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miércoles, 25 de julio de 2018

Correcciones a la prosa.


Hace como un mes aproximadamente, visité a un amigo que recientemente ha obtenido un doctorado en lingüística hispánica. El motivo de mi visita fue para obsequiarle mi último libro de prosa y verso titulado A MIXTA OSCURIDAD. Cuando se lo di sentí algo de confianza por el resultado logrado, mi semblante no lo ocultaba. Él me lo hizo saber. Pero también le dije mientras que se lo daba como si intentara  excusarme por la falta del  prefacio.  Además, le enfaticé   que él era la primera persona que leería mi libro ya impreso. Tenía una especie de  sentimiento   como si me excusara por alguna  errata. Y sin dejarlo hablar le mencioné unas obra de Bryce Echenique.  que es, más que seguro que antes de ser publicada ya la ha   leído y “corregido” más de 3 personas, mínimo. Por su puesto que no es mi caso, en realidad uno va con lo que puede. Yo tengo varias amistades que podría molestarlos y pedirles el favor para que lo revisen. Pero no lo hago por que sé que ellos andan liados escribiendo sus cosas, además a las personas que estimo, a pesar de eso, no me siento con tal autoridad o capital económico para solicitarles favores así.


Mi  amigo: 
—Tú crees que la obra   de Mondrian  fue corregida por otro.  O los cuadros de Picasso fueron revisados por otra persona. O los versos de  Verlaine pasaron por otras manos,  o Baudelaire entregó sus versos para que los corrijan.  Enrico, ya debes darte cuenta que cuando hables de una obra de arte a nivel pictórico o literario como los autores que te he mencionado. La obra tiene toda la esencia y sello de un único  autor.
Claro que esos hombres a veces, terminan con el rostro destruido probablemente por que  ellos
representan las infinitas horas de soledad y concertación, pero sobre todo, Trabajo. Ellos no van de farra por la vida, son vidas entregadas a trabajar.

—Sus obras en tales circunstancias poseen la esencia de lo genial, tienen vida propia, mejor dicho, tienen alma.

—Claro que te entiendo, por lo mismo muchas no tendrán una oportunidad  en el “mercado” editorial “convencional”. Esas obras no, muchísimo menos  son obras que  puedan tener una oportunidad de  encajar en los nichos de los concursos literarios.

—Además, veo que tienes tu sello editorial para publicar tus cosas. Quizás algún día lo logres, o quizás ya lo hiciste.  

—En  cualquiera de las dos opciones, continuaré. Pero uno no es de hierro, el cansancio siempre asalta, y te estresa. Es como si a veces me ahogara o navegara en donde no se avanza Nada.

—Es normal eso, simplemente debes ser más fuerte que el hierro.  

—¿El acero? Jajajaj Con este frío unas copas no caen mal, jamás.

Entre sonrisas me dijo, recuerda el rostro de esas personas de las que te he hablado.
Después de eso saqué de mi mochila una botella de vino. Su mujer se acercó para participar en la conversación. También nos preguntó si vamos a ir  a la marcha en contra del gobierno.  Luego  de eso  ya es mi vida privada.
Para finalizar; hoy mi libro ya lo corregí dos veces, incluso hasta la portada la cambié. Ahora sí,  lo dejo descansar para retomar otros proyectos literarios.
Saludos red.
 Enrico Diaz Bernuy

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