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sábado, 20 de agosto de 2022

Aquí describo la escena del cuadro que pinté. Reseña.

Cuadro expuesto en el museo San Francisco y Catacumbas

Titulado: El despertar tardío.


En aquel momento no encontré mejor elemento, más contemporáneo para incorporar en mi cuadro como es partes de la placa de una laptop antigua (en desuso). Como un reclamo al amontonamiento de residuos electrónicos que se somete al planeta en estos últimos tiempos.  Lo interesante de aquella sección fue la selección de partes, que es casualmente las que contienen fragmentos de oro.  El motivo del cuadro es un paisaje urbano casi post apocalíptico (muy actual).  En donde la construcción de torres esta cimentada o pulsada por mecanismo electrónicos. Ciertamente un paisaje siniestro, oscuro.  Con colores muertos pero que reflejan cierta intensidad en el mensaje del paso de la evolución urbana sobre la naturaleza (un aplastamiento). Que por cierto, a pesar que es un paisaje urbano no muestro ni una rama de árbol o de arbusto.

 

100cm x 100cm.

Materiales: Óleo y acrílico sobre lienzo y pan de plata

Motivo: Paisajismo urbano.

Técnica. Mixta con objetos incorporados. 

Estilo: Abstracto contemporáneo.

 



 

Torres que precisamente no son de departamentos, sino de oficinas que prácticamente están invisibilidades donde no hay personajes o simplemente fueran espacios fantasmas.  Todo en calidad derruido. Como si todo lo malo que hubiera tenido que ocurrir,  ya ocurrió.

Es un cuadro como una mirada al planeta representado por cinco torres afectadas e interconectadas (cinco continentes) en donde lo único que se encuentra impecable es el asfalto tan bien cuidado.

Una brea negra intacta señalada por las líneas punteadas de una ruta vehicular a donde da lugar a nada.  Pero que a la vez deja un mensaje sobre la banalidad de aquel esfuerzo sobre el acto mismo de asfaltar la tierra es como si fuera aplanar. Y que el sentido de aplanar nos deja en la metáfora a muchas interpretaciones, pero todas no van a un sentido enaltecedor de la condición humana, eso sí .

El trueno que cae y está a punto de tocar las torres es como un mandato universal. Como dicen, la ley de la naturaleza o también lo podemos ver como la providencia de la que nadie tendrá escapatoria, nadie.  Un escenario con tintes cyberpunk en donde los avances tecnológicos lo único que hacen es llevarnos al abismo…

Enrico Diaz Bernuy

 

 


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