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viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Quienes son los poetas del asfalto?

27 de NOVIEMBRE
Local.   LOS AÑOS MARAVILLOSOS

Algunas veces cuando las personas escuchan la palabra POESÌA lo primero que se les viene a la mente es viajar a un mundo fantástico, un mundo de musas y riachuelos encantados llevados a un profundo sentido místico y de una retórica  romántica. Pero con lo que han hecho al publicar señor   Richi Lakra    con  su fanzine POETAS DEL ASFALTO, es  también como un  llamamiento al caos con un sentido de reflexión con su marcada filosofía de  "hazlo tu mismo" como el punk lo clama, en donde la autopulicaciòn obedece a un acto de protesta contra los sistemas convencionales de las editoriales en Lima. Algo que en lo personal no me he sentido ajeno porque mis publicaciones desde su inicio hasta la fecha pertenecen a la misma categoría.


Sin embargo, su elección de exquisito gusto literario en la que por su puesto me he sentido honrado al integrar, es poner en público el trabajo literario de diversos poetas  que en su mayoría son músicos de: rock pesado, punk, actores, artistas plásticos y un periodista . Poetas que en verdad lo son y si "hacen poemas", no como otros "que sueñan e imaginan que lo que escriben es poemas. Me gustaría subir a la red la clase de poemas que se exhiben pero por respeto y con el ánimo de que se contacten con el señor Richi Lakra el gustosamente les venderá el fanzine. También es preciso decir que  LA PUTA QUE SE ROBÒ MIS POEMAS es el título de un poema del mítico  Charles Bukowski. El motivo principal era también homenajear a una  poeta que se hace llamar SILENZA LIES, que hasta el momento  poco y nada sabía de ella, pero después de escucharla y leer parte de su amplia producción literaria uno no demora en darse cuentan que entre los versos…, su poesía en prosa con un alto sentido existencial que evoca varios de sus poemas ya tiene un camino  labrado.  Con un propio e innegable "estilo"   y en la que pertenece desde ya, a un movimiento cultural de ULTRAVAGUARDIA  cito el enlace para los incrédulos http://diariouno.pe/2014/11/06/surge-movimiento-ultravanguardia/.
Me gustaría realzar el trabajo literario de alguien pero todos en verdad se encuentran en la misma esfera. En suma una noche inolvidable.  Desde el principio hasta la última página no existe algo prosaico en 76 páginas de fanzine.


Labrado por Luis Mujica, Richi Lakra y Fernando Laguna Silva. 

EN TEATRO UNIPERSONAL...
-JULIO INKREDULO CON SU OBRA ...VERSOS DEL MAL ESTAR
HUGO KALANISHKOV
- INDIRA ANAMPA
- ENRICO DIAZ
-SEMILLA SOLAR
- MANUEL VASQUEZ MICHA
-ISELA VILLANUEVA CORTES
- OSCAR FLORES 
-ROCIO HERNANDO
- EDGAR JIMENEZ
- NATALY LIF SEX-LIO....
- JAMIROZEN HKZ
PARTICIPACION DEL NARRADOR Y PERIODISTA JOE IIJIMAE



PRESENTACION DE EL ESPECIAL-EXTRA PDA N-97-98 DEDIKADO A VALERIA SILENZA LIES A CARGO DE EDGAR COOPER Y 



































miércoles, 19 de noviembre de 2014

TEMBLOR DE CIELO, ESTO NO ES ALTAZOR de Vicente Huidobro. ES JUAN MILLA. Expuso y tembló la tierra en Lima. 14 de Noviembre.( Salón de exposiciones SAVARIN EXPOSICIONES)



Al maestro Juan MILLA    lo conocí como poeta pero, entre él y yo  siempre hablábamos de pintura sobre nuestros gustos en la plástica y futuros proyectos.
Su muestra individual  consistió en 27 cuadros al óleo sobre lienzo. Elementos ancestrales como chacanas, pero dibujados  en un clima mágico..., de ensueño. Un elemento repetitivo fue  "el perro peruano", plasmado con una mirada conmovedora,  temblorosa o vibrante de querer decir algo.  Con las marcadas líneas punteadas y coloridas similar al puntillismo, pero no igual, en donde  ofrecen ese halo luminoso dentro y fuera de sus formas, probablemente como un sutil rastro del expresionismo.  También con una amplia gama de brillos que penetran hasta las sombras esbozo de dinamismo y profundos sentimientos arraigados a un mundo muy opuesto a los medios de comunicación, y figuras publicitarias.
Su mundo indigenista, en estilo ofrece valores extraordinarios que representa escenas místicas como un encapuchado o un danzarín de tijeras, mirando un paisaje que el pintor no desea mostrar tanto. Sin embargo, la figura colorida del encapuchado es profundamente luminosa generando en el espectador un estado de total contemplación y misterio.

Juan Milla, posee 18 exposiciones como individual y numerosas exposiciones en colectivas.

La exposición está desde el 14 de Noviembre hasta el 30 de Noviembre del 2014.
En Jirón Cumaná 878   -Tercer nivel.-


jueves, 13 de noviembre de 2014

POETA INVITADA. Julia del Prado Morales



Bibliotecaria, periodista, escritora.

Limeña, de ancestros arequipeños. Autora de Estampas y leyendas de Huacho y del Norte Chico. Huacho: 1999; En toda el alma hay una sola fiesta.; libro de poemas. Huacho: 2000 Encuentro con Huacho y allende los mares. Lima: Biblioteca Nacional del Perú, primera edición agotada. Cabriolas (historias en verso para niños). Lima: Editorial San Marcos, 2004. La Tortuga Alicia. Libro para niños. Lima: 2007. Tendido de sol maduro.: libro de poemas Lima: 2009. Jipirapafapa. Libro para niños. Lima: 2012. Libro virtual o e-book: Jipirapafapa. Libro virtual o  E-booK: Tendido de sol maduro.

Promotora cultural de la región Lima – Provincias y de la Provincia de Huaura
Pertenece a la Comisión de Escritoras del PEN Club Peruano y a  la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ). 
Como bibliotecaria se  especializó en Bibliotecas Escolares y Literatura Infantil en la Universidad Nacional de Antioquia, Medellín-Colombia,  becada por la Organización de Estados Americanos. Recorre continuamente América y nuestro país. 
En preparación un libro de minificción, titulado: Detrás de la aldaba.
Participa la escritora en algunos foros y grupos literarios  a través de Internet. Parte de su obra ha sido traducida al catalán, alemán, inglés y portugués. 
Sus poemas y cuentos forman parte de antologías físicas y virtuales de América y España.
Colaboradora  en la revista cultural de Lima: Voces, dirigida por la destacada intelectual Amalia Cornejo Cavero.














lunes, 10 de noviembre de 2014

Poema de Enrico Dìaz.





©Enrico Diaz



Título:  Romance, para Amar.

Subtitulo:   Poesía Puzle.

 

 

instante que reinas en la marioneta 15

 de cada mano, de nuestras manos,  14

en la ostensiva pujanza, aun no me deshizo  y  13

la torcedura que    rosa   cada hora…, en Donde  12

 se rompE una melancolía para no olvidar… 11

 

eL  viento polvoroso que hizo 10

y deshizo una palabra prohibida para amar. 9

 

Entre estos   sentimientos mis manos en los astros como un cuaderno   8

arbolar tendido en el cielo, el mismo,  donde recuerdo tantas cosas.  7

tantas formas, cómo nos    soñábamos…    En el ostensorio urdido,  6

perdido de nosotros mismos , y,   -UN sol hundido 5

parecido A una lágrima dorada  4

forma así el rocío de tu mirada  y el calor de mis ojos  3

La mirada perfecta  2

hacia un día naciente  1

domingo, 9 de noviembre de 2014

Lee un cuento mìo. Inédito, pero léelo rápido.

©Enrico Diaz


EL SECRETO DE NUESTRA
SOMBRA


En la quincena del mes de Mayo en un atardecer  que aparentaba ser un día cualquiera…  Efraín se encontraba viajando en el bus METROPOLITANO rumbo hacia  su departamento. Y fue cuando algo capturó su atención: un sonido extraño. Eso lo hizo dirigir su mirada hacia  una mujer que estaba sentada a pocos metros de distancia. De pronto,  vio  claramente cómo el cuerpo de esa dama empezó a temblar. Al principio pensó que se estaba riendo, pero debido a que nadie estaba a su alrededor conversando con ella, ni tampoco hablaba por el teléfono móvil.  Entonces lo hizo interpretar que estaba atravesando  algún ataque o convulsionaba por algo. 
Sin embargo, las pocas personas que estaban sentadas al lado de ella  nadie la asistieron.  Esto  sirvió de  motivo para que Efraín se apresure y aunque sentía algo de  nerviosismo, mostró una actitud humanitaria muy determinada. 
Después  esos temblores que sufrió la misteriosa dama, se acrecentaron, y Efraín raudamente aceleró su paso creyendo que algo malo le estaba sucediendo.  Cuando estuvo frente a frente, la mujer le dijo:
¿Qué se le ofrece? 
—Disculpe señorita, creí que no se encontraba bien.  Creí verla temblar.

Su rostro se sonrojó, como si estuviera avergonzada e inmediato se puso de pie, miró a otro lado  y  le respondió:
—Ya llegué a mi paradero, hasta luego.

La mujer no era del tipo de chicas que él consideraba por atractiva, pero, aun así, había algo en ella que le había llamado  la atención.   
Tenía una nariz hermosa y sus ojos aindiados le reflejaron cierto misticismo en su mirada. Desde ese momento la empezó a seguir con la mirada para saber que ruta cogía. 
—Sintió que debía de ir tras ella. 
Esta sensación fue como una voz que se lo decía en secreto: «algo importante podía suceder». Entonces, sin pensarlo dos veces, de forma  intempestiva,  bajó del autobús en dirección hacia donde iba ella.  
Al principio sus pasos eran indecisos.  Aun así él ya había tomado una decisión. 
La noche como todas las noches de Lima no era muy oscura y las calles llena de esos faroles grotescamente coloniales iluminaban  con una luz ambarina provocando  las improbabilidades de las sombras en cada lado de las cosas. Todo acompañado con  los ruidos urbanos. Compuesto con ese clima lúgubre y místico de estar caminando por el centro de Lima,  que resultó en cierto modo un paseo que iría a cambiar su vida por completo.  Efraín no sabía lo que le esperaba.
Después  de varias calles vio que los pasos de esa mujer  ya no avanzaban con la misma fluidez.  Su ritmo había cambiado, cada vez lo hacía más lento, hasta que empezó a quedarse quieta en el medio de la calle.  Parecía una estatua de cemento mirando a la nada.
Efraín desde una distancia prudencial la contempló y se dejó guiar por la misma voz que lo había hecho seguirla, ahora él debía acercarse.
Cuando estuvo a poco más de un metro de distancia  vio su rostro reflejado en una ventana.  Ocasionándole una gran  sorpresa al  descubrir que esa dama se había  transformado en una anciana.
Su piel tenía tantas arrugas que casi no se podía definir donde se encontraba su boca.  La ropa era la misma solo que inexplicablemente se había transformado en una anciana. Estar frente a este hecho sobrenatural  lo dejó boquiabierto, tan  pronto  ella sintió su presencia volteó  súbitamente para mirar quien se encontraba atrás de ella.
Efraín ya no podía retroceder, ni huir, a penas ambos se miraron descubrió que aquel reflejo en la ventana era efectivamente  una mujer totalmente distinta de la que había visto en el autobús.
Se sintió  estupefacto, la anciana al percibir su  silencio como algo que lo asfixiaba  encontró en ese momento cierta ventaja sobre él.
¿Qué desea señor?
—Yo estaba en el autobús ¿me recuerda?
Empezó a sonreír  aflorando un tosco tono gutural en su risa,  poco a poco se convirtió en una  carcajada grotesca  que   heló a Efraín. 
—Veo que usted es un hombre muy curioso.
—Señora, yo la vi en el autobús, pero por favor,  no se moleste ya me retiro.
—Ya es muy tarde, ahora debes acompañarme.
Aunque el corazón de Efraín retumbaba alertándolo que no debía hacerlo, esta extraña anciana  provocó algún tipo de poder para que él tenga que obedecerla casi como un autómata.  No supo a quien pedir ayuda en el medio de esa calle desértica.
—Tranquilo, no se asuste. «En esta vida nada es para siempre, ni siquiera el arte».
Esas últimas palabras lo dejó desconcertado,  debido a que el oficio al que se dedicaba estaba muy vinculado con el arte,  además el significado  que encerraba el tema del arte para Efraín,  era como una secreta pasión que siempre ocupó un lugar muy especial en su corazón y que lo llevó a guardarlo por largo tiempo.

Sin embargo, tomó algunos segundos para que esta anciana descubra y se lo diga, creando en él un  asombro  del cual no hallaba una explicación razonable.  Mientras tanto, ambos ya se encontraban subiendo las escaleras que conducían a la casa de esta anciana, era un segundo piso.  Efraín temeroso seguía tras ella hasta que ingresaron a su casa y lo invitó a que tome asiento.
Todas las paredes estaban adornadas de cuadros de grandes artistas. Obras de arte que debían estar en museos. Eso le quitó el aliento al estar rodeado de tantas obras magistrales.  Sin lugar a dudas debían ser replicas, porque era inaudito que  alguien pueda haber reunido tal variedad de autores. No obstante, la anciana en todo momento se mostró con una cortesía muy marcada.
Al  poco rato le  ofreció algo de beber. Efraín quiso evitar causar molestias diciéndole: muchas gracias, no es necesario.  A penas terminó de decir esas palabras experimentó sentir unos mareos. La anciana le ofreció una infusión  tan aromática que  al sentir esa fragancia ya no pudo resistirse.
La bebida tenía  el sutil sabor  de la canela mezclada con el perfume del jazmín, caliente,  dejando un agradable sabor para su paladar.
Probablemente la baja temperatura estimuló la contracción de los vasos sanguíneos del cerebro, que son en muchos casos la causa de los dolores de cabeza y hasta de mareos. Cuando bebió esa infusión caliente sintió recuperarse de forma inmediata.
Mientras que  la señora atenta a todo lo que estaba ocurriéndole a Efraín le dijo:
—Me imagino que ahora está más tranquilo.  Con una mirada penetrante esperaba que dé una respuesta afirmativa.
—Si señora.
—Disculpa, creo que no me he presentado, me llamo Carmen Linares.
—Encantado señora, yo soy Efraín Pacheco.
—Lamento haberla seguido e incomodarla.
Es todo lo contrario Efraín, —gracias a  usted—, porque hace muchos años no converso con nadie.
¿Qué sucede señora?
—Llámame Luisa.
Te explicaré, trataré de ser lo más clara posible:
"Un día al año nuestra sombra nos abandona, y esto ocurre en todas las  persona, sin distinción alguna.  Quien domine detectar ese momento automáticamente alcanzará  extraños poderes y acceder a lo que más desea.  Incluso  para los que dominamos este arte,  hallas el   momento que te va a  permitir  alquilar el alma de otra  persona.
—Disculpe, está hablando en serio…
¿Y tú  crees, que una mujer de mi edad  está para  hacer bromas?
—Cuando me viste en el autobús  era más joven y eso fue gracias al alma que había tomado alquilada.
¿Entonces, qué edad tiene?
—Más de cuatrocientos años, ya ni recuerdo.
¿Son inmortales?
—No lo somos, siempre vivimos mucho tiempo.
¿Y, de que mueren?
—Morimos cuando encontramos al amor.
—Eso es lo único que nos puede matar.
—En el momento que nos  enamoramos desfallecemos lentamente.  Somos víctimas de una simple tos o un catarro  y eso nos lleva a la muerte.
—Señora, agradezco su sinceridad, pero,  ¿cómo es que me está contando todas estas cosas? La verdad es que ya estoy sintiendo un poco de temor.
Efraín, cuando acabe de contarte mi historia la palabra temor ya no tendrá significado alguno para ti.  Aunque te parezca increíble en todos los años de vida que tengo jamás conocí el verdadero amor, han habido muchos hombres que quisieron tenerme, pero eso no significa nada. Las personas confunden el amor con el sexo y ambos son como comparar el día de la noche.
A veces he pensado que yo no quiero amar a nadie. Pero tampoco sentí que alguien riegue sobre mí una mirada de  amor puro.  Ahora entenderás que  este cansancio  me causa muchos dolores por fuera y por dentro.
En síntesis,  mi vida se ha convertido en una especie de infierno. Pero ya no quiero hablar de mí, yo no importo.  Ahora estas enterado de todo y llevas un gran tesoro con toda esta enseñanza.
—Sigo sin entender señora.
—Veo que eres lento.

"Desde ahora ya sabes  que en cualquier momento perderás tu sombra y ahí tendrás la oportunidad para tomar el alma de alguien. —Créeme,  que podrás lograr lo que sea”.

—Dígame señora, lo que sea,  es lo que sea…
—Sí mi joven amigo. Mírame:  ¿crees que paso alguna carencia?

Luego de esas palabras  empezó a contemplar su sombra. 
Efraín se encontraba mirando la sombra de cada objeto que decoraba el salón. Las esculturas y los adornos finísimos que ocupaban un lugar especial.  Hasta que todas lo condujeron a un espejo tan grande que ocupaba la misma altura desde el suelo hasta el techo.  Enmarcado con retorcidos adornos tallados a mano, pintados con una purpurina tan fina que parecía la esencia de un sol.
Con temor se acercó para verse a sí mismo y le prestó particular atención a sus zapatos color café, notó cómo su sombra se desprendía de su cuerpo con cierto rigor. Dentro de su mente se dijo: 
 i Es imposible !
 i Cómo la sombra puede desaparecer!
La anciana por increíble que parezca había escuchado las ideas que rondaban en la mente de Efraín:
—Pronto lo verás por ti mismo—.
—Ya puedes retirarte, quizás algún día nos volvamos a ver.
Cuando Efraín bajó por las escaleras lo primero que recordó  eran los bellos ojos oscuros que esa mujer tenía cuando la vio en el bus.   Recordó las incontables arrugas de su rostro… y el dolor que estaba experimentado estando encadenada a esa condena de saber que su vida no tenía descanso.
Después  de bajar las escaleras  se apresuró a ir a su departamento. En esos momentos quiso caminar. No podía subir de nuevo a un autobús, ni siquiera deseaba tomar un taxi. Su mente revoloteaba, la infinidad de deseos que tenía latente, solo lo conducían a una cosa querer lograr su obra perfecta: en pintura o escultura. Alcanzar la reputación, el reconocimiento.  Materializar su ego en el pensamiento de los demás. Por fin había encontrado la vía que lo conduzca a lograr sus sueños.

Cuando llegó a su casa finalmente el cansancio de la caminata sumado a la ráfaga de emociones que había experimentado, lo habían agotado, ya era tarde, por ahora solo deseaba  dormir. 
En el momento que  empezó  a quedarse dormido lo último que vio fue la sombra de las cortinas temblando ante su mirada.
Al día siguiente  el  vendaval que azotaba  su ventana lo despertó.  A primeras horas de la mañana y lo primero que pensó fue en la triste historia de esa mujer.  Después  recordó que muy pronto alcanzaría sus sueños.
Pasaron 3 meses hasta que un día en el preciso momento que se encontraba duchando.  El vapor que  producía el agua caliente había empañado  el espejo. Pudo ver  su rostro nebuloso e indefinible por efectos del vapor.
En esos momentos recordó la historia de aquella mujer que le relató sobre "la sombra que abandona a las personas".  Debido a eso empezó a sentirse iluso y timado por una anciana. 
Por más atento que estaba en nadie vio tal fenómeno y mucho menos en él. 
De pronto, se encontró envuelto en ese vapor se puso a sonreír con cierta tristeza y cuando subió ambas manos para acomodarse el cabello mojado vio que en la pared sus brazos no reflejaban sombra alguna.   Ante esta realidad, rápidamente se secó con la toalla, salió del baño, y comprobó que estando fuera del baño tampoco afloraba sombra  alguna de su cuerpo.
Envuelto en la emoción no demoró en  alistarse.  Salió a la calle sin rumbo en busca de cualquier persona para tomar su alma prestada.  En esos instantes no sabía con seguridad cuanto tiempo estaría sin sombra, debía de apresurarse.
Vio a un niño y siguió corriendo, luego a un hombre y cuando se acercó lo escuchó que  expresaba tosquedad  en sus palabras y  se hallaba encolerizado  hablando por el teléfono móvil. 
Siguió buscando, hasta que encontró un muchacho casi de su misma edad, con toda la apariencia de ser un estudiante universitario.    Instintivamente le puso ambas manos sobre sus hombros… sintió un poder ilimitado mientras que el joven caía desmayado. Efraín   salió corriendo cargando el alma de la otra persona.
Después  vino a su mente diversas imágenes como planos, bosquejos de su escultura soñada.   Y se vio alcanzando, por fin,  el tan anhelado sueño de ser  un artista reconocido. De pronto apareció otra imagen pero que a la vez se alejaba: era el rostro de esa anciana y el rostro de esa mujer joven que había visto en el bus METROPOLITANO.
Precisamente, en donde comenzó toda esta  historia.  También recordó la soledad y el cansancio  que estaba encadenada esa mujer. No la había olvidado.
Efraín se puso a caminar guiado por el instinto de sus pasos, sin rumbo definido. Llegó a una calle deshabitada y fue ahí que a lo lejos vio la silueta de una anciana  ayudada de un bastón, con la mirada directa al suelo. Fue directo a ella,   se le acercó sin decirle palabra alguna. Le dio un abrazo que la cubrió con una luz dorada, la anciana levantó su rostro se convirtió en la misma mujer que había visto  desde el principio aindiada y hermosa.
En el medio de esa transformación ella le correspondió el abrazo y sus lágrimas de amor besaron su rostro,  sonrió enternecida:
i No me has olvidado! , i gracias por liberarme!

Un viento helado los cubrió y sobre ellos se levantó una hojarasca que envolvió el cuerpo de esa bella mujer, con lentitud se  evaporaba. Esa figura abstracta se difuminaba hacia el cielo diciéndole solo unas palabras, gracias, gracias, gracias...

Efraín sintió que había hecho la más noble de las acciones.  Eso significó  que por una vez  en su vida   actuó sin pensar en él.

Autor, Enrico Diaz



lunes, 3 de noviembre de 2014

PREMIO LITERARIO a Guadalupe Nettel

Escritora mexicana Guadalupe Nettel, Premio Herralde de Novela 2014.
Escritora mexicana Guadalupe Nettel, Premio Herralde de Novela 2014.

La escritora mexicana Guadalupe Nettel obtuvo hoy el XXXII Premio Herralde de Novela, uno de los galardones más importantes de las letras castellanas. La autora, de 41 años, compitió contra 1,462 novelas presentadas en esta edición, un récord en la historia del premio. Nettel obtiene así, con la novela “Después del invierno”, un nuevo reconocimiento para su obra, y los 18,000 euros con que está dotado. Entre los 39 finalistas destacó la presencia del también laureado escritor peruano Pedro Novoa.

Guadalupe Nettel ya había sido finalista del Herralde en 2005, con «El adversario», novela que fue finalmente editada por la editorial Anagrama (convocante del premio). Como finalista quedó el escritor Manuel Moyano con la novela «El imperio de Yegorov», donde construye una historia a partir de documentos (prospectos de medicina, sms, testamentos, etc), para explicar la enfermedad contraída por una estudiante en la isla de Papúa Guinea.

“El huésped”, novela finalista en 2005.
La escritora mexicana es autora de dos novelas, “El huésped” (finalista del premio Herralde) y “El cuerpo en que nací”, así como de varios libros de cuentos como “Pétalos y otras historias incómodas” y “El matrimonio de los peces rojos” (Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero). Ha sido traducida a más de diez lenguas, y obtenido galardones como el Premio Nacional de Narrativa Gilberto Owen, el Antonin Artaud y el Ana Seghers. “Después del invierno” es una novela donde un hombre y una mujer cuentan la historia de su vida: Claudio es cubano, vive en Nueva York y trabaja en una editorial; y Cecilia es mexicana, vive en París y es estudiante. En el pasado de él hay recuerdos de La Habana y el dolor por la pérdida de su primera novia, y en su presente, la complicada relación con Ruth; mientras que en el pasado de ella hay una adolescencia difícil, y en su presente, la amistad con Haydée, que la invita a dejar atrás sus complejos y disfrutar de la vida, y la relación con Tom, un joven de salud delicada que gusta de pasear por los cementerios. “De cerca nadie es normal, y me gusta enfocar esas anormalidades. La gente está llena de fobias, manías y obsesiones”, explicó la autora durante la presentación del fallo.
En esta edición del XXXII Premio Herralde, el jurado ha estado compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y Jorge Herralde.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Poesía Puzle. Creada por Enrico Diaz.




POESIA PUZLE "para armar o desarmar.
Esto es algo parecido a un método, pero, lo que si tengo claro es que a partir de este momento mi trabajo literario tendrá esta nueva dirección. Quizás reflejo de lo que en mi vida algo está cambiando y esto es solamente un eco.
Las fases del proceso se realizaron inicialmente sobre el papel, no usé el programa Word de la PC. Comencé así:
Puse un papel en blanco sobre el poema, y comencé a seleccionar algunas palabras. Recorté el papel en blanco y quedó la figura como si fueran ventanas. Esta selección no es al azar, más bien, el poema mismo, me empezó a mostrar otro discurso. Y con la forma de ventana que permite al lector leer otro poema pero dentro del mismo poema. Este mecanismo me ayudó a corregir por última vez el poema y encontrar una dirección mas profunda.
Además mi método permite que el poema pueda ser leído desde el final al principio y del principio al final. Hasta aquí ya hay dos formas de leer el poema y la tercera forma es usando la página en blanco con las perforaciones donde solo se pueden ver algunas palabras y estas formen otro poema (las ventanas) . La cuarta forma de leer el poema es con el uso de los corchetes o las flechas donde dentro del mismo poema se señala otro orden de lectura. De esta manera el lector encontrará otro poema dentro del mismo poema.
Este sistema permite al lector tener una mirada global del escrito dado a que en el poema encontrará diversos discursos, hecho curioso, en donde encontrará en un principio un poema de desamor como también un poema de amor o también un poema a la soledad. Esta clase de poesía usa título y el subtitulo siempre es el mismo: POESIA PUZLE para armar o desarmar.
Es, de esta manera el desarme o reorganización del verbo con profundas conexiones en el contexto poético en donde una de la otra, pueden contrastar o reafirmar un sentimiento. Entonces, ya queda en el juicio y sensibilidad del lector que llegue a la médula del poema, mejor dicho, que encuentre las cuatro médulas que muestro en cada poema.



AUTOR. Enrico Diaz Bernuy

A ccontinuaciónotro poema.

TITULO: “ LAS AURAS DEL CORAZÒN".
SUBTITULO: POESÌA PUZLE.

prepárate… EL DESTINO SE ALEJA
como la mujer que deja de amar a su esposo…
El hombre deja abandonada la esperanza,
y, un movimiento MUDO
lo envuelve todo… el tiempo, es una cuchilla que marca profundamente
en la médula, y ella, —sonríe, y  él
ya no mira nada.
los ambientes
del silencio realzan un trabajo
extraordinario  para El alma

…lágrimas que dejan de fluir su penosa
Ruta, a lo más lejos, también, al corazón
y queda EN SU FIN.
Firmamento con tantas palabras gastadas en las manos
y en las mejillas ;  —el numen—
y , sobre las sombras de las sombras, otro numen…
 palabras que ya no penetran nada
poema maldito que ni siquiera conmueve.

Ella, la mujer al fin regresa caída de sí misma
…en ese desdén, ella se abandona en un plateado santuario.
Cada día  de nuevo es algo eterno que pierde sentido
En algo hermético.
la mujer que deja de amar a su esposo
pasa a convertirse en miles de mujeres desconocidas para el esposo.
La misma mujer que deja de amar a su esposo
Se convierte en un rostro Raro… que busca ser llenada.
Los días avanzan
y se pliegan como un abanico centelleante

Varios dirán: así siempre ocurren las cosas.
A veces las palabras pierden sentido
Hay una mujer que ha abandonado a su esposo
ese hombre habita
en tantos hogares en silencio
ante tanto desencanto todo intento perdido
El hierro ha dejado su perfume rojo en la suela de los zapatos
de ese pobre hombre y la vida discurre
 en un hilo fino
que teje el mismo abanico
como si una semana ocurriera en una hora
ello causa el naufragio del naufragio que lo permite todo
y miradas rotas, a veces todo termina con una mirada
Las palabras dejan de tomar acción y el reino de la mirada
Lo encarna todo con el golpe mismo
de la misma manera y  mirada con la que un niño mira a su padre…
A,  tanto, el cielo cenizo Arrebata
con estío a cada uno
y  ronda al fin un destino entre
los destinos
Entre el hierro y el perfume y el óxido
de los días
El panal arma y desarma
con sigilo
las formas hondas que siempre recordamos ante los hombres y su silencio
y el fin de su Mirada y el aura
del corazón.


miércoles, 29 de octubre de 2014

Los poemas 'Río de Córdoba' y 'Edad', por su autor Pablo García Baena

Martín Adán

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Muchos escritores jóvenes llegaron a los bares donde andaba para conocer sobre su mito: de humor cambiante, se dice que era capaz de beber por días seguidos y hablar sobre poesía con total cordura.
Vivió la mayor parte de su vida en manicomios, hostales de mala muerte y bares, bebiendo hasta la inconsciencia y escribiendo poemas profundamente humanos en servilletas, etiquetas de cerveza y cajetillas de cigarro.
Considerado como una de las mejores voces poéticas del Perú,  Martín Adán escribió en el colegio, apenas a los 17 años, “La casa de cartón”: una hermosa y febril poesía juvenil en prosa que tuvo un elogioso prólogo de Luis Alberto Sánchez y un emotivo colofón de José Carlos Mariátegui.  Sin embargo, y al igual que César Vallejo en París- ¡curiosa coincidencia poética!-, murió en el olvido sobre una cama del asilo Canevaro.
El 27 de octubre  Martín Adán o Ramón Rafael de la Fuente Benavides, como se llamó en realidad, cumpliría 106 años.  Se conoce sobre su bohemia, pero poco se sabe de su compleja poesía, de su tristeza, de su vocación de ser humano y no de poeta. ¿Por qué se guareció en la soledad? Aquí, una crónica sobre sus últimos años de vida.
La buena agonía
En 1984 Martín Adán estaba con sus lentes de montura gruesa en las manos, un pijama gastado y un humor criollo que expandía risotadas en ese amplio cuarto del Hospital Mogrovejo en Lima con varias camas separadas por inmensas cortinas blancas. Roberto Ochoa, que trabajaba como reportero de Política en Caretas, visitaba a su nana en la cama del costado como pretexto para entrevistarlo. “Martín Adán era un gran conversador pero detestaba las entrevistas”, recuerda muchos años después. Junto a él, Víctor Chacón, fotógrafo de la misma revista, aguardaba con su cámara escondida en un maletín para fiambres. Ambos llegaron disfrazados de médicos, con guayaberas y zapatos blancos comprados en el Centro. Roberto vio por un resquicio de la cortina al poeta y se le acercó mientras Víctor, apostado en la esquina, disparaba con su cámara. Era una emboscada periodística.
  • ¿Cómo está don Martín?, soy el doctor Roberto Ochoa.
  • Ah, cómo está doctor, dijo en tono enojado, aquí la atención es una mierda, los médicos no saben nada.
  • Yo sé un poema suyo. Poesía se está de fuera: / poesía es una quimera / que oye ya a la vez y al dios / poesía no dice nada: / poesía se está callada / escuchando a su propia voz.
  • Ah, carajo, es el único médico que sabe algo de poesía, respondió con su voz aguardientosa.
  • Tengo el primer ejemplar de “La casa de cartón”, ¿usted cree que me lo pueda firmar?
  • ¡Cómo no!: “Para el doctor Roberto Ochoa”.
roberto ochoa 2
Roberto Ochoa trabaja actualmente en el área cultural de La República – Foto: Edward Abarca.
“Decía pestes del hospital y de todo el personal, pero lo que más me sorprendió fue que hablara mal de  su gran amigo Mejía Baca”, compañero fiel en sus últimas décadas y enorme recopilador de todas sus obras dispersas en servilletas, cajetillas de cigarros y reversos de las etiquetas de cervezas: “Ah, ese desgraciado me ha robado todo”, decía exaltado. “Estaba en la onda de criticarlo todo. Luego me enteraría que eso era parte de su locura”.
El mal genio no era novedad en el poeta. En  una cortísima entrevista que le hace Carlos Debernardi en 1984, también habla mal de amigos muy suyos como José Carlos Mariátegui, a quien define como “¡dos huevos sobre una silla de ruedas!”.  Pero la doble personalidad en Martín Adán fue característica recurrente, a veces podía ser un tronco vestido de negro que bebía en los bares sumido en el más intimidante silencio, y otras, como evoca Roberto Ochoa, “el poeta maldito con mucho sentido del humor que se mataba de la risa con las cosas que le contaban”.
Alertada por las carcajadas, se apareció la enfermera: ¿Y usted? ¿No visitaba a la señora del costado?, le dijo a Roberto Ochoa mirándolo fijamente. Déjalo al doctor, estamos conversando, reprochó Martín Adán un poco exaltado. ¿Usted es doctor?, preguntó la enfermera. Sí, pero no trabajo aquí, respondió. Puede venir conmigo un rato por favor… Lo volvió a mirar fijamente: váyase de aquí si no quiere que arme un escándalo. Y también que se vaya el que está tomando fotos.
martín adán- Victor Ch Vargas
La entrevista hecha por Roberto Ochoa no salió publicada en Caretas por decisiones editoriales. El 4 de febrero de 1985, seis días después de la muerte de Martin Adán, salió una nota con las fotos que le tomó Victor Chacón.
En abril del 1984 abandonó el Mogrovejo para ir al Hospital Loayza en el centro de Lima, aquejado por problemas renales. “Recuerdo que por esos días salió una foto de él huyendo del hospital, visiblemente molesto, cubriéndose y evitando a los periodistas”, dice Roberto Ochoa. Hablaba poco con los reporteros, salvo por mediación de su amigo Mejía Baca. A través de él, Mario Campos, periodista cultural de La República, logró hacerle otra de las pocas y más íntima entrevista en el Hospital Loayza.
“¿Qué es la soledad para usted, Martín?/ Es mi medio habitual, mi medio habitual/ ¿Logró vencerla?/Vivo en ella desde hace muchos años/ ¿Y no se cansó de ella?/ No, no, no, ya a los 75 años no estoy para pensar en cambios profundos”.
El poeta de cartón
Después del Loayza entró al asilo Canevaro en el distrito del Rímac el 30 de abril del 1984. Ahí pasó sus últimos años de vida junto a un grupo de ancianos que no conoció por preferir el silencio. Muy pocos llegaron a él por decisión suya. Delia Sánchez, entonces practicante de periodismo y estudiante de literatura en Trujillo, tuvo que ocultarle sus intenciones periodísticas para acercársele y recoger su último testimonio que, como se lo prometió, lo publicaría apenas le cayera la muerte:
“Nadie comprende lo que es llevar a cuestas un excéntrico poeta bohemio que pretende exclusivamente paz y soledad y que a la vez tiene dentro de sí a un hombre deseoso de que los demás se percaten de que Rafael de la Fuente es un ser humano tan igual que otro y que gusta de la compañía”.
Don Rafael, mire a quién le he traído, le dijo su enfermera. Le miró sorprendido, no sabía quién era. Quiere conocerlo a usted, es una estudiante de literatura en Trujillo, al norte del Perú, muy admiradora de su obra. Ah ¡Trujillo!, dijo como si le llegaran los recuerdos desde esa tierra, qué gusto, pase. Delia recuerda que esa primera vez conversaron poco y le pidió permiso para volver a visitarlo. Charló con él seis o siete veces y cada vez de manera más prolongada. “Creo que no le desagradaba mi visita, sino hubiese pedido que no me dejaran entrar”.
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Dedicatoria de Martín Adan: “A la señorita Delia Sánchez, muy afectuosamente” – Foto: Edward Abarca.
  • Don Rafael ¿y por qué usted no está afuera con los demás, celebrando?, preguntó Delia.
Era el día del adulto mayor.
  • Mi cuerpo ni mi ánimo responden. No puedo salir. No me gusta la bulla, sentenció.
Poco a poco, casi sin notarlo, comenzaron a tener conversaciones más íntimas. El humano, y no el poeta, se estaba desnudando, mostrándose afectuoso, gentil. “Yo conocí a un hombre capaz de sonreír con facilidad. Capaz de interactuar y compartir momentos, como cuando le llevamos una torta para cantarle su cumpleaños. Lo disfrutó como un niño, en alegría plena, fue todo lo contrario a la imagen que se tenía de él en la prensa, que era un tipo tosco, hasta podía decirse desagradable. Comprobé que antes que poeta era un ser humano”.
 El asilo se convirtió en su morada de añoranzas. Rafael tenía muy presente a su madre y a su tía, las recordaba con  mucho cariño y tristeza. Pero su voz sonaba más triste cuando añoraba  a César, su hermano menor. “Parece que habían tenido una muy buena comunicación. Él me transmitió mucho dolor en esos momentos”: “Tenía una mente prodigiosa. Sólo me acompañó nueve años y lo necesité toda una vida”.
Deliz Sanchez La republica M adan 2
La entrevista realizada por Delia Sánchez se publicó en La República después de la muerte de Martín Adán en dos entregas: la primera, el 3 de febrero de 1985; la segunda, el 10 de febrero del mismo año.
  • A Martín Adán pueden escudriñarlo cuanto quieran a través de sus obras ¡A Rafael de la Fuente no!… le hacen daño.
  • ¿Quiénes le hacen daño?, preguntó Delia Sánchez.
  • Mis experiencias con los periodistas no han sido muy agradables. Sus fantasías han sido más grandes que las mías y lastiman a seres que sufren y piensan.
Martín Adán o Rafael de la Fuente Benavides sufrió hasta el 29 de enero de 1985. Casi muriendo el día, exhaló en un cuarto frío del Hospital Loayza su aliento final, que era como su último verso de anacoreta, siempre en la soledad y acaso en una locura que inventó para alejarse de todo.
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