Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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martes, 22 de agosto de 2023

Lo que algún día será publicado en físico / Enrico Diaz Bernuy (autor)

 

Bienaventurado aquel cuyos vicios

se mueren antes que él.

Hermes Trismegistro


Entre utopías y retumbos

by Enrico Diaz Bernuy

Era la más joven promesa de la poesía contemporánea y a un talento así, aunque parezca contradictorio en creer, lo peor que puedes hacer es; decírselo. Hay cosas que no las puedes decir. Es un daño tan grave como si a un deportista  olímpico lo lleves a las discotecas todos los viernes. Así de dañino es el tema. Trasnochar y beber hasta perder la conciencia le mermará enormemente su rendimiento físico.

El enfoque egoico es terriblemente perjudicial en la creación de todas las disciplinas artísticas. Simplemente porque el individuo “deja de esforzarse” se empieza a creer una celebridad, y aunque tenga un pequeño círculo de aduladores, los efectos simplemente son devastadores a nivel de sensibilidad. Y la sensibilidad normalmente es lo que más se espera de la creación humana, especialmente en una obra de arte o una obra literaria.

Desde ahí el sujeto  empezó a revelar cierta  frialdad. Una carencia total de empatías con  un mimetismo por la erudición pedantesca pero, cuyo enfoque era a lo superfluo,  o la burla. Mientras que medio país se desangraba o el índice de feminicidio va a cifras elevadísimas,  él escribía sobre borracheras o  sándwiches.

Pero ahí no comenzó su decadencia. La decadencia comenzó cuando fue invitado con honores a un país africano bajo el título: “invitación a joven poeta”. Sabe Dios qué influencias habrá tenido para tal logro. Entonces el joven invitado se preparó para dar ponencias sobre biografías de autores, citas literarias y por su puesto,  leer sus poemas.

Ese fue su final. Ahí su mirada le cambió a un tono mórbido, y a pesar de ello, reflejaba como si él estuviera viendo el origen de algún  universo.  Además a esa misma mirada una dosis de risa. Si, una mirada que se ríe, jamás entendí de qué, pero una inusitada ubicación en la que da por hecho estar a otro nivel pero con cinismo. Expresando así, una leve imitación a un daimon desde el punto de vista platónico. La verdad que hablar esta clase de impresiones es bastante común.

Solo hay que darle  un pequeño vistazo a las redes sociales, o ese culto al empoderamiento. Asumiendo así que el papel aguanta todo lo que su ego pueda eyacular incluso;  tomarse el lujo de publicar obras de más 500 páginas.   ¿Te imaginas un libro de poesía de 500 páginas? que en sí lo  único que hace es revelar una seguridad tremenda. Cualquier persona con un iq normal dudaría sobre la calidad literaria sobre tamaña obra.

Por otro lado, el arte es igual a “vida”, y vida es tener “experiencia”, “tener cargas”. Eso ayer mismo estuve conversando en un chat con un sujeto; lo que pasa es que no tiene “horas de vuelo”, —le dije— y sin eso, es prácticamente imposible lograr algo en literatura.

Es como si la vida no te desafiara, entonces, qué descubrimiento puedes mostrar y poco probable que alguien con la vida resuelta desee esforzarse.

Confunden rápidamente su buen karma financiero con el desarrollo espiritual y, sin madurez espiritual, entonces de qué obra estamos hablando. 

Como aquel viejo ejemplo de la mano que riega su sombra sobre la pared y el individuo no es la mano sobre la pared, pero si quieres que la sombra que ves en la pared sostenga una llave; entonces,  el que tienen que sujetar la llave es la mano “y no la sombra”.

Una manera de ver esta existencia es que “solo somos sombras”, proyección de algo del que no todos tenemos acceso, salvo que actuemos en otros niveles espirituales. El punto es que los niveles espirituales nos toman una vida o varias vidas. Y para mencionar un par de formas y así dejar un ejemplo, es de lo que en termino sánscrito es Raksa’sas (adoradores de fantasmas) o bhak akti (modo de alcanzar la liberación). Ya cada uno elije de acuerdo a su frecuencia de conciencia o a su karma.

En fin, para bien o para mal todos anhelan la liberación, el orgasmo mismo es eso, incluso hasta el suicida busca lo mismo. Porque la persona que desea acabar con todo, en el  fondo  desea trascender, ahora que no tuvo acceso a entender de que estaba cometiendo un grave error, eso es otro tema. 

Debido a que si se mata comete grave falta, en donde  a lo único que lo conducirá es a quedarse como fantasma o a volver a reencarnar con alguna deformidad. Lamentablemente lo que en sanscrito se conoce como  avidya  (ignorancia). Quizas  algún día la superará.

Entonces el trasfondo de todo, incluso hasta de los eruditos materialistas, esos que se rebanan el cerebro con incontables páginas de páginas, para  intentar así,  enseñar algo en la universidad;  su búsqueda en sí, es la trascendencia, y en todos los lenguajes te dicen que no creen en el más allá, pues esos tampoco se escapan de su verdadera búsqueda:  “la trascendencia es el destino”.

Cuando veo a mis colegas que se hacen crestas en la cabeza y se pintan el rostro de blanco tal como un licnobio  o  se ponen botas como si estuvieran a punto de un conflicto armado. Ellos desean trascender también. Están artos de todo y son conscientes que las cosas en esta vida no van bien.

¿Acaso parecerse a la enfermedad de este mundo; es una manera de enfrentar a es esa misma enfermedad? No lo sé, pero al menos es una manera de hacerla pública y ese es el intento de algunos. Eso debe respetarse. 

En fin, volviendo al tema inicial sobre “el joven entusiasta”… todos sabemos que la caída luego es dura.  Así lo conocí y así inmediatamente me alejé porque a veces esas cosas son contagiosas, y no es asunto baladí.

Yo respeto la voz de los críticos cuando elogiaban su trabajo literario pero, muchas veces existen  intereses o favores de por medio… Entonces no existen motivos para quitar las dudas sobre el nivel poético de su obra. Como un colega una vez dijo:  la historia lo dirá, la historia lo dirá.

Lo que también es muy real es que nadie triunfa en la vida tratando de desengañar al prójimo, la gente quiere idealistas,  aunque este de camino al despeñadero o ahí, al costado del río donde es tierra de nadie. Ahí surgen los verdaderos emblemas; las verdaderas castas, las ideologías,  dogmas, donde los prejuicios o resentimientos o complejos  no se combaten sino “se aprovechan”. 

Yo vi a un escritor con el cabello hasta la cintura, pinta de peace and love, con camiseta desteñida, como si  no les importara nada…. Al final ellos son los más interesados en hacer curriculum.  De todas formas, el idealismo vende,  siempre lo hizo y siempre, siempre  lo hará.

Usted me dirá; hablaste tanto del joven poeta y de otros, ¿y tú dónde te ubicas?

Alguien que parece pianista de jazz, o los que se visten normal y al costado lleva una cadena,  porsiacaso. Porque lo cierto es que uno termina en ser un apátrida, el raro, alguien que corre riesgo por "no ser cordero de nadie", riesgo por tomar su camino,   riesgo por pensar…

Un sujeto extraño, que intelectualmente recorrió "algunos senderos" y quedó decepcionado, traicionado pero principalmente: desencantado.   De lo cual se me viene a la memoria una frase de Kafka casualmente ante este relato kafkiano que dice:  "Me avergoncé de mí mismo cuando entendí que la vida era una fiesta de disfraces y yo asistía con mi rostro real”.