p


Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta poesía de Enrico Diaz Bernuy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta poesía de Enrico Diaz Bernuy. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de octubre de 2024

Poeticas de 2014 (recuerdos) | Enrico Diaz Bernuy

 ©Enrico Diaz Bernuy


SUCUERPOERABLANDABLANCAYTIBIA
Ya no podía esperar a la noche, mi sangre recorría con más fuerza  y mi piel hervía, su mirada ingenua oscura y temblorosa a la vez…  provocadora: me envolvió con su sexualidad, hace tanto tiempo la venía deseando y tenerla frente a mí me llenó con su paisaje de tenerla desnuda.
La arrastré  en un mar de palabras. Le narré incontables cosas  en la que venía soñando y al final del túnel siempre la veía a ella,  con eso se sintió alagada, quería marearla, como a todas las mujeres, envolverla en el mar de las palabras que puedan hacerla sentir la reina de un mar encantado. 
El latido de su corazón  agitaba sus senos brillantes, sudorosos como el rastro cristalino que hace las olas del mar. Mientras que su diminuta prenda íntima la froté con mis dedos con lentitud y arte.  Como si la tela se desasiera en mi piel, sus gemidos me suplicaban, luego  quedó más desnuda que nunca. Empezó a implorar que me detenga y eso me estimuló más… ser más rudo  con ella comenzando por esa ubérrima cabellera castaña y húmeda de tantos esfuerzos que luchaba para quitarme encima sin embargo yo ni siquiera comenzaba recién estaba calentando motores.
Su cuerpo era blando, blanco y tibio.  Sus latidos habían llegado a sentirlo solo con mirarla, y ella estaba agotada y la figura blanda y tibia de sus piernas poco a poco las abría cada vez más abierta y  me embargaba, me absorbía y me estrangulaba…
Una vez más me sentí un demonio, un creador, o un devorador de la belleza que se encontraba entre sus dedos y entre sus piernas y entre la saliva que me coronaba agradeciéndome y sus suspiros jadeantes unificados con los míos. De alguna manera nos hicieron un ser lleno de  insaciable apetito… por devorarnos a nosotros mismos.

En esos momentos habían pasado tres horas y recién comenzábamos… 

©Enrico Diaz Bernuy

domingo, 29 de enero de 2023

LIBRO DE POESÍA: ESGRIMA LUMINOSA Edición electrónica (libro completo) Autor: Enrico Diaz Bernuy

Mientras que mis colegas se jactan de escribir varias veitenas de libros.  O hacer libros de poesía de mas 500 páginas... (mejor no comento). Yo con mucha satisfacción y poca humildad quiero presentarles uno de los libros más importantes que he escrito en mi vida y que fue,  prácticamemente mi  lanzamiento al mundillo cultual y los grupúsculos correspondientes. Y por su puesto, mi infinita gratitud por los momentos. 


Lanzamiento oficial 13 de MAYO 2014

Dato adicional : por un tema de capacidad en este blog solo subo el texto del libro. Debido a que la edición original impresa contiene varias ilustraciones de mi autoría y en esta presentacion el enfoque es al texto. 



¿Listo para leer poesía?



©  Enrico Diaz Bernuy

 


 

ESGRIMA LUMINOSA

Poesía

 

 

Era un lobo con sed y esa exploración 

 

me convirtió en un Minotauro.

 

Loco con ese amor dorado, el fuego hacía

 

su danza que convulsionaba y en el medio

 

de ese lenguaje febril, me cubrí justamente

 

 cuando mi cuerpo estaba con ella y en ese

 

 vórtice, mis sentidos, como consecuencia

 

de aquellas caricias y lamidas por las

 

mismas lenguas doradas que nos iluminaban

 

 flameantes del fuego. 

 

Cuya metodología cuántica, sutil y pura, me

 

permitió entender que en realidad el todo

 

en sí, lo que me rodeaba no era más que

 

abusiones y este paisaje sexual me dejó el

 

sabor a mar de ella.

 

Recuerdo su fragilidad, su delicadeza

 

pindárica, aguerrida, libre, con la filarmonía

 

de sus labios y mis besos.

 

En este trámite, esta experiencia de cuanto

 

era capaz… y esas gotitas tremendas que

 

recorrían de sudor por mi cuello eran

 

 doblemente humectadas con su lengua.

 

Sus pechos brillaban con un broncíneo

 

tono, como una parte del infierno se hubiera

 

desplegado sobre ella, era como una

 

montaña de deseos y además era sumisa

 

 y suculenta, y blanda, y suave, y acuosa, todo

 

 ello con esa cabellera enramada, enrulada

 

de esencias místicas que brotaban desde

 

 lomas intimo de ella.

 

De todas las formas delataban el alma

 

que la gobernaba y que sería capaz de

 

volver loco a cualquier hombre.

 

La contorción que hacía con sus

 

caderas, cada vez que la penetraba me

 

removía como si ella intentara estrujarme

 

 con una sed infinita, la sed que tenía una

 

hembra excitada, madura, matemáticamente

 

 experimentada, lumbrera de mi destino

 

y con toda la fuerza de esta historia su amor

 

 me había iluminado.  

.

 

 

 

La   morada

 

Tus ojos son en mis ojos.

 

Mundo de un raudo deseo.

 

Arcilla  fina de mi juicio mordiente.

 

Arcilla trigueña.

 

Me dejaste sorber.

 

Un soplo de nieve derretida.

 

Que atolondra mi carne.

 

La fuga siempre desflora la primavera.

 

El encuentro arde el incendio.

 

De nuestros frutos atados.

 

Nuestra sombra una morada.

 

Evidente de encausar cosechas.

 

Entonces esto es insigne.

 

La morada de una noche eterna.

 

 

 

 

QUERIDA DE MI VIDA

 

El  latido que nace del todo, me enseñó a amarte.

 

 

 

 

LABIOS

 

Y te beso…

 

El yo…, cede al deseo.

 

Quieta y ambigua.

 

Donde abrevan tus labios oscuros

 

 en mis besos… Demasiada devoción.

 

nos desarraiga

 

 

 

Boca MIEL

 

 

Linda,  oscura…

 

Encadenada a mi delito.

 

Contra cualquier voluntad.

 

Tus manos besadas.

 

Sólo delatan

 

las pirámides de tus destinos.

 

Juntó el hálito de las noches.

 

Qué glacial hará

 

Encarnar mis noches…

 

Estás jadeante y extenuada…

 

La noche propaga la miel que cursa.

 

La espiral de juncales dulces  que me diste para hacernos sal.

 

En donde el alma se convierte en agua.

 

Tus labios con los míos ya no buscan nada.

 

 

 

RESPIRAS

 

 

 Caemos a la tierra semejante al otoño.

 

Tostados encajes me enseñan los bienes.

 

La respiración.

 

Luciérnaga cautiva un dulce acorde.

 

Para tenerte a mi lado.

 

Yo te canto.

 

 Tus estoques habían vientos.

 

Y eres inocente.

 

Ahora espejo donde el arco iris.

 

Nos enseña el umbral, — tu fértil lecho.

 

Eres toda,  y sin sombra.

 

 

 

Osita

 

Del más vivo recuerdo de tus manos.

 

Solamente recuerdo

 

el Temblor de tus besos.

 

 

Ideario de una amistad

 

 

 Su sola luz vaciada  pintora con el pincel sobre tu rostro.

 

Para tamborilear tus latidos el roce  inflexible de mis labios, —te beso.

 

 Por las lindes perdurables…  A ti, e inmensa.

 

Sumado a la lírica de los aires que dejaste en mis recuerdos.

 

 

RUTAS     (   )

 

Una estrella ancla  una hábil mano.

 

Que me conduce a ti y a las rutas,

 

de tu cuerpo principalmente .

 

Cuando te sueño.

 

 

TU

 

El atributo recompensa lo mejor de mí.

 

El verbo de un alma hallada.

 

Para la semántica de mi vida.

 

El atributo halla y desplaza.

 

La flor perdida de tener una esperanza propicia.

 

Un jardín en mi alma.

 

 

Mujer mía             

 

 

En las formas inventadas.

 

Contenidas del soneto oculto.

 

Ensueño en la ola de tenerte mía.

 

Con mi arte cantor .

 

Italianizante celeste y hueco donde habitas.

 

En mí, — Mía.

 

Con qué ola te veré cautiva desasida

 

con este corazón.

 

 

 

TIBIA

 

 

Huida.

 

Entera.

 

 Mía.

 

Perpetua.

 

Como el halo que sale de tu alma.

 

Voladora del retorno a mi vida.

 

Huida y perdida.

 

Para posar en  mis fantasías.

 

 

 

Cambios

 

 Citaré tu figura de alas abnegadas

 

La fiebre más baja es batir semejanza

 

Una flor amena de cortesías, de tesoros.

 

Empero,  en qué cima estival te convertiste

 

Abrigada  de estremecimientos para perdernos en la nada.

 

Citarè tu figura de alas doradas…

 

 

El nido

 

Famélica me lames.

 

Y se desmelena la quietud...

 

El enjambre de todos nuestros cuerpos,

 

ponen el vicio de  esa vía

 

del reino donde anida el deseo

 

de tenernos infinitamente tantas veces.

 

 

 

 

 

La sangre del

SILENCIO

 

 

 

 NAUFRAGIO

 

 

El  naufragio ha calzado la estancia.

 

La superficie.

 

La acérrima embriaguez

 

Como alfanjes brillan

 

De la estación del exilio

 

En esta lúcida soledad

 

las venas  me enredan en el delirio.

 

Y  las lágrimas de  esta grandeza me permiten vivir

 

En este naufragio.

 

 

 El  olvido

 

 La lunación estaba instalada…

 

Las lluvias con sus atuendos

 

Azotaban a desnudarlo todo.

 

Sobre la estancia

 

Que estaba sin márgenes

 

Derramándose lentamente como las manecillas del tiempo

 

Con ese petróleo copando el lago

 

Con cierta embriaguez y con delirio de una decisión.

 

Cargando una marea oscura pero pura

 

La misma como el ferviente deseo que

 

El olvido.

 

 

ESTANCIAS

 

Ahora llora mi alma

 

Ahora sale la cenicilla

Disfrazado de entusiasmo

 

Envolvedor Dinosaurio

 

Déjame existir

 

 

 

 LA SEÑAL CONCRETA DE UNA SOMBRA

 

 

A su luz para el cielo

 

Y terminamos en este firmamento

 

Mansamente

 

Para posar la señal

 

Concreta de una sombra

 

Cara a cara cada día

 

Con la muerte.

 

 

NUMEN             (para mi padre)

 

 

Solo

 

Sobre el pasto fatigado

 

El corazón de los frutos

 

Solas las piedras desnudas

 

El campo esta colmado

 

Por pliegues de dulzura

 

Cabelleras de un cielo transparente

 

 Vientos rodantes que abre la ventana alborada

 

Al cielo robador de canciones

 

Y nieve

 

Y arrollo

 

De fiebres confusas en las risas del alba

 

Siendo difícil como la noche

 

Acá cercano al cambio de piel

 

El amor como el amor hace reir con las lagrimas

 

El amor como el amor

 

Hace nacer

 

Los muros sus imágenes en aullidos cuelgan

 

La respuesta en abrir la puerta

 

Cuan sembrada a sus frentes a nuestras frentes

 

Como un diluvio detenido al alza de los capullos

 

Jugueteando sonidos

 

Soy un bajel espacial

 

De luces hacia a dentro

 

En el que en la proa empuña un puñal

 

Soy el bate

 

EL que en la popa

 

Se inflaman los márgenes contradictoriamente

 

La dulzura del corazón Deja abrazarse

 

 Negro por unas manos donde un infierno sonríe

 

El llanto del rio de mi corazón

 

Sinfonías de silencios que sólo creen en la soledad

 

Y recuperando en mi memoria

 

Hogueras de enjambre

 

El sudor alado de la noche

 

Estoy fuera de masa

 

Letanía gritada

 

Al duro deseo de durar

 

De pensada rada

 

Lucífera sin lugar

 

 El exilio me hacia navegar a profundidades

 

Alga móvil a un  remolino

 

Constelado

 

El exilio ha calzado la estancia

 

Piedra de furor gramatical

 

En la vértice de mi ser

 

A desmesurada esgrima de palmeras

 

Venteada de vientos

 

sempiternos

 

Las formas de Mayo

 

Que llevo inconsciente

 

De confluencias

 

Pero cuando llorando caigo

 

De horror la escarcha del horizonte

 

Una sombra pletórica

 

De alaridos

 

Horizontes cuyos capullos un perfume corona

 

Como escudo de armas

 

En la oscuridad de nuestras frentes

 

 Marcando cantos

 

Las lluvias en sus técnicas arcaicas

 

En su nacimiento

 

Epifanio de un encuentro perpetuo

 

Y el crepúsculo sonríe en una fogata brillante

 

 Y me han instruido las tinieblas

 

Que cuidan la oscuridad con argucia lustre

 

Y luz y Luz máxima

 

Y luz descendida

 

En piélagos rebeldes

 

Estancia que desgasta su misma musculatura

 

Mismas tinieblas que alimentan crestas

 

Brillantes heridas atadas a la gloria

 

¡Oh Dios mío!

 

Ahondar el barro, rodado por el tiempo

 

Por tregua

 

Por luz

 

¡Oh Dios mío!

 

Oh unidad de los universos…

 

Ayúdame porque el viento llueve

 

Llueve el mirar

 

La razón ahondar el barro

 

Rodado por el tiempo por tregua

 

Por luz

 

una soledad segura

 

pone el trance seguro

 

De confluencias desconocidas al amor.