasta todo así crece un desierto versátil
y nuestra sed nos une a todo, nos aplasta jaspeada
con gestos de quien humilla a lo humano  en el medio de este cielo.

***

El pintor pinta las gravillas doradas en las miradas de los amantes
Todo lo eterno se hace con esa misma fuerza
y los besos no amados de tanta esperanza perdida y a ello: cuando me acordé de ella…, pensé en dos gatos,
uno blanco y el otro no tenía color.
La sombra de uno tenía dos cabezas como dos mentes
y la sombra del otro solo tenía garras
Pero la vida tiene tantos finales
invisibles como los engranajes de las horas
de un solo juego que nace y renace
en lo oscuro de un motor
o una rueda inmensa
cuyo único latido(s) sádico es una gramática en clave
como una mirada fría
de herrumbre en invierno
de una historia con final
a tantos nombres de esfuerzo.


viernes, 20 de mayo de 2016

Mi poema (aun sin terminar)

El enigma era su arte i el movimiento de su grandeza —lo dicho, fue cúspide, su arte fue ser ave cantor, sutil, que lo destrozaba todo —pero— a los corazones los idolatraba… también a la sangre que emergía en cada pedazo de roca Toda esa       Acústica para: a la epifanía que tanto se esperó. E silbido de las flautas fue la señal de las máquinas habladoras. Su arte en su sentido era la falsedad. Como el beso de la amiga que no es tu amiga o el pulgar que enrumba rumor de un vacío de la —Pintura— de un gris y ese tono como los silbidos solo sirven como los colores para crear fantasías. Su arte aspira infierno del verbo i verbo con el significado luciferino «todo conjuga», como la sonata a una amada amante que se descarna mirando a los cielos mientras que el estigma de su enigma teñía sus más oscuros ojos como dos fauces eróticas del abismo…En estas profundidades me convertí en otro i mi mirada cambió hacia ella.   Lo eterno de toda esta fantasía es no volverla a ver más, este regreso,  a mí mismo me sujeta de nuevo con, cadenas, aquellas que son parte del inicio en donde de alguna forma es  también…   nació en donde yo sé lo que sueño y ella sabe lo que ignora. A final de todo termino como los gentiles en  agrado de mi silencio e arrobamiento de las letras detrás de sus pasos…, hay gentileza cantada y en esta neblina cierta grandeza
—hálitos—, de mi conciencia y las grandes castas en donde enrodado de uno mismo y esta tristeza de mi mirada  a la mujer de un amigo, cuando no me mira está presente i es más bella i es así que la puedo tener. De esta forma se funda una grandeza cuyo furor mas allá de mis silencios la figura de su mirada —Exulta así mi corazón— en el umbral del imaginario, que, nutre mi conciencia,  así me embriago  en el derrame de esta Ciencia y en este mar de Amar  las arenas pálidas son cenizas tan bellas que perfuman cualquier infierno i el todo es impreso con el anverso de sus versos nacientes de su mirada que ni ella misma sabe el enigma i los orígenes de sus cantos...







Elige a los adecuados...

De los mil proverbios chinos que ha reunido Guillermo Dañino en su proverbiario titulado La Abeja Diligente, mencionaré el proverbio inicial, que dice así: “La abeja diligente no se detiene a libar de la flor caída.” Este proverbio nos enseña que no debemos relacionarnos con personas psíquicamente carenciales y espiritualmente indigentes; personas sin contenido, sin entidad, sin substancia. Perderemos lastimosamente el tiempo si nos relacionamos con los que son pobres de solemnidad en materia de espíritu y valores. Evitemos a toda esa gente, que es gente caída, como la flor del proverbio. Tengamos, pues, la diligencia de la abeja, que no se detiene a libar de la flor caída.

lunes, 16 de mayo de 2016



El 7 de Diciembre de 2014 llegó una noticia a mi correo personal. Por esas fechas participé en un concurso de relato breve en donde participaron miles de escritores  en busca de  un atractivo premio. Resulta que  algunos de los que participamos y quedamos como finalistas nos  enviaron esta mención como un detalle de su generosidad.  





viernes, 13 de mayo de 2016

lunes, 9 de mayo de 2016

DENUNCIA LITERARIA

Aquí tengo las pruebas del por qué  de mi demora con mi tercera novela. Ya me doy cuenta el motivo de perder la dirección. ¡Por su puesto! si esta gata que la quiero tanto borra constantemente mi croquis.   



Memoricen su rostro, ama borrar las pizarras.

Entre estilos literarios y otras luchas...

 Mi visión sobre la actividad
Literaria en la ciudad de Lima
“farandulera y la que se niega serlo”.


No determinado por el estilo culterano o anti culterano o porque ostente accesibilidad o hermetismo. Para mí la importancia o excelencia literaria de un texto no está determinado necesariamente por qué tenga que decir “algo nuevo”, que de eso ya queda muy poco, sino más bien, por la autenticidad “de estilo” y autenticidad de “carácter literario”.
Ya muchos han comentado que es preciso separar al autor de la obra y tocar ambas por separado. Pero veo en esta presunción que parece que estuviéramos hablando de una obra de construcción, aquí nadie está construyendo una casa, ni un barco. Estamos hablando de una obra de arte, una obra literaria es eso.
Y en el arte de la palabra por más maquillaje y adornos de estructura que se ponga en el texto sale a la vista la entera personalidad y el temple del autor. Yo no he encontrado una obra literaria basada en la dicha o la autorrealización cuando el autor al escribirla pasó por un duelo.
También es preciso separar la palabra “narrador” a “Escritor”, para mí un escritor es alguien que constantemente crea recursos literarios, su aporte a la lengua es notorio por donde se mire. Lo mismo pasa con los poetas.  Mientras que un narrador fácilmente podría trabajar en cualquier periódico, revista o magacín, mientras que un escritor terminaría aburriéndose.   En lo que respecta a mi experiencia conocer a escritores y poetas que cuando conversas con ellos estás releyendo sus libros, son su obra misma, o verlos caminar o vestir, parecen su obra andante, se parecen tanto a sus personajes. Ahí se muestra lo auténtico y ese elemento es la base para poder crear algo artístico.
Mencionar algunos nombres seré acusado de que ante todo prima mi lazo amical, o que estoy sobrevalorando a alguien. Así que solo mencionaré a los que no están presentes W. Blake Jorge Luis Borges, en especial Lovecraft, y no menciono a más para no cansar a nadie.
Entonces volviendo al tema; el estilo y el carácter literario tiene que ver con la clase de persona que eres frente al mundo. Si eres una persona mezquina predilecta a menospreciar a sus semejantes, o ser pedante, o simplemente individualista. ¿Cree que esa “esencia” podrá ocultarse en el texto?  Esa sombra ¿no estará en sus personajes? Yo, lo dudo. Pero que no se confunda que ser escritor o narrador o poeta te haga mejor persona. Simplemente si eres tal o cual cosa y te dedicas a este tipo de actividades entonces en la faena misma sale ese yo tuyo. Mayor motivo para esforzarme como persona.
También algunos en el colmo de la “emoción” (que son muchos, al menos en Lima) dictaminan los temas que se deben escribir y las cosas que no se deben escribir. Y después se creen en contra del stabismentent.
Lovecraff es el mismo en todos sus cuentos que he leído, o Allan Poe, igual.  O leer entre líneas constantemente a la niña solitaria y depresiva constantemente que era Virginia Woolf. Incluso cuando contemplo los cuadros de Miró, Salvador Dalí, incluso nuestro pintor peruano F. de Szyszlo ver o mejor dicho en sus obras es ver al mismo autor repetitivamente como un discurso que se repite y te dice siempre lo mismo.
Referente a la poesía el tema es un poco más complejo, pero para dejar claro algunas cosas, cualquiera no escribe un buen poema. Y creo que el fin de la poesía como el de la literatura misma o el arte mismo debe “hermanar”. Los museos sirven para eso, que el cuadro sea visto en persona por todos.  Pregunto ¿cuántos años luz le falta al Perú para tener su primer museo de la Poesía?
No hay poema regular, tampoco existen los poemas “arjonianos” lo que hay es poemas de distintos colores, prismas, como los hay en un diamante. Todos los diamantes no son iguales.  Eso clarísimo lo tengo.  Así que para el inculto o intelectual que se atreva a presumir sobre sus escritos cuyo valor poético se vanaglorie en ostentar que se haga la pregunta a corazón ¿Soy un poeta? un poema solo sale de un poeta así que al final uno solo sabe quién es quién en esta vida.  A mi entender un poema debe conmoverte o ruborizarte o desconcertarte, normalmente, los poemas son como bombazos incluso los de largo aliento, en especial como los de Rubén Darío.   
Lo real en esta etapa de las redes sociales y los métodos de la autopublicación ha generado un “el boom e-book” (boom o auge 2000-2016) de que todo es publicable y quien asuma auto llamarse poeta, entonces la lista asciende mientras que al noble y puro arte de la poesía está siendo inundado con cada texto que a veces hasta uno siente vergüenza ajena al leerlo.  Lo que veo cierto en todo esto, es  que los primeros pasos en la poesía normalmente son muy largos, la persistencia siempre suele traer buenos resultados. Por eso sugiero paciencia y mucho trabajo literario  que esto es igual en todas las artes, exceso de trabajo y exceso de trabajo. Quiero terminar con la cita: «No te preocupes ser mejor que tus contemporáneos o por tus predecesores. Intenta ser mejor que tú mismo».  W. Faulkner



  
En el facebook publiqué que acabo de ingresar en el ranking de libros vendidos e book en Alemania. Es una alegría que mi trabajo literario este cruzando fronteras. También puse el enlace web para que cualquiera constate. Al día siguiente el facebook me notificó  que mi publicación había alcanzado a 143 personas “amigos”.
Y que mis publicaciones superan el  margen de visibilidad normal al 90%.

 Luego me señala que respondieron 3 (con like o comentarios). Un amigo que vive por mi casa, mi hermana y un primo. Veo que el facebook no me hace llegar a los indicados,  más me sirve el twiteer en donde hay capacidad de interrelación y de respuesta ultra rápido.  

sábado, 7 de mayo de 2016

Un poema del escritor y poeta Rodolfo Ybarra.








Poeta peruana Rox Fransheska




en Rox Fransheska


anduve como esperando
entre las luces que meditaban el anochecer
terminar
es pronto lo que llega
originario de extramundos
que te suba al carrusel y te haga escribir
la bella incertidumbre en la que existes
veo dos luces que flamean humildemente
en mis fosfenos y entro en fobia
de colgarme de ese concreto parecido a un hombre
y girar hasta dejarlo sin cabeza
a veces corrijo los adelantos verbales
que digo mirando tu foto
te quiero tanto que te arrancaría los ojos para que no veas
lo perra que soy



Rox Fransheska

martes, 3 de mayo de 2016

El arte a veces no es vendible.


Por Enrico Diaz Bernuy.

EL hecho que mis cuadros no se vendan y verlos que van ocupando desde el principio hasta el final de mis paredes.  Forma una escena en donde me deja claro una cosa: que para mí, las obras de arte no sirven de adorno.
Para mí, poseen su personalidad propia y cada motivo que he pintado es único y jamás he vuelto a pintar lo mismo. Pero lo real es que mi departamento cada vez se llena de obras. Incluso el baño que es pequeño ahí también hay cuadros.
A veces por las noches me siento en un lugar para contemplarlo todo y no sé si parece una atiborrada galería o un taller, probablemente ambas cosas a la vez.
En las noches el silencio se impone y me ayuda a veces a reconsiderar mi trabajo pictórico o literario, pero al final me une un sentimiento de gratitud enorme estar frente a frente con mis trabajos. Con esa parte de mí que de hecho, es lo mejor de mí. Contemplar mi esmero, mi pasión materializada.  Y aunque no se vendan mis cuadros como esperaría eso me permite tener una conexión muy directa con mis trabajos y eso ayuda a conocerme más, ver esas interioridades plasmadas Y ese mismo sentimiento de gratitud llena mi corazón.
 A veces me quedo sorprendido al contemplar las cosas que uno hace con el corazón y me sorprendo a ver pintado tales obras. Es como vivir en el medio de un tesoro. El problema es que en este plan dentro de poco iré poniendo cuadros debajo de mi cama por falta de espacio, ya se me ocurrirá algo. 
Gracias a que trabajo restaurando antigüedades y juguetes de colección o artículos de colección, gracias a esta actividad me permite el lujo de no malbaratar mis cuadros. 
Sin embargo, en el aspecto literario si logré encontrar un canal de distribución de mis 2 libros de poemas y mis 2 novelas y mis 2 libros de cuentos. Esa vía es conocida como el sistema libro electrónico en amazon, en donde las descargas es monetizado. Pero más allá de la suma de lo que estamos hablando es una satisfacción grande saber y ver los registros monetizados por páginas leídas desde México, España, Italia y algunos países de habla inglesa en donde siempre hay hispanos hablantes.  La satisfacción de ver que tu obra está cruzando fronteras es real y de eso se trata, difundir y difundir porque si bien es cierto todo acto creativo al menos en mi vida ocurre en el hermetismo en la soledad pero tiene un destino muy distinto a su raíz.  

Un saludo cordial a los que tiene un estilo de vida similar al mío y a los que me leen todo mi cariño, hasta pronto.   






Retrato del Poeta Rodolfo Moreno

El escritor y poeta Marco Martos

El escritor Miguel Fegale

El escritor y gestor cultural Rafael Avarado

El pintor Juan Milla

El poeta Martín Adán 

El escritor Diego Trelles

domingo, 1 de mayo de 2016

MI SEGUNDO LIBRO DE POESÍA

Fruto de un arduo y nocturno trabajo literario. 


Dedicado a mi hijo Estefano. 

POESÍA PUZLE o EVIDENCIA 
DE LA INCERTIDUMBRE 
“para armar y desarmar”. También es como una poesía experimental en donde cada poema es tratado para leerse de la forma tradicional (lineal) y otras formas como: del final al principio y con la selección de palabras marcadas que a continuación explicare. 

Las fases del proceso se realizaron inicialmente sobre el papel, no usé el programa Word del ordenador. Comencé así: 
Puse un papel translucido sobre el poema y comencé a seleccionar algunas palabras. Recorté el papel en donde había elegido las palabras y quedó como si fueran ventanas. Esta selección no fue al azar, más bien, el poema mismo, me empezó a mostrar otro discurso. Y con la forma de ventana que permite al lector leer otro poema pero dentro del mismo poema. Este mecanismo me ayudó a corregir por última vez el poema y encontrar una dirección más profunda. 

Es de esta manera el desarme o reorganización del verbo con profundas conexiones en el contexto poético, en donde una de la otra puede contrastar o reafirmar un sentimiento. Ergo ya queda en el juicio y sensibilidad del lector que llegue a la médula del poema, mejor dicho, que encuentre las cuatro médulas que muestro en cada poema. Además, mi método permite que el poema pueda ser leído desde el final al principio y del principio al final. Hasta aquí ya hay dos formas de leer el poema y la tercera forma es usando la página en blanco con las perforaciones donde solo se pueden ver algunas palabras y estas formen otro poema (las ventanas) . Motivo por el cual se ha hecho en la presente edición poner en cada palabra sombreada de color gris, dado a que si recortar las páginas en blanco sobre el poema generaría dificultades técnicas a los editores. Sombreando las palabras el lector sabrá que palabras deben leerse. La cuarta forma de leer el poema es con el uso de los cuadrantes que señala la palabra en un rectángulo, así, se leerá la cuarta manera de leer el poema dentro del mismo poema. 
Este sistema permite al lector tener una mirada global del escrito dado a que en el poema encontrará diversos discursos, hecho curioso, en donde encontrará en un principio un poema de desamor como también un poema de amor o también un poema a la soledad. Esta clase de poesía usa título y el subtítulo siempre es el mismo: “para armar o desarmar”. 
El libro titulado EVIDENCIA DE LA INCERTIDUMBRE es POESÍA PUZLE cuyo subtitulo es: “para armar y desarmar”. 
El primer poema usa el título: para armar y desarmar… 
Subtitulo: Poesía Puzle 



martes, 19 de abril de 2016

Mi intento de ser una persona consecuente, leal con las personas con que me rodeo, intentar y esforzarse en mejorar me conduce a un camino exigente en donde en corto o mediano plazo, ves con claridad como las personas te muestran sus verdaderos rostros y su integridad. Y es que esto no lo digo por una persona, en realidad son varias…
Intentar ser una persona impecable es como el camino del guerrero, al final te das cuenta de que muy pocos se quedan con tu compañía. En este intento y esfuerzo de ser consecuente con valores que de alguna manera te hagan mejor persona no necesariamente te hace merecedor de estar rodeado de amigos o amigas. Este afán repercute al trabajo literario que uno lleva en marcha o en el lado artístico no se puede ocultar las dimensiones de nuestra percepción, de nuestra sensibilidad, de nuestra nobleza, claro, si es que la tienes… Bien claro me dijeron que en la poesía es como un medidor de mentiras, quien mienta en sus poemas, no es poeta.

Enrico Diaz Bernuy.

domingo, 17 de abril de 2016

CLAUDIA MONTANI EN EL CEMENTERIO PRESBÍTERO MAESTRO

"Yo escribía para que ella me quisiera más"


Fernando Savater




El filósofo español enviudó hace un año y afirma, entre lágrimas, que no volverá a escribir. "Aquí viven leones" fue la guía de lecturas que escribió con Sara Torres, su mujer.

¿Qué se hace ante las lágrimas de un hombre? Los decálogos de periodismo nada dicen sobre los momentos en los que la emoción manda y somos testigos de la verdad más profunda de alguien. “Yo doy por acabada mi vida. No creo que vuelva a escribir. Ya no me hace ilusión nada”, dice ahora Fernando Savater. Y llora. Autor de una treintena de libros y excatedrático de Etica y de Filosofía y Literatura, Savater se quita los anteojos y enjuga el llanto al recordar a su mujer, Sara Torres, muerta hace un año. Conversamos en el departamento que compartieron en Madrid: tierra de libros desde el felpudo que te recibe en la entrada con la imagen de un cuervo –en alusión al famoso poema de Poe– hasta el balcón, donde también hay bibliotecas. El sitio está lleno de recuerdos de sus 35 años juntos (fotos, grabados, pósters de cine, máscaras, muñecos de papel maché y de resina que hacía Sara...) y es el lugar propicio para hablar sobre Aquí viven leones, que se suma a la obra de Savater, traducida a más de veinte lenguas. “En los mapas antiguos, donde había una zona inexplorada,  ponían hic sunt leones o hic sunt dracones… Nos divertía llevar al título esa noción: que estábamos buscando algo en la jungla de la ciudad. Intentábamos explorar dónde estaba la guarida del león literario”, explica.El libro es una amorosa guía de lecturas que Sara no llegó a ver publicada y que lleva la firma de ambos. Cuando ella enfermó de cáncer (“un mal atroz”), trabajaban en este proyecto que unía dos de sus pasiones: los viajes y la literatura. La idea de redescubrir a los autores elegidos en sus lugares de creación debió limitarse entonces a los ocho escritores sobre los que ya habían investigado: Shakespeare, Valle Inclán, Poe, Leopardi, Christie, Reyes, Flaubert y Zweig. “Sara insistió mucho en que el libro fuera bello y convocó a Anapurna, la ilustradora que hizo un cómic que abre el capítulo dedicado a cada escritor”, cuenta Savater. De ese libro a cuatro manos habla el autor de Etica para Amador, mientras llueve intermitentemente sobre la ciudad. Y también, de lo que no se puede enseñar en Filosofía, del terrorismo de ISIS, de su amor por la Argentina y los caballos y de los desafíos de la prensa. Sara lo atraviesa todo.
–Fama, dinero y fantasmas interiores son algunas razones que llevan a escribir. Flaubert lo hacía porque no podía vivir sin literatura. ¿Qué tipo de escritor se siente usted?
–Uno muy diferente a Flaubert y no sólo por la calidad. Para mí lo imprescindible es leer. Me considero sobre todo un lector y si por leer pagasen, yo no me hubiera dedicado a otra cosa y sería multimillonario. La escritura es un modo de ganarme la vida. Sobre todo al principio, pues en el franquismo me echaron de la facultad, estuve en la cárcel y escribir fue un poco la forma de salvarme. Desde muy joven, empecé a escribir para la prensa. Pero no tengo ninguna necesidad de escribir. En cambio, si me quitan los libros, me matan.
 –”Aquí viven leones” se relaciona con esa pasión lectora.  
–Sí, Sara y yo hicimos un programa de televisión sobre escritores en la Argentina. Pero claro, estábamos obligados al esquema de la productora. Entonces se nos ocurrió hacer una segunda parte a nuestro gusto. Pero con la crisis, no hallamos quien lo financiara ni buscando debajo de las piedras. Como en el fondo lo que nos gustaba era hacer el viaje juntos, nos lanzamos.
–Su selección no teme incluir a autores muy populares como Agatha Christie o Stefan Zweig...
–No, claro que no. Y hay otro gran best-séller, que es Shakespeare, al que nadie pone hoy en entredicho. Para nosotros, como decimos allí, la literatura no es sólo caviar sino también sardinas en escabeche.
–Con ese criterio amplio, ¿qué no le perdona a un escritor?
–Que me aburra. Borges decía que era un lector hedónico, yo también. Por cuestiones laborales, he tenido que preparar clases y que tragarme en mi vida muchas cosas que no hubiera leído por gusto. Pero a partir de cierto momento dejé de leer por obligación. No me atrevo a decir de un libro que es malo. Simplemente digo que no es para mí. 
–¿Y qué admira en un autor? ¿Qué condición le parece envidiable?
–Cuando voy a un restaurante agradezco que el cocinero me deje con la boca abierta, porque yo no sabría cómo hacer los platos que prepara. Con los escritores es igual. Me parece estupendo que el escritor sea desconcertantemente bueno, y muchísimo mejor de lo que seré yo nunca, porque lo que me causa placer es leerle. 
–¿Cómo se siente ante el libro que Sara firma pero que no llegó a ver?
–Yo acabé el libro con grandes dificultades. Empecé a escribirlo con mucha ilusión, porque ella estaba allí… [Savater se emociona. Todo lo que sigue lo dirá secando sus lágrimas y eligiendo cada palabra como quien estudia dónde pone el pie ante la amenaza de un pantano]. Yo en el fondo escribía para que ella me quisiera más. Todo lo que yo escribía se lo daba y ella lo leía, lo comentábamos, y el placer era que a ella le gustase. Fue muy difícil acabar. Pero me hubiera parecido una traición dejarlo a la mitad, aunque me considero totalmente incapaz de volver a escribir. Hago articulitos en la prensa porque hay que seguir comiendo… Aprendí que perder las ganas de vivir no quiere decir que uno tenga ganas de morir. Siempre creí que eran vasos comunicantes, que uno subía y el otro bajaba… 
–¿Y no es así?
–He descubierto que no. No puedes tener a la vez ganas de vivir y ganas de morir, pero en cambio puedes, a la vez, no tener ganas de vivir ni ganas de morir. Y es el punto en el que estoy. Ella durante la enfermedad hablaba de que yo escribiese algo sobre nuestra relación. No sé si podré, tampoco estoy seguro de que tenga interés. 
–Quizá no es tiempo todavía.
–No sé. Nunca he entendido muy bien los consuelos o la impaciencia que la gente siente contra las personas que están tristes. “¿Cómo? ¿Todavía estás…?” Pavese en El oficio de vivir decía que la gente trata a los tristes como trata a los borrachos: “Bueno, siéntate, a ver si se te pasa…”  Yo conozco cosas que no cura el tiempo. Para mí, al contrario, empeora en muchos aspectos. Porque lo habíamos pasado tan mal, yo la había visto sufrir tanto que la muerte no era la muerte, sino el final del sufrimiento. Pero ahora la muerte es la muerte. Y entonces, para mí es ahora peor que cuando pasó. Pero eso es parte de la exploración que hace uno de sí mismo, en estos casos.
–¿De una nueva fragilidad?
–Sí. Además hay algunos que hemos sido muy neófitos en esto del sufrimiento. Yo nunca había hecho nada sin alegría, todo lo hacía desde la alegría. No sabía que se podía estar tanto tiempo triste.
–¿La literatura es un consuelo?
–Es lo único que agradezco. Veo películas antiguas y leo. Disfruto mucho releyendo, por ejemplo, unos antiguos articulitos breves de Borges para El Hogar, que siempre me gustaron mucho o viejas novelas policíacas... Al releer ves cómo hay cosas que se te quedan de libros o películas, que son muy tangenciales. O los subrayados de otras épocas: lees lo que tú eras cuando leíste ese libro por primera o por segunda vez, porque hay libros que van acumulando capas. Los Ensayos de Montaigne, que yo he leído tanto a lo largo de la vida, cada vez te revelan aspectos nuevos.
–En sus años como profesor, ¿halló algo que no se pueda enseñar?
–Muchas cosas. En la Filosofía es habitual que haya cosas que no se pueden transmitir porque no transmites contenidos sino formas de ver. Lo que puedes hacer por un alumno es algo así como mirar juntos un paisaje. Le dices: “Ven aquí, mira desde donde yo estoy y verás…”. Es complicado porque no hay un saber cerrado, sino una perspectiva.
–Luchó contra el terrorismo de ETA. El mundo padece hoy a ISIS. ¿Qué es lo más conmocionante para usted de ese tipo de violencia?
–Nosotros vivimos durante muchos años oponiéndonos al discurso pro-terrorista en el País Vasco. Era sobre eso que Sara me instaba a escribir: cómo frente a la resignación de la gente tratamos de hacer algo. Esto es distinto. La idea del terrorista suicida verdaderamente impresiona. La verdadera “arma de destrucción masiva” es alguien que no teme morir y vuelve la lucha desigual. Escapa a nuestra comprensión, porque todas nuestras tareas intentan evitar o detener el peligro de la muerte. Trabajamos para no morirnos de hambre, buscamos tener una cierta fortuna porque creemos que eso nos protegerá de algunos males, queremos que nuestros hijos perpetúen nuestra vida... Cuando alguien se considera a sí mismo como si fuera un arma, nos sume en el absurdo. Pero hay que luchar. Es una agresión armada y las agresiones armadas pues se combaten defendiéndose con armas mejores y mejor utilizadas. No creo que haya otra forma.
-Umberto Eco decía que los diarios sobrevivirán como semanarios, yendo a contrapelo de la velocidad de Internet. ¿Cómo lo ve usted que también es un hombre de prensa?
–Desde pequeño soy un gran lector de periódicos. Sara decía que yo perdía la mitad de mi tiempo leyendo prensa, porque primero la leo en la cama con el ipad y luego salgo, compro los periódicos y los vuelvo a leer, para confirmar que dicen lo mismo. Para Hegel el periódico era la relación matutina del hombre moderno: llegaban el café, la tostada y el periódico, todo formaba parte de lo mismo. Hoy las noticias como tales son online. La primera cosa que hay que aprender es que el periódico no está ligado a la llegada de noticias: tiene que estar ligado a la profundización. Siguen luchando como si tuvieran que darlas para adelantarse a los demás, cuando lo que deberían es ofrecer el sosiego de una interpretación a personas que ya están informadas. Entenderlo cuesta.