Antes los fines de semana solìa
recorrer galerìas y exposiciones en centros culturales. Eran ambientes que
usualmente estaban invadidos por el silencio solemne ideal para una tranquila
apreciaciòn del arte. Pero ahora espero que la suerte detenga mi camino y pueda
disfrutar -y hasta ser parte- de una invasiòn bullisiosa…
Lamentablemente el artista se suele
someter a reglas formales para asì poder exponer su trabajo. Condiciones de
quienes disen apoyar al arte y suelen apoyar solo a su entorno inofensivo y crean
obstàculos y dejan migajas para aquellos que se mantienen independientes,
alejados de la sobonerìa y del control…
Hoy
las cosas estàn cambiando, poco a poco se està forjando un cambio…
Si bien no es nuevo, no es novedoso,
pero antes era eventual, casual, era
desorganizado, hoy ya hay un orden, un compromiso y una seguridad de cumplirlo
si o si…
Tomar las calles, tomar las Plazas.
Irrumpir en el camino de los demàs y brindarles el asombro que su camino
esperaba. La gente se detiene, ofrece su tiempo, ofrece su atenciòn y el
artista ofrece su arte…
El artista ya no espera que le den
un espacio, està tomando su espacio. Ya no hay el silencio de una galerìa. Hay
un fondo incidental, una bullìsia encantadora, la suma de todos los ruidos; y,
contra ello el artista empieza, atentos los curiosos el poema empieza, la
canciòn le sigue, un manifiesto se expresa, el debate calienta. Un pintor
muestra su obra bajo la luz del farol, los serenos estàn a la distancia
esperando cuando actuar…
Siempre hay un villano en toda
historia, aquì està tendido en el piso como una sombra a quien nadie importa:
es el “ser” llamado obstàculo o impedimento. Es la creencia de que solo puede
haber arte entre cuatro paredes, una creencia muerta…
¿En què se diferencia el ayer y el
hoy?...
En la continuidad. Porque las
personas querràn encontrarte, repetir la experiencia, como quien repite un beso
tras de otro.
¿Cuàndo hablamos de un cambio?...
Cuando hay compromiso. Cuando los
artistas se juntan, cuando su voluntad se confabula en un tiempo y lugar
exacto. Porque despuès de tanto beso siempre se asoma la lengua para generar
esa chispa que a todos nos vuelve imparables.
¿Què se necesita?...
Ser imparable. Constante y no temer
a las fuerzas del orden, porque orden no son, no son nada frente a una
realidad: “El Arte es parte del espacio urbano” y su constancia va a generar
algo beneficioso para el artista y para las personas, las municipalidades
deberàn aceptar y brindar condiciones favorables y ante ello las galerias y
centros culturales comprenderàn que no son necesarias y tampoco indispensables
para la cultura. Los obstàculos seràn flexibles y sobretodo: “solo sobreviviran
los verdaderos artistas. Con ello un verdadero arte es una verdadera expresiòn,
sin lenguajes vacìos podrà haber comunicaciòn.
¿Dònde y cuàndo?...
Si bien hay -felizmente- algunos
colectivos que impulsan esta comprometida
invasiòn, el presente artìculo resalta en estas lìneas finales la falta
de un menù de arrebatos artìsticos dònde
pueda avecinarse què noche traerà tormentas culturales. Por otro lado avizar
implica que los municipales obstruyan. Un dilema en una etapa de cambios, què
hace mas interesante la lucha. Sòlo puedo hablar por mi entorno: Colaborando
con el Colectivo Poesìa en Alta Voz, Plaza San Martìn, primer sàbado de cada
mes, 8pm. Y siempre habrà un micròfono para una voz nueva que se quiera oir.
Juan J.Espejo - Ave Fantasma
-Gestor Cultural-
autoresdelkaos@gmail.com
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