Queridos lectores de este espacio: como sabrán, la semana pasada se inauguró una exposición en la que estoy participando. La iniciativa y el impulsor fue Hugo Aullón, un amigo y colega de hace ya varios años, quien me invitó a participar en un chat donde, tras una serie de fluidas conversaciones y previa muestra de nuestros trabajos artísticos, colaboré en categorizar la exposición dentro de la línea del cyberpunk.
Todos habíamos coincidido en el género al que nos
sentimos vinculados por nuestras obras. El siguiente paso era ponerle un título
a la muestra, y Hugo colaboró nuevamente con el nombre que todos aprobamos: "Jirón Cyberpunk".
No sé si algunos se escandalizaron, pero por voluntad
propia se iban retirando del grupo. Desconozco si fue por la ubicación de la
galería donde íbamos a exponer o por algún otro motivo, pero lo cierto es que
los proyectos son como sueños: siempre existe el riesgo, mayormente enorme, de
que no se concreten. Pero, como dicen, los sueños a veces se hacen realidad.
Por supuesto, contamos con el apoyo de la directora Roxana Chávez Castro y los miembros de la Fundación René Navarrete Risco. Por cierto, Navarrete es una pintora peruana que vivió la mayor parte de su vida en el extranjero y, al establecerse en Perú, creó un edificio donde dispuso un área para la difusión cultural sin fines de lucro. Un caso extraordinario, Una singularidad admirable una rareza, algo completamente inusual: ver que un artista no solo tire agua para su molino, sino que piense en dejar un legado para las generaciones venideras.
Claro, usted me dirá (pero no todos tenemos áreas para construir). Pero nosotros, que nos enarbolamos como creativos, siempre tenemos alguna forma de pensar en las siguientes generaciones.
¿Qué sería de este
país si todos hiciéramos un voto de despojarnos de nuestros egos para aportar
algo a los demás de libre acceso? En mi experiencia, solo he percibido gente
que delega la responsabilidad al Estado (como bebé a la teta), y muchas veces,
entre nosotros, lo único que hacemos es lamentarnos o insultar. Que el Estado
tiene responsabilidad, claro que la tiene, pero ese será su karma, nosotros también
tenemos responsabilidad en la escena. ¿Y hasta ahí llegó la creatividad? Ya cada
uno sacará sus conclusiones.
Respecto a la muestra, solo me queda agradecer a los que vinieron. No sé si lo merezco, debido a que mi vida social no está en el mejor de sus momentos (y a veces, eso es buena señal). Al menos le pasé la voz a tres amigos y, por lo que veo, no pudieron venir. Evito entrar en detalles (mejor).
También quiero agradecer a algunos integrantes del
grupo de letras Poetálica, y
especialmente a Paty Camacho, una poetisa a quien conozco desde hace varios
años. Ella siempre mantiene esa calidez que la caracteriza, (belleza interior).
Yo a ella la respeto mucho, más aún al revisar sus versos. Es increíble cómo,
con el tiempo, se avanza en la escritura. También al crítico literario Carlos Denver por su presencia.
La Fundación René Navarrete Risco está ubicada en una
de las mejores zonas de todo Lima. Para mí, la ubicación le da un carácter más
auténtico... No es que me sienta a gusto en zonas
así, o que en mi vida pasada haya enfrentado situaciones similares, pero estaba
como pez en el agua. No conozco zona más subterránea (aquí nadie usa máscaras, confirmado).
Así que la invitación sigue en pie: todos pueden
visitar la muestra.
Reitero mi agradecimiento a todos los mencionados. Creo que los que asistieron saben, de alguna forma, el esfuerzo que hay detrás de una muestra. Es casi como un cumpleaños o un nacimiento que no ocurre todos los años. El cuadro nace en tu taller pero sale oficialmente al público (al mundo) en un lugar especial, sala de arte, galería o fundación.
Me despido extendiendo la invitación a que visiten la
muestra, vean el concepto de la muestra
y con los maestros que estoy rodeado, hasta pronto.


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