Mientras que algunos escritores RINDEN CULTO a la literatura cuyos
motivos giran en torno al vampirismo o LA
CULTURA SOMBIES, o casas con espectros
fantasmales y demás apariciones extra corpóreo con el ánimo de representar figuras infernales y preferentemente ya ocupen
cierto posicionamiento en el consciente colectivo. Ante
este fenómeno literario existe en Lima
narradores que penetran otra clase de oscuridades y de anatematismos. Probablemente, más humanos, inspirados en las
relaciones familiares y amicales. Ese clamor es resaltado como una honda
preocupación que aflora su trabajo literario.
JAVIER MATOS QUINTANILLA es el claro ejemplo con el empleo de un
lenguaje limpio, bien escrito, que busca ofrecer al público lector una
muestra de la pobreza o mejor dicho: el verdadero infierno que viven los más
tristes ciudadanos en donde la ausencia de valores es "el pan de cada día". Mientras que el prologuista que es el mismo
autor confiesa que su trabajo literario es recogido de los testimonios de sus
propios alumnos como historias tan dolorosas que detalla no solamente el dolor y
su crudeza en plantearlo.
Es preciso decir que el escritor inspiró la confianza a esos jóvenes alumnos para recibir tales testimonios. Ello ya dice mucho sobre el escritor.
Es preciso decir que el escritor inspiró la confianza a esos jóvenes alumnos para recibir tales testimonios. Ello ya dice mucho sobre el escritor.
Entonces, la soledad,
el abandono, la violencia en contra de la mujer e incluso la pedofilia son temas que aborda sin la
necesidad de un uso poético del lenguaje o trabajar profundas figuras literarias.
Javier Matos Quintanilla se muestra como un narrador que
busca llegar a los más jóvenes para enriquecerlos con experiencias y sucesos
que pueden servir como un método de aprendizaje o prevención. Pero con un estilo literario ciertamente
diferente en donde se vislumbra un reflejo de su trabajo en la docencia. El
sentido motivacional y educativo genera un aporte, del cual, podemos llamarlo "El novelista de los niños".
Sus libros cuya edición popular de pasta blanda idónea
para masificarse y usando siempre el enigmático límite establecido de 54 páginas en cada una de sus novelas breves. Lo que me deja deducir que: de
acuerdo al resultado que ofrece la numerología respecto al número 54, usa esa cifra para enfocar su trabajo en
la compasión y la búsqueda de un mundo
mejor. - 54 -
«Mismo sentimiento que deseo que logre».
«Mismo sentimiento que deseo que logre».
MI AMIGO RICARDO
54 páginas
MARIA INES 54 páginas
Novela breve. Público escolar.
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