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Orígenes

Estimados lectores con placer y profundo aprecio a la literatura los invito a descubrir mi blog Café y escrituras con humo, un espacio donde la literatura respira con una libertad genuina, y donde cada cuento, relato o poema está tejido con esmero, ofreciendo mundos y personajes que buscan resonar en el alma. Es un rincón de lucidez y libertad de expresión, donde no existe censura ni rechazo, (ni de editoriales ni de fanzines) sino un llamado sincero a explorar juntos las profundidades de la imaginación y del pensamiento. Los textos son gratuitos y siempre bienvenidos a nuevos ojos, con la esperanza de que encuentren en ellos una chispa de inspiración o reflexión. ¡Los invito a tomar una pausa, servirse una buena taza de café, y sumergirse en la esencia de cada relato! , poema o artículos de mi autoría o de los escritores invitados. A continuación, dejo el índice del contenido:
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miércoles, 23 de julio de 2025

Un artículo sobre poesía e internet, poetas e internet y poemas e internet --- Enrico Diaz Bernuy

 

 

POESÍA E INTERNET,

POETAS E INTERNET,

POEMAS E INTERNET

 

Durante siglos, la poesía fue considerada un arte casi sagrado. Desde los cantos védicos hasta los versos de Safo, desde la Divina Comedia de Dante hasta los sonetos de Shakespeare, la poesía funcionó como una forma de revelación espiritual, estética y filosófica. Los poetas no eran simplemente escritores: eran intérpretes del mundo invisible, portadores de una visión singular, capaces de transformar el dolor en belleza y el silencio en resonancia. La poesía era el acto supremo de comunión entre el alma y el lenguaje, un lenguaje que no se agotaba en lo inmediato, sino que se abría como un templo verbal ante el lector dispuesto a cruzar su umbral.

Pero en el siglo XXI, ese templo ha sido derrumbado y convertido en vitrina digital. El arte poético ha sido arrastrado a la lógica del espectáculo, del algoritmo y del "me gusta". La contemplación ha sido sustituida por el consumo. La profundidad, por la superficie. La voz del poeta ha pasado de ser un susurro esencial a convertirse en un grito de autoafirmación buscando aprobación. En lugar de un diálogo con la tradición y el misterio, hoy asistimos a una poesía que es, muchas veces, un eco instantáneo, listo para ser reproducido y olvidado.

Walter Benjamin advirtió en su célebre ensayo La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica que, cuando una obra pierde su aura —es decir, su unicidad, su sacralidad—, se convierte en un objeto de consumo. Durante siglos, la poesía conservó ese aura: era una experiencia singular, exigente, que requería tiempo, silencio y recogimiento.

Para Rilke, escribir poesía era "vivir las preguntas". Para Vallejo, era “ser más hermano del hombre que él mismo”. En Eliot, el poema se volvía una extensión de la tradición viva, un puente entre los vivos y los muertos. Leíamos despacio, sin necesidad de compartir el acto con el mundo. Leíamos con el cuerpo entero. Recuerdo que durante largo tiempo adopté la manía de irme al campo y leer poesía a veces en una absoluta soledad, otras cuando tenía una enamorada.

La irrupción de las redes sociales alteró ese ecosistema silencioso. Instagram, Facebook, TikTok, X (antes Twitter) y otras plataformas transformaron no solo el modo de difundir poesía, sino la manera misma de concebirla, escribirla y percibirla. Yo no quiero que se entienda que menosprecio estar redes mencionadas pero si señalar que  la poesía no puede fluir en esos formatos. Esa redes sociales especialmente X y tik tok puedes ser útiles para campañas publicitarias de otros géneros. Y prueba de ello, es que este articulo será promocionado en tik tok, de ahí vendrán a conocer este blog.

Hoy, muchos poemas parecen diseñados no para el alma, sino para la plantilla Canva. Tipografía delicada, fondo estético, y una frase emocionalmente evidente que impacte en tres segundos. La poesía se volvió compatible con el scroll.

En este nuevo paisaje dominado por la cultura del “like”, la poesía ha sido reducida a su mínima expresión. Los llamados “poetas virales” (los que son invitados al extranjero), escriben con la intención de volverse tendencia, no de conmover o transformar. 

Las metáforas complejas, el ritmo interno, la ambigüedad significativa, han sido descartadas por la lógica del algoritmo. El lector ya no busca la experiencia estética; busca una identificación instantánea. El poema ya no es un umbral: es un espejo empañado que devuelve lo obvio.

Las consecuencias de este fenómeno no son solo estéticas. La neurociencia ha demostrado que el uso intensivo de redes sociales afecta nuestra capacidad de atención sostenida, nuestra memoria de trabajo y nuestra disposición simbólica.

Prueba de ello es que ahora los poemas los leen desde un teléfono celular y la neurociencia frente a ese acto lo tiene revisado y como supondrán el pronóstico no es alentador…

El "loop de dopamina" generado por las notificaciones y recompensas inmediatas entrena al cerebro para lo breve o lo rápido. La lectura profunda, tan necesaria para la poesía auténtica, se erosiona. El cerebro digitalizado encuentra satisfacción en frases motivacionales disfrazadas de verso, pero es incapaz de sostener la lectura de un poema de Saint-John Perse o Pizarnik. La prisa cancela la contemplación, eso quedó claro.

El mercado editorial, lejos de oponer resistencia, se ha sumado a esta tendencia. Las editoriales tradicionales que en otro tiempo funcionaban como filtros de calidad literaria hoy priorizan el número de seguidores del autor por encima del valor estético de la obra. Si tienes 500 mil seguidores, tienes un libro. Si escribes desde la complejidad, probablemente no. Frivolidad vende (en la mayoría de los casos). Pero algo que agrava más es que el mercado editorial se ha vuelto una fabrica de impresión, como una empresa fotocopiadora con un precio base (mínimo), al mejor postor, al menos en Perú y en la mayoría de los casos, funciona así. Si pagas te publican, no hay otra. 

Yo una vez fungí de editor literario y no hice del todo mal el oficio, era interesante. Intenté sacar ediciones mínimas bajo la modalidad de imprimir bajo pedido, y los escritores a los que me dirigí me dijeron que yo tenía que pagarles una suma básica, y otros simplemente no aceptaron. Al final edité dos libros de dos autores distintos, pero hasta ahí llegó ese recorrido.  Fue así que empecé a concentrarme mas en mi trabajo literario, y empecé a publicar mis libros.

Pero volviendo mas al tema, sentí  que se impone un nuevo populismo poético: textos que apelan a lo sentimental, al lenguaje plano y al mensaje directo, escritos no para transformar sino para complacer. El lector es tratado como cliente, no como interlocutor. La poesía se disuelve en autoayuda con forma de verso libre y sin duda esta libre de todo trabajo intelectual y espiritual (en la mayoría de los casos).

Y en ese entorno, la comunidad poética digital no escapa al daño. Es más lo que sostengo es que el internet es el principal causante. Pero aunque las redes pueden amplificar voces marginales, también generan entornos cerrados, tribales, donde lo importante no es la calidad sino la pertenencia. Se celebra al amigo y se cancela al disidente. La crítica desaparece, sustituida por la adulación o la burla. El poema deja de ser una ofrenda y se vuelve un selfie. Y la búsqueda del liderazgo egoico se impone…

El poeta se obsesiona con su imagen, con su marca personal, con la ilusión de influencer asolapado.  Lo que era arte s

e convierte en performance narcisista.

En ese desierto simbólico, incluso la originalidad ha sido malentendida. Muchos confunden lo original con lo estridente, lo nuevo con lo gratuito. El resultado es una poesía escrita sin lectura previa, sin oído, sin trabajo formal. Se jactan de escribir un poema en cinco minutos, de no corregir, de improvisar, o de escribir a mano con lápiz. A veces se parecen mucho a los académicos, henchidos de tantas seguridades…  

Las vanguardias del siglo XX tenían una intención estética y filosófica profunda; hoy, muchas "rupturas" son solo gestos vacíos. Se pierde la música, el sentido, el riesgo auténtico. El poema se vuelve un objeto roto, no por intensidad, sino por descuido.

No, la poesía no ha muerto. Pero ha sido debilitada, herida por el ruido digital, desfigurada por el mercado, corrompida por la ansiedad de validación, erosionada por el deterioro de la lectura lenta, (la implosión).  El internet ha sido el fundador de esta ruptura o esta debilidad. Hemos pasado de reverenciar el poema como un acto espiritual a tratarlo como un producto viralizable, vendible, sustituible  y sobre todo,  etiquetable.

Y sin embargo, aún es posible resistir. Volver al silencio, al asombro, a la relectura. Recuperar la poesía como verdad, como gesto de interioridad. Reaprender a escribir con lentitud, a leer con atención, a rechazar la complacencia. En medio del ruido, el acto más poético es quizá el más radical: volver a escuchar.

Solo ahí, en ese espacio invisible entre el lenguaje y el alma, la poesía podrá renacer con toda su fuerza, lejos del brillo efímero de las pantallas y cerca de la verdad que arde en los adentros del Ser. Pasión.


Enrico Diaz Bernuy


 

jueves, 22 de enero de 2015

A veces si, a veces no...



La poesía es la sombra del átomo y la Mentira más hermosa  de un mundo… Lo triste es que muy pocos conocen el átomo de las cosas y las Mentiras terminan casi siempre como tristes recuerdos…

jueves, 25 de octubre de 2012

TEORÌA SOBRE LOS SEUDÒNIMOS


 

Seudónimo. ¿Sí o no?


Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. ¿Te suena? Seguramente no. Él fue un poeta chileno considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo, pero que decidió buscar un seudónimo para despistar a su padre y poder publicar: Pablo Neruda. ¿Ahora sí?

Vamos a echar un vistazo a las razones por las que los seudónimos pueden ser tanto una buena como una mala idea y cómo puedes crear uno que te ayude en la campaña de mercadeo de tu libro.

¿Por qué muchos escritores famosos escriben bajo seudónimos y por qué deberías adoptar tu propio nombre de pluma?

Las primeras en adoptar estos nombres fueron autoras femeninas, grandes escritoras que conociendo la época en la que vivían y sabiendo las pocas posibilidades que tenían de editar sus obras con sus nombres verdaderos crearon seudónimos masculinos.

Entonces, ¿por qué los escritores utilizan seudónimos o alias? ¿Es algo que te puede ayudar a promocionarte a ti como marca y como autor? Usar un seudónimo como autor es exactamente lo mismo que un actor usando un nombre artístico. No es un concepto nuevo y es una elección personal. De todas formas, debes asegurarte de que la razón detrás de tu decisión de escribir bajo otro nombre es sonora y no va a tener el efecto contrario en tu trabajo dañando la percepción de tus lectores.

Vamos a ver algunas de las razones por las que habitualmente los escritores eligen su seudónimo. Empecemos con las razones incorrectas, para ver si vas por la ruta correcta desde el principio.

Razones por las que NO adoptar un alias:

Para Parecer Más Exótico

No intentes usar tu nombre simplemente para impresionar a tus editores y lectores. Tu escritura deberá ser lo que justifique su apreciación. Una vez que te los hayas ganado por tu destreza al escribir, tu nombre se volverá “exótico” por asociación.

Si Hace Peligrar Tu Profesionalidad

Si pretendes expresar tu artista interior a través de tu seudónimo, ten cuidado de la persona que podría ser. Quieres mantener un aura de profesionalidad. Nombres como “Estrella de Fuego” o “Divina Afrodita” corren el riesgo de disminuir tu credibilidad.

Para Permanecer Anónimo

Deberías estar deseando ser reconocido como la persona detrás de tu libro, aunque te expongas a polémicas o estés afrontando tabúes. No tengas miedo a las reacciones de tus lectores ya que esta es la razón principal por la que compartes tus pensamientos y opiniones a través de tus escritos.

Como Escudo

Si has escrito sobre alguien que conoces o temes que tu material pueda ser calumnioso o difamatorio, es mejor que cambies las identidades de los personajes antes que tu nombre para evitar cualquier consecuencia legal. Nadie tiene por qué saber de quién estás escribiendo realmente.

Para Tener Permiso

Las restricciones en la escritura por género, raza, etnia o cultura ya no deben de ser un problema. Esto es especialmente cierto gracias a la ventaja de la auto-publicación.

Construye ese Seudónimo

Ahora que ya sabes las razones por las cuales no deberías tener un seudónimo, aquí te damos algunas situaciones donde un nombre de pluma puede ser el toque perfecto para añadir ese cierto “no sé qué”.

Para Mantener La Profesionalidad

Tanto como tu nombre de pluma puede tener un impacto negativo en tu profesionalidad, también la puede preservar. La reputación de un profesor de universidad puede verse empañada si se descubre que ha escrito unas cuantas novelas románticas. La gente tiene ideas preconcebidas y prejuicios de quién debería escribir qué; por lo que un seudónimo puede ser útil para separar tus ambiciones literarias de tu carrera.

Para Traspasar Géneros

Si ya has escrito en un género y quieres ponerte el desafío de cambiar, puedes pensar en crear una nueva identidad. Esto funciona especialmente para aquellos géneros que son totalmente diferentes unos de otros; pasar de novelas de terror truculento a cuentos de hadas para niños, por ejemplo. La querida Agatha Christie es un claro ejemplo de esto: Mary Westmacott. Este fue su seudónimo cuando escribía novelas románticas; bastante alejadas de las novelas de misterio por las que es renombrada mundialmente.

Para Que Las Expectativas Del Género y De Los Lectores Se Unan

¿Has leído alguna vez Lindos Paseos Sobre El Río de Mike Tyson o Depredador de Paris Hilton? Obviamente no.

Para Hacerlo Más Ágil

Si tus lectores no pueden recordar o pronunciar tu nombre esto se puede convertir en una adversidad que afectará al marketing de tu libro. Si tu nombre es Margarita-Florinda Grijalbo-Arruzabaleta, deberías considerar reducirlo a algo como Marga Arru o Margarita-Florinda.

Para Mantener el Ritmo de la Producción

Ser un escritor prolífico puede, en realidad, ir en contra de la promoción de tu libro. Si empiezas a lanzar libros a la velocidad del rayo, los lectores van a empezar a dudar del esfuerzo que estos llevan. Esta fue la verdadera razón por la que Stephen King adoptó su alias de Richard Bachman.

Puntos Que Recordar

Si estás considerando escribir bajo un seudónimo, recuerda los siguientes puntos para hacer que tu nombre de pluma funcione también para tu campaña promocional:

 

Mantén la profesionalidad

Hazlo amigable con el género

Cercano al lector

Hazlo pronunciable

Hazlo único

 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Sobre la poesía para un narrador.





Los escritores de campañas publicitarias muchas veces dicen que necesitan echar mano de un libro de poesía para encontrar inspiración. Después de todo, la habilidad de expresar imágenes complejas y emociones en unas pocas líneas es lo que hace a un escritor brillante.
En realidad, la poesía puede ayudar a escritores de todas clases, tanto novelistas como escritores académicos, a mejorar su destreza. El poder tocar música para el lector a través de las palabras o evocar imágenes inolvidables es algo a lo que todos los escritores aspiran.

Lee muchos poemas

Creemos que la mejor manera de empezar a mejorar tus habilidades escribiendo es leyendo poemas, muchos poemas. La poesía tiene la ventaja de ser corta, lo que te permite probar muchos estilos diferentes. Intenta leer un par de ellos y verás que te inspiran sentimientos e imágenes distintas. Si te producen algo por dentro o dejan huella, pregúntate a ti mismo por qué, ¿qué tenía este poema que te ha afectado tanto?
Para empezar, prueba leer “El Cuervo” de Edgar Allan Poe, algún soneto de Pablo Neruda y “Hace falta estar ciego” de Rafael Alberti.

Aprende a estimular los sentidos

Los poetas dibujan pinturas con sus palabras, pero esa pintura no está limitada a las imágenes; el poeta debe estimular nuestros sentidos de la vista, olfato, oído y gusto como lo puede hacer una pintura. El poeta se convierte en una especie de cámara que produce imágenes sorprendentes y frescas que permanecen en la memoria de la retina. Esta frase, por ejemplo, ofrece una fuerte imagen. “Robles barnizados por la luz carmesí del sol.” ¿Cierto que inmediatamente viene a tu mente un bosque de robles al atardecer?
Intenta jugar con imágenes con tus propias palabras, o practica escribir algún poema para entender mejor por qué esto funciona bien y enriquece tu obra.

Aprende a usar palabras concretas

La poesía también nos enseña que es mejor usar palabras concretas en lugar de abstractas. Un ejemplo de una palabra concreta es “cálido”. Es concreta porque tú puedes sentir calor con tus sentidos, es algo real. Un término abstracto será “libertad” o “felicidad” porque no los puedes ver, ni tocar.
Usar palabras abstractas en poesía no ayuda a entrar en los sentidos del lector, de esta manera no llegan a experimentar tu idea al máximo. Por ejemplo: “ella se siente feliz”, no es tan impactante como “sus mejillas como tomates, radiaban calidez”. La imagen de tomates, tan rara como parece, permanecerá más tiempo en la memoria del lector porque es concreta.

Aprende a transformar tópicos

Cualquier estilo de escritura que se sustenta en los mismos tópicos pierde impacto. Las frases muy utilizadas son como el pan rancio, nadie quiere comérselo. Tu personaje puede estar más loco que una cabra o más aburrido que una ostra, pero estos clichés están gastados y han perdido todo su poder.
En cambio, puedes transformar los tópicos y crear los tuyos propios. Por ejemplo, haz una lista con todas las palabras que asocias con estar aburrido y crea una frase. Digamos: “Aburrido como un pediatra en un asilo”. Encontrar frases originales dará un nuevo toque a tu escritura.

Aprende a modificar lo corriente

La fuerza de la poesía recae en la habilidad del poeta de ver objetos corrientes, lugares, o ideas de una forma completamente nueva. Tú puedes ver un niño de pie en una fila con su madre, pero el poeta imaginará al niño pintando las paredes con laca de uñas y la madre en apuros intentando no enfadarse. Simplemente prueba mirar algo común y esfuérzate a verlo de otra manera. Tu escritura te lo agradecerá.
Por supuesto que la poesía te puede enseñar mucho más que esto. El mejor consejo es leer un poema al menos una vez al día e internalizar las imágenes, el ritmo, y los sentimientos. Estudia formas como la metáfora, el símil, y otras estratagemas literarias que emplean los poetas. Verás que, una vez hayas tomado contacto con la poesía, tus habilidades como escritor mejorarán.











LA SOLEDAD
SEGURA DE UN CREADOR

El mundo de la realidad de un escritor no siempre pertenece al mundo periodístico de la realidad
Jose maria Arguedas

La escena, la sensación, busca un desfogue recreándola por un medio altamente encarnado del alma sensible e inquieta, donde el creador en el medio de su éxtasis reproduce fuerzas por medio de las ideas para surgir de un silencio. Trasgrediendo a veces los principios de la sintaxis.
Sin embargo, en ese mismo escenario su soledad está presente  de una conciencia donde subdivide los criterios que desempeña. De esta forma se  caracteriza rutas de un universo con senderos laberínticos en el medio de una coexistencia evocada constantemente hacia un mundo imaginario y real a la vez. Donde pretende separar,  pero que sólo enfrenta la admonición de un nuevo escenario enmarcado del papel y cada palabra que él eligió. participa su voluntad instintiva por las transformaciones alentadas, con el sano sentimiento de que algún día eso pueda ser leído por alguien o por muchos similar a un acto de entrega.
Mézclanse en ella la gratitud devota para el menester preciado, con la adhesión sensible justa para hallar historias, incluso, historias dentro de las sombras o hasta en las rocas. En donde sólo pudo encontrar en el paisaje de lo real, para recrearlo con el verdadero sentido que solamente él cree, siente y migra.
A veces, con los altibajos emocionales y otras con el lineamiento formal de las costumbres de las que desea huir o plasmar.
Formando  un destino que gira la curva para llegar al mismo comienzo; la soledad donde empezó todo. Ese inicio hubo solidez, seguridad e incluso cierto confort.
Lo que normalmente no tiende a reconocer es que la soledad segura que en su misma condición ya provoca la historia, el escenario de un éxito al borde del fracaso.
No obstante, a veces cuando uno está en el riego del fracaso apostándolo el todo por el todo, donde el resultado puede ser una gran obra.
La suma "de todo" es un desgaste tan placentero como un orgasmo, pero no es el orgasmo de un hombre de carne, es el orgasmo de hombre espiritual. En este terreno eróticamente espiritual.  Entonces la soledad se unifica con el acto creativo y divino de su interior para crear una obra.












Enrico Diaz Bernuy