En la catedral de Lieja se encuentra una representación de Lucifer en mármol que insinúa la radiante belleza del Ángel caído.
Angels are bright still, though the brightest fell.
Como no era admisible una representación tan hermosa de Lucifer, la escultura fue desechada y reemplazada en 1848. Curiosamente, la nueva pieza también desbordaba inusitada belleza. Pero quizá ya era demasiado condenarla de nuevo, así que no corrió el mismo fin que su predecesora y ahí permanece hasta hoy, en la catedral de Lieja, en Bélgica.