El elemento igualador o el conjunto de las posibilidades frente al acto creativo, generan a su vez discos que orbitan a la sombra de uno. Puede traducirse en dificultades que te enrumban en abandonar a un cuadro.
Aun no me queda claro si el cuadro me abandonó o yo lo abandoné. Sin duda, sus medidas dificultan la obra. Mide 32 cm x 1.50. Para mí eso influye en el abandono o simultáneamente al desafío.
Pero quizás es una excusa, siento que hay algo que tenga que ocurrir en
mi vida para terminar ese cuadro. Me resisto
a creer sobre la teoría del abandono. Al
menos frente al arte es algo incomprensible, es tan incoherente como decir el
agua no moja.
Ya son dos semanas que siempre lo recuerdo y quizás, él también está pensando en mí. Lo peor de todo es que el caos que se suscita sobre la idea de decir estas cosas; como si faltara algo que ocurra en mi vida. Y si fuera así para enfrentar ese cuadro. Ahora también esa misma idea me dijera sin embrago, esta incertidumbre. Que de alguna forma es algo parecido a un elemento igualador. Sobre las cosas que tienen valor en mi vida. El problema con los tesoros es que los terminas arrastrando a donde vas.
Sea
cual sea el vehículo automotor que uses, esas cosas siempre están en tu mente, (pentágonos
de abejas). Especialmente cuando creas obras como cuadros, no puedes
abandonarlos y cuando hablamos de una obra inconclusa, se agrava esta
experiencia. Lo interesante es que el tiempo pasa y cada minuto son como versos
que ni siquiera los comprendes, pero están ahí frente a uno, y a la vez inaccesibles
a uno. Y todo se trata de pintar un
cuadro cuando luego llegas a pensar si el cuadro te esta pintando a ti.