Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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viernes, 24 de noviembre de 2017

Facebook



Al ausentarme  en  Facebook (cuenta desactivada) inmediatamente surgieron los siguientes mensajes a mi teléfono móvil

Hola Enrico, estas bien?
Enrico, todo bien
Como estas Enrico…
Cómo estas Enrico?
Olaaa man …
Oye , estas huyendo de alguien!!!
Aja, que habrás hecho!
Enrico, te sientes bien?
Como estas Enrico?
Que pasó, no te veo en Facebook, xd!
Eheeyy , amix
Ermitaño, mmmm!

Y es ahí donde me dejó pensando sobre el grado de importancia que para algunos es, y tal sistema a logrado absorber como una parte del espacio vital de las personas por lo que no me excluyo.  
Facebook es básicamente una plataforma catalogada por su mismo autor como una “red social” en donde se exhiben videos, avisos publicitarios conversaciones publicas o privadas on line y es totalmente gratis.   Pero básicamente es una plataforma “de lectura” en donde uno termina dedicando horas a leer textos cuyos temas no necesariamente pertenecen a donde en verdad deberíamos  poner tu atención. Por otro lado, el lenguaje o vocabulario solo uno sabe qué clase de incrementos pueda aportar a uno.
Para mí, al principio Facebook significó como una especie de presentación sobre el perfil laboral o profesional e incluso de caracteres de las personas que reflejaban de alguna manera un rasgo sobre su personalidad. Ello conduce a evaluar una posible empatía que uno pueda tener con tal o cual fulano. En especial el tema laboral o artístico, en donde a veces los escritores o pintores terminan buscándose para compartir ratos de bohemia o para aludir a constructos de alguna posible amistad.  Pero lo real es que esta red social está suplantando al teléfono.  Por ende, se ha convertido en una herramienta muy poderosa, no solo para conversar fluidamente con alguien que posiblemente jamás vayas a ver en tu vida. Sino que hace desviar tu atención mediante un sinnúmero de estímulos. En lo que tanta comunicación te puede conducir a estar enganchado a tal o cual comentario que te etiqueten.  Eso definitivamente te desvía de lo que en verdad deberías estar enfocado.

Lo real en mi experiencia personal es que al día dispongo de pocas horas para la lectura.  Así que en ese sentido, estar enlazado virtualmente con Facebook solo me invitaba a leer la sarta de opinólogos, críticos, o fiscales de la moral que al final solo terminan con los mismos y aburridos alardes de tal o cual postura. En resumen, para mi Facebook ha servido para desviar mi atención a intereses que no me conciernen.
Sin embargo, no puedo dejar de lado  que muchas convocatorias se difunden en dicha red social. Fue así el caso que tuve la oportunidad de participar en una antología de narrativa contemporánea por la Universidad de Poiters en Francia. O una antología de poesía en la universidad Ricardo Palma. También obtuve la primera mención de honor en un concurso internacional de poesía en Argentina.  En estos momentos tengo un cuadro que integra una muestra en el Museo de arte contemporáneo en San Luis de Potosí, México. Y estos certámenes o concursos no fueron por el periódico ni mucho menos por la radio. Sino por el Facebook, claro, hay que evaluar que tengas contactos en Facebook vinculados hacia dónde quieres llegar. Depurar, es fundamental en esta red social, ojo con ese detalle; DEPURAR.
Sé que el objetivo de Facebook es que uno termine en el anclaje de intereses comerciales. Motivo por el cual, a uno lo tienen perfectamente estudiado e incluso por las conversaciones in box.  Sobre ello ya está documentado que toda esa información pública o privada esta archivada y constantemente comercializada hacia los gobiernos, e incluso también a empresas privadas. 
Por otro lado, Facebook es de alguna manera como un termómetro y de forma evidente exhibe con crudeza   a una sociedad profundamente enferma. Ello a mi modo de ver es basado en donde exhibir lo que uno tiene es un gran motivo. Como si la carencia real es que  uno posea un profundo  deseo por ser aceptado por alguna persona o alguna comunidad.  Alardear hasta con lo más insignificante. Cómo podríamos llamarle: “¿la generación de la exhibición?”
Claro que hay la salvedad de usar el Facebook para motivos empresariales.
No hace falta ser un experto en psicología para comprender los grandes males que afectan a una convivencia sana con los semejantes.
“Dime de lo que alardeas y te diré de lo careces”. No recuerdo donde oí esa frase, pero es el momento para tenerla presente.
Lo insustancial, artificial, opio, aburrimiento mortal, carencia de una actividad más importante son según creo que algunos de los motivos de los que a una persona la haga sentase frente a una pantalla de un ordenador esperando a alguien conectado.
 Pregunto, qué coño me interesa leer el post de una persona que está viendo tal o cual película o que si está almorzando en tal lugar. Los que saben algo de mí sé que entenderán que no tengo el ánimo de ofender absolutamente a nadie, pero como siempre alguien se sentirá aludido o algo por el estilo.  Todas estas cosas que escribo pareciera que  se las dijera a alguna persona. Por ello, quisiera aclarar que a la principal persona que se la estoy diciendo es a mí mismo.
Por lo tanto, si no me ven muy conectado al Facebook simplemente es porque valoro un poco mas mi privacidad y más tiempo para leer cosas que estén con los proyectos u objetivos que espero en mi vida. Así que cualquier cosa o proyecto o lo que sea: una llamada a mi teléfono o un mensaje a mi teléfono creo que sería la vía más directa. Hasta pronto.  
Enrico Diaz Bernuy



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