Para abolir los muros.
Versos a
Sri
(cuartetos 10)
1
Abrazar en mi sentimiento el color de su perfección:
es retornar a las
huellas que dejó.
La ambrosía de tus
nombres mis ojos, atrapó.
En un vistoso nácar donde
mi clamor es una petición.
2
Llamada la ciencia
hacia el supremo.
Sueño en encomendarme a la cadena discipular.
De un camino donde se alza el rastro lunar.
Como son los suspiros
que emana los vocablos del eterno.
3
De esta forma, ya no
son engañosos los senderos.
Que de aquí se
inventan los colores del conocimiento.
Son cosas que solo
quedan en este firmamento.
Sistemas mundanos de
que todo honor, son limitados paraderos.
4
Con el verso sensato
y claro en sus mandatarios...
Dígnense del sol,
fiel sirviente de fe como semillas.
Del único señor hasta
donde descansa las estrellas.
Vínculos cultos los más luminosos en sus adentros
5
Son las palabras que
no siempre llegan a todos los corazones.
Como Uno es Arjuna,
un alma más allá de las afluencias.
Virtud en la inteligencia
poder de esencias.
Surge palmarias Obligaciones
frente
a las estaciones.
6
Al final todos somos
peces del mismo río.
Solo que algunos
comprenden las fuentes.
Y otros se entretienen
con los torrentes...
Olvidando las formas
de loto que floreció sobre aguas del altísimo.
7
Sea así estos versos Para siri Krisna mi permanencia.
Dador de nuestros
dones para recordarnos a Él.
Que siempre está
presente en los tronos de todo laurel.
Sea así mi pincel el
pulso de los geranios, mi influencia.
8
Bermejos violáceos y
magentas calan la esperanza.
Ensartadas en el hilo
de las guirnaldas acompañantes.
Al señor de lo eterno como dignas consonantes...
Que todo turbante ceda; brille en alabanza.
9
Para hacernos con el tiempo; nunca es tarde para comienzos.
Y sientes como
resuena tus nombres.
Es una abundancia de
tantos pronombres.
En un camino donde se
aleja los caminos de los tropiezos.
10
Se nace ciego se vive
ciego, pero con el intelecto la luz llega.
Por fin eres el
auriga y a tus deseos los suplas.
Con la razón de la trascendencia
que no viene ni va, a esta tierra…
Pega y besa como un
bajel a alta mar que solo de los cielos riega.
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