Escribes y vuelves a escribir.
Haces pruebas, corriges… así hasta que sale el sol. Piensas que el manuscrito
ha quedado perfecto y estás lo suficientemente seguro como para enviarlo.
Luego, una vez enviado, ¿qué es lo que ves acechando en el primer párrafo? ¡Un
error ortográfico!
Los errores gramaticales y
ortográficos pueden echar por la borda todo el trabajo realizado. No importa
cuánto te esfuerces en cogerlos, pues ellos siempre encuentran la manera de
esconderse. Lo peor de todo es que estos errores lleguen al libro final porque
darán un mal nombre al autor.
Afortunadamente existen unas
cuantas técnicas de fácil uso que puedes aplicar para eliminar esos molestos
errores.
1. Corrige el texto en una copia impresa
Pruébalo de esta manera, de
verdad que funciona. En lugar de estar mirando fijamente a la pantalla, imprime
tu manuscrito, siéntate en un lugar cómodo y entonces ponte a corregirlo en
papel. Ten un bolígrafo a mano (rojo es el color tradicional) y marca todos los
errores que veas. Te sorprenderás de ver cuántos errores salen a la luz en la
copia a papel que no habías visto en la pantalla.
2. Corrige el texto hacia atrás
Cuando estás leyendo el mismo
pasaje una y otra vez, tu cerebro piensa que puede poner el piloto automático e
inconscientemente empiezas a leer por encima. Esta es la manera donde los
errores encuentran un hueco para colarse. Afortunadamente, existe una solución
simple: Empieza desde el final del párrafo y corrige hacia atrás, es más
difícil que tu cerebro entre en modo hojeo y te será más fácil eliminar
errores.
3. Utiliza un puntero
Usa un objeto como un bolígrafo o
el dedo mismo y colócalo en la palabra que estés leyendo. Esto ayuda a centrar
tu cerebro y tus ojos en la palabra en cuestión y evita que tu cerebro lea por
encima. De esta manera es más probable que caces faltas ortográficas.
4. Léelo en voz alta
Cuando leemos en silencio
utilizamos diferentes partes del cerebro que cuando leemos en voz alta. Por
tanto, los errores que se te escapan cuando estás leyendo en silencio aparecen
de repente cuando lees en alto. Si lees despacio, tomándote tu tiempo en
pronunciar cada palabra, las posibilidades de encontrar un error aumentan.
5. Utiliza otro cerebro
Los errores son escurridizos, no
importa lo mucho que te esfuerces, siempre hay alguno que se escapa. Puedes
maximizar tus posibilidades de atraparlos usando otro cerebro. Simplemente
pregunta a un amigo que lea y corrija el texto por ti. Está casi garantizado
que encontrará algún error que habías pasado por alto.
6. Acude a un profesional
Tanto como si tienes unos pocos
errores como si la cantidad es considerable, no hay nada mejor que un
profesional de corrección. Ellos se dedican a esto. Son expertos en erradicar
errores ortográficos y gramaticales, estilo y más tecnicismos. Considera usar
sus servicios. Nosotros te ofrecemos tu propio asesor.
Detectar todos los errores puede
ser un fastidio. Requiere tiempo y un poco de habilidad, pero con estas
técnicas esperamos haberte ayudado a
conseguir un manuscrito sin errores. Al menos en un 95 %
Normalmente los asesores
literarios en nuestro caso al menos, primero requerimos ver la obra y de
acuerdo a esta evaluación y dependiendo de la temática, número de palabras recién
se pude dar un presupuesto para que el autor sepa cuanto tiene que invertir.
Mientras que la obra se encuentre en las mejores condiciones será más económico
para el autor.