Uno de los alumnos de Heidegger le preguntó: ¿qué
consejos podría darles a las personas para que
sus vidas estén cercanas a la impecabilidad o a lo auténtico?
Visitar
cementerios — respondió—.
&
O don Juan cuando afirmaba repetidamente que la muerte
siempre está a un brazo de
distancia de uno.
Y que la única verdad es su presencia, y quien ose
solicitarle consejos a la muerte, siempre pero siempre , será sabio.
.
.
LAS CINCO PREGUNTAS QUE
JAMÁS TE LAS HARÍA
Entre las circunstancias de la existencia auténtica
encontraras una sonrisa amorosa
desde el fondo de tu miedo, y el pleno sentir
de ese mismo anhelo que hizo unirnos y que nos devuelve la razón para desear
por un instante querer olvidarlo todo.
Así un día adoptamos una postura más
confortable…, ¿recuerdas aquel día que visitamos
un cementerio? —sentíamos tristeza—, quizás sentimos
nuestra realidad... queríamos emborracharnos y nadie pudo escapar a sí mismo.
Fue hasta que vi en mis manos algo sincero, auténtico. Sentí que algo acababa,
no te lo dije porque creí que ya lo sabias…
Es parecido al mismo
fin que cada noche experimento. A veces uno es consiente, uno se siente
despierto y es grande el resplandor de ese encuentro de verse, uno
mismo cercano o imbuido a circunstancias de la existencia auténtica.
En donde encuentras una sonrisa amorosa,
desde el fondo de tu miedo, y el pleno sentir de ese mismo anhelo. Quizás
hizo unirnos y nos devuelve la razón para desear por un instante querer
olvidarlo todo. ¿Se
puede olvidar todo? Si estoy frente a este papel
escribiendo estas cosas, tal parece que no. Al menos yo no puedo olvidar.
Unirse a uno mismo en un recogimiento lleno en la grandeza con el bello
silencio del corazón.
Entonces paso hablarte ahora del silencio. Un silencio que no abarca lo corpóreo. Ni mucho menos esta masa muscular de tendones, grasa y líquidos. Es bueno especificar porque siempre se nos olvida que nosotros solo somos una sombra de este cuerpo, pero no somos este cuerpo. Y ya sabemos que lo que se basa en este cuerpo tiene un final, arrojado al factor tiempo, y en su base, un fundamento fruitivo de único destino: perecer. A pesar de este perecer o derrumbamiento aun así se basan relaciones sociales, relaciones sentimentales, relaciones sexuales. Todo fundamentado en lo tangible, lo corpóreo, la tajada de sacar el anhelado porcentaje. Ya sabemos a qué tipo de porcentaje va esa insustancial felicidad: hacia tu número de cuenta bancaria o tus genitales o porcentaje para comprar halagos, ¿sabes a lo que me refiero, no? A la felicidad efímera de decir, "hinchado de pecho": yo soy el más pendejo que todos. La pendejada. Pero en el fondo tu sabes que todos estamos aquí porque “estamos cagados”. —Te identificas con nosotros—.
Entonces paso hablarte ahora del silencio. Un silencio que no abarca lo corpóreo. Ni mucho menos esta masa muscular de tendones, grasa y líquidos. Es bueno especificar porque siempre se nos olvida que nosotros solo somos una sombra de este cuerpo, pero no somos este cuerpo. Y ya sabemos que lo que se basa en este cuerpo tiene un final, arrojado al factor tiempo, y en su base, un fundamento fruitivo de único destino: perecer. A pesar de este perecer o derrumbamiento aun así se basan relaciones sociales, relaciones sentimentales, relaciones sexuales. Todo fundamentado en lo tangible, lo corpóreo, la tajada de sacar el anhelado porcentaje. Ya sabemos a qué tipo de porcentaje va esa insustancial felicidad: hacia tu número de cuenta bancaria o tus genitales o porcentaje para comprar halagos, ¿sabes a lo que me refiero, no? A la felicidad efímera de decir, "hinchado de pecho": yo soy el más pendejo que todos. La pendejada. Pero en el fondo tu sabes que todos estamos aquí porque “estamos cagados”. —Te identificas con nosotros—.
No se trata que nos refiramos al más atractivo de los
cuerpos, así como el manjar más exquisito apetece, la misma exquisitez también
empalaga por ese motivo esas mujeres abandonan a sus maridos o esos hombres
abandonan a sus mujeres, se hartan del dulce. Cuando todo se basa
exclusivamente en el placer del paladar o de los genitales, ya
sabemos cuál es el destino, el empacho.
Ahora, si tu me dices que no crees en el destino puedes olvidarte de lo que te acabo de decir. ¿Te acuerdas de las increíbles y blandas nalgas de ella? en realidad es increíble que te hayas hartado, que decidiste largarla de tu vida. Te acuerdas cuando elogiabas sus senos pequeños que parecían, "pequeños copos de nácar y miel a la vez". —Parecías un poeta—.
Recuerdo cuando una vez te vi abrazándola, dándole un beso
enorme. Me sentí orgulloso por tu felicidad. Pero claro, ese tipo de cosas
jamás te lo diría. Ella esperaba que la saques del hoyo de donde vivía ¿continuamos
hablando del dinero o lo tangible? —Parece que sí.—
Recuerdas cuando una vez me dijiste: Enrico por
que no pintas mujeres que carguen un letrero al cuello que diga: —quiero
que me saques de este distrito—.
También quiero contarte que tengo una amiga que la veo muy poco. Ella siempre dice que me adora, me quiere muchísimo. Incluso es de la clase de chicas inexpresivas parcas, aun así ella me dice esas cosas. Por su puesto que yo también correspondo a sus palabras.
Ella es un encanto, evito verla porque sé que me puedo enamorar, o quizás ya lo esté. Solo que no quiero aceptarlo, el punto es que ella —no puede con su vida—, triplica los problemas que yo pueda tener en mi vida. Las pocas veces que la veo siempre trato de darle la mano.
Luego las sensaciones de pistantrofobia siempre se asoma una sensación de pena enorme al despedirme de ella… Cuando la abrazo
al despedirme respiro su respiración, me enternece. Acaricio sus brazos al
decirle: nos vemos pronto. Pero nunca es así.
Tres días después, me la imagino en mi cama. Y una vez más
las conexiones a este cuerpo se revelan de forma rotunda para
terminar en mis genitales. Pero ser consiente de estas cosas ya cambia las
cosas.
Abrir los ojos ante uno mismo pone a prueba lo que eres capaz de dar... entre las circunstancias de la existencia auténtica encuentras una sonrisa amorosa desde el fondo de tu miedo.
Abrir los ojos ante uno mismo pone a prueba lo que eres capaz de dar... entre las circunstancias de la existencia auténtica encuentras una sonrisa amorosa desde el fondo de tu miedo.
Enrico Diaz
2020
Lima, Perú
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