Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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lunes, 13 de junio de 2022

Por Enrico Diaz Bernuy / Sitial de un don

 

SI NO QUIERES SUFRIR NO AMES

PERO SI NO AMAS  ¿PARA QUE QUIERES VIVIR?

Agustín de Hipona

 

 


Por Enrico Diaz Bernuy


Sin duda tal sentencia es como el eslogan de bienvenida a la era de la desdicha.  Es acaso que amar sería exponerse a esperar una decepción.  A que te falten, que  de alguna forma ocurre un rompimiento a tus expectativas (Un estado fruitivo y  perenne).  Como si eso fuera el amor.., parece que la sentencia misma de ante mano te está definiendo las palabras y bajo esa óptica se da la misma respuesta que a la vez termina con una pregunta: para que quieres vivir así si solo existe esa forma y con esos resultados de amor?

También revela la sentencia una posición materialista: Plan disfrutador o plan sedado como en modo isósceles.

Como si la lamentación debiera ser el pan nuestro de cada día. Esa es la formación i por ese sendero se encamina las conciencias para acondicionarlas en la conducta fruitiva.

Por lo tanto ante esa sentencia amar bajo esos términos en donde se toma por hecho que  “en el amor se sufre” parece que solamente se sufriera o esa fuera la intrínseca condición (una total vaciedad). 

Parece que estamos frente a una concepción retorcida del amor, una definición llena de un ser ensimismado, egóicos.      «"Si deseamos comprender algo en el terreno del amor, no podemos analizarlo en términos egóicos." [sic]  Carl Jung ».

Parece que estamos hablando de una amor mas vinculado con el apego con los términos de posesión como si esta cosa o este ser tuviera una grado de pertenencia física o psíquica y si traicionara la voluntad de uno, entonces me decepcionaría. Y por lo tanto ocasionaría una grave herida a nuestro ego.  ¿Eso es amor?  Amar es un acto de entrega, y no es un acto de espera…

La espera de la que estamos hablado ocupa un sitio especial frente a la percepción de nuestros limitados sentidos y frente a ello podemos recordar las palabras dichas en la pág. 624

«El mundo espiritual es puro, pero en el mundo material todos se esfuerzan mucho por conseguir diferentes clases de placeres para el cuerpo. Puede que sea más claro decir que este cuerpo es un efecto de los sentidos. Los sentidos son instrumentos para complacer los deseos. Ahora bien, todo ello – el cuerpo y los sentidos que sirven de instrumentos- lo ofrece la naturaleza material, y, como se pondrá de una serie de circunstancias, de conformidad con el deseo y la actividad que tuvo en el pasado. Según los deseos  y las actividades de uno, la naturaleza material lo pone en diversas residencias. El propio ser es la causa de su residencia en esas residencias , y del disfrute o sufrimiento que lo acompañan. Una vez que se lo coloca en un determinado tipo de cuerpo, queda bajo el control de la naturaleza, porque el cuerpo, siendo materia, actúa de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Pág.624   [sic]   Bhagavad Gita, tal como es ».

Amar es determinante pero tampoco se trataría de meter tus manos en una vasija llena de serpientes. Uno debe reconocer la naturaleza de los seres vivientes (a lucidez). Tragante en un océano de la ignorancia que es igual a  cosas tergiversadas.

Lo interesante es que en este universo hay humanos de distintas naturalezas y no todas son propias a la convivencia con uno. Amar es un acto romántico y hermoso, pero tampoco podemos vivir poniendo la otra mejilla. Mejor entrega un azote para que te flagelen. Eso sería insano y un total desamor para uno mismo.   

 

 

 

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