El nacer
ambivalente
Si pudiéramos vernos como nos verían los demás,
nos
desvaneceríamos en el acto
Cioran
Transformada
en una víctima, así se le ofrece una identificación, (identidad) y ella la
acepta, en parte porque fue engañada pero más fuerte que el engaño…, es porque
hubo de por medio un acto de “control”.
Entonces la señora Alejandra, en parte si es que esta no es la más
importante, fue porque se entregaba así al abandono de la responsabilidad
siendo esto una especie de pago como adoptar la identidad de víctima.
Reconocimientos
exigidos frente a ella misma. Y una ausencia de moral juega un papel crucial en
su decadencia. Frente al espejo y mirándose a los ojos se dijo así misma: “si soy una víctima, entonces todos me deben
algo” y no tengo que asumir ninguna
responsabilidad. Por cierto, si había tanta coherencia en su pensamiento no
entendí porque derramó una lágrima en aquellos instantes.
Entonces
una de las cosas que me he preguntado. Aquí va algo que me dejó reflexionando
es que en tal sentido, el sentido de la vida sería la cantidad de “significado”
en lo que consta la vida de cada uno,
(que esto sea como la primera teoría).
Y si
fuera el caso de las medidas en que podría
proporcionar a la cantidad de responsabilidad que decides asumir. Sería extraño que sea así, por que la
responsabilidad es una especie de peso y es difícil asumirla, pero cualquier
emoción positiva que sientes , tu control de la ansiedad, tu control sobre el
dolor, tu control para no romperle la cara a alguien, o tus medidas de
resistencias dependen de la activación de estos sistemas que te permiten
avanzar hacia una meta deseada.
Entonces
cuando más completa y pesada sea la meta más satisfacción habrá en la
observación que te estas moviendo hacia ella, ya sabes esto y es algo que ya
has observado en tu propia vida cuando estas comprometido en algo en lo que
crees. El tiempo pasa adecuadamente
fluye como si fuera un arroyo tan susurrante cuya melodía erosionara un mineral
oscuro para transformarlo en una gruta donde adentro se haya un panal.
Esta
grata sensación puede ocurrir cuando estás revisando un artículo relacionado de
alguna forma con algo que quieres aprender.
Por que crees que esa información te vaya a ayudar, aunque sea difícil en lenguaje, te involucras en ello, lo
recuerdas mejor, lo procesas mejor y no es tan probable que te quedes dormido o
busques distracciones, al fin y al cabo estamos hablando de un panal donde los
insectos más hermosos usan alas, crean miel.
En
resumen, puede someterte en ello y sería muy interesante si eso fuera
proporcional al grado de responsabilidad que estás dispuesto a asumir.
Creo
que se puede argumentar fuertemente a favor de eso. También he pensado a menudo
lo siguiente: imagina que puedes ofrecer a las personas una elección , podrías
decir “tu vida no tiene sentido”, ¡por
supuesto que los nihilistas sonreirían de oreja a oreja!
Y
claro con esa lógica coincide en que no
hay significado en tu vida. Por lo tanto, debido a eso no hay razón alguna para
que aceptes ninguna responsabilidad así que puedes vivir una vida libre de
responsabilidades sería el camino rápido, lo fácil, pero su condición de lo
fútil es innegable.
Y en
el medio de la futilidad te vistes como un mendigo solo por pose. Todo el mundo sabe que ni siquiera necesitas trabajar para vivir cómodamente,
viajar e ir de fiestas. Esos perfiles normalmente ocurre con el respaldo
financiero anónimo, secreto que no lo dicen a nadie, es un secreto a voces…
Pero
la señora Alejandra era un caso extraño, ella no se vestía como mendigo. A veces era inocultable el dispendioso gusto
por los bolsos de mano que le gustaba lucir. También es cierto que estuvo
largos años apasionada de su trabajo, resistiendo a su arbitrario jefe. Sin
duda, ella tenía una vocación por el aprendizaje que la ataba de alguna manera
a esa empresa. Un aprendizaje que aspiraba a alcanzar en convertirse en
“maestra en costura”, y sí que lo logró.
En su
mundo paralelo o mundo oculto llevaba
consigo una retahíla de búsquedas impulsivas por placer pero la
contraparte es que no llega a ser “significativa”, la pena de todo es que ella
no veía más allá de ese oscurantismo. Esta sería la primera apariencia del
panal misterioso que se encontraba en la gruta que anteriormente mencioné.
O
podrías decirle a alguien: ¡o podemos hacer lo contrario! —¿y lograr así hacer
una vida significativa? Difícil no crees..., Entonces solo será tan
significativa como la cantidad de responsabilidad que estés dispuesto a cargar
y luego podrías preguntar, qué elegirían las personas que todos hacen ruido de
querer tener una vida significativa.
Pero
si el precio que pagas por eso, es la aceptación de responsabilidad… Entonces
no es tan obvio que la gente elija el significado sobre las búsquedas sin
sentido y atrás de todo el dogma como
ente manipulador.
Si
eso pregunta que no tienen que preocuparse por nada de lo que hacen (por dogma)
y eso es precisamente lo que se ofrece al abuelo, y es interesante donde su
primo Abelardo y el gato son tipos de poca monta y el camino patológico que le
ofrece al abuelo no es el peor de los caminos patológicos.
Lo
que ocurrió es que en el momento más crítico de su salud emocional, estos dos
sujetos aparecieron en la vida del abuelo. Y el peor de todos era el abuelo.
Supongamos
que se trata de una sola palabra: “tentación” , y esa es la tentación de
abandonar la responsabilidad y entregarse a la búsqueda impulsiva de placer a
corto plazo, siempre es el corto plazo todo es a corto plazo.
Quizás
lo que ocurre en estos tiempos sea significativamente el problema que practica
el hedonismo excesivo, búsqueda desenfrenada de placer inmediato descuidando
responsabilidades y significado (los temas significativos). A
largo plazo, este enfoque puede llevar a la falta de propósito o relaciones
superficiales con consecuencias perjudiciales para el bienestar, amistades pasajeras,
interfaz de intentos cíclicos símil a la gran rueda del samsara.
El
primer paso para escapar de este círculo vicioso es justamente que te
encuentras atrapado en él y tu conciencia invade a todo como si tú mismo te
impregnaras en cada cosa, y las cosas te atrapan…
Tal es el caso de la hija del abuelo
(Alejandra) un poco neurótica con proporciones elevadas de negatividad y tal
vez un poco enfermiza con diversas dolencias menores, pero dolencias al fin y
al cabo, siempre le dolía algo.
Como
padre, en este ejemplo edípico tienes que tomar decisiones
constantemente sobre cómo tratar a esa niña , una decisión es bueno una
decisión. Claro, para hacerle un bien por el día de hoy; —no tienes que ir a la
escuela por que no te sientes bien, —está bien.
Pero
si tomarías la misma decisión al día siguiente y al día siguiente. Imagina que la niña evite responsabilidades
como consecuencia de capitalizar sus problemas de salud, eso no sería bueno para ella.
Imagina
entonces que estas cosas no se las pude decir a Abelardo, por la misma razón
que hay cosas que no se las puedes decir a un nihilista. Es un tema de
conciencia, y la conciencia para que lo entiendan algunos; es como el
paladar. Tener un buen paladar en
gastronomía es fundamental. O también puedes recordar, (a modo de ejemplo), cuando tú eras niño y tu mamá te decía: sé consiente con lo que estás
haciendo con ese deporte. ¡El problema contigo es que no eres consiente! Bueno,
quiero decirte que tu mamá usó adecuadamente esa palabra.
Entonces
la regla con una niña así sería: —te voy a empujar hasta tu límite por que,
cómo vas a descubrir con lo que puedes hacer y si no puede averiguar qué puedes
hacer. De lo contrario no podrá hacerse
camino en el mundo en absoluto.
Pero
Abelardo estaba tan feliz con su hija enfermiza que de alguna manera esas
dolencias le daban cierta garantía a que la niña no crezca o no se haga fuerte. Y si
no crece su hija jamás podría irse de la casa. Lo que pasa también es que
Abelardo tenía un matrimonio terrible y abusivo. Una esposa cuya naturaleza era ser tiránica, que se
había encargado de espantar a todos sus amigos y especialmente a sus amigas.
Todas
esas torceduras de su psique se manifestaran en alguna de esas decisiones. Hablo de Abelardo porque la tolerancia en
estos casos es el elemento más grave. Aquí, quien tolera es el más enfermo (Abelardo).
‹‹Durante la
adolescencia, mi hija enfrentó varias enfermedades graves, lo que nos llevó a
tomar decisiones difíciles. Dado que no había pautas claras, debíamos
interpretar constantemente sus síntomas y determinar la mejor forma de actuar.
A menudo, optábamos por no alarmarnos en exceso, ya que era crucial entender la
verdadera gravedad de la situación. porque necesitábamos saber y ella
necesitaba saber qué podía hacer a pesar de
esos problemas›› . —Dijo Abelardo—.
Sin
embargo, una de las cosas que realmente intenté explicarle es que nunca debes
usar tu enfoque a la enfermedad como una excusa para no hacer nada. A
veces no te sientes bien, no lo sabes por que a veces cuando no te
sientes bien puedes hacer más de lo que piensas y a veces puedes hacer menos de
lo que piensas , no es algo obvio, pero a veces así ocurren las cosas.
—Retrospectiva—
Esta
pequeña tentación pasa por tu mente y piensas realmente no quiero hacer lo que
siento hoy, y como no me siento muy bien así que no tengo hacerlo y si haces
eso cien veces, no sabes cuan enfermo estas y estas en problemas reales. Porque
no solo estas enfermo sino que también te has traicionado para usar eso como
una excusa. Para no cumplir con tus responsabilidades y creo que si ambas cosas
te sucedieran al mismo tiempo estas en un problema real.
Sin
duda, cuestionar cada aspecto de su vida es
revelar como el acto más revolucionario en esos momentos de mi vida.
Aspirando de alguna forma o a que mi conciencia alcance la libertad, atendiendo
con esmero a los matices de mis preocupaciones.
Entonces un nuevo reino se vislumbraba sobre ese atardecer (el de mi
vida) Y así una libertad germinaba en mí, justamente cuando la duda se instalaba en mi vida.
Probablemente
la libertad genuina no prospera sin la nutrición constante de la crítica. Surge
un dilema significativo cuando uno comienza a cuestionar y acepta la falla
inherente del sistema ético. Desde
ese punto de inflexión, la soledad se instala gradualmente, al dirigirse hacia
el propio ser y desvincularse de las distracciones que cautivan a la
multitud la estética es el punto de
inflexión.
Pero
eso no significaba que la soledad tiene un origen de vacío existencial. Para
los materialistas medidas de ego o para los espiritualistas ausencia de
meditación espiritual oración , rezos, mantras etc.
Sea
lo que sea no sé en qué momento perdí a los que llamé como amigos y la soledad
galopante rondaba en cada segundo en mi vida. Al principio quería adjudicarme
gran talento para cosechar ex amigos, quizás por mi nutrido espíritu crítico o
mi intolerancia a la doble moral.
Pero
el innegable vacío existencial no dejaba paso a verme completamente
descontrolado a mi ego. Sin embargo y aunque aparente revelar una
contradicción yo no creía creerme más
que nadie, por lo contrario, siempre intenté servir a los que me solicitaban
algo pero encontrarme con el abuelo en sus últimos años de vida no solo me
permitió hacer una acto de autocrítica que tanto me faltaba, sino que era como
la vida me decía algo más sobre las cosas infames que había hecho con mi vida.
Por que en esta vida todo cuenta, incluso hasta en lo que fantaseas, por lo
tanto estaba jodido.
Lleno
de pensamientos fragmentarios y siempre deshonesto hacia los sentimientos que
me unían con Alejandra porque entre ella y yo, recién habíamos cumplido tres
años de matrimonio, tres años de falsedades, que por un lado tanto bien habían
hecho a mi vena creativa. Eso jamás
podré negarlo.
Pero
haber conocido al abuelo, o sea, a su
padre me habían hecho reconsiderar
muchas cosas, ver a ese hombre era como ver una parte de mi vida oculta. Entonces
ese era el caso del abuelo, un sujeto que la vida le había declarado
abiertamente en muchos aspectos el tema de la adversidad. Un sujeto que
aprendió a poner humor hasta en los momentos más dolorosos, parecía un artista
o era un artista. Y fue
así que empecé a percibir un nacer ambivalente en donde comienza con esa mirada
al pasado en que todos optan, cómo una mirada compasiva y profunda hacia
una infancia lejana, un infancia perdida
y recordando al abuelo y su tenacidad sobre todo.
Desde
ese momento muchas cosas me empezaron a impactar, el sol por ejemplo, su
intensidad estaba cambiando. Que por cierto en uno de esos días el sol se había puesto con la misma vivacidad
que tienen los perros de los mendigos. Esa vivacidad llena de agonías y
silencios en resumen, faltaba poco para que sea las cinco de la tarde y el sol
con los mismos ardores dictaba el paso de un perro lanudo a punto de
arremolinar su cuerpo para acabar con lo vivido y todos callaban en un esplín
disforzado y a la vez con la resignación diaria… Las cosas inacabadas, lo
proyectos truncos y la escasa financiación en las maquinaciones de las redes
sociales hacía que todo gire en el mismo círculo, los mismos ex amigos, los
mismos odiadores e incluso algunos con sus envidias. Al fin y al cabo jamás serás criticado por alguien que hace grandes
cosas, siempre serás criticado por alguien que hace menos cosas que tú. Ese fue un perfume que
reconocí al instante: (a los hipócritas) Pero cómo me gustaba seguir el juego,
quería saber hasta dónde llegaban pero lo que no tenía en el presupuesto era
que una parte de mi era peor que ellos. Al menos hipócrita no fui.
En un
día de neblina y clima templado de esa costeña ciudad ocurrió algo extraño.
Como dijo Ricardo Palma: “una mujer siempre esta detrás de todo”
Y sí,
fue una señorita de lo que trata esta experiencia, no recuerdo si me encontraba con un espléndido humor pero ella al recibir esa
energía inmediatamente correspondió lo suficiente que me dio pase a preguntarle
mas cosas, luego ella me preguntó cosas tontas como; usted viene siempre aquí,
es que recién es mi tercer día en este trabajo. Le dije que vivía a dos cuadras
y fue algo que en su rostro reflejó cierto agrado o admiración.
La
felicité por su ingreso en el trabajo, le desee toda la suerte del mundo y mi
sonrisa llena de sinceridad finalizó esa palabras en las que a su vez mi
imaginación hacía recorridos a escenas indebidas…
Eso creo que es energía y así fue lo
suficiente para que a la próxima vez cada uno,
nos saludáramos de frente llamándonos con el nombre. Hasta que un día
ella me dijo, mañana saldré temprano aprovecharé en buscar unos productos. E
inmediatamente me ofrecí por si quería que la acompañe. Sin dudarlo me dijo,
gracias por su puesto. Algo en mi
interior se iluminó.
Conocer
a esa belleza sin duda me alejaba de reconciliarme con el pasado, a pesar que
sabía muchas cosas del padre de mi esposa Alejandra. Y ahora que estaba frente
a esta señorita con cuerpo de gacela era el motivo en el cual podía hacerme
olvidar de todo lo vivido y comenzar de nuevo. Tenía que ver las cosas
positivas de lo que en esos cortos tres años había construido con mi esposa.
Quedó
claro que había perdido una voluntad que
me dirigida hacia un proyecto de vida. Pero mi vida no es como escribir un
libro. Un libro puedes corregir, arrancar páginas y tirarlas a la basura o
volver a escribir la historia. Exponer argumentos por estética o para
reflexión. En mi vida tenia que hacer las cosas de frente, con determinación.
Pero a la gente le gusta que la palabreen y jamás saber la verdad. Quizás por
que al escucharla saben perfectamente que no la van a entender o no les va a
gustar.
En la
vida o mejor dicho en mi vida, arrancar una página o comenzar de nuevo “sería
siempre volver atrás”. (Fracasas con una fracasaras con todas). Pues si no
solucionas las cosas con una, con la
siguiente dudo mucho que las pueda solucionar. Pero esto no es un tema
unilateral, ambas partes deben tener esa voluntad. Esas palabras las tenía
dentro de mi corazón por un tema de ética o mística. En otras palabras, tenía
que hacer mi último intento con mi esposa sin embargo no había descartado la
auto invitación que hice a esa señorita con cuerpo de gacela blanca. Y así
habiendo tomado ambas decisiones, había una parte de mí que no quería perder a Alejandra.
Pero
tampoco que se convierta ella en la esposa del abuelo. Ante todo, este camino cuando
nos vimos se volvió intransigente exigiéndome sobre unos temas que en este
momento me hacen recordar que tampoco era un santo. Mi dedicación excesiva
hacia mis cosas (mi ensimismamiento) había forjado un distanciamiento cuya siembra fue como de pequeños monstruos similares a los que se
encuentran en aquel enigmático cuadro de “el jardín de las delicias”.
Ese
cuadro sin duda para esta experiencia es ciertamente revelador. Como los pasos
del recorrido visual reviven no solo la teoría de la creación del mundo sino,
los estadios de la condición humana o la figuras clave de esta humanidad como
es la idea de el paraíso pacífico de Adán y Eva hasta las condiciones apocalípticas
de un mundo donde desde el suelo aparecen diminutas y horrendas criaturas
frente a paisajes donde la lujuria está representada y la palidez de las
personas se impera como si por dentro se hallaran sin vitalidad o sin nada por
dentro.
A pesar de estar en un mundo saturado
de personajes animalescos todos en un completo vacío como la misma mirada
agotada. Igual que mi mirada. Cuando le dije a Alejandra. Tenemos que viajar, y a pesar
que sentí un cansancio corporal en el que desconocía su origen, ella antes de
responderme se puso de pie y me dijo:
—Descansa en paz.
Se dio media vuelta
y se fue del cementerio. Bajé la mirada y vi mi cuerpo translucido justo cuando una sombra de esas estatuas cripticas se cernia sobre mí, señalando mi propio transito hacia la muerte que a la vez era mi nuevo nacimiento.