Todo ocurrió rápido y comenzó el 15 de Marzo de 2020 para todos los peruanos. Muchos creíamos que duraría poco. Pero al pasar el tiempo y ya poniéndonos a investigar sobre lo que se venía; pudimos entender que ya obedecía todo a una plan perfectamente planificado con mucha antelación. Y una vez que vimos la luz. Entendimos que estábamos en una sartén que no había escapatoria. Luego decían “la nueva normalidad”, los nuevos protocolos ahora… Y yo no paraba de gritar y escribir en muchos lugares; ¡¡¡donde están mis amigos los anarquistas!!! —solo el silencio me respondía—.
El distanciamiento es la solución “todos a coro”. Sin saber que ese mismo distanciamiento y cuarentena iba a destruir a los pobres de este país y a la clase media. No entendían que era una burla y todo se trataba de un nuevo reset (tienen que caer cabezas). La misma burla cuando un presidente de la republica se pone horas a hablar día a día explicándote cómo lavarse las manos. Pero claro, en aquella época te decían conspiranoico .— ¡Eres un insensible por discutir al gobierno! tienes que informarte mejor, decían — Toda esa manada sostenía que estaban muy contentos con su presidente, justo en el momento que estaban caída libre en este país y nadie se daba cuenta. En una transmisión en vivo vía YouTube me atreví a lanzar un comentario en donde ridiculizaba la paupérrima estrategia sobre el distanciamiento, del quedarse en casa. Por consiguiente, los troles del gobierno empezaron a atacarme. Debido a que yo ataqué indirectamente a esa manada. En realidad el que comenzó el pleito fui yo. Pero sentí que todo era una burla de parte de Vizcarra, aquel presidente. Sentí que en esos momentos, y antes, debían cerrar el aeropuerto. Además, que todo esto las autoridades ya lo sabían con antelación. (Cinismo y sadismo imperante).
El tiempo pasó, y en Perú ya vamos más de un año con cientos de miles de fallecidos. Miles de empresas quebradas, algunas reinventadas (en plan sobrevivencia) por su puesto. Por que nadie se reinventa para ganar más, la gente reinventa sus empresas o servicios para sobrevivir. ¡¡Y sin vacuna todavía para las masas!! Sin embargo, una nueva ola de crímenes especialmente por violencia familiar en ámbitos indecibles. La suma se agravó desde los primeros quince días de cuarentena. Y ver al cara dura de los gobernantes con sus infinitas mentiras. Solo reflejaban que obedecían ordenes por un nuevo orden que se estaba instaurando. De una día para otro todo cambió, cuantos escritores habrán nacido en tanto aislamiento o poetas, o pintores. Pero también cuantos artistas habrán sucumbido ante su oficio, abandonándolo todo para seguir invirtiendo en pinturas, cuya finalidad sea para llevar un plato de comida a su mujer e hijos. Cuantos escritores habrán dejado de escribir porque simplemente tienen que buscar un trabajo más rentable en tan difíciles tiempos, ¡cuántos silenciados! Caminantes en el anonimato, suicidados andantes; enmascarados, con tapa bocas que parecen tapa rabos. Hundidos y caminantes por San Juan de Miraflores, o por el cercado de Lima. Cargando cosas, tratando de vender o revender. Reventados en el dolor, viviendo el día a día. Sabiendo perfectamente que con nadie cuentan, que en estos tiempos los amigos de borrachera quedarnos en el olvido, y ellos para uno tambien. O cuando un fulano le dice a alguien: - oye hermano si sabes de un trabajo pásame la voz, y le responde: si gustas puedes venir a mi casa que tengo varias paredes que tengo que pintar, de paso me limpias el baño, y mi biblioteca. Pero de esas historias los que tienen un micrófono en un medio, jamás mencionan. (Cinismo y sadismo imperante) Al fin y al cabo la mejor moneda de pago para estos casos: es la indiferencia nomas. Eso sí aprendí de algunos : los indolentes.
El sector esta de duelo para los escritores y artistas también, incluso en una medida más elevada. No por haber muerto, sino porque fueron condicionados a que una parte de ellos; muera. Para dejar a un lado su oficio; es una herida para este país. Y como el mercado cambió 360° con el tema de la pandemia. El cambio se llevó de cuerpo presente y de oficio a muchos artistas , profesionales y todos. Nadie se salvó excepto los que poseen rentas… Los que se llenan la boca diciendo que viven plácidamente vendiendo sus libros, que de esos conozco muchos. Vivientes del cuento, el cuento que ni ellos mismos se creen, pero igual lo publican en sus redes. Otros los que tenían ahorros. O sino los mas hábiles: los que eran escritores o artistas solo los fines de semana y de lunes a viernes trabajan en ofician. Sin embargo, los artistas reales, si algo los ayuda es que en realidad antes de la pandemia: algunos ya vivíamos como en pandemia. No porque algunos nos vean como los apestados, sino por el aislamiento, la soledad. El sobrevivir con lo poco y al final sonreír como si fuera una forma de yoga. Y en esta forma de expansión: sí se sobrevive. Y aun algunos lo hacemos, en nuestras cúpulas, o búnkers para que al día siguiente salgamos a vender o reparar algo... en una ecuación constante que más parece una broma infinita a scherzo divino en melodía.
Enrico Diaz Bernuy