Intentos órficos para las letras y las bellas artes

Intentos órficos para las letras y las bellas artes

jueves, 31 de mayo de 2018

“Hemos perdido el arte de las relaciones sociales”



Artículo por 

Pilar Alvarez

La humanidad ha olvidado cómo ser feliz, advierte el sociólogo polaco.



Bauman: “El límite entre lo laboral y lo personal ha desaparecido”.Ampliar foto
Bauman: “El límite entre lo laboral y lo personal ha desaparecido”. CARLOS ROSILLO

“Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio”. El hombre que bautizó este tiempo de incertidumbre como modernidad líquida repara durante gran parte de la conversación en el deseo más universal de la humanidad. El filósofo y pensador Zygmunt Bauman (Poznan, Polonia, 1925) cree que se nos ha olvidado cómo alcanzarla: “Generamos una especie de sentido de la culpabilidad que nos lo impide”.
Bauman recaló recientemente en la capital para ofrecer una conferencia en la Universidad Europea de Madrid a propósito de su último libro Sobre la educación en un mundo líquido, publicado en 2013. La conversación transcurre en una mesa de reuniones, frente a una botella de agua que apenas toca y un gran ventanal. Y ahí, con un gesto grave como su voz, profundiza sobre la felicidad, la crisis económica, las redes sociales o la juventud. “La búsqueda de una vida mejor es lo que nos ha sacado de las cuevas, un instinto natural y perfectamente comprensible, pero en el último medio siglo se ha llegado a pensar que es equivalente al aumento de consumo y eso es muy peligroso”, señala el premio Príncipe de Asturias 2010. Con mirada enérgica, anima a cambiar los referentes: “Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho”. Lo que se consume, lo que se compra “son solo sedantes morales que tranquilizan tus escrúpulos éticos”, despacha el filósofo que, a sus 88 años, arranca y despide el encuentro matutino fumándose una pipa de tabaco y un cigarro.
Zygmunt Bauman no tiene teléfono móvil ni perfil en las redes sociales, pero “desgraciadamente” se ve obligado a observarlos de cerca: “No tengo más remedio que interesarme por estos fenómenos por motivos profesionales”. Abomina de ellos porque considera que invaden todos los espacios y diluyen las relaciones humanas. “El viejo límite sagrado entre el horario laboral y el tiempo personal ha desaparecido. Estamos permanentemente disponibles, siempre en el puesto de trabajo”, dice.Describe un círculo vicioso familiar a propósito de la asociación de felicidad y consumo. El padre o la madre que dedican parte del sueldo a comprar la consola al hijo, porque se sienten culpables al no dedicarles tiempo. Le hacen el regalo, pero el modelo queda obsoleto pronto y se comprometen a facilitarle el siguiente. “Para pagarlo necesitarán más éxito profesional, estar más disponibles para el jefe, usar un tiempo que quitarás a tu familia...”.  No le gusta el papel que juegan en la vida laboral y tampoco el que suplantan, en su opinión, en las relaciones personales. Se acuerda de Mark Zuckerberg, que ideó la red Facebook para ser un chico popular. “Claramente ha encontrado una mina de oro, pero el oro que él buscaba era otro: quería tener amigos”. “Todo es más fácil en la vida virtual, pero hemos perdido el arte de las relaciones sociales y la amistad”, se detiene. Las pandillas de amigos o las comunidades de vecinos “no te aceptan porque sí, pero ser miembro de un grupo de en Facebook es facilísimo. Puedes tener más de 500 contactos sin moverte de casa, le das a un botón y ya”.

miércoles, 30 de mayo de 2018


Por Enrico Diaz Bernuy



Sobre el libro
Etérea Transfiguración
Rocío Hernando Orihuela
Poesía

Etérea transfiguración es el segundo libro de poesía que la poeta Rocío Hernando ha publicado con una secuencia de tiempo muy cercana.  Hecho que nos devela que ha habido una constancia de esfuerzo y que en el presente artículo entraremos en detalle para dar un "acercamiento" a un trabajo literario fascinante y dando origen al inicio de su madurez literaria.  
 En diversas ocasiones muchos de los lectores percibimos que estar frente al trabajo literario es también tener cierto acceso a la carrera profesional u oficio que ejerce el poeta.         Si concuerdan conmigo, entonces comprenderán el sentido y origen a ciertas figuras que la poeta nos narra usando un vocabulario adecuado a describir escenas panorámicas como inmensas fotografías o detallados cuadros que la poeta suele pintar.

Rocío Hernando Orihuela cuenta en su libro con 38 poemas.  (102 páginas).
Su temática es variada y están compuestos con breves estrofas que convergen y recurren a  diversos elementos marinos, cascadas en donde abundan las tonalidades. Fruto de las percepciones que esboza en sus cuadros o los mismos prismas que captura la poeta con su cámara fotográfica.
“Prisma y pincel” para recurrir al verbo y dejar dicho un acercamiento a los desprendimientos o continuos y variados enfrentamientos especialmente sobre el poema MANOS DE ARCILLA
(Fragmento)
Hidrata tu silencio/ el rose de tu ayer/ el triste invierno con que lloran mis ojos/ errante tras un frágil suspiro/ perdida en el basural de mil lamentos, /recorro en imaginario vuelo/ tu alma de valles explorados. Sin ser la huella que pueda cruzar, me envuelvo en grietas.

Expresiones con un dramatismo visceral, con metáforas que surgen de su introspección dominada por la aflicción sin embargo en ocasiones no nos permite saber si hablamos de una aflicción amical, marital o familiar o un miramiento hacia la vida.  Es como si la poeta deseara dejarnos solo una pista de lo que vive o percibe.

Latiente corazón que despilfarraras envejecidas diástoles/ y expira profanos sístoles sin vida/ dilatando/ pasiones aprisionadas/ en amarillas aves sin alas tras el diluido alpiste que somete con risas al perjurio/ al gris leopardo que espera/ Convertirse en noche.

Sobre la autora

En el 2011 publicó su primer libro electrónico ‹‹ebook›› Dando así su ingreso en la Primera Generación de Escritores y Poetas Peruanos INDIE, Perú.     Que optaron por un camino diferente y controvertido, pero a la vez dando inicio a una nueva generación de escritores por un formato totalmente novedoso. Fue ese el primer paso para la poeta Rocío Hernando que la hizo participar en distinto portales de libros electrónicos como createspace, bubok,  amazon y smashword y más. La escritora nos comenta que en corto tiempo vio en amazon.com  mayor alcance frente a otros portales web.   
·         En el 2013 ocupó notoriedad internacional por haber logrado un Bestseller reconocido y valorado por la crítica literaria del extranjero.  Logro que  la hizo merecedora por su novela Madre teresa sobre tus huellas. ISBN-10: 1481291564.  Obra basada e inspirada en la figura de la recientemente nombrada “santa” Madre Teresa de Calcuta. Dicha obra la lanzó al mercado editorial internacional en el formato del ebook y luego en impresiones en papel con el sello creativespace. La autora disfruta escribir libros de misterios y terror como: Macabra…¡verdad! publicado el 2012.
Integró la Antología poética PALABRAS SIN FRONTERAS con el auspicio de la Universidad Ricardo Palma. 2016 
Participó en el Primer  Congreso Internacional de Intelectuales, Escritores y Poetas “por una sociedad libre de violencia” Febrero de 2017. Museo de la Nación, Perú.






SERENA

Montes alados,
se pierden en las nubes
de la tímida soledad,
que arrulla la cara visible
de la austera luna,
que sueña con
violetas y noches
quemando sus semillas de vida.
En rosados campos con sabor a sepia descansa la estrella,
muriendo entre huracanes sin dicha
brindando un pedazo de hojas secas
a sol naciente.


Viento que se eleva, cae y resbala
en el bosque más etéreo,
sin frenesí
sin forma,
más la montaña se calla
soñando ser carne
cubierta de nieve,
deslizando su blanco ser
entre arbustos sin memorias,
sin cause, sin tormentos,
tan solo entre tiempo, tiempo, y tiempos.


Rocío Hernando Orihuela


Nesuma

Artículo 
escrito por: 
Féliz Alvarado


En hebreo, nesuma significa alma. 
La palabra en transliteración al español de un término que nos llega
 a Occidente por vía del yidis.
Cuentan que robar el nesuma es el pecado de quitarle a otro la felicidad, de arrebatarle la esperanza que da alegría. Visto así, es un pecado grande. Porque sabemos que la vida es dura, pero se hace más pasadera cuando hay esperanzas que le dan sentido. Y que, aunque sea dura, si hay alegría se olvida el dolor. Por eso no solo es cruel quien apaga alegrías, sino que es un canalla el que arrebata esperanzas. Esto ayuda a entender cierta paradoja que usted seguramente ha experimentado. Por una parte, aún para gente generosa es relativamente fácil quedarse indiferente ante un indigente en la calle, incluso ante un niño. La razón es que nadie está actuando de forma específica para hacerle mal allí, en ese momento. Simplemente existe en su miseria.
Por el contrario, el caso de las niñas quemadas en el hogar seguro[1] es capaz de levantar condenas incluso entre gente relativamente endurecida. No es por la cotidiana desatención que hierve la sangre. Ni por la indolencia burocrática del Estado, que igual la encontramos en toda la administración e incluso en mucho del mundo comercial. Lo que activa la indignación es la crueldad intencional de los guardianes, dispuestos a apagar la alegría de esas niñas víctimas cuando su responsabilidad era darles paz. Lo que punza el corazón es el deliberado robar la esperanza, primero a las jóvenes mismas, luego a sus familias, que no pueden siquiera aspirar al sosiego de saber que la responsabilidad fue admitida o al menos perseguida.
Este es el mismo motor de indignación que mueve la condena a Ríos Montt. Una condena moral, sin duda, así nunca alcance a ser jurídica. Lo que suscita la reacción en contra de ese general no es que haya despachado su tarea de soldado con más ahínco del indispensable y menos consideración de la deseable, tramando, atacando y matando al contrincante en armas. Aunque eso ya fuera problema por la injusta, ineficiente y larguísima guerra en que lo hizo. El problema mayor es que él y su gente se empeñaron en robar el nesuma de sus víctimas. A vidas que ya eran duras, durísimas, les arrancó, con crueldad y para siempre, la felicidad que hacía pasable una vida de campesino en pobreza, de marginado eterno. Y a los sobrevivientes les roba hasta el día de hoy la esperanza de que su dolor no fue en vano. Incluso, ese robo se transforma en empresa familiar en la persona de su hija, intoxicada con el cinismo suficiente para citar la poesía de las víctimas en defensa de su malhechor padre.
Pero en estas tierras parecemos tener una veta inagotable de ruindad. También en cosas menos lacerantes pero más grandes resulta que hay quien se apunta a robar el nesuma. No contento con que en esta tierra de democracia sofocada haya una tenue luz al final del larguísimo túnel de la corrupción, hay alguno suficientemente canalla para robar la esperanza de la ciudadanía afirmando que sí hay que luchar contra la corrupción, pero no contra estos corruptos en particular. Hay quien se apunta a la bellaquería de ver un presidente que recibe un bono ilegal (y que lo devuelve solo porque lo descubrieron) y afirmar, en público y ante testigos, que no lo toma como un presidente corrupto.
Hoy es fácil afirmar que las mafias se reorganizan. Es entretenido echarle en cara a la ciudadanía progresista que no logra presentar un frente común. Así sea más que obvio que las mafias harían lo que mejor saben hacer: organizarse para delinquir. Y aunque sea esperable que tome tiempo aprender a organizarse tras seis décadas de desconfianza. Pero lo que no tiene excusa es que haya quien, sin tener nada que perder, con todo el poder y toda la riqueza ya en sus manos, vea la necesidad de posarse tras un podio para apagarle la alegría a la plaza. No hay disculpa para quien roba la esperanza de que sí podríamos ser mejores cuando al fin parpadea en la oscuridad el pábilo de la justicia. Por eso, a quien hace bellaquerías escasamente debe sorprenderle que luego sea considerado un bellaco.

Quitarle el nesuma o robar 
el nesuma= aguarle la fiesta a alguien.
(ruindad en estado puro)


John Coltrane Spiritual


Es mi impresión,  o a los señores venezolanos que se han instalado en mi país , afloran un tufillo de superioridad. ¿Me parece? Respecto a las damas, no comento por que soy un caballero,  o lo intento.

lunes, 28 de mayo de 2018


existe el mito que: <<En este país si eres decente, ten por seguro un  fracaso asegurado>>


El culto por venerar lo impúdico, lo indecente, o venerar a lo corrupto y en el medio de esta realidad hay unos pocos que se levantan para declarar abiertamente la inconformidad por ser testigos de un gobierno en donde cunde la corrupción. Pero esto no es historia de hoy, así ya vamos como cinco décadas y todo marcha igual o peor. Respecto a  “esos pocos que rechazan esta realidad o desean combatirla” yo me sumo desde donde estoy,  y dentro de mis posibilidades para hacerles presente que yo también  Rechazo lo que ocurre año a año en nuestro congreso de la república.  Así que a esos señores   mal llamados “padres de la patria”. Sujetos que  amasan fortunas por medio del engaño, la coima y el tráfico de Influencias, mientras que en medio país no existe servicio de alcantarillado. Já, parece que hablara de los responsables columnistas de la crítica literaria en los periódicos o las revistas de papel couché, já, pero ya quisieran amasar fortunas ellos. Jo jo jo…
Asi que distinguido lector, no olvide que no generalizo, sé que hay excepciones y ademas tengo fe en creer eso.  
Hablo un tema,  y de taquito expongo otro, ojo que es adrede. Dicho esto, quiero extender la invitación a la marcha del 31. Para los que aun tienen algo de dignidad y decencia. Quizás si nos unimos, existe la posibilidad que  logremos  romper con ese mito sobre  la decencia y el fracaso. 

Saludos red.


En el pequeño departamento donde vivo que ya he cumplido 11 años, jamás había entrado un ave. Solo me han visitado abejas vivaces y algunas moribundas, libélulas, moscones y grillos.
Y jamás un ave. Resulta que justo el día de mi cumpleaños se introdujo un pájaro de la familia de los córvidos y dio unos saltos con cierta timidez y extrema cautela como si caminara en un lugar enteramente peligroso. Yo me quedé inmóvil y solo quise contemplarlo. Se puso a trinar algo que terminaba como una melodía. No sé por qué razón no pude evitar en acercarme con la intensión de que ambos nos miremos fijamente a los ojos. Además para ver de más cerca la textura de su plumaje.  Es como si no hubiera podido evitar el tema visual. Ustedes comprenderán que nosotros lo que nos dedicamos a la pintura solemos penetrar o escanear hasta el alma con la mirada, asumo que por eso no pude evitar. 
Sentí algo de gratitud también. Debido a que días antes me encontraba medio desmoralizado o decepcionado de mi mismo o como funcionan las cosas y la auto exigencia encima y etc. Sin embargo, la visita de esa ave (bellísima) me generó un sentimiento de gratitud
Y no sé en que forma me comunicó que ha pesar de todo y todo; hay algo en mi vida que va por buen camino.
En el silencio de mi corazón le dije que regrese, que aquí tiene un lugar… Ahora esa ave me visita un día si y un día no, con sus compadres por cierto . Y mientras que un poquito de pan siempre encuentra aquí,  probablemente me corresponde con su  trinar.
23 de Mayo
Mi cumple, lo declaré  como “no laboral”, pasé casi toodo el día  con mi hijo, debido a que siempre me dice que me dedico mucho a trabajar. 
Llegó la noche,  me compré mi torta y recibí a los que se acordaron de mí.  Fue un gran día, aseguro que este cumple fue mejor que el año pasado y fui una vez más  Feliz.




Mi hermano revisando mis cosas

lunes, 21 de mayo de 2018



DISEÑO DE PORTADA 
FINAL PARA MI 
E BOOK


Mis hijos.



—13 HERALDOS Cuentos y relatos. Create space,
amazon.com (cuentos y relatos) 2011 ISBN-10:
1466463392
-Primera Edición, 2011
-Edición Corregida,  2013-

—La realidad de Amazon.com Ensayo. ISBN-10:
149288538X
-Estudio, ensayo.
-Primera Edición 2013.

—PELUQUERÍA DEL MAL. Novela. Ediciones EVAROZ.
2013 ISBN-13: 978-1482056006  -Novela gótica experimental-
-Primera Edición. 2013
-Segunda Edición 2014

—EL CRIMEN NEFANDO DE EVA. Novela. Create space,
en amazon.es 2013. ASIN:
B00BVLUSFY. -Novela breve de misterio-
-Primera Edición 2013.

—Cuentos y Relatos para la noche. ASIN: B0099CPH2Q
-Primera Edición 2014

—ESGRIMA LUMINOSA, poesía.
-Primera Edición. 2014

—Poesía Puzle o Evidencia de la Incertidumbre. Poesía experimental. 
-Primera Edición.2016
-Segunda Edición 2017 

Cave señalar que la fecha de publicación de cada libro aparentemente se  aprecia que  después de corto plazo (al año siguiente o dos años) publiqué otro libro.  Sin embargo, la verdad es otra. Lo que pasa que vengo escribiendo en años pasados. Por ejemplo ESGRIMA LUMINOSA es un libro de poesía que me demoré prácticamente 15 años. En mi ritmo de vida ando escribiendo diversas cosas, digamos que no soy de los que acaba un libro para pasar a otra cosa. La mayoría de mis libros tardan entre 2 a 4 años. Y ustedes comprenderán que publicar un libro no es algo que se pueda hacer en cualquier momento.

Saludos.




Lima, Perú
2018
Próximamente!!!! 

sábado, 19 de mayo de 2018


Jamás comprenderé el afán de las personas de intentar representar algo que no son, de alardear incluso hasta de lo que no tienen. Por supuesto que comprendo cuando se escandalizan o se rasgan las vestiduras cuando uno dice, cometí tal  error. Ya veo que todos disfrutan ver a fuera, pregunto y por dentro, ellos como estarán por dentro ¿¡  Yo sé de algunas baratijas que atesoran en su corazón. Yo sé algunas cosas que jamás comprenderé.  

Mejor me voy a la fiesta gótica que me acaban de invitar.
Hasta pronto.

Sábado, 19 de Mayo.


miércoles, 16 de mayo de 2018

¿Quién es ese maldito Emilio Losada?


del facebook de Emilio Losada.
...«Ayer murió en su Ordizia natal el gran Martín de Andrés, héroe del underground vascongado. Llevaba años pachucho, retirado de todo y de casi todos. Ha palmado de una de las formas más placenteras posibles, no daré explicaciones morbosas. Hace poco me hizo una entrevista. Hacía lustros que no ejercía y tuvo la deferencia de volver un ratete a la batalla por mí. No volvimos a hablar, maldita sea. La comparto de nuevo. Hurrengo arte, querido compinche... y visca Fonollosa!  [sic]».





Por Martín de Andrés
Tengo al autor al fin al teléfono después de tres intentos fallidos. Contesta a mis preguntas desde lo que él denomina un bar Pepe, en sus palabras, “un bar convencional, sin ningún encanto especial, con camarero malencarado que cumple con las expectativas, no defrauda: te sirve la consumición y no te da la tabarra con existencialismos ni actualidades, algo muy de agradecer no sólo con la que está cayendo, sino siempre”. Losada asegura que para charlar conmigo ha pedido el primer Arenas seco de la temporada, una suerte de aguardiente anisado de 50 grados. Ambos tenemos la sensación de que al fin entra el otoño. Él, con su aguardiente en Sevilla, «aunque aún hace un calor de espanto, esto ya es que no tiene sentido, es que no lo tiene»; en mi caso, porque hoy me he tenido que embutir en mi gabardina por primera vez en muchos meses. Llueve por fin en Bilbao, y lo hace con profusión. Losada acaba de publicar su última novela, Aviones de fuego. La presenta dos días después de que mantengamos esta conversación en Malarrosa, un antiguo restaurante italiano felizmente reconvertido en lugar de encuentros culturales. Presentará el evento el célebre guionista Rafael Cobos (Grupo 7, La isla mínimaEl hombre de las mil caras…) y después actuará Termostato, el grupo en el que Losada compone, canta y toca la guitarra. A Losada sólo lo he visto en persona una vez, en la misma Sevilla, hace unos años. Recalé allá un verano por motivos que no vienen al caso. Yo había leído su primera novela, La quintaesencia suave. Con todos sus defectos de novato, aquella prosa fina y anarcoide a la vez me sorprendió. Alguien de RD, la editorial que publicó la novela, me puso en contacto con él. Quedamos una tarde en un bar de la céntrica Alameda de Hércules y aquello se fue liando y liando y Losada al final invitó a su apartamento a todos los que quedaban en el último bar. No es que viéramos amanecer, es que allí nos dio de nuevo la noche. De regreso a Bilbao, unas horas después de la segunda anochecida en vela, me di cuenta de que yo ya estaba mayor para esas lides.
Iniciamos la conversación –una conversación, como se verá, absolutamente desenfadada, algo peculiar si se quiere- comentando aquel episodio. Es corta porque mi interlocutor tiene poco tiempo. Espera en ese bar donde se sirve con la boca cerrada a que le recoja el bajista de Termostato para ensayar. Sólo tienen un ensayo para preparar el repertorio de la presentación. La entrevista se desarrolla a toda velocidad, después tuve que ralentizar varias veces la grabadora para descifrar el atropellado palabrerío de un Losada que quiere decir más de lo que le da tiempo a articular. Aquí todo es literal, nada de tijera. Como diría Robert, el protagonista de Aviones de fuego, TRANSCRIBO:
-Recuerdo aquella farra. Fue cuando vivía en el segundo piso de la calle Antonio Susillo. Allí se montaban unas juergas de campeonato, aunque nada comparadas con las acaecidas en el famoso ático franco, que alquilé poco después. Tenía dos vistas: a la calle Feria y a misma Antonio Susillo. La mudanza fue fácil, sólo tuve que subirlo todo del segundo al tercero. Un amigo fortachón me ayudó a subir las cajas, las apilamos y me largué al día siguiente a Nueva York. Fueron buenos tiempos.
-Acabas de publicar Aviones de fuego, la novela con la que ganaste hace casi dos años el Premio INK en México. Sin duda, tu mejor novela.
-Como que es la última.
-Eso nunca es garantía de nada.
-Cierto, pero esto no es rock and roll, oiga. Es literatura. Y yo estoy –si todo va bien- en el ecuador de mi vida, que es el mejor momento para un escritor. Ya no soy un niñato ni tampoco chocheo. Y he aprovechado bien el tiempo, creo. Primero se vive, luego se escribe, y siempre se ha de estar leyendo. Cuando alternas –poco, que todo se pega- con la llamada “gente normal”, pues te das cuenta de que la mayoría no tiene ni puñetera idea de nada, alucinan con lo mínimo que les cuentes. Es algo increíble. Los “raros”, a pesar de haber estado casi siempre sin un duro, nos hemos movido todo lo que hemos podido y más, hemos tonteado con todo lo tonteable, arañado el cielo mil veces y descendido al infierno otras tantas y, releñes, es un topicazo, pero lo que te enseña la noche –y más que la noche, los empalmes-…, pues como que no se aprende en ninguna universidad. Y eso, insisto, trotando por ahí con los bolsillos vacíos. ¿Qué hubiese sido de nosotros con dinero? ¿O si nos hubiera tocado otra época? Uno piensa… yo qué sé, en Kerouac o en Jean Genet, en el París de los 20, en el Tánger Internacional, en el Nueva York de los 40, de los 50, de los 60 y… Cielos, ¿qué hubiera sido de mí? Yo en la Factory hubiese durado un telediario, vaya que sí. Igual no hubiera llegado ni a los deportes (risas).
-Me acaba de llegar a la mente aquella teoría tuya sobre los adictos a la heroína en La quintaesencia suave.
-¿Hum? Refréscamela.
-Venías a decir que de haber nacido antes de 1969 tus amigos y tú habríais caído de cabeza en la heroína, que 1969 fue el año que marcó las fronteras al respecto.
-Bueno, es que ésa es una estadística 100% fiable. Al menos en Sevilla. E imagino que en el resto de las ciudades… y de los pueblos. Así sucedió con los mayores. Yo soy del 72, disponía de la información suficiente. Y tenía buena vista: no me quería parecer para nada a todas aquellas almas en pena. Ay, la heroína… El problema de la heroína es que está demasiado rica.
-Las drogas siempre están muy presentes en tus novelas.
-Bueno, es que las drogas están muy presentes en el planeta Tierra, y mis novelas se sitúan allí. Quizá cuando me dé por localizar mis historias en Saturno o en Júpiter… (risas).
-Esta vez le ha tocado, aparte del alcohol, todo un leitmotiv en tu literatura, tanto en tu prosa como en tu poesía, a la heroína. La Reina, como la denomina Robert.
-Sí. Bueno, ya sabes lo que le pasó a Robert, es lógico que se decantase por ella, la Reina es un quitapenas total.
-No desvelemos nada de la trama, aunque tú insistes en que ésta no importa nada.
-Bueno, tiene su importancia, pero ya sabes que para mí lo verdaderamente importante es la forma. El cómo es mucho más importante en mi caso que el qué. Odio esa maldita pregunta que te hace el personal cuando publicas una novela: «¿Y de qué va?” ¡¡¡Aaaaggg!!!
-Pues en esta novela yo he contado tres tramas bien atadas. O una trama y dos subtramas.
-Bueno, no vas desencaminado, pero el asunto tiene la importancia que tiene, insisto. Aunque yo creo que en total hay cuatro tramas. O una trama y tres subtramas, si quieres.
-Te digo lo que yo he visto. Digamos que la principal es la relación que obligadamente entabla Robert con el fantasma que habita en la casa de su amiga. Una segunda sería la relación de Robert con Landelino, sus conversaciones en torno a la literatura…
-En torno a la escritura, más bien.
-Sí, vale, de acuerdo, en torno a la escritura. La tercera sería la relación de Robert con Alasanfán. Ahí meteríamos lo de los Solidarios Revisited y demás.
-Vale, bien, pero yo veo otra.
Di pues.
-¡Barcelona, hombre, Barcelona, claro!
-Bueno, pues no te diría que no, podría considerarse.
-Sin Barcelona no hay novela. No se entiende Aviones de fuego sin ella. Barcelona es un personaje de la novela. Y una trama. Yo creo que podría verse así. Al menos ésa fue mi intención. La novela sería totalmente diferente si estuviera localizada en París, o en Trijueque.
-No voy a ser yo quien te quite la razón. Hablemos de la génesis de la novela. ¿Cómo te llega la idea?
-Bueno, yo tenía claro que tarde o temprano tendría que escribir sobre Barcelona. Allí nací y de ella se me despojó a los siete años. A mí no es que me duela Barcelona, es que la sufro en la distancia. Todos los días del año desde 1979. Eso en lo personal, en lo global… pues, mira, pienso que lo que se ha hecho con ella no tiene perdón de Dios. Y no hablo sólo de los de las banderas, que ya sabes que todas y cada una de ellas me provocan urticaria, hablo de ese maldito postmodernismo que la ha hecho irreconocible. El maldito diseño, la gentrificación, ese palabro que no nos ha quedado otra que aprender; las malditas franquicias… Pero, bueno, en fin, hay otra Barcelona. La Barcelona que a mí me interesa. Yo siempre, esté donde esté, busco los respiraderos, y casi siempre los suelo hallar. Y si quieres que hable de la génesis de Aviones de fuego… bueno, pues esta novela existe gracias a mi querida amiga-hermana María, aka la Virgen del Subterráneo, aka Maruchi, mi suerte de agente ahora. María me reconcilió con Barcelona, como reza una de las dedicatorias de la novela. Cuando se consolidó la llamada crisis, en 2012, asqueada con la administración andaluza, para la que trabaja, pidió una excedencia y se fue a hacer un máster o no sé qué de música a Barcelona. Allí se alojó en casa de Adriana, una chica que alquilaba tres habitaciones de su casa. En pleno Raval. En Sant Pau, exactamente.
-La casa de Asdrúbal, el ente.
-Exactamente. Fui a ver a María varias veces y así surgió la idea de escribir una novela basándome en un relato que yo tenía escrito, «La Marta lo hace». Un relato de diez páginas al estilo del gran Pere Calders, un escritor catalán tristemente olvidado al que adoro que a mí me llega en castellano de la mano de una vieja edición de Anagrama vía la legendaria Librería Canuda, que en paz descanse. Así nace la idea de Aviones de fuego en ese tumultuoso 2012. El caso es que cuando María deja la casa yo hablo con Adriana y en septiembre de aquel año, pocos días después de la célebre Diada que para muchos inició todo lo que está ahora pasando, me quedo con la habitación colindante, más pequeña pero más económica. Allí me documento durante semanas y cuando vuelvo a Sevilla en cuatro meses escribo el primer borrador de la novela. Esa primera versión es mucho más extensa que la definitiva. En ella Robert y Landelino mantienen conversaciones densísimas. Acabé metiendo toda la tijera que pude.
-La Barcelona sin Cataluña y sin España, sin patria ni bandera… la de los Sombras y los Rex… la de las patillazas y las mariconeras… la Barcelona sénior: la muerta y enterrada en serpentina y colorín, etcétera, etcétera. ¿Qué echas más de menos, Barcelona o la infancia? ¿O los setenta, como especula Robert en la novela refiriéndose a Landelino?
-Te diré lo que echo de más: el caranalguismo atroz de ambas partes. Me refiero a lo que está pasando. A veces fantaseo con la idea de que suban Durruti y Ascaso del infierno y se líen a mamporros con los unos y con los otros. Dios, qué harto me tienen. Pero qué harto…
-Afirmas en una entrevista que te hizo José Rasero con motivo de tu poemario Ventajas de estar en la ruina: “Es escurridizo el romanticismo, pero creo que existirá siempre. Yo no sé si soy romántico. Es más, ¿qué es ahora el romanticismo? ¿Es romántico Manolo el del Bombo? Igual hasta María Dolores de Cospedal se considera romántica, ojo. […] yo diría que éste es un poemario hiperrealista en un porcentaje elevado, pero muy, pero que muy romántico en lo referido a su adhesión a las causas perdidas. Enseñanzas de mi adorado Lou Reed, Satanás lo tenga en su gloria.” En Aviones de fuego Robert va cambiando su posicionamiento con respecto al realismo y al romanticismo. Quizá hay que haber leído la novela para entender esta pregunta, pero ¿tú dirías que estamos ante una novela esencialmente romántica?
-Me entenderás cuando te diga que esta novela, sin que sirva de precedente, es romántica en un 80% y realista en un 20. Y digo “romántica” en todos los sentidos. Seamos sinceros: en realidad Aviones de fuego es una historia de amor. Amor por varias mujeres, por una ciudad… ¡por la escritura!
-Hablando de Lou Reed, en esta novela se aparecen multitud de escritores -cito de corrido a Juan Goytisolo, a Gil de Biedma, al gran Fonosolla, al malogrado Casavella, al mismo Calders…, a Luis Rosales, etcétera, etcétera-, pero no se quedan atrás los músicos. Al bardo neoyorquino se le cita constantemente, Robert es fanático de Roy Orbison, y Los Negativos y Toño Martín, de Burning, tienen un protagonismo muy alto en las… y perdona que insista, tramas.
-Pues sí. Es triste, ¿sabes?, cuando escribí el primer borrador aún vivía Lou Reed. Y en las correcciones, en una de las múltiples correcciones, quiero decir, saltó la noticia de la muerte de Alfredo Calonge, de Los Negativos. De Lou Reed qué te voy a contar. Ya sabes todo lo que significa para mí. Es mi vida. ¿Y qué decir de Los Negativos? Los Negativos son para mí la banda sonora de Barcelona. Quiero decir, de mi Barcelona ideal, la que sólo existe en mi imaginación. Nosotros hemos grabado, como sabes, una versión un tanto especial de “Pasando el tiempo”. Qué gran canción… Cuando la canto o la oigo, cierro los ojos y ahí están mis Ramblas de antes, las flores, los colores, el olor a porro, el dandismo, la dispersión. Me pasa como a un personaje de mi fallida empero entrañable novela Los ángeles rasos, aquél que venía a decir que qué más da en la ciudad y en el tiempo que vivas: te sientas en un banco, cierras los ojos y si eres un tipo mínimamente complejo e imaginativo de pronto te hallas en el lugar y en la época que te da la real gana. Para acabar con los Negativos… ¿Qué me dices de sus letras? ¡Lo que daría yo por escribir así! Las letras de las canciones de Los Negativos están increíblemente trabajadas, son de un modernismo maravilloso. En ellas participan todos los sentidos, incluso el del gusto. ¡Y de qué forma!
-Toño, el primer cantante de Burning, tiene un “papelito” en la novela.
-Sí, una suerte de cameo. Espero que nadie se vaya a molestar. Es pura ficción. Pero en la época que aparece como personaje es cierto que Toño y el resto de Burning pasaban tiempo en Barcelona. Esa maravilla de disco, El final de la década, da fe de ello. Toño, aparte de un cantante y de un compositor impresionante, de seguro que era un humano increíble. Esa mirada no miente. A Toño lo adoro al igual que adoro a la bóveda nocturna, y disculpa la baudelaireada.
-Cambiemos de tercio. Experiencia mexicana. A finales de 2015 Aviones de fuego se lleva el prestigioso Premio Internacional de Novela INK, convocado por esa editorial en México.
-Sí. Y me llevan allí a todo lujo, y conozco una ciudad y a unos humanos increíbles. Una semana inolvidable. Me pusieron un chófer-guardaespaldas. Nos hicimos compinches desde el momento en que me recogió en el aeropuerto. El tipo llevaba bajo el sobaco un revólver con un cachón de palmo y medio de largo. Su último “protegido” había sido Pelé, unos días antes, y Pelé resultó ser un caranalga de aúpa, así que yo no tuve que hacer esfuerzos por caerle bien. Me llevó a sitios increíbles, el barriobajismo más bestia que he conocido en mi vida, nos emborrachamos con el mejor tequila, comimos el más exquisito de los pozoles en Los Talucos, en un barrio donde entrar si eres extranjero supone salir, en el mejor de los casos, en calzones. Lo de México es casi irreal, te adoran por el simple hecho de ser español, algo que yo no podía entender. Y como artista te tratan con una consideración increíble: hoteles alucinantes, mimos constantes, organización impecable de la promoción… Y conocí a dos grandísimos escritores, miembros del jurado que me dio el premio: David Martín del Campo y René Avilés Fabila, este último repentinamente fallecido poco después de una forma absolutamente imprevista. Margaritas en el Majestic, Radiohead en el ambigú del Condesa DF, el pertinente clavel sobre la tumba de Cernuda robado de la tumba de al lado… Me arrodillé ante la rectora de la UAM, rogándole que me diera una beca. No quería volver. Ay, México, México… Luego está lo de la violencia, lo de la corrupción. Terrible. El “estado fallido”, que dice el caranalga de Vargas Llosa. Estado fallido, dice… ¡Vaya una redundancia!
-Te sale el ramalazo ácrata.
-Anarquista, pero anarquista de juguete. No tengo los suficientes arrestos para serlo de verdad. Anarquista hasta donde se me deja, vaya.
-María la Virgen del Subterráneo es la que te pone en contacto con la mítica Renacimiento.
-Exacto. María conocía a Abelardo Linares y me puso en contacto con él. No sé cómo, supongo que me puse muy pesado, pero le convencí para que publicara Aviones de fuego. Gran tipo Abelardo, valiente paliza que le di por teléfono y en persona, pobre. Igual me publicó sólo para que le dejara de una maldita vez en paz (risas). En serio, es un privilegio publicar en Renacimiento. ¡Es la editorial que publica al divino Camba, por el amor de Satán! Y las ediciones… ¿Qué me dices de esta edición? Es para comérsela. Con respecto a María… María es increíble. Conoce a todo el mundo. Cuando estuve con ella en Nueva York la paraban por la calle, no exagero. Entre otros, en una tienda de ropa vintage de Brooklyn, el cantante Eli “Paperboy” Red, que estaba en pleno apogeo. Doble casualidad, porque encima pernoctábamos en casa de Michael, el bajista de la banda de Eli.
-El Maiquelito en la parte neoyorquina de la novela.
-Exacto. El último día, ya en el tren rumbo al JFK, en una parada entra un tipo apechugando con un trombón de varas y… «¡¡¡María!!!». La repanocha, vamos. María es un personajazo, por eso la he metido en la novela. Lo de Tom Verlaine es real. Coincidimos en un concierto con él y… Bueno, hay que leer la novela.
-Esperemos que lo haga mucha gente.
-Esperemos.
-Por cierto, leí en 20 minutos que Aviones de fuego alcanzó el puesto número 8 en la lista de los libros más vendidos en España, justo detrás de Ken Follett.
-Eso es sólo una anécdota.
-Pues vaya anécdota.
-Casi me follo a Follett, ¿eh? (risas.)
Igual tembló.
-Oye, casi que tengo que irme ya. Éste ya está aquí (por su compañero el bajista).
-¿Da tiempo a un test rápido?
-Vale, rápido.
-Todo actual, por favor. Una película.
-Empezamos bien. Actual, jodido. Sólo te diré que tengo ganas de hincarle el ojo a Comanchería. Me la perdí en el cine y tiene buena pinta. Aunque yo soy muy especialito con el cine y puede que me defraude. A riesgo de dármelas de intelectualoide, a mí me van los 30, los 40, los 50 y los 60, oiga. Fritz Lang, Howard Hawks, Buñuel, Huston… ¡el puñetero Cassavetes! Pero, ya sabes, no le hago ascos al maestro Ozores.
-Ya, lo tuyo con Pajares y Esteso. Esto requeriría una explicación demasiado larga.
– Pues sí.
-Y no hablemos de tu extraña obsesión por Jordi Pujol.
-No hay tiempo para hablar de mi adorable Jordi, no.
-Va, un músico.
-Actual total: Chencho Fernández. Es una pena que sea tan disperso.
-Me recomendaste Dadá estuvo aquí. ¡Vaya descubrimiento!
-Increíble, ¿eh? Googleen, queridos lectores, y descúbranlo.
-Pues sí. Mencióname un poeta.
-Uno que escribe prosa: Pablo Cerezal.
-¿Y otro en verso encabalgado?
-El más grande de todos, no actual, sino eterno, es Fernando Cañas. Indaguen, jóvenes. Un poemario recién publicado que me ha sorprendido muy gratamente –por ahí anda mi suerte de reseña acelerada- es el del valenciano Javier Vayá Albert.
-Y, ahora, un prosista que escriba prosa.
-Dos. En relato corto, nadie como Eloy Tizón. Me apasiona. El loco cuerdo Eloy Tizón, a la altura de los más grandes del cuento de todos los tiempos. Adorable de todas todas. En novela y crónicas, sin duda el maestro Claudio Ferrufino-Coqueugniot. Googleen de nuevo. Boliviano exiliado voluntariamente en Denver, nadie escribe como él, con esa libertad, con esa violencia incontenida…
-De Claudio dices que “escribe con un cuchillo entre los dientes”.
-Claudio es brutal. Mira, Vila-Matas viene a decir que desde que se imagina que el ente de Bolaño se sitúa detrás de él mientras está ante el ordenador escribe mejor porque no puede permitirse defraudarle. Pues a mí me pasa lo mismo con Claudio. Somos amigos en la distancia y sé que va a leer lo que escribo, así que he de intentar superarme. Cuando te tropiezas con un gigante como éste no te queda otra que dejarte de gaitas y empezar a hacerlo bien. Conocí su obra vía el anteriormente mencionado Pablo Cerezal, junto con el cual, otra pista, escribió Madrid-Cochabamba (Cartografía del desastre), para mí uno de los libros más increíbles de este siglo. Una maravilla de padre y muy señor mío. Mi rendida reseña de este libro se puede encontrar por Internet.
-Todo leído. El libro y la reseña.
-Entonces sabrás de lo que hablo.
-Y tanto.
-Para terminar, una pequeña pincelada sobre el panorama artístico en Sevilla.
-Pues empezando por el citado Chencho Fernández, aquí hay ahora mismo unos artistazos de aúpa. Ya sabes que en cine están los celebérrimos Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, nuestro Falete. Y muchos esperamos lo siguiente de Santi Amodeo, otro de los grandes que se ha quedado un poco encallado quizá porque es demasiado libre. Y Paco Baños ha escrito un guión que a mí me encanta y al fin ha conseguido financiación para rodar la película. Hay grandes poetas performers, como Edi Tachera y Mansilla. Anda por ahí también dando tumbos Perpetuo Fernández, impasible el ademán, a caballo entre Sevilla y Jerez, escribiendo buena literatura y clamando sus confusionistas apologías. Y yo qué sé, un montón de grupos que intentan tirar como pueden, incluido el mío. El problema de Sevilla es el amiguismo, el nepotismo, las envidias y, sobre, todo, las pandillas, que lo pudren todo. Yo no caigo muy bien porque no me muerdo la lengua y digo lo que piense. Y eso en Sevilla es pecado mortal.
-“Sevilla es muy puta para las pandillas”, afirmas en una de esas peculiares reseñas de obras ajenas. Por cierto, ¿sigues escribiéndolas?
-Siempre que me interesa algo. Me cuesta la vida escribirlas. Si las has leído sabrás que no son reseñas al uso. Más bien son textos literarios que tienen como excusa una obra ajena. Creo que soy demasiado generoso. Mira, te lo suelto: creo que doy mucho y no recibo nada. Me empieza a tocar la moral no ser correspondido. Pero, bueno, yo no hago las cosas para ser correspondido. Las hago de corazón. Pero a veces… En fin, vamos a dejarlo. Soy un poco gilipollas, eso es lo que pasa.
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17 febrero, 2018