Pablo Pineda, pronuncia una lírica como microhistorias
vinculadas en contundentes sablazos sobre un universo urbano. Con una musicalidad a un discurso que nos
revela: experiencia en el verso (enfoque
poético) y visión de su existencia ante el desafío de no quedar en silencio. Por lo que ocurre en tiempo real, la
complejidad de inflexiones, tal cual, son los océanos mismos.
Se vale del verso libre y también del haiku. Como si un tablero ajedrezado se revelara frente al poeta, y él
se desplaza entre los instantes como si mirara, el infinito… y así; la lucidez. Por ello, cito lo
siguiente: “Bocinas
y ruidos de motores se unen en miradas de ríos inexplorados/ Respirar el olor
cotidiano de la ciudad/ entre edificios inclinados como ramas./ Canta el gallo
como autómata/ y el sol va recalentando su panza de fuego / entre árboles
humanos”. (…)
OCÉANOS DE FICCIONES en esta
su primera edición, exhibe diversas ilustraciones realizadas por el mismo poeta.
Siendo así, acorde con las espirales que arman, danzan, entre los versos de su
travesía y sus desafíos.
Enrico Diaz
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