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domingo, 12 de mayo de 2024

Cuento: EL CANTO DE LAS TORTUGAS. Autor: Enrico Diaz Bernuy


Frases clave: perder el gusto al show/ el paso desapercibido te abre caminos.crítica social, crítica cultural A más bohemia más apoyo por los colegas/ alguien puede vivir de las opiniones. En el mundo de la exhibición / ya no importa si escribes un libro ya no importa si piensas algo importante ahora te llaman poeta sin haber publicado nada. Hablar de espiritualidad es insano para los materialistas, los superficiales. Añadir a la idea anterior que ocurre lo siguiente: la gente se aburre de todo, todo. El espíritu mercantil moldea la edición literaria y la esencia del espíritu de estos tiempos es el show. (lo que vende es la pose, el alter ego, caretas) que son vivo reflejo de una sociedad enferma, herida  o sin escrúpulos,  así es el Perú


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El canto de las tortugas

 

 El dolor se dice por un grito o por el silencio

Pizarnick

En un tranquilo bosque rodeado de  turbias praderas con colores verdes opacos, vivían dos tortugas llamadas Rodo y Bolo. Eran amigos desde que tenían memoria, pero el tiempo y las distancias los habían separado. Distancias que fueron formadas por una suerte de creencias familiares, complejos y distintas escalas de valores o de moral.  Actos inmateriales pero que obran en gran medida en las relaciones sociales. Lo crucial entre ellos es que se conocieron al borde del río Marañón , por   la primera quebrada donde crecían unas flores diminutas de color gris con blanco.

Entonces luego de los años y de la distancia entre ellos en una tarde soleada, mientras Rodo exploraba el bosque, se topó con una tortuga familiar: ¡era Bolo! La emoción de su reencuentro fue inmensa, y entre abrazos y risas decidieron emprender una aventura juntos como si en un acto de revelación sentían ambos con mucha determinación que el azar había jugado en buena forma para  su encuentro pero con un  fin determinado, y de eso no tenían dudas.

Ambos compartieron historias de sus vidas durante su caminata. Rodo le contó sobre su trabajo como jardinero, y su afán por la literatura mientras que Bolo habló sobre su experiencia como cuidador de un estanque de nenúfares y sus sueños de ser un gimnasta olímpico.

Pero lo más sorprendente fue cuando Bolo  mencionó una de sus fantasías que es la de subir a un árbol.


—¿Subir a un árbol? —exclamó Rodo sorprendido—. ¡Eso suena inaudito para una tortuga como nosotros!

Sin embargo, la idea capturó la imaginación de Rodo, y ambos se dirigieron hacia el árbol más alto que pudieron encontrar. Con esfuerzo y determinación, escalaban cada rama, apoyándose mutuamente en cada paso del camino. Rodo al aceptar de inmediato aquella idea era porque tamaña aventura de alguna u otra forma le daría motivos para escribir algo, y los temas profundos para la escritura no abundan. Rodo tuvo el presentimiento que seguir los sueños de su amigo,  que en cierta medida a su óptica interpretaba  cierta implicancia de alguna autonomía individual. 

Entonces mientras ascendían, compartieron sus pensamientos más profundos sobre el amor y el trabajo. Tácticas  a ciertos intentos a conocer algo sobre la vida o sobre  ellos mismos. Pero las anécdotas de Rodo siempre terminaban pintándolo de cuerpo entero como muy listo, muy criollo, esos que los amigos son lo que siempre le sobra.

Fue ahí cuando Bolo sin guardarse nada y apelando a su ingenua sinceridad le dijo:

“Si vas a  contar la historia será mejor que cuentes la verdad, de lo contrario quedará en tus versiones como temas  inacabados, y eso revela de alguna manera como una especie de   respaldo la existencia de una necesidad imperiosa de “crear”  una verdad inventada que propicie en alguna forma tu  subsistencia.

Probablemente la verdad como tal, no favorezca tu ego.  La verdad inventada que en tu caso “es prácticamente un hecho” también refleja un recurso para sustentar tu actividad. Por otro lado,  eso refleja y ya está bastante demostrado que las “verdades inventadas” son meros mecanismo para la propia subsistencia, sea  social, subsistencia económica, subsistencia laboral etc. Incluso todos sabemos que se puede sobrevivir a grandes catástrofes bastante traumáticas  únicamente  inventando verdades. Pero al final del día te miras al espejo   y ves en lo que te has convertido, te aceptas sonríes ( pero sin mirarte al espejo) y ya no quieres recordar tu niñez.” 

Rodo le respondió:  no entiendo porque tienes tanta dureza en tus palabras, no sé en qué momento te has vuelto en alguien tan estricto.

Yo no te recordaba así. —Exclamó.  Tú y yo éramos amigos y ahora te escucho con enorme atención para entender que ya no sé en qué quedó aquella vieja amistad. En donde tu calidez te diferenciaba de todas las demás tortugas. Ahora reflejas cierta perspicacia y severidad, nada más.

 En esos momentos ellos ya estaban cerca al árbol que Bolo había elegido  trepar. Y sin que eso interrumpa la conversación Bolo le dijo: Te voy a contar una historia en donde podrás ver que yo no poseo 500 amigos como tú crees. Espero que con esta historia veas y vayas mas allá por qué soy así.

Todo comenzó con un sentimiento de lástima que experimenté, en cómo una historia más de talento perdido, “talento desperdiciado” se iba poco a poco por las quebradas de un  río.

Por donde se empolvan la nariz con esos polvos blancos que lo único que hacen es  ennegrecerte.   Del joven que te hablo  ya no era tan joven como él creía sentirse, probablemente cargaba sobre su ego los mismos fracasos que cualquiera de nosotros podemos poseer: fracaso con su madre, fracaso con su mujer, fracaso con su barrio, fracaso con su trabajo y la lista puede continuar. Pero no todos enfrentamos el fracaso de la misma forma. Además quiero dejar claro que no deseo satanizar ni encumbrar al fracaso como algunos quisieran. Todos sabemos que hasta del fracaso se pueden hacer un culto,(la pose) y un negocio incluso, por lo tanto sería menester el cuestionamiento.  Ahorita lo único que hago es hablar sobre mi dolor, en que una parte de mi corazón se rompía porque estaba completamente seguro que yo no podría rescatar a ese joven músico que incluso alma de poeta tenía. En suma, era un artista pero ni él mismo lo valoraba, ni se daba su lugar. 

—Rodo le dijo: ¿y que más pasó con esa joven tortuga?

—Bolo respondió:

Luego de presenciar ese escenario a mí me entraba una depresión mortal, una tristeza que por lo menos me duraba cuatro días en los que no quería leer, mucho menos escribir. A veces me salvaba un poco pintar para salir de ese naufragio silente.  Recurrir a los programas cómicos se vislumbraba como una opción cada vez más próxima, encontraba en esos espacios un lado que no había en mí. Pero luego que experimentaba este tipo de sentimientos  llegaba a la misma pregunta:

—¿Cómo es que sus amigos más cercanos,  no hacen nada por él?

O también   me decía que si estaban todos ahí es porque todos llevaban a cabo el mismo o similares consumos, aunque ellos carecían de la descarada imprudencia de drogarse frente a mí." No creo que sea por respeto, simplemente temen que algún día vaya a decir algunas palabras sobre ellos, creo que en ese sentido era algo amenazante mi presencia.

Saben que a mí nadie me amedrenta. Entonces la complicidad era algo que delataba la realidad del grupo porque al fin y al cabo ellos eran una cofradía.  Un club de toxicómanos en búsqueda de la liberación en que buscaban en el arte una vía para purificarse, (probablemente) algo que los hacía “sentir grandes”, (probablemente).

Grandes en el sentido de alcanzar algún tipo de grandeza social, porque en el fondo todos buscaban alguna nota en el periódico o tv. Por otro lado, delataba en cierto aspecto un rasgo completamente antiartístico.  O de pronto yo no estaba tan adecuado a estos tiempos y cómo funcionan las cosas.

Pero los años pasan y por más infantil que se crean empiezan a procrear, empiezan en abandonar mujeres, o abandonar hombres etc. La palabra abandono empieza a tomar un papel a nivel de nudo gordiano.

Yo quería visitarlos pero ya en forma repetida había experimentado esas secuelas de mi sutil depresión, esa tristeza como una tormenta oculta que nadie sabía, ni a mi pareja se lo contaba.  La peor de las depresiones es aquella que pasa desapercibida por todos. Y yo me había vuelto un experto  ocultando esta clase de  desolaciones y me había adecuado como quien te acostumbras a algo que en el fondo sientes que no te hace nada, —pero si te hiere—.

Yo no podría contarle este tipo de cosas a mi pareja. Ella parecía  vidente, casi siempre sabía todo lo que vaya a ocurrir por lo tanto, en ese aspecto era enojona  conmigo. Además yo no podría contarle nada porque era muy difícil encontrar las palabras para describirle cuanto dolor me causaba.

También sentí que ella lo sabía todo, solo que jamás me prohibía algo, tenía mucha madurez en ese sentido.  Quizás debido a que  me de tanta libertad (o confianza) lograba con eso es que yo jamás la abandone.

Entonces mientras que contemplaba cómo se drogan mis amigos o a los que yo estimaba como amigos. Era un dolor de mierda, que ni con todo lo que he leído podría convencerlos, es que yo no soy terapeuta ni mucho menos predicador.

Y lo primero que se me viene a la mente es haber experimentado una inhabilidad para resolver sus conflictos existenciales que los llevaban a tales decisiones o mejor dicho,  tales adicciones. Después entendí que el destino undergraund en la mayoría de los casos por no decir en todos, es morir en su ley como el gran Marcos L. Lo diré de  nuevo, no pude hacer nada por ellos. Recuerdo que una vez a uno de ellos les hablé un poco sobre los upanishad, él miraba al vacío y no paraba de hacer sus cosas… Inmediatamente tragué mi saliva como si fuera una medicina y sentí que mi propia saliva era más amarga que un veneno.

Era como si estuviera absorbiendo lo que él vivía de alguna u otra forma a nivel psíquico y me sentí manufacturado para el suicidio, gracias a Dios todas estas horrendas sensaciones luego se me pasaban. Solo deseaba tomar una copa más, era en esos momentos donde necesité alcohol para bajar ese amargor de mi saliva,  y que la bebida espirituosa propague un poco de frescor a mi boca, la purifique.


Así ocurrió aquella escena que apenas puedo relatar 
y ahora que lo digo todo, con gran dolor y nostalgia y sobre todo; culpas. Siempre los quise y quizás ellos siempre lo supieron, no lo sé. 

Rodo respondió:

—Sin lugar a dudas me has dejado con una sensible historia digna para desarrollarla en algún texto literario pero también me traes a la memoria cierta experiencia similar  que tuve. Claro que en tu caso, tú no soportaste tales escenarios. En mi caso prefiero no entrar en tantos detalles, pero si me gustaría ir de frente  a mi conclusión: Si alguien me recuerde que sea por las obras que escribí, o los cuadros que pinté y no por haber pertenecido a  algún colectivo literario que de ninguno puedo sentir alguna satisfacción. Porque encontré la hipocresía y competencia, pero no cualquier competencia, sino competencia desleal y ese sentimiento derogó cualquier esperanza en que la amistad se renueve o madure. Simplemente la ruta definía en una situación donde habían diferencias irreconciliables. Así que distancias a parte los hechos eran los hechos, y yo ya no era el mismo de antes.  

Recuerdo cuando idealizaba aquellas viejas fotografías donde salían los grandes autores juntos como si fueran partidarios de algún tipo de asociación, como si toda esa escena fuera hermandad. Dali, Bretón, Eluard etc. Crecí con esa imagen mejor dicho, con esa creencia en la que creía “que quizás era la vida” que verdaderamente anhelaba, pero ya veo que con el tiempo y sus premisas me dejaron el sabor de cuestionarme que en verdad la vida sea liberarme de la vida misma.  De la vida tal como la conocemos, —la tragedia como fin—. Será que estamos aquí no solo para alcanzar este árbol del que anhelas, ¿como si fuera un diploma? ¿es eso la vida? ¿es eso de lo que queremos alcanzar o es eso de lo que queremos liberarnos? Pues llegar a estas preguntas sobre los hipócritas, sobre los competidores, los envidiosos. Siento que me volví peor que todos por eso mantenerse al margen. A la distancia es quizás la alternativa más sana ante uno mismo en enfrentar esta clase de voces, no sé cuanto tiempo me tomará volverme como era antes, a como jamás debí cambiar, quizás sea esto parte de mi evolución y quizás ellos vivan lo que necesitaban experimentar, al fin y al cabo en esta vida nada es permanente y los bits (unidades binarias ) navegan en maya siempre para las constantes trasformación de nuestro Ser de acuerdo a lo que hagamos… Así que por el momento tengo bastante trabajo en rescatarme a mí mismo retornando a cómo antes fui.

‹‹Parece que Rodo y Bolo  se habían olvidado por completo que habían llegado al árbol y que al tenerlo frente a ellos no paraban de hablar sus conquistas o sutilmente el orden fenoménico de sus incapacidades o sus decepciones o anhelos… En mi caso siempre lo consideré como una eficiente práctica para perder el tiempo, “entrar en debates” que no tienen ninguna trascendencia para mi presente o futuro. Y quizás ellos pensaban lo mismo, porque jamás  percibí en Rodo o Bolo algún intento de cuestionar al otro. Simplemente era una exposición de ideas no era imposición de ideas. Sin duda imponer ideas tiene que ver con el mal gusto e influencias familiares. También luego de recordar a Rodo y Bolo entendí que hay cosas que son partes de ciertos capítulos en tu vida así como en un libro, así tal cual. Y pues uno debe escribir mirando hacia adelante, hacia las circunstancias presentes o escenarios futuros y no en “dimes y diretes” sobre un momento que existieron ciertos valores. Entonces para cerrar el tema de las formas eficientes para perder el tiempo o perder energía en temas sin trascendencia. Quizás me había hecho acreedor de cierta tecnología para sobrevivir a tales escenarios o tales personajes, pero pensándolo bien toda tecnología jamás es neutral ni tampoco posee ética››.

Tortugas Trepadoras !!


Rodo y Bolo concluyeron su conversación, quedando frente al imponente tronco del majestuoso árbol. Luego con unos sonidos guturales que Rodo inició surgió una bella melodía, llena de arpegios suaves y fluidos en unas notas que creaban y generaban una sensación de ligereza y delicadeza. Y así uno escaló tras el otro y cuando llegaron a la rama más alta, ambos miraron el horizonte y ambos ya entonaban la misma canción. Pero luego quedaron callados al ver que se incendiaba la pradera donde estaba toda la comunidad de tortugas y otros animales. Ellos al ver que ya no podían bajar de esa altura quedaron inmóviles en absoluto silencio.

 

 

Enrico Diaz Bernuy

lunes, 14 de agosto de 2023

un cuento inédito de Enrico Diaz Bernuy. Incluye ilustraciones del artista Kalilaskov As Media LTD

 


El lengua de Yeso

Puesto 26 era el lugar de su escritorio, su vehículo era una bicicleta cuya marca no recuerdo pero sí se me viene a la memoria que era un modelo de colección. Cada vez que Gabriel le entregaba más informes para que haga los respectivos  resúmenes mostraba un inusitado semblante de satisfacción, era algo extraño, no por esa respuesta, sino porque solía conversar con todo el mundo. Se suponía que debía tener una vida muy solitaria, su trabajo era solitario, vivía en una zona solitaria y la ubicación de su oficina estaba la más alejada de todos. Un herbazal de papelería los separaba... 

La función de todo el personal demanda muchísima concentración, pero él era un caso algo extraño. En aquellos primeros quince días de su asistencia al puesto laboral, aparentemente no había nada extraño, pero  Gabriel con su  experiencia sentía que algo guardaba entre manos. No solo se trataba de su excesiva tendencia en acercarse a los demás, sino sentí prontamente que había en él un misterio que en esos momentos no lo podía definir.

Luego apareció la negra, sí, aunque cueste de creer ese era su apellido. Su nombre completo era Valdemira La Negra Samaniego,  pinta de promiscua y con un lenguaje que reflejaba provenir de las zonas aledañas al centro de Lima. No usaba maquillaje por lo que entendí luego de ella que en cierta forma había un poco de más sinceridad en ese sentido,  que en cierta forma se puede tomar como un punto a su favor.  Pero a pesar de ello, con esas características poco probable que alguien la tome en serio, además tenía fama de rompecorazones, así que si deseas que te hagan mierda, podías buscarla. 

Ese es un tema bien interesante porque el estándar de la población era tener una autoestima por los suelos, así que imagino que “marido de turno” no le faltaría.

Por otro lado, trata en hacerle entender esa gran verdad, pero eso jamás ella lo creería simplemente porque las personas tienen a descubrir lo que buscan y sus ideas preestablecidas siempre se imponen y ella no buscaba saber sobre su apariencia u otredad.

Pero después, anda a ver como a solas se quejaba en que nadie la tomaba en serio. Tan contradictorio como la vida misma, así que ante este referente jamás le digas a alguien algo que jamás te pregunte, y esa clase de preguntas jamás ella te  las haría.

Además, Gabriel ya  había perdido el interés en tener más confianza con ella. Tampoco era bien para su  carrera, eran colegas y vínculos íntimos en el trabajo casi nunca favorecen a ninguna de las partes.

En resumen, ellos estaban a cargo de Gabriel, y tenían que sacar los contratos más jugosos para que así logre su  ascenso. Ya le había costado demasiado esfuerzo llegar a donde estaba. Las amanecidas, las investigaciones de mercado, los algoritmos, contratar por cuenta propia a un estadista para que supervise sus resultados hasta en la más mínima fracción o dividendo siempre era importante.

Gabriel (jefe de piso) si  quería destacarse debía de contratar a gente que le ayude, gente que sea más eficiente que él. Sin embargo, aquel trabajo él tenía que hacerlo solo, pero gracias a que tuvo el apoyo de su padre pudo solventar a esos profesionales, al final, los laureles se los llevó y bueno ya saben a dónde llegó, nada más y nada menos que a la subgerencia del departamento textil.

Un puesto bastante envidiado, pero con una carga de responsabilidades enormes.

Tenían que ser un buen equipo, pero ahora que escribo estas palabras veo que perdió el pragmatismo en aquel momento,  en involucrarse en sus vidas personales, en cómo ambos le robaron el corazón,  luego lo traicionaron y él siguió su mismo plan y se volvió peor que ellos.

Ahora no hago mejor cosa que  arrastrar los cuadros estadísticos sobre la pared de yeso, o contemplar  sobre sus portarretratos; márgenes en yeso que  quizás como sus  ideas que aspiraran a cierta búsqueda tan blanca como el yeso, pero cuya fragilidad es también la misma a la del yeso.

Seguramente el  área de Gabriel  en la empresa quebró por inmiscuirse en sus vidas y dejar que ellos entren en la suya.

El cliente de la empresa Marks,s insumos, no estaba satisfecho con la propuesta creativa y eso significó más desafíos y debido a la falta de conceso con mi equipo me hacía tomar decisiones arbitrarias, por lo cual, después generó ciertas tensiones especialmente con la negra, dado a que era ella era la más impulsiva.

A pesar que ella era la subalterna del equipo, la procacidad en su perspectiva y su empuje por imponer que la campaña debía de aprovechar el verano y no las fiestas de fin de año generó inmediatamente bastantes dudas. Sin su firma de la arquitecta y jefa de producción que era ella;  iría a tener bastantes dificultades con los gerentes del cuarto piso.

Cualquiera puede entender que los gerentes irían a observar esos detalles. Entonces eso sirvió para que el jefe del piso se acerque más a Adel, él era el de la bicicleta clásica, el creativo estrella, el hombre cuyo  nombre es de origen Libanés puesto que uno de los significados más importantes es sobre la equidad y justicia. 

Entonces esta era la hora de poner a prueba sus niveles de justicia en actuar “a  favor” del jefe de piso y que interceda en hacerla cambiar de idea a la negra. En cuanto a su fama de amiguero siempre era un tema cuestionable, porque el que es amigos de todos, casi siempre, es amigo de nadie. 

Así que por esa razón el jefe de piso no tenía la total de sus esperanzas puestas en Adel, pero, al menos, debía intentarlo. 

Por consiguiente, el jefe de piso no encontró   mejor manera de romper el hielo con Adel,  invitandolo  a tomar algo caliente, un buen café pasado, gota a gota,  con un chorro de ron y un poco de miel. En realidad, ya tenía experiencia en esa clase de invitaciones, la recursividad en  el campo de las relaciones públicas es indispensable en gerencia de piso. Y conocer esa clase de establecimientos para buenos proyectos  o negociaciones era determinante.

El propio jefe de piso se acercó a la oficina de Adel, y sin tanto preámbulo después de un lacónico saludo pero con perceptible respeto le propuso que quería invitarlo a un restobar para conversar unos temas de gerencia.  

Adel, inmediatamente  aceptó.

Pasaron las horas y la noche avanzaba lentamente mientras compartían historias,  risas. Adel demostró ser un conversador encantador y amigable, sus palabras fluyeron con facilidad mientras compartían anécdotas,  reían de las anécdotas que había tenido en su vida y que parecían interminables. Y en toda esta dinámica el jefe de piso aun no encontraba la manera de traer “el tema de la negra”, su  propósito era que él interceda con la negra por el motivo referente a la gestión de fin de año. 

Pues en medio de la charla lo ojos de Adel, que antes irradiaban calidez, comenzaron a oscurecerse, como si una sombra invisible se posara sobre él.  Además en el medio de esa oscuridad sus ojos se clavaron en los ojos del jefe de piso, proporcionado así un “hielo invisible” que lo cubría por completo incluso,   hasta los huesos. Subyacente así de relámpagos internos...

Su voz, que antes había sido suave y melódica, ahora era un murmullo siniestro que parecía provenir de lo más profundo de la oscuridad.

—¡Sabes...! "a veces las personas esconden secretos tan oscuros como el abismo".

El corazón del jefe de piso comenzó a latir desbocado, y un escalofrío recorrió su espina dorsal. Trató  de ignorar esa experiencia, pensar que se estaba imaginando esas palabras, pero la atmósfera había cambiado drásticamente, como si algo maligno se hubiera apoderado del lugar.

También pensó en esos momentos en que quizás estaba jugando una pequeña obra de teatro, pero era tan convincente todo… que los ojos del jefe de piso se desviaron hacia la ventana como si buscara ayuda.  Pudo ver los efectos del viento cómo creaba sobre la vegetación cierta cadencia macabra como si todo en esos momentos se vuelva en su contra.

Con voz entrecortada, le preguntó qué quería decir con eso.

Su sonrisa se ensanchó, revelando dientes que parecían haber perdido su brillo natural... "El lenguaje de los favores es antiguo, un idioma olvidado que surca en las sombras", —susurró—. —"Puede revelar secretos inimaginables y despertar horrores que yacen dormidos en lo más profundo de la mente humana".

—Cómo, no entiendo, cómo sabes que te quiero pedir, cómo sabes de algún favor, que vaya a solicitarte, yo, cómo? La tensión en la que se encontraba no permitía coordinar las palabras para hacerle la pregunta más simple.

—Hablas como un lengua de yeso!! Jajajajajaja —Respondió—

Fue ahí donde me puse a pensar que el hombre más sociable del mundo debía tener sin duda, cierta habilidad para burlarse de la gente. No es que sea dramático pero,  burlarte de tu propia especie…  no sabría especificar en qué nivel de la evolución te encuentras, pero en la cúspide,  no estas.


Su mente comenzó a nublarse. Las palabras de Adel parecían penetrar en su mente, como uñas afiladas. Intentó levantarse de la silla, aunque sus piernas parecían estar atrapadas en un sueño pesado y oscuro. Sus piernas estaban entumecidas como si alguna fuerza maligna le hubieran ordenado no moverse. También percibió que las demás mesas se movían solas, el local estaba completamente vacío y el aire se volvía cada vez más espeso, dificultando así, su respiración.

Las paredes parecían moverse…, Adel parecía una estatua de ojos aterrados en yeso. Sombras inquietantes danzaban en las esquinas, mientras murmullos ininteligibles llenaban el aire. Intentó gritar, pero su voz se perdió en el abismo del terror que le envolvía.
Y las últimas palabras que escuchó eran: ¡crees que la negra va a perdonar que la saques del proyecto de fin de año! En esos momentos Adel estaba ahorcando a Gabriel que se había puesto tan pálido, como el yeso. Y sus labios completamente endurecidos querían decir unas palabras… Mientras que su lengua quedó fuera como si anhelara absorber algo que lo reviva. Pero a los pocos segundos, terminado en la más triste albura por la asfixia,  que parecía “una lengua de yeso” que solo aspiraba una oportunidad que aspiraba únicamente en acaparar más laureles como si fueran lo más importante…, sin saber que,  a quien había contratado iría a ser su verdugo  mostrando su verdadero rostro  para ocasionarle sus  últimos momentos de su vida. Al día siguiente vino la policía y dijeron a la prensa: Damas, caballeros hoy nos encontramos ante un caso más de,  “el lengua de yeso”.



Enrico Diaz Bernuy





jueves, 1 de noviembre de 2012

Auge en el inicio de la era digital.


Auge del eBook: de cada cien libros publicados, 25 son digitales

El sector de los libros electrónicos crece un 3% respecto al año anterior y desde enero a septiembre de este año ha publicado 15.255 libros, lo que supone un 23% del total del mercado editorial español.

La tecnología está hambrienta. Poco a poco ha devorado todo lo que ha encontrado a su paso. Antes era normal ver a personas viajando en metro, autobús o en cualquier medio de transporte con un libro o un periódico. Hoy en día eso es casi impensable. La gente pasea con sus smartphones, tabletas o algún eReader, gracias a los cuales pueden bucear en Internet, hablar por Whatsapp con sus conocidos o introducirse de lleno en las páginas de alguna novela de misterio, aventuras,

terror o suspense.

Desde la aparición de estos dispositivos de lectura, la tendencia de los españoles ha dejado entrever un cambio de actitud importante. Parece que, poco a poco, los lectores prefieren pulsar un botón para pasar de página, a hacerlo de la manera tradicional. La Agencia del ISBN ha registrado, en los nueve primeros meses de 2012 un total de 15.255 libros digitales, lo que supone un 23% del total. Además, la cosa no se queda ahí. Las ventas de los eReaders han experimentado un crecimiento del 3% respecto al año anterior y desde 2009 la producción y la facturación han aumentado considerablemente hasta alcanzar más de 120 millones de euros en 2011.

Unos suben, otros bajan


Estos datos, que sin duda son negativos para los libros de toda la vida, son engañosos. A pesar de que en 2011 se vendieron en España dispositivos electrónicos con un valor de 72,6 millones de

euros, según un informe publicado por la Federación de Gremios de Editores en España (FGEE), sólo supone un 2,8% de la facturación total del mercado editorial.

Sin duda se trata de un avance muy positivo para la venta de este tipo de dispositivos electrónicos, pero el papel sigue teniendo fuerza. Desde enero hasta septiembre de este año el sector editorial español ha publicado 67.543 libros, por lo que la oferta de las editoriales es amplia. Aun así, según la FGEE, el sector está en una profunda crisis en la que lleva inmersa unos cuantos años.

El mercado del libro en papel español se movía en torno a los 3.000 millones de euros anuales y el pasado año facturó 2.772 millones, es decir, un 4,1% menos que en el ejercicio anterior, cifra que supone una venta de 286 millones de ejemplares durante 2011. Si lo vemos a largo plazo, desde 2008 hasta ahora, la caída de la venta de libros ha bajado un 18 por ciento, y la Federación de Gremios de Editores Españoles prevé que ese descenso aumente un 10% más hasta final de año.

Lo que está claro es que las editoras tienen que buscar una vía de escape y los libros electrónicos parecen la mejor opción para salir de la crisis, ya que es un sector que crece año tras año.

Amazon, el rey


El año pasado se vendieron en España 335.000 lectores de libros electrónicos, según un informe de la consultura Gfk. Los pronósticos para este año señalan que habrá un incremento del 30% respecto a 2011. Pese a ello, las ventas de este tipo de productos no están dando los resultados que se predecían. Es cierto que los nuevos dispositivos de Amazon y Kobo pueden impulsar las ventas hasta cerca de los 11 millones de eReaders en el mundo para este año, pero se quedarán muy lejos de los 27 millones conseguidos el año pasado.

Por su parte, la compañía estadounidense Amazon no parece darse cuenta de todo lo que ocurre. Durante el primer trimestre del año ha ganado 100 millones de euros, y a pesar de que supone una caída del 35% respecto al mismo periodo del año pasado, supera lo pronosticado por los expertos. Esto se debe principalmente a que según un estudio de Buzz Marketing Networks, su Kindle tiene el 47 por ciento del pastel en cuanto a dispositivo más vendido en el mundo. En el caso de España, tres de sus 'eReaders' lideran el mercado: Kindle 4, Kindle Touch y el Kindle Touch 3G, dejando el tercer y cuarto puesto para Wolder Mibuk y el dispositivo español BQ Cervantes.

A pesar de la cantidad de lectores vendidos, 285.000, según señala el estudio, la oferta de ebooks es muy superior respecto a la venta realizada. Javier Cortés, presidente de la FGEE, señala que "las empresas editoriales han realizado un esfuerzo muy importante para aumentar su oferta de títulos digitales, sin embargo, éste no se ha visto traducido en un aumento del consumo". Este dato resultaría extraño si no estuviese claro que la piratería ha entrado de lleno, también, en este sector.

La piratería es un escollo que toca todas las ramas de la cultura. Ya está en el cine, en la música y ahora parece que quiere apoderarse de la literatura. Esto es sin duda un gran problema para las editoriales y los escritores que ven mermados sus ingresos por este problema. Existen diversos sitios web que divulgan obras literarias piratas en la via digital, sin embargo aun no se toma una política adecuada para combatir ese fenómeno

miércoles, 28 de marzo de 2012

Sobre la poesía para un narrador.





Los escritores de campañas publicitarias muchas veces dicen que necesitan echar mano de un libro de poesía para encontrar inspiración. Después de todo, la habilidad de expresar imágenes complejas y emociones en unas pocas líneas es lo que hace a un escritor brillante.
En realidad, la poesía puede ayudar a escritores de todas clases, tanto novelistas como escritores académicos, a mejorar su destreza. El poder tocar música para el lector a través de las palabras o evocar imágenes inolvidables es algo a lo que todos los escritores aspiran.

Lee muchos poemas

Creemos que la mejor manera de empezar a mejorar tus habilidades escribiendo es leyendo poemas, muchos poemas. La poesía tiene la ventaja de ser corta, lo que te permite probar muchos estilos diferentes. Intenta leer un par de ellos y verás que te inspiran sentimientos e imágenes distintas. Si te producen algo por dentro o dejan huella, pregúntate a ti mismo por qué, ¿qué tenía este poema que te ha afectado tanto?
Para empezar, prueba leer “El Cuervo” de Edgar Allan Poe, algún soneto de Pablo Neruda y “Hace falta estar ciego” de Rafael Alberti.

Aprende a estimular los sentidos

Los poetas dibujan pinturas con sus palabras, pero esa pintura no está limitada a las imágenes; el poeta debe estimular nuestros sentidos de la vista, olfato, oído y gusto como lo puede hacer una pintura. El poeta se convierte en una especie de cámara que produce imágenes sorprendentes y frescas que permanecen en la memoria de la retina. Esta frase, por ejemplo, ofrece una fuerte imagen. “Robles barnizados por la luz carmesí del sol.” ¿Cierto que inmediatamente viene a tu mente un bosque de robles al atardecer?
Intenta jugar con imágenes con tus propias palabras, o practica escribir algún poema para entender mejor por qué esto funciona bien y enriquece tu obra.

Aprende a usar palabras concretas

La poesía también nos enseña que es mejor usar palabras concretas en lugar de abstractas. Un ejemplo de una palabra concreta es “cálido”. Es concreta porque tú puedes sentir calor con tus sentidos, es algo real. Un término abstracto será “libertad” o “felicidad” porque no los puedes ver, ni tocar.
Usar palabras abstractas en poesía no ayuda a entrar en los sentidos del lector, de esta manera no llegan a experimentar tu idea al máximo. Por ejemplo: “ella se siente feliz”, no es tan impactante como “sus mejillas como tomates, radiaban calidez”. La imagen de tomates, tan rara como parece, permanecerá más tiempo en la memoria del lector porque es concreta.

Aprende a transformar tópicos

Cualquier estilo de escritura que se sustenta en los mismos tópicos pierde impacto. Las frases muy utilizadas son como el pan rancio, nadie quiere comérselo. Tu personaje puede estar más loco que una cabra o más aburrido que una ostra, pero estos clichés están gastados y han perdido todo su poder.
En cambio, puedes transformar los tópicos y crear los tuyos propios. Por ejemplo, haz una lista con todas las palabras que asocias con estar aburrido y crea una frase. Digamos: “Aburrido como un pediatra en un asilo”. Encontrar frases originales dará un nuevo toque a tu escritura.

Aprende a modificar lo corriente

La fuerza de la poesía recae en la habilidad del poeta de ver objetos corrientes, lugares, o ideas de una forma completamente nueva. Tú puedes ver un niño de pie en una fila con su madre, pero el poeta imaginará al niño pintando las paredes con laca de uñas y la madre en apuros intentando no enfadarse. Simplemente prueba mirar algo común y esfuérzate a verlo de otra manera. Tu escritura te lo agradecerá.
Por supuesto que la poesía te puede enseñar mucho más que esto. El mejor consejo es leer un poema al menos una vez al día e internalizar las imágenes, el ritmo, y los sentimientos. Estudia formas como la metáfora, el símil, y otras estratagemas literarias que emplean los poetas. Verás que, una vez hayas tomado contacto con la poesía, tus habilidades como escritor mejorarán.











LA SOLEDAD
SEGURA DE UN CREADOR

El mundo de la realidad de un escritor no siempre pertenece al mundo periodístico de la realidad
Jose maria Arguedas

La escena, la sensación, busca un desfogue recreándola por un medio altamente encarnado del alma sensible e inquieta, donde el creador en el medio de su éxtasis reproduce fuerzas por medio de las ideas para surgir de un silencio. Trasgrediendo a veces los principios de la sintaxis.
Sin embargo, en ese mismo escenario su soledad está presente  de una conciencia donde subdivide los criterios que desempeña. De esta forma se  caracteriza rutas de un universo con senderos laberínticos en el medio de una coexistencia evocada constantemente hacia un mundo imaginario y real a la vez. Donde pretende separar,  pero que sólo enfrenta la admonición de un nuevo escenario enmarcado del papel y cada palabra que él eligió. participa su voluntad instintiva por las transformaciones alentadas, con el sano sentimiento de que algún día eso pueda ser leído por alguien o por muchos similar a un acto de entrega.
Mézclanse en ella la gratitud devota para el menester preciado, con la adhesión sensible justa para hallar historias, incluso, historias dentro de las sombras o hasta en las rocas. En donde sólo pudo encontrar en el paisaje de lo real, para recrearlo con el verdadero sentido que solamente él cree, siente y migra.
A veces, con los altibajos emocionales y otras con el lineamiento formal de las costumbres de las que desea huir o plasmar.
Formando  un destino que gira la curva para llegar al mismo comienzo; la soledad donde empezó todo. Ese inicio hubo solidez, seguridad e incluso cierto confort.
Lo que normalmente no tiende a reconocer es que la soledad segura que en su misma condición ya provoca la historia, el escenario de un éxito al borde del fracaso.
No obstante, a veces cuando uno está en el riego del fracaso apostándolo el todo por el todo, donde el resultado puede ser una gran obra.
La suma "de todo" es un desgaste tan placentero como un orgasmo, pero no es el orgasmo de un hombre de carne, es el orgasmo de hombre espiritual. En este terreno eróticamente espiritual.  Entonces la soledad se unifica con el acto creativo y divino de su interior para crear una obra.












Enrico Diaz Bernuy