Grover González Gallardo. Nació en Cajamarca en 1971. Es ajedrecista y abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Ha publicado el poemario “Manantial en el espejo” en el 2013 por la editorial Pasacalle.
Es miembro del Liceo Poético de Benidorm de España. También pertenece al grupo poético Rara Avis, en Lima, Perú .
Ha realizado difusión cultural y poética a través de la Peña Poética El Rincón Guapo. En Mayo del 2016 fue editado su segundo libro “Sueño de las sombras” bajo el sello editorial Vicio Perpetuo. Una versión más reducida del “Sueño de las sombras” de solo 48 poemas resultó finalista de antología en la XVII Bienal de Poesía del premio COPE de PETROPERU en el 2015.
A continuación sus poemas.
BAJO LA OSCURIDAD DE LAS ESTRELLAS
Naufragar en el sueño que ya nos había soñado;
huir de la feracidad del rayo:
una huella es un peldaño hacia la oscuridad de las estrellas;
una vida es una pausa en el canto de nuestras moléculas:
tu mirada se extravía,
desaparece como lágrima
en las flamas que enardecen las tinieblas;
el mundo pervive como un recuerdo que jamás regresa:
te desnudas y la noche devora sus ojos
entre sombras que ven la luz por vez primera;
me despojo de palabras y malezas;
tu carne horada el cielo que persiste
cubierto de inexistentes gemas:
nuestra humedad fecunda parajes
que resguardan voces yertas:
sin embargo, no ha de morir la flor
si el abismo la engulle hasta hacerla tierra trémula;
no ha de cesar el fuego mientras su furor
cabalgue mis vértebras:
los cuerpos eclipsan las praderas,
se esfuman en medio de la tormenta,
renacen en el viento que dispersa montañas y nubes de piedra.
DESHIELO DEL FUEGO
Hay tantas manos en mi cuerpo,
tres corazones, tal vez;
y acaso algunos prisioneros:
levanto las sábanas y hallo una multitud
que me aguarda desde el inicio del tiempo:
¿Cómo elegir la senda, el faro del conocimiento?
De pronto, alguien canta mientras
me zambullo en el sueño;
alguien suspira en esta noche poblada
de cometas y truenos:
me acuesto en el lecho,
al fin habré olvidado mis miedos:
seré una sombra, chispa
o muchedumbre de insectos:
la noche gira sin embargo;
sigue girando al calor de mi sexo:
estoy solo una vez más,
entre corazones y puñados de fuego;
con mis numerosas extremidades y solo,
a la deriva, prisionero,
he de conciliar el sueño
al ingresar a la oscuridad de mis huesos.
MANIFIESTO
Para Diego Lino Arditto
Estoy cansado de escribir versos,
de estremecer la nada:
cielos absurdos, miradas tan insípidas
como ciudades dentro de ciudades
o enfermedades blandas:
sé bien que la mujer que amo
no ha de esperarme entre nubes o algas;
que los días que me restan no se multiplican
como hondas de choque sobre las aguas:
la sombra de la tierra ya rodea mi aura:
si el camino ensancha sus colores
para albergar mis pasos,
la noche apagará los fuegos
que nos avivan los sueños y el alma:
no más juegos o palabras;
no más especulaciones vanas:
prefiero el silencio al verbo y la hojarasca:
el río saciará la sed, el tiempo dispersará el mañana.
DELIRIO CROMÁTICO
Duermo.
Te asomas entre lánguidos relámpagos.
Caes de la flor que cercena el viento
al despojarme del corazón y de tus labios:
vértigo que devora la desnudez
de tu ser aún inacabado.
Soy un tigre sin embargo;
flecha herida,
brizna de sol que pigmenta páginas y prados.
Te yergues y tu aparición disipa las luces, las nubes,
la penumbra que ocultaba una fiera hecha pedazos.
Pero habrás de irte cuando las lágrimas de la Luna
se conviertan en pájaros;
y seguiré siendo ese tigre que despierta,
contempla el ocaso
como cuando lame tu rostro flameando
en el verdor de un lago;
que se enceguece al vislumbrar
los senderos y los sueños más oscuros de los astros.