16 de Enero fallece el maestro
Hoy
nos despedimos del artista plástico y cineasta y escritor, David Lynch, cuya contribución al arte dejó una
huella innegable. Su obra, celebrada por la crítica y admirada por el público,
trasciende las fronteras del tiempo y se eleva como un testimonio del genio de
su sensibilidad.
Es
paradójico, aunque profundamente humano, que a veces la ausencia potencie la
presencia: en su partida, su legado se engrandece y su memoria se torna más
luminosa, ¡toma brillo y revela!
Tal parece ser una ley implícita de la condición humana,
especialmente ante un artista consagrado, cuya obra sigue hablando con voz propia.
Hoy no se apaga su luz; se expande en el recuerdo entre los colegas del arte,
los estudiosos de su obra y el público en general.
De
la talla de Salvador Dalí o David Bowie, pero sin el exceso de disfraces, David
Lynch emerge como un hombre de "perfil bajo", (expresión común en mi país), con una vida social menos agitada que la de muchos de los colegas. A pesar de ello, su arte lo ha situado en la vanguardia, alcanzando notoriedad y popularidad gracias a su incursión en el arte abstracto-surrealista , mientras que en el cine surrealista-experimental. Teniendo en cuenta que es un caso extraño alcanzar la popularidad en el mundo del arte, más aun cuando lleva encima discursos tan vanguardistas.
Lynch
se ha consolidado como un creador prácticamente completo y absolutamente
independiente en tendencia y estilo. Su obra ha logrado no solo el
reconocimiento de los estudiosos, sino también una fama global, un logro al
alcance de pocos en el mundo del arte (un caso excepcional).
El
camino de artista plástico a cineasta resulta casi una extensión natural de su
talento, pues ambas disciplinas comparten una misma senda creativa. Con su
toque característico, Lynch explora un tipo de terror distinto, marcado por el
surrealismo y lo onírico, donde lo irracional y lo macabro se entrelazan para
crear atmósferas inquietantes.
En
su vasto repertorio del cual es bastante amplio, en lo personal yo solo puedo
hablar desde mi experiencia personal frente a su obra y puedo mencionar a Eraserhead, El hombre Elefante,
Blue Velvet y Dune. y algunos cortometrajes. Aunque no he tenido
la oportunidad de disfrutar el resto de su filmografía, estas creaciones
permiten vislumbrar su genialidad y su capacidad para conmover y desconcertar a
partes iguales. A través de documentales, se ha revelado que Lynch atribuye su
sensibilidad artística a su infancia, marcada por constantes mudanzas debido al
trabajo de su padre, así como a su pertenencia a los Boy Scouts, donde aprendió
el valor del trabajo en equipo y autogestión. Este trasfondo personal parece
haber nutrido su capacidad para crear universos únicos y profundamente humanos.
obra inspirada probablemente en los barrios que habitó,
en aquella época en su primer matrimonio...
Una
de sus obras más emblemáticas, The Elephant Man (1980), relata la vida
de Joseph Merrick, un hombre con severas deformidades físicas en la Inglaterra
victoriana. La película, más allá de narrar la explotación de Merrick como atracción
circense y su posterior rescate por un médico compasivo, se adentra en temas
universales como la dignidad humana, la empatía y la crueldad social hacia lo
diferente.
David
Lynch, conocido también por películas como Blue Velvet y series
icónicas como Twin Peaks, trasciende el cine. Su obra pictórica y
cinematográfica comparte un universo común: un espacio onírico donde lo
cotidiano se transforma en algo inquietante. Antes de incursionar en el cine,
Lynch comenzó su carrera como pintor, y su lenguaje visual refleja esa
formación. Sus composiciones mezclan texturas, colores y elementos que evocan
un diálogo constante entre ambas disciplinas.
En
la pintura, Lynch explora el absurdo, el subconsciente y lo grotesco,
utilizando una paleta cargada de tonos oscuros y elementos de collage que
desafían las convenciones tradicionales. Obras como Shadow of a Twisted
Hand Across My House presentan paisajes distorsionados, figuras
deshumanizadas o parasitadas por fuerzas aberrantes en una constante sensación de amenaza latente. Esta estética se
traslada magistralmente a su cine, donde cada plano parece una pintura en
movimiento, cargado de simbolismo y misterio. En lo personal, él ha sido un referente pues también he sido gran seguidor de sus cortometrajes de lo cual han sido elementos de motivación para poder crear escenarios...
El
uso de la luz y el sonido en sus películas refleja una sensibilidad pictórica
única. Escenas aparentemente simples, como el silencio opresivo de un pasillo
vacío o la luz parpadeante de un ventilador en Eraserhead, adquieren
una cualidad táctil y visceral que conecta con su obra plástica. Lynch invita
al espectador a experimentar más allá de la narrativa lógica. Sumergiéndolo en
un viaje sensorial donde lo bello y lo siniestro caras de la misma moneda.
Tanto
en el lienzo como en la pantalla, Lynch construye mundos donde sueños y
pesadillas se entrelazan.
Su obra invita a reflexionar sobre la naturaleza
humana y los límites de la percepción, consolidándolo como uno de los artistas
más influyentes e inquietantes de nuestro tiempo.
Luego de saber de su fallecimiento me puse a pintar
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