Yo le decía que me gustaba la
poesía. Él me respondió: jaaaaaa.
Le dije que mi carrera en
sociología no tenía destino… Él me respondió: oye huevón te fascina la poesía,
pintas en las noches, y ¡¿estudias esa carrera?!
A él le gustaba enseñarme fotos donde salía abrasándose con vedets incluso bailando
o vacilando con ellas. Yo siempre quise tomarme unas cervezas con él, pero lo conocí cuando estaba atravesando una
enfermedad que no quiero mencionar. Sumado a mi precaria situación económica las
diferencias de edades, aun así no obstaculizó para visitarlo. A él le gustaba
escribir guiones y yo le leía a Salvator
Quasimo y Rubén Darío
Él había estudiado cine y siempre me hablaba de Buñuel. A veces me pasaba la voz para ir al
cine alternativo que había en el centro cultural de la uni católica: “El tambor
de hojalata” y un largo etc. o en el museo de arte de lima. También con él conocí a José José, Perales, además
Sabina el tema de la trova. Solo el universo sabe cuánto lo estimé.
Cuando lo visitaba, casi siempre me
habría la puerta su hermana quizás la más sanisidrina de todas las
sanisidrinas (y eso no es buena noticia)
Recuerdo que yo pasaba de frente
con un saludo cortante e iba a su cuarto porque el se encontraba en cama,
tratando de recuperarse. Mi visita duraba entre veinte minutos a dos horas, no se, dependiendo de las cosas. A veces su padre me miraba medio raro. Quizás pensaban
algo de mi, o que entre su hijo yo exista otra cosa.
Por su puesto que ese tipo de cosas jamás me importó parece que los
ancianos de mente o de corazón se olvidaron de lo que es tener a un verdadero
amigo. Pasaron varios meses y la noticia de su fallecimiento llegó a mi vida.
Recuerdo que en el velorio por primera vez conversé con su hermana. Le hablé algo de cine, en realidad las cosas que me había enseñado mi amigo. Ella inmediatamente me mencionó a Herman Hesse y su fascinación por ese autor. Le hablé un poco sobre los poetas que había leído e inmediatamente nos hicimos amigos. Luego estuvimos cuatro años como pareja cuyo final fue desastroso.
Ahora solo me queda la sensación de que cuando pierdes amigos..., aunque pase el tiempo no sé porque maldita razón uno termina extrañándolos. <<Quizás la libertad solo la alcance fuera de este mundo>>. Así me decía.
Recuerdo que en el velorio por primera vez conversé con su hermana. Le hablé algo de cine, en realidad las cosas que me había enseñado mi amigo. Ella inmediatamente me mencionó a Herman Hesse y su fascinación por ese autor. Le hablé un poco sobre los poetas que había leído e inmediatamente nos hicimos amigos. Luego estuvimos cuatro años como pareja cuyo final fue desastroso.
Ahora solo me queda la sensación de que cuando pierdes amigos..., aunque pase el tiempo no sé porque maldita razón uno termina extrañándolos. <<Quizás la libertad solo la alcance fuera de este mundo>>. Así me decía.
Él vivía al frente de mi casa y a veces
siento que aún está…
Pero al fin cogiste ---- Un velero
de libertad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario