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sábado, 2 de noviembre de 2024

NANKURONAISA (Todo va a estar bien) | Artículo de Enrico Diaz Bernuy

NANKURONAISA

 la palabra japonesa que probablemente 

cuestionará tu forma de ver la vida

El japonés es un idioma sumamente rico, rebosante de palabras únicas que contienen significados profundos y enseñanzas de vida. Cada vez adoptamos en Occidente más términos orientales que, por su poder simbólico o por la sabiduría que ofrecen, transforman nuestra percepción del mundo. “Ikigai” (vivir con propósito) y “kintsugi” (la belleza de la imperfección) son ya familiares, pero hoy nos encontramos con “nankurunaisa”, un término que encierra una de las lecciones de vida más simples, aunque poderosas, que jamás escucharás.

Esta palabra proviene de un dialecto antiguo, hoy perdido, originario de la isla de Okinawa, al sur de Japón. Se dividía en tres ideogramas: “Nankuru”, “nai” y “sa”. Su significado original es extenso y evocador: “nunca olvides quién eres, vive por hoy y por el mañana; que jamás se te olvide sonreír y, por oscuro que haya sido tu día, recuerda que el próximo sol te recibirá con una sonrisa. Tú haz lo mismo”. Este mensaje, lejos de ser una simple frase, funciona como un recordatorio de perseverancia y esperanza.

Al conocer el significado de "nankurunaisa", es posible sentir una conexión profunda, como si fuera una respuesta largamente esperada, un bálsamo que nos alienta a continuar. Este término se ha abreviado en la modernidad, conservando una versión reducida: “con el tiempo, todo se arregla”. Así, guarda relación con el proverbio español “todo va a estar bien”, una invitación a encarar la vida con optimismo y paciencia.

Un mantra de vida y filosofía védica

“Nankurunaisa” es más que una palabra; funciona como un mantra, capaz de centrar nuestra mente en el camino del bien vivir. Su mensaje, “todo va a estar bien”, nos invita a la serenidad, similar al consejo védico de aceptar la impermanencia de las situaciones terrenales, observando los eventos de la vida con desapego. En la filosofía védica, encontramos conceptos que también enfatizan la continuidad y la regeneración del ser a través del tiempo. Así como el mantra hindú “Aham Brahmasmi” (Yo soy el universo), que nos recuerda que somos parte de algo mucho mayor y eterno, “nankurunaisa” sugiere confiar en la sabiduría del tiempo y en que todo, eventualmente, se transforma.

Para los antiguos japoneses, “nankurunaisa” se repetía como un canto espiritual, al igual que en la India los Vedas promueven la repetición de mantras para alcanzar el estado de paz y conexión con el Atman, o alma individual. En ambos contextos, tanto el védico como el japonés, la repetición funciona como un puente hacia la introspección y la fortaleza espiritual. Este proceso de repetir mantras permite que el significado de las palabras se asiente profundamente, creando una paz interior que facilita enfrentar las vicisitudes, (la esperanza, un lazo universal).

La filosofía védica y la sabiduría japonesa coinciden en que la esperanza es una fuerza innata. En el sagrado Bhagavad Gita, se dice que el ser trascendental vive en cada uno de nosotros, lo que brinda un motivo de esperanza inquebrantable. “Nankurunaisa” también nos invita a mantener esta esperanza en que, al final, el tiempo nos guiará a un lugar mejor. Es como si las palabras japonesas y las enseñanzas védicas confluyeran en un mismo punto de luz: la fe en que hay algo más allá de los desafíos inmediatos.

Ambas culturas nos instan a perseverar y recordar que todo pasa. “Nankurunaisa” y la sabiduría védica nos enseñan a ver la vida con la perspectiva del tiempo, a aceptar los cambios y a abrazar la perseverancia como un camino hacia la liberación... Al final, todo cobra sentido, y cada experiencia se convierte en una pieza más del gran tejido universal. La urdimbre. 

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