Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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lunes, 23 de octubre de 2023

Relato: Los pisos de la distancia | por Enrico Diaz Bernuy | Literatura

DESCRIPCIÓN: Relato que trata sobre las vivencias laborales del personaje: Leopoldo con su amiga Fátima. También intervienen  un sujeto catalogado como el cybord intelectual y  Juan Mestanza. El relato, “Los pisos de la distancia” es un recorrido con una visión crítica sobre las relaciones sociales en donde, lo que más ocurre, es la imposición de los intereses personales y los deterioros respectivos frutos del ego. 



“El más oscuro rincón del infierno está 
reservado para aquellos que conservan su 
neutralidad en tiempos de crisis moral”. 
 Dante Alighieri. 


 
LOS   PISOS   DE  LA   DISTANCIA


Primera Puta: Tener descaro, y jamás arrepentirse de nada de lo que uno hace. Sin duda te vuelve en una persona ciertamente despiadada. Digamos que, si tuvieras una hija o hijo, estoy casi seguro que no la encargarías a ese familiar, amigo a amiga con tales atributos mencionados. Y eso sin contar al desparpajo de exponer una vida llena de tiempos libres revelan únicamente una vida carente de esfuerzos, luchas. Cero sacrificios, cero visiones por un escalón más allá. O una ausencia total por crear algo importante a sus familiares o algo importante a la humanidad. Una vida que revela también su complacencia. El minúsculo culto a su
egoica
vida que no se puede ocultar. Su
miradita
llena de brillos pícaros, poses sexis en su tardía edad y que ella antes de quedarse dormida cierra los ojos y aun así, con los párpados cerrados mirando al techo de su cuarto, recordándose a sí misma; visualizándose y aceptando en su silencio que ella “ya no es la de antes”.

Su mirada con los ojos cerrados, la hace sentir en una mujer sin rostro o un rostro que ella desea borrar como si anhelara comenzar de nuevo. Como si en el fondo supiera que no fue bueno el camino hecho, la vida vivida, las fotos del recuerdo.

Pero esas cosas no se las puede decir a nadie, es lo único que acepta.

Pierde una lágrima y queda dormida, con sus manos frágiles de no haber trabajado nunca, pero esas manos que se hunden en remolinos rabiosos de sus sábanas. Con esta sensación se queda dormida es así cuando más siente su soledad. Luego se despierta e inmediatamente busca conversar con alguien de la casa. Sonríe con fragilidad; hallando así una eficiente forma de ocultar sus verdades… Hasta que esa misma sonrisa es interrumpida por el timbre del teléfono móvil.

Resulta que un aviso le notificaba que el día de hoy iría a tener una reunión con su viejo amigo Leopoldo. Entonces cuando llegó la hora acordada (4:
00pm
). Se encontraron a dos calles del “Centro Comercial Arenales”.
Se abrazaron con afecto y tomaron asiento en una cafetería para comer algo. Al principio la conversación se centró en el tema vocacional de Leopoldo. Un tema que ya lo habían conversado por teléfono anteriormente, pero ahora que estaban frente a frente, era inevitable tocar ese tema, quizás la reunión fue para eso. Todo comenzó cuando él empezó a contarle sobre los vínculos que había retomado con sus ex amigos del barrio.

Aquel viejo barrio de clase media. Ella le dijo: No te basta con la animadversión que te tiene tu propia familia. Ellos jamás valorarán cualquier rastro tuyo acerca del talento que posees.

¿Crees que ser actor es algo enaltecedor para ellos? —Te refieres a mi familia o a mis amigos. —A ambos. —Por supuesto que no, nadie acepta mi oficio, y tampoco, me importa esas opiniones.
—Y por qué te juntas con esos chicos si sabes que nadie de ese grupo es actor.
Estás
replicando tu experiencia familiar.

—Puede ser. De igual forma, no me afecta porque no le hago caso a nadie. —Acaso no recuerdas lo último que te dijo tu hermano mayor o tu madre: que tu actividad eran “actos recreativos”. —Sí, es cierto. Ellos no ven que sea un trabajo, ni mucho menos algo enaltecedor —Por su puesto. —Y si vieran algún tipo de reconocimiento solo sirve para que ellos se burlen. Cualquier muestra de algún reconocimiento solo sirve para hacer menoscabo. —En realidad, ese pensamiento es tal cual, al ciudadano promedio. —Es cierto. Recuerdo cuando el año pasado me dieron un diploma. —Felicitaciones, es una muestra que reconocen tu actividad. —Claro, pero ellos ven que no hay dinero de por medio, y si lo fuera solo es monto simbólico, por lo tanto, una pérdida de tiempo, ese es su pensamiento irracional. —Y tus amigos que dicen. —¡Ellos son la otra cara de la moneda! —¿Cómo es eso? —A ellos les genera envidia.
—Veo que es una moneda muy particular. Entre envidiosos y carencias de mérito te rodeas
Jajajaja
.

—¡Vaya suerte, que te tocó! —Una sarta de envidiosos nomas. —¿Y por qué sigues con ellos?… —Cuando he querido pensar en esa respuesta, he sentido otra voz que me decía: “no pienses en la respuesta”.

—Y yo te creía medio ermitaño.

Siii
el ermitaño hasta que dejó de ser ermitaño,
ja ja ja ja
.

—¿Es como si te trasformaras? —En algunas oportunidades he demostrado cierta habilidad en transformarme referente a temas sobre la sociabilidad. —Pero eres tímido ¿o no?
—La verdad que
recontra
tímido soy, acaso no te acuerdas cuando me conociste en tercero de primaria. Yo
coleccionando figuritas
para dibujar encima de ellas ¿o escribir cosas?

—Claro que recuerdo, y también cuando te peleabas con los chicos o discutías con el brigadier del salón. —Ese brigadier, más sobón con la profesora. Yo adoraba a la profesora, pero odiaba ser sobón de alguien. —Te parabas peleando.
—En esa época era el modus vivendi de la mayoría, peleas nomas. Puedes creer que se me cruzó ser peleador o
skater
en algún momento de mi adolescencia

—¡No te creo! —Y hasta donde llegaste con esas ideas o esas inquietudes.
—Llegué a la conclusión que debía crear mi propia marca de
skate
, eso se me pasó por la cabeza. Y lo de las artes marciales. En lector de libros de esa línea, de hecho, que una época logré una pequeña colección sobre ese tema. Luego vendí la mayoría de esos libros. Ahora leo literatura más acorde a mi vocación. El tiempo pasó, y la que era mi novia resulta que su hermano era dueño de una escuela de artes marciales y ahí aprendí más.

—¿Y qué pasó con ella? —Ahora ella es mi esposa. —Oh, ya veo. —Al final terminé como un hombre de paz, creo. —Al final el ermitaño abandona su papel.
—Lo que pasa es que me concentro y me transformo en alguien muy sociable. Digamos por ciertas temporadas, luego se me pasa, me traicionan y vuelvo a mi estado natural
jajajajaja
.

—Ya veo y hasta cierto punto es comprensible. —Creo que debes tomarlo con más frescura. —Puede ser cierto, un amigo hace años me dijo; te falta correa (tolerancia) y disfraz; píntate el pelo o usa otro nombre. No deberías ser tan sincero —señaló en tono humorístico.


Por momentos, ambos se sumían en el silencio, y en esos momentos de quietud, encontraban una oportunidad para retomar los temas pendientes. Algo en su interior les hacía sentir que estaban discretamente desahogándose. El tiempo vivido, con sus luces o sombras, se desplegaba frente a ellos como un tapiz tejido con los hilos de experiencias compartidas. Los recuerdos, como estrellas tiradas al lado de un poste en el firmamento, las calles de sus vidas... Y esas mismas estrellas brillaban en la penumbra de aquel rincón de su conversación. Por lo tanto, a medida que avanzaban en el camino del tiempo, se daban cuenta de lo precioso que era aquel regalo efímero y, en esos momentos de silencio, lo valoraban aún más. De esta manera, no se daban cuenta que entraban en la profundidad de sus simples preguntas o comentarios…
Leopoldo dijo: —Suelo alejarme por una infinidad de motivos y al final cuando me acerco a las personas recibo eso, otros se habitúan a eso o rescatan el lado humorístico al tema, yo nunca pude encontrarle mucha risa al tema. Por eso al final me alejo nomas, así me pongo a crear más de mis personajes en la actuación.
—¡Qué ironía! —¿A qué te refieres? —Es que con tu obra llegas a cientos de personas y en el mundo real, no te acercas a nadie. —Si pues, cuatro gatos nomas.
—¡Cuatro gatos y un
gatoide
jajajaja!

—Y respecto a esos chicos, quien fue el primero en comportarse en forma desleal contigo. —Juan. —¿No entiendo, que pasó con Juan? —En un centro cultural que tenían su anfiteatro me dieron un pequeño reconocimiento.
—No fue mucho dinero, es más
,
se trata de un monto simbólico y además lo darán en un futuro...

—Qué bueno, al menos es una aceptación a tu trayectoria.
—Pero eso los demás no lo ven con buenos ojos, no les basta que nuestro oficio sea invisibilizado por la familia e incluso hasta como un acto mal visto, prácticamente como si uno no trabajase, en fin.

—A pesar de eso recibiste el descrédito de tus colegas.

—¿Pero no entiendo?... yo creía que eran personas cultas.
—¡Claro que lo son! principalmente el tío
Jonas
, el problema que están ideologizados, dogmatizados, cagados.

—¿Quién es el tío
Jonas
?

—Es el asistente, amigo, e inseparable "guardaespaldas intelectual" de Juan
Mestanza.

—¡A comprendo, como un cíborgs!

Seee
.

—A veces se pelean para hacer polémica o show, solo para llamar la atención así buscan seguidores o hacer que no los olviden. Pero el tío le tiene una lealtad a su amigo. ¡Mismo, película Hindú!

El tío
Jonas
es una persona que puedes hablar de astronomía, política internacional, hasta de poesía sabe. Siempre anda enterado del acontecer y las tendencias intelectuales. Es un sujeto verdaderamente interesante, muy instruido e inquisitivo. Es más
,
estoy seguro de que si le cuentas algún conflicto laboral o familiar inmediatamente te puede dar buenas respuestas, —muy acertado—. Inteligente hacia ciertos temas. Desconozco cómo vaya su inteligencia emocional en el campo personal. Pero tiene todo el rastro de ser muy listo, pero contradictoriamente estar descontento en el plano afectivo personal, (plan nihilista).

Hasta me atrevería a decir que quizás pueda ser consejero o asesor, yno exagero. E incluso hasta puede hablar en público e interactuar con la gente. Las malas lenguas decían que tenía una doble sexualidad, o sea, que no era del todo hetero. Pero en incontables reuniones lo he visto tomar y ni en broma ha dado muestras de tal
cosa.

Lo malo es que si te pones a conversar con él, a veces, suele atropellarte, no deja que respondas, es como si no quisiera oír a uno, alza mucho la voz y tiene una tendencia o gusto que declina hacia lo bizarro. Mejor dicho, hacia la autodestrucción.

—Ya veo. Pues a él no lo conocía. A quien más ubico es a Juan
Mestanza
, ¿un tipo un poco parco, no?

—Más conocido como Juan Me-estafa o ¡¡Juan Maletero Ladra!!
—Un sujeto algo colérico, de mirada
vivaz
, agresivo, contestatario. De carácter áspero, pero muy afectuoso con sus hijas. Enclenque y a veces toma pelo. Y por su puesto, ideologizado con la anarquía a nivel incólume de los pocos que queda (un caso raro).


—Veo que los conoces bien. —Creo que sí.
—Tampoco tiene ningún prejuicio de invadir el muro de alguien (refiriéndome en la red social:
facebook
).

—Pero el problema principal con él, es que “siempre tira agua solo para su molino”. Quiere que la gente lo apoye en el campo moral, pero especialmente en el campo económico, por ello su labia no falla. Al final lo que logra es cansar a la gente. Porque todos se dan cuenta de que él no esta para servir a nadie, salvo que lo sobornes. Entonces todo el mundo sigue su camino, pero los incautos nunca faltan. El mundo no sería mundo si no hubiera incautos; esa ecuación sirve para que él sobreviva. Al final sobrevive, y se jacta.

—A ya, sobornándolo como a las editoriales,
ja ja ja ja
.

—Algo así... —Sus alardes siempre terminan enfocándose a no contar con los recursos económicos del Estado. Pero lo que no cuenta es que financia sus pequeñas obras teatrales con el cobro a sus colegas. Colegas que más bien son ellos los que necesitan apoyo. Él no tiene piedad.
—¿Y si alguien no tiene?

—Mira a otro lado y dice: “
next
”. Salvo que sea su viejo amigo de hace mucho tiempo atrás. El tipo es subversivo hasta con sus propios colegas
,
no duda en escribir en los muros de sus amigos para despotricar lo que sea. Sin pensar que esos muros gente que no pertenece al círculo pueda interpretarlos de alguna forma peor. Te desacredita, (puñal a forro), no piensa en las consecuencias y en ese sentido no se arrepiente de nada. Por eso le dicen ¡Maletero Ladra! Y en estos tiempos esa característica es una característica que lo hace “vendible”, “pintoresco”, “interesante” “no arrepentirse de nada” a pesar de que hayas hecho la cagada que hayas hecho; los hace sentir “sentirse empoderados”. Mientras que para el público los toman como un personaje cautivador. Sabiendo bien que los valores están en el abismo, todo encaja. (propio de esta era) y así triunfan y se jactan. Hasta que el cuerpo aguante.

—Pero también me dices con tu relato que él es auténtico, en ese sentido. —Exacto, no olvides que te hablo de personas “auténticas y cultas”. Lo interesante es que es una persona sincera, frontal no va con rodeos, ni poses... —¿Y qué pasó entonces? —Que el tiempo pasa y a veces empiezas a sentir que estas para que te apoyen y no para estar rindiendo servicios a otros. Principalmente cuando sabes que de ellos jamás recibirás; jamás una muestra de afecto o correspondencia.
—¡¿Entonces el tipo es un peligro andante
jajaja
?!

—Sí. Un sujeto rendido ante el adoctrinamiento y herido. Las horas se deslizaron con una suavidad alarmante, hasta que la noche se cernió sobre el entorno. Fátima había olvidado que tenía que ir a ver su madre, ya que se encontraba sola. Tejiendo como muchas señoras mirando por la ventana y recordando a sus hijos que no la recuerdan. O que para ella tienen otros planes…
—¡Y tú, que hay de ti! Supe que estabas buscado trabajo.
—Sí, pero ando más dedicada a mi madre. —¡Qué bueno! —Solo que, en ese sentido, estoy sola.
—¿Por qué, acaso no tienes hermanas que te puedan apoyar?

Mi historia la puedes titular: ¡La excusa perfecta! JA JA JA
...
Ellos dicen que tiene una fuente de trabajo a miles de kilómetros de donde vive su madre viuda. Que vive sola y
a pesar que
el hijo recibe una pensión, opta por estar lo más lejos de la madre. De esta manera, la hija que vive cerca a la madre, sea así, el que lleve toda la responsabilidad, o sea yo.

—¿Y tus hermanas? —Tienen la misma política, miles de kilómetros e incluso en otros países.
—Pero eso no es correcto, salvo que tú hayas firmado un poder haciéndote cargo de tu madre.

—Eso no ha ocurrido. —Entonces simplemente se dieron a la distancia.
—Sí.

—Sabes que puedes denunciar a tus hermanos por abandonar a su madre. —Si lo sé.
—Porque no lo haces.

—Está en contra de los principios de mi religión

—¿Qué principio es ese? —Se llama la ley del karma
—¿Qué significa eso?

—Tiene muchos significados, pero para lo que estamos hablando me refiero a que el desprecio que hagas a los demás lo cobrarás con creces; si o sí. Y si es a tu mamá, doble porción.

—¿Pero ellos no hacen nada por ella? —Solamente la llaman por teléfono 1 o 2 veces al día cada hijo, para preguntarle que ha desayunado que ha almorzado, a qué hora se acuesta y que si yo la visito diario —Para pasar revista, control, monitoreo, en fin. —¿Y a ti no te llaman? —¡Claro! e inmediatamente intentaban monitorearme (plan nazi). —¿Que hiciste? —No dudé en bloquearlos.
—Porque no intentas dialogar o exponer todas estas injusticias para un acuerdo…

—Simplemente porque uno no puede hablar con gente de mal corazón, no puedes hacer negocios con gente desleal, no puedes ir a conclusiones en conjunto con gente cambiante, gente de almas heridas, oscuras. Con gente mala o que fácilmente califican para ser pacientes psiquiátricos, —no puedes llegar a acuerdo. Gente que cuando te hablan se dirigen a ti en tono autoritario como si ellos estuvieran en un peldaño más arriba que uno.

—¡¡
Hey
!
! un
momento, quizás pueda revelar un anhelo por reafirmar su autoestima tratando de disminuirte para que ellos pueda elevarse. Seguro ellos deben de tener la autoestima por los suelos.

—Una época pensaba eso, pero en fin. Luego entendí que lo único que puedes hacer es tomar distancia nomas, salvo que tengas poderes para transformar a las personas en gente razonable y lamentablemente no tengo poderes así sobre los demás. Por eso me alejo. —Pero ese monitoreo debe ser asfixiante...
—Al principio sí, luego empecé a sentir una profunda lástima hacia ellos. Con sus sonrisas desafiantes como si lo supieran todo del universo, de lo cual, no saben absolutamente nada. Ni siquiera de su propia existencia. Es penoso.

—¿De su propia existencia, cómo es que has llegado a esa profunda conclusión?

—Sólo tienes que ver cómo enfrentan sus vidas, y cómo viven.

—Pero ellos revelan una estrategia también...
—¿Cuál?

—¡Cansarte! para que tu madre desee viajar allá. —Puede ser, siempre le tocan el tema a mi madre.
—Siempre hay intereses como todo en esta vida, la gente “busca sacar su tajada nomas”… Personas con un intelecto tan limitado, no puedes esperar más. Por lo tanto, mientras que el mundo se cae a pedazos, aquí entre hermanos y colegas se arrancan los ojos.

Tal cual profetizó la literatura Hebrea, y profetizado desde los tiempos bíblicos y señala la misma Biblia y si vamos más atrás, desde los escritos árabes antiguos, y védicos o vedanta. Todo está perfectamente descrito a orden milimétrico. También soy consciente que decir, estas cosas, es
enfrentar esta vida con una espada en alto, y una amorosa sonrisa en mi silencio...


Enrico Diaz Bernuy