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viernes, 13 de julio de 2018

Melodía, Verso y Pincel.


Dentro de los géneros literarios que he estudiado en mi vida, según mi opinión al que veo un mar de complejidades y dinámicas  construcciones que suelen  reorganizar rutas  a nuevas arquitecturas o destinos  y cunde la riqueza máxima es:  La poesía. 



La poesía, es el nivel máximo al que todo literato probablemente anhela en silencio.
La poesía es como el elixir del verbo para poder alcanzar de alguna manera la forma o fondo de los sentimientos que nos definen. Y claro, es de entender, que llegar a esos grados no es fácil. Es parecido a la música, que con una melodía puede llegar a tu alma, calar, y sin que intervenga algún dogma a niveles en donde llega a reanimar sentimientos e iluminar cosas olvidadas  que uno puede haber dejado en algún lugar,  en los abismos o las alturas de tu corazón.
La música como la poesía, poseen los códigos exactos que toca con tanta exactitud a trazo quirúrgico, el pixel central de nuestras esencias. Quizás por eso muchos intelectuales sueñan con total justificación  en haber creado algún gran poema.  O muchos científicos han anhelado ser músicos.
Antes yo me hacía una pregunta por qué los intelectuales anhelan ser poetas o se creen. Luego veía también otra pregunta; cuando recordaba algún rostro de algún conocido ¿por qué algunos poetas sueñan con ser eminentes intelectuales?  Qué sucede aquí, nadie está contento con lo que es.  Ahora viendo las cosas con otro punto de vista podría asegurar, que simplemente todos concordamos cómo son las cosas. Solo que nadie esta por ahí diciéndolas a voz en cuello mostrándose como en verdad es. Nadie tiene la obligación a ser sincero tampoco, mucho menos en una sociedad donde cunde la Hipocresía.   Al final, cada uno sabe lo que es, o lo que Anhela. Como dirían los catalanes; y ya está, punto. 
También me creía la historia de que había diversas clases de poesía, como la lírica, la satírica, épica etc. E incluso me creí el rollo  de la escuela simbolista y más. Pero la poesía en realidad es una sola, y no es por la etiqueta. Es como si fueras al océano de tu país y recojas con tus manos un poco de agua de mar y proclames , ¡señores esta es agua del océano indico!, o estés en el otro lado del planeta y digas este es agua del ¡océano antártico!.  ¡¡¡El agua de mar es el agua de mar!!!, ¡¡así como la poesía!! similar a la música, la música es la música, nada más. 
Quien sepa leer de verdad no verá diferencias, simplemente sentirá su cuerpo como vibra con los versos de Eluard, Perse,   Dario, Vallejo,  y etc.  Pero aquí todos aman las etiquetas.  Recuerdo una entrevista al escritor peruano Iván Thays.  cito: En Lima si no perteneces a un grupo y te crees aparte de todos, "ellos" te ponen la etiqueta, osea si o si,  encajas en alguna parte, (pero para etiquetarte).
Por otro lado, en la pintura el poder de llegada puede ser el mismo con todo lo descrito dentro de los dones del verso o los dones de la melodía.  Pero en la pincelada que danza dentro de una auténtica obra de arte, a veces requiere una sensibilidad más elevada.  Para poder asumir el mensaje del pintor. Sin embargo, cuando cualquier músico o poeta  ve una obra de arte colgada en la pared, sabe perfectamente lo que tiene al frente. Sin embargo, hay gente con una inteligencia y sensibilidad especial para poder asimilar el cuadro y vibrar con el contenido de la obra. 

Bueno, que tengan feliz viernes,  y quienes tengan disponibilidad de tiempo no duden en visitar alguna galería, museo o exposición de pintura al aire libre, que para los que concuerden conmigo ya sabemos que el arte es arte, sin distinción a lugar. Claro que para los que buscan en el arte un club social, peña, caterva o pandilla,  esto es difícil de entender, siendo por hecho que  la etiqueta otorgue  identidad.  
Provecho con maya.                     https://es.wikipedia.org/wiki/Maya_(ilusi%C3%B3n)

San Isidro 13 de Julio,  2018

Enrico Diaz Bernuy.


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