Isabel
Hoy cumplimos un año juntos Isabel, no puedo creerlo, un año lleno de felicidad, con muchas trabas que han impuesto para separarnos, pero que en todo este tiempo supimos sobrellevar.
Conocí a Isabel en el hospital de mi ciudad, yo estaba terminando la facultad y comenzaba hacer mis prácticas por aquellos años, aunque no era mi zona de trabajo, vi a Isabel entrar por
emergencias por una complicación con su enfermedad de la piel, de inmediato me propuse ayudarla, me encargue de llevarla a una buena habitación y que reciba ayuda en seguida.
Aunque no estaba en mi rubro de atención, siempre me daba una espacio para visitarla y conversar, siempre y cuando sus
padres no estén con ella ya que a ellos les parecía mal verme por ahí
conversando con su hija, nunca comprendí eso, pero siempre que me veían en su habitación me sacaban sin explicación alguna, yo que nunca quise darle más problemas, solo atinaba a irme. Pero siempre me las arreglaba para poder verla, a ella le gustaba mucho leer, además de mi compañía disfrutaba mucho de las revistas de ciencia que yo le llevaba, primero nos hicimos muy amigos y en tan solo unos días me vi perdidamente enamorado de Isabel. Con el tiempo su salud mejoro, aún estaba algo delicada pero sus médicos dijeron que ya podía salir del hospital en unos días,tuve
miedo no verla nunca más, sus padres nunca me dejarían verla fuera,
así que tome una decisión de la que nunca me arrepentiré. Yo
no tenía acceso directamente a su medicina, pero me arriesgue y
sin que se den cuenta logre hacer unos cambios en las dosis que
le daban, para así poder demorar su mejoría y no se tenga que
ir
tan pronto. Mis
planes funcionaron, sus médicos hablaron con sus padres,les
comunicaron que su hija tendría que quedarse algún tiempo más,
su enfermedad estaba complicando a su corazón y tendrían que
hacerle más tratamientos, yo estaba feliz por eso, la tendría conmigo
aún más tiempo, los días que vinieron después fueron maravillosos.
Fueron
días de visitas a escondidas, de lecturas juntos, de quedarme en
su cuarto toda la madrugada haciéndole compañía y al día
siguiente irme temprano para que nadie me vea, no estaba seguro pero
podía sentir que Isabel también sentía algo por mí, podía sentirlo.
Los
días pasaban y los análisis de sus médicos decían que ella estaba
empeorando, más yo la veía cada vez mejor, ella me decía que
se sentía bien, así que tome fuerzas y le confesé mi amor, y para
mi sorpresa y felicidad ella también el suyo, le propuse irse conmigo,
escaparnos juntos, yo tenía una casa fuera de la ciudad de
la que nadie sabía, viviríamos ahí sin que nadie lo sepa, mucho menos
sus padres que no estarían de acuerdo con lo nuestro, fue el día
más feliz de mi vida, Isabel acepto.
Ese
mismo día dejamos el hospital para irnos a vivir juntos, nunca
más volví ahí, tenía acceso a los laboratorios y lleve conmigo toda
la medicina e inyecciones suficientes para mantener bien a Isabel
ya que aún necesitaba de atención. Y así paso, desde ese día
así
vivimos. Ahora
llevamos meses ya sin salir de casa, debido a su enfermedad tapamos
y sellamos todas las ventanas, tuve que acostumbrarme a
estar a oscuras, pero es un ambiente perfecto para ver películas
juntos en el sofá solo a la luz de las velas, es una de las cosas
que más nos gusta hacer, desconecte mi teléfono, me deshice de
mi celular, toda la gente piensa que la casa está deshabitada. Así la
estoy viendo desde fuera, hoy una vez más tengo que salir a conseguir alimentos,
pero esta vez también algún regalo para Isabel. Tengo
que ser cuidadoso al salir de casa, aunque queda algo retirada de
la ciudad, no debo dejar que nadie me vea, seguramente los
padres de Isabel nos están buscando aun, ellos nunca aceptaron
nuestra
relación, nunca aceptaron que frecuente a su hija en el hospital
ni que los dejase para venirse a vivir conmigo. Me
encuentro ahora hasta con carteles de búsqueda en la calle
con
mi rostro en ellos, hasta ahora no nos han descubierto y nadie sabe
dónde queda nuestro feliz hogar, ya mis ahorros se terminaron hace
mucho, así que tengo que robar para que podamos comer,
lo hago cada cierto tiempo y llevo a casa lo necesario para sobrevivir
por unos días. Hoy
es nuestro aniversario y esta vez le llevare también algo especial,
a Isabel siempre le gustaron las joyas, esta vez entrare a una
casa de empeño y buscare algo para ella, será de la forma de siempre,
entrar de madrugada, la vigilancia es casi nula y será fácil
coger
algo para ella. Entro
por la puerta de atrás, un guardia descuidado mira la
televisión,
esta vez lo encuentro dormido y solo tengo que sedarlo,le
inyecto una pequeña dosis de tranquilizante y tengo todo el almacén a
mi disposición. Mientras
busco la joya adecuada para ella, me sorprende vernos
en las noticias, no puedo creer hasta donde han llegado sus padres
en sus intentos por separarnos, debieron aceptar hace
tiempo nuestro amor, ella los dejo para irse conmigo, por favor
¡compréndanlo! Me
encuentro con un diario y me doy con la sorpresa de que nuestros
rostros también están en él, pienso que Isabel tiene que
ver
eso y llevo la página conmigo. Ahora
ya estoy en casa, a Isabel le encanto lo que le traje, es un collar
de plata hermoso, combina perfecto con su vestido, y aunque su
piel esta algo malherida por su enfermedad, le cae muy bien.
-No
me creerás pero hoy vi nuestros rostros en la televisión Isabel,
ya
no saben que inventar para separarnos, mira hasta estamos en
los diarios-
Le
alcanzo a Isabel la página del diario que recogí en que éramos noticia,
pero Isabel no me la recibe, tan solo se ríe, me dice que
no haga caso, que inventaran cualquier cosa por encontrarnos, y
por separarnos. Hoy
hemos pasado una velada inolvidable, después de cenar,
de
reírnos y de acordarnos como nos conocimos en el hospital, la lleve
a la cama e hicimos el amor a la luz de las velas y de la música, y
aunque todos los días lo hacemos esta vez fue maravilloso, siempre me
pide que lo hagamos todos los días, ella es insaciable, y yo
siempre
la complazco. Todos los días. Isabel
no se mueve mucho, siempre soy yo el que toma el control,
quizá por su enfermedad, o por las inyecciones que siempre
necesita para que no se vea tan mal, pero así la amo, desde
el primer día que la conocí supe que tendríamos que estar
juntos
siempre.
Isabel
me pregunta que decía el diario sobre nosotros, le digo
que
cosas feas, sin sentido.
-Como
me dijiste ya no saben ni que inventar- mira te lo leo:
“Hoy se cumple un año de la
desaparición de Isabel Tello, hija
de un reconocido político regional,
cuyo cadáver fue robado del hospital
municipal por Alonso Clemente, ex
estudiante de medicina que
sufría de alteraciones mentales, y
que se desenvolvía como trabajador
de limpieza del mismo, quien
presuntamente escapo y desapareció con
el cadáver de Isabel, hasta ahora la
policía lo busca y nadie sabe su
paradero”
Isabel me mira, me sonríe, me dice que no crea nada de
eso, y por supuesto que yo no les creo, la abrazo con mucha
fuerza, siento su olor putrefacto debido a su enfermedad, ella descansa
sobre mi pecho, la beso, me acerco a su oído y le digo:
-Tú no estás muerta mi amor, tú vives, estás aquí conmigo
y nos amamos-
-Y te prometo que nadie nos va a separar nunca Isabel-
-Te lo prometo, nunca.
Autor: Carlos Ruiz Gutierrez