de Oscar Flores.
Periodista y poeta.
AL LADO DEL FAROL es también un descenso de los sentidos en el cual la sinceridad de un joven poeta revela una adjetivización inventiva, así, incrusta entre los párrafos largos y cortos frases que busca reafirmar en una acumulación de lo metafísico como la soledad. Su visión contemplativa a la muerte, la representación de la musa, o la figura inmortal de su madre.
La presencia de la desilusión es una voz sutil que se solidariza con otras personas. Algunos poemas son como relatos breves, y en ello sobresale esa pluma periodística que el poeta devela. Como en el poema: “UNA NIÑA, UN GATO”. O también como sueños vívidos. En cierto modo pueden reflejar una pauta frente a la figura de su musa en varios poemas en los que puedo destacar: “TERCIOPELO AZUL” Representando a una dama solitaria que observa un mar a la distancia. Como si de alguna manera pueda encontrar al poeta en ese lugar lleno de inmensidad, sosiego y soledad. Sentimientos universales que los poetas suelen plantear como sus dos poemas dedicados a su madre: presentada como una figura a la distancia, pero siempre presente en su vida. AL LADO DEL FAROL compuesto con un lirismo apolíneo y sin grandes artificios literarios lleno de escenografías con sesentaiocho poemas de índole existencial.
Enrico Diaz Bernuy
Poemas de Oscar Flores
Un día, un rostro, una luz
La
tristeza se come tu rostro, mientras el día empieza sin lluvia.
Acaricias
tu piel en el espejo, estas desnuda.
Luego,
esa tristeza se marcha sin decir adiós.
Y
aparece la sombra, estas frustrada.
El
día se aleja mientras ensombreces tus miedos.
Tus
labios han pronunciado un secreto
y
la brisa te empaña.
Con
tu sed bañas el rocío, hasta el despertar.
¿Acaso
la luz te abandonará?
La
alegría se ha ido de tu rostro…
El
viento reclama tu nombre,
Expiras
tras dos pasos el olvido.
…
El
día se asoma sin sol,
tu
piel te arrincona y pronuncias el deseo.
El
cristal muestra tus facciones
Y
crees en el viento, sonríes.
Tú
exclama la alegría
¿Acaso
la luz te abandonará?
El
cielo te persigue tras dos pasos.
Observas
tus ojos, lames tu piel.
El
día ha vuelto a empezar.
No
hay belleza y tu sonrisa se muere
y
sabes… esa luz nunca brillará.
Hacia
el olvido
Bajo
esta noche gris pronunciaré tu nombre.
Mientras
dibujes tus pasos en la marcha.
¿Sentirás mis ojos llover tierra?
En este viaje olvidarás mi presencia.
Serás
un recuerdo muerto o un solo llanto.
¿Sabrán de mi corazón latir?
Ido
sin marcha, bajo el resplandor de una mañana.
Buscaré
el silencio y la sombra ocultará mi maldad,
Mientras
el viento silbe aquel nombre.
Sufriré
sin ver mi sentir
y
ni siquiera latirán mis arterias.
¿Atraparás
mi llanto?
Estos
latidos de dolor no saben llorar
Menos
la verdad.
Quizá
solo sea un espectro o
Retazos
de un recuerdo.
Bajo
esta noche gris pronunciaré ese nombre
Poema sin título
Alguna
vez nos enamoramos sin vernos y nos tocamos sin sentir la brisa…
Vimos
sin nuestros ojos, el cielo; sentimos
sin ninguna expresión un beso.
Alguna
vez fuimos nosotros mismos, otras veces no.
Qué
será del mundo allí arriba, qué será de tu sangre...
Alguna
vez nos enamoramos sin nada en las manos, sin nada en la boca, sin palabras al
viento.
Vimos
una alegría, también una pena inerte.
Alguna
vez fuimos nosotros mismos, alguna vez estuvimos solos los dos,
envueltos,
ahorcados de amor, fríos de miedo con la lengua muerta...
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