por Enrico Diaz Bernuy
DESPEDIDA
El mar invisible
de las lágrimas por el viento
cava en uno, una
fosa. En el cual la mirada queda suspendida,
en el insoportable latido…
Un latido que
arrastra tantas dudas sobre esta vida. Pero al final uno solo busca fuerzas
para dárselas a alguien. Hoy me tocó abrazar a mi madre
recordé mis
pinceles que desgañotan cansancio. También recordé sus últimas palabras de mi
padre: por favor, perdonen a su hermana…, ¡perdonen a su hermana!… Dos días después
mi padre se fue por el viento de su aliento, como si mirara por la ventana en
un cansancio que por fin lograba al
rapto y las libertades de su alma. Hoy me tocó abrazar a mi madre y una parte de
mi papá queda entre nosotros y se hace sentir un área sin dudas.
Como un camino en que cada uno tendrá que
tomar sus propias sendas. Como un viento
sobre las lágrimas que se han perdido entre las palabras que no
nos hemos dicho, entre nuestras lágrimas llenas del silencio y la morada de una
despedida nos deja el tejido de una historia.
Gracias papá, sé que lo diste todo.
Dato: este poema no esta corregido y lo dejaré así.
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