p


NOTICIAS 24 / 7

Orígenes

Estimados lectores con placer y profundo aprecio a la literatura los invito a descubrir mi blog Café y escrituras con humo, un espacio donde la literatura respira con una libertad genuina, y donde cada cuento, relato o poema está tejido con esmero, ofreciendo mundos y personajes que buscan resonar en el alma. Es un rincón de lucidez y libertad de expresión, donde no existe censura ni rechazo, (ni de editoriales ni de fanzines) sino un llamado sincero a explorar juntos las profundidades de la imaginación y del pensamiento. Los textos son gratuitos y siempre bienvenidos a nuevos ojos, con la esperanza de que encuentren en ellos una chispa de inspiración o reflexión. ¡Los invito a tomar una pausa, servirse una buena taza de café, y sumergirse en la esencia de cada relato! , poema o artículos de mi autoría o de los escritores invitados. A continuación, dejo el índice del contenido:
Powered By Blogger

viernes, 4 de octubre de 2024

Una conversación con A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada

 


El sacrificio en la cruz, la posición de Jesús y su segunda venida a la Tierra, la importancia de la obediencia a sus enseñanzas, la diferencia entre un cristiano y un devoto de Krishna, y predicciones en las escrituras védicas conectadas con Jesús.

Tamala Krishna, en aquel entonces secretario personal de Prabhupada, presenta las preguntas de un devoto que se unió recientemente al Movimiento Hare Krishna.

Tamala Krishna: Entonces, su respuesta para la pregunta “¿Considera que el mensaje de Jesucristo es universal?”, es sí.

Prabhupada: Sí.

Tamala Krishna: Y él dice que vivió en nuestros templos, pero que no está satisfecho con la fe cristiana, y ahora está sintiendo una gran satisfacción viviendo en nuestros templos.

Prabhupada: Ante todo, sé un buen cristiano, sigue todos los diez mandamientos. “No juzguéis, para que no seáis juzgados”.

Tamala Krishna: Su segunda pregunta es: “Considerando que la Biblia describe a Jesús como el salvador del pueblo de Dios, no sólo en Israel, sino de todos los pecados del hombre, ¿decir que sólo es un avatara no minimiza su verdadera posición y contradice las enseñanzas de la Biblia?”.

Prabhupada: Nosotros lo aceptamos como avatara, shaktyavesha-avatara, encarnación de Dios dotada de poder. Eso es lo que aceptamos.

Tamala Krishna: Sí. Él dice: “Así como cualquier otra escritura revelada, las enseñanzas de la Biblia son absolutas, ¿pero se deben entender literal o simbólicamente? ¿Se aplican a todos los hombres?”.

Prabhupada: Literalmente, no simbólicamente.

Tamala Krishna: Él dice: “¿Cuál es el verdadero significado del sacrificio en la cruz, de que Jesús muera en la cruz?”.

Prabhupada: No tiene ningún significado. Las personas eran tan necias que lo quisieron matar. Porque él estaba hablando de Dios. Así podemos comprender la contaminación de la sociedad de aquella época, lo inteligentes que eran. Él tuvo que tratar con necios formidables porque estaba hablando sobre Dios, y el resultado fue que lo quisieron matar. Él predicó: “No matarás”, y ellos lo mataron primero. Esa era su inteligencia.

Tamala Krishna: Él pregunta: “¿Jesús murió en la cruz para redimir todos los pecados del mundo?”.

Prabhupada: Este es otro pensamiento pecaminoso: Jesús firmó un contrato para liberarlos de sus actividades pecaminosas. Este es un gran pretexto para que los pecadores continúen actuando de forma pecaminosa, y Cristo firmará un contrato que lo neutralizará. Esta es la convicción más pecaminosa. En vez de detener las actividades pecaminosas, firmamos un contrato con Jesucristo para neutralizarlas.

Tamala Krishna: Entonces, en realidad esas personas no se librarán de sus pecados hasta que detengan sus actividades pecaminosas.

Prabhupada: Si no fuera así, ¿de qué serviría su prédica? Ellos continuarán con las actividades pecaminosas, y Jesucristo firmará un contrato para salvarlos. ¡Es una idea absurda! “Nuestra religión es muy buena”. ¿Cómo es? “No podemos detener nuestras actividades pecaminosas, y Cristo firmó un contrato. Él nos salvará”.

Namno balad papa-buddhih. Esa es una de las ofensas al santo nombre. “Estoy cantando Hare Krishna, entonces ninguna acción se considera pecaminosa”. “Continuaré con mis actividades pecaminosas y me volveré cristiano” es lo mismo que “Me volveré vaishnava, me convertiré por el simple hecho de recitar el santo nombre”.

Tamala Krishna: Él proporciona muchas citas bíblicas. Sólo leeré dos…

Prabhupada: ¿Cuál es el punto de proporcionar citas de la Biblia? Estamos hablando de cosas prácticas.

Tamala Krishna: Sí. El único punto que iba a plantear era que es evidente que ellos están interpretando la Biblia de forma equivocada. Una de las citas, por ejemplo, dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16) Pero has señalado que creer significa seguir sus enseñanzas. Esto es lo que no entienden. Ellos dicen: “Creemos en Jesús”, pero no siguen sus enseñanzas.

Prabhupada: Entonces, ¿dónde está la creencia? ¿Dónde está la cuestión de creencia? A no ser que sigan sus enseñanzas, no se puede hablar de creencia. Se trata de un principio falso.

Tamala Krishna: Sí. Su siguiente pregunta es: “La esencia del cristianismo es creer que Cristo es nuestro salvador y redentor, pero la prueba final de la fe en Cristo se encuentra en la creencia personal de que él volverá del cielo a la Tierra para establecer sus glorias y su reino de justicia eterna. ¿Este segundo advenimiento se debe aceptar como algo simbólico, o realmente volverá?”.

Prabhupada: No lo sé. ¿Qué dice él?

Tamala Krishna: Bien, él cita: “La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria”. (Mateo 24:30) Hay muchísimas declaraciones en la Biblia que aluden al regreso de Cristo.

Prabhupada: ¿Y qué hay de malo si vuelve?

Tamala Krishna: Prácticamente, la base de la fe cristiana es esperar el día en que Cristo venga.

Prabhupada: Por el momento, sigan lo que dijo. De lo contrario, ¿de qué sirve esperarlo?

Tamala Krishna: Sí, si no sigues lo que dijo, entonces, aunque venga, no te llevará con él. Él dice que si eso ocurre, si Cristo vuelve, ¿cuál será la posición de Sri Chaitanya Mahaprabhu y Su movimiento de conciencia de Krishna? Una pregunta torpe.

Prabhupada: Lo sabrá cuando venga.

Tamala Krishna: (risas) Lo sabremos cuando venga. Cierto. Mientras tanto, el movimiento de Krishna está aquí. Próxima pregunta: “¿Qué es el fin del mundo?”.

Prabhupada: El mundo sufrirá la devastación, como ocurre con todo lo que es material. Tu cuerpo existe y se está manteniendo, y llegará a su fin. Similarmente, el cuerpo del mundo entero también llegará a su fin. No hay otra manera. Se crea, se mantiene y llega a su fin. En sánscrito se llama nasa.

Tamala Krishna: Él dice: “En su introducción al Bhagavad-gita, usted se refiere al hinduismo, al budismo, al cristianismo y a otras creencias religiosas como designaciones sectarias, ¿pero la conciencia de Krishna no es otro tipo de designación, con el fin de no llamarla ‘krishnaísmo’, otro ‘ismo’?”.

Prabhupada: No. Esto lo entenderá más adelante.

Tamala Krishna: “¿Cuál es la diferencia entre un cristiano puro –o al menos, uno sincero– y un devoto sincero de Krishna?”.

Prabhupada: No hay ninguna diferencia.

Tamala Krishna: Él dice que ha leído un pasaje del Bhavisya Maha-Purana, escrito por Vyasadeva tres mil años antes de Cristo, en el que se predecía la presencia de Jesucristo en los Himalayas, en el año 78 de la era cristiana, y su encuentro con un rey. ¿Existen otras profecías en el Bhavisya Maha-Purana o en otras escrituras que afirmen de forma más exacta el día del nacimiento de Jesucristo?

Prabhupada: Todo lo que dice es cierto.

Tamala Krishna: Después de dar las gracias, hace una última pregunta, que considero importante. Él dice: “Siguiendo prácticamente a Jesucristo, ¿es posible que un sincero buscador de la verdad, que no reconoce o acepta las manifestaciones externas del movimiento de la conciencia de Krishna, obtenga amor por Dios?”.

Prabhupada: Amor por Dios significa misericordia de Dios. Si Dios está satisfecho, Él puede hacer cualquier cosa. De esta forma, ese placer de Dios puede despertarse por amor. En sánscrito se llama kripa-siddhi. Perfección motivada por afecto. Por misericordia.

Tamala Krishna: Él quiere saber si es posible obtener ese amor por Dios sin formar parte del movimiento de la conciencia de Krishna.

Prabhupada: En general no, porque la persona debe seguir los principios reguladores y parar de actuar de forma pecaminosa. Entonces depende de la misericordia de Krishna. No puedes obligarle a que te de Su misericordia. No es posible. Misericordia es misericordia. Tienes que cumplir tu deber, y la misericordia depende de Él.

Tamala Krishna: Buenas respuestas.

 

No es mi intención herir, pero a veces las verdades, tienen ese efecto...

 El castigo del mentiroso no es, que no se le crea, sino que él no puede creerle a nadie.

George Bernard

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Un cuento sobre el ENDOESQUELETO T800. | Cuento de Enrico Diaz Bernuy | 2024

Un cuento sobre el  ENDOESQUELETO

T800

La ciudad se adormecía bajo el manto del atardecer, como una vela que pierde su llama, al roce del aire, el aire que carga nuestros recuerdos, en una ciudad teñida grisáceamente de una habitualidad por lo superficial, la gente falsa, el rose de los interesados. Y en aquella tarde de Lima con su habitual melancolía gris, esa que tiñe las calles de la ciudad, con una especie de nostalgia por cosas que todos soñábamos pero que nadie vivía. La ciudad se adormecía y estábamos adormecidos, sedados… 

Nadie vivía la honestidad,  ni afectos sinceros, hasta que un día;  tres hombres, desconocidos entre sí hasta ese día, se encontraron bajo el mismo techo, en la inauguración de una galería en el centro del distrito de Miraflores.

Eran diferentes en muchos aspectos, pero compartían un vínculo invisible, tejido por el arte, (cierto arte), “el coleccionismo”, y el deseo de poseer algo más que simples objetos: querían poseer fragmentos de historia, (el anhelo).

Lucio estaba allí por puro azar. Mientras caminaba por el centro buscando un lugar donde refugiarse de la llovizna, se topó con la galería. En el escaparate brillaba la última colección de figuras de edición limitada, detalladas hasta la perfección, juguetes que parecían salidos de una película de ciencia ficción, pero que estaban hechos para ser apreciados como Arte.

Él no dudó en entrar porque se sintió identificado porque aquellos artículos para él eran algo familiar. El arte en términos de “algo familiar” creo que esa sensación,  ya era una “revolución”.

Cabe señalar que el Pop Art, movimiento que irrumpió en el arte contemporáneo con su vibrante uso del color y su desdén por las jerarquías tradicionales de lo estético, ha dejado una impronta indeleble en la cultura moderna, especialmente en la industria de los juguetes de colección. Juguetes como los "Hot Toys", NECA, entre otros… con sus detalles cromados y colores encendidos, representan la evolución de esta estética popular hacia una forma de arte poco accesible pero coleccionable. Hoy en día, así como en el pasado se coleccionaban esculturas y pinturas, adultos y jóvenes encuentran en estos objetos una vía de inversión y entretenimiento, de lo que probablemente sea así, reafirmar el legado cultural del Pop Art en una era digital y cada vez, más digital.

Sin embargo, en esta era en donde los cuadros o las esculturas ya no tienen el mismo miramiento que antes, ese espacio es ocupado por otra clase de coleccionismo u otra clase de inversión…

Joaquín, por otro lado, lo había planeado desde hacía meses. Había oído hablar de la exposición, y estaba seguro de que allí, encontraría la pieza que añadiría a su ya considerable colección. Para él, coleccionar no era solo un pasatiempo, era una inversión calculada. Cada figura que compraba aumentaba de valor con el tiempo, y él, como un experto en el mercado de este nuevo camino del arte, sabía cuándo y dónde hacer la oferta perfecta.

Finalmente, estaba Álvaro, el más joven de los tres. Su conexión con el arte y el coleccionismo había comenzado como un escape. De niño, había sido fascinado por las figuras de acción que veía en las tiendas de San Isidro. Ahora, de adulto, sus intereses habían evolucionado hacia las piezas de alta gama. No lo hacía por el dinero, sino por la pura satisfacción de poseer objetos que, para él, representaban pequeñas cápsulas de perfección, pequeñas muestras materializadas sobre el recuerdo, seguramente le traían buenos recuerdos sobre su niñez, una niñez que él quería tener presente.

El destino los había reunido en ese espacio, y aunque ninguno lo sabía aún, el azar jugaría su papel de formas imprevisibles.  Una vez dentro de la galería, Lucio se sorprendió al ver que no era el único fascinado por las figuras expuestas. A su lado, dos hombres parecían estudiar cada pieza con minuciosidad. El ambiente estaba impregnado de una calma tensa, como si cada uno de ellos estuviera evaluando las piezas no solo por su valor estético, sino por su potencial como inversión.

"Es una belleza, ¿no lo crees?", dijo Joaquín, acercándose a una figura cromada, inspirada en un clásico del cine. Terminator T800. Era el tipo de juguete de colección que, en otro tiempo, habría sido objeto de deseo infantil, pero ahora estaba reservado para adultos con conocimientos del mercado, vientres voluminosos y especialmente; de bolsillos generosos. "Estas piezas solo se aprecian con el tiempo."

De lo que ahorita me trae recuerdos en vincular al Pop Art, nacido a mediados del siglo XX, fue mucho más que una corriente artística pasajera. Fue una revolución estética que desdibujó las fronteras entre el arte culto y la cultura popular, alzando a la categoría de obras maestras imágenes y objetos cotidianos. Este movimiento, liderado por figuras como Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Claes Oldenburg entre otros… transformó la percepción de lo que podía considerarse arte.

En lugar de exaltar lo sublime, el Pop Art abrazó lo frívolo,  desde las latas de sopa Campbell hasta los cómics, reflejando el espíritu consumista y la estética visual del momento y su respectivo “culto por vivir el instante”, “la cultura de lo efímero”… Sin embargo, esa propuesta triunfó (así va nuestra humanidad).

Hoy, en un mundo donde el arte se consume de formas cada vez más diversas, la herencia del Pop Art es visible en industrias que trascienden lo tradicionalmente considerado artístico. Una de ellas es la industria de los juguetes de colección, particularmente aquellos de alto valor, como los "Hot Toys", Neca, entre otras… Estas figuras, detalladas al extremo, reflejan el estilo vibrante y cromático del Pop Art, acercando el arte a las masas de una manera que resuena profundamente con las sensibilidades contemporáneas.

Donde muchas veces lo que prima es la  inversión y aprecio estético, evocando los mismos principios que guiaron al Pop Art en su momento de auge. Sin duda, aunque no siempre se trata del valor monetario, a veces es solo la perfección de la obra lo que importa", —respondió Álvaro—, sin despegar la vista de una figura de un superhéroe en pleno vuelo, cuyas tonalidades artificiales  evocaban los colores audaces del Pop Art. "Este tipo de coleccionables, por mucho que valgan, para mí son pequeñas joyas de nostalgia." —Sostuvo con determinación—, pero todos sabíamos que siempre había cierto intereses monetario, como si una parte de la niñez se hubiera desvirtuado. Sin embargo, aun persistía un tono de niñez y eso debía rescatarse.

Lucio, que hasta entonces había permanecido en silencio, se acercó a la conversación. "Para algunos será nostalgia, para otros,  “Arte”, pero en el fondo, todos estamos aquí porque sabemos que el valor de estas piezas solo crece con el tiempo. Es un mercado que se parece mucho al del arte, donde cada obra se convierte en una inversión." Es como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo; para desplazar a los escultores de antaño , y así,  para dar paso a las reproducciones con el término “escala”. Las reproducciones de edición limitada, numeradas,  y hasta a veces firmadas como si se tratara de una verdadera micro escultura de colorinche y de impecables trazos. 

Donde se reproducían incluso hasta los poros de la piel. Muñecos de treinta centímetros de altura cuyo costo es de mil trescientos  dólares, por unidad. Por su puesto que con ese precio, cada uno de esos artículos vienen numerados y con documentos, casi como si se tratara de una obra de arte, o quizás estamos frente a las nuevas obras de arte… (¿?)

La conversación fluía de manera natural, y entre palabras compartidas, los tres hombres comenzaron a hablar de sus propias colecciones. Lucio tenía una modesta selección de figuras de acción antiguas, piezas de una infancia que nunca se había permitido olvidar. Tendrá sus motivos, seguramente llenos de gratitud…

Joaquín, se dedicaba a vender piezas similares (era comerciante) y por su parte, era un veterano en el mundo de las subastas de arte y coleccionables especialmente de carritos batimoviles.

Álvaro, el arquitecto y aunque joven, había dedicado años a reunir una colección de alta gama, con ediciones limitadas que eran la envidia de cualquier amante de los Transformers Prime y vínculos con la Cultura Geek.

Y dada su afición tan marcada terminó estudiando diseño gráfico para terminar especializándose en las impresiones en 3d.  Él era un enterado en el tema, eso es seguro. El azar los había juntado, pero pronto el interés por las mis piezas iba a separarlos. Tampoco puedo olvidar el olor del plástico flamante, mezclado con el de las alfombras y ese particular champo que le ponen… construía en sí un perfume atrayente. En aquel ambiente lleno de cristales como si se tratara de pequeños altares, que solo te invitaban al silencio, y  a contemplar. Y eso, de estar callado te invitaba en detener el dialogo interno, eso es una buena señal.

El evento continuaba, y en la sala principal, una pieza especial se destacaba entre las demás: una figura única de un personaje icónico, el T800 (¡!),  (endoesqueleto hiperrealista).  Con detalles cromados que recordaban las tonalidades estridentes y brillantes del pop art de Warhol. Era una pieza única, la joya de la exposición, y los tres lo sabían. Era el viejo lanzamiento en los años 2023 y 2024 que fue comercializado fascículo a fascículo prácticamente en todo Sudamérica, hoy completamente descatalogado.

"Esta es la clase de figura que no solo apreciará en valor, sino que será recordada como un hito en el mundo del coleccionismo", —comentó Joaquín—, casi para sí mismo, aunque Lucio y Álvaro lo escuchaban atentamente.

"Sería un honor tenerla en mi colección", —dijo Álvaro—, con una sonrisa algo temerosa, como si ya presintiera que esa pieza estaba fuera de su alcance. De lo cual, le trajo ciertos recuerdos de su infancia en la que anhelaba ciertos juguetes y no los obtenía.  Él sentía que la vida le hacía vivir, de nuevo, como si fuera un bucle en donde, el elemento neutro, de su condición matemática lo hacía radicar en un limbo.

Lucio observó el intercambio con una  sonrisa de poca soltura, tímida o llena de dudas. Sabía que esa pieza, era el tipo de inversión, que cualquier coleccionista serio,  desearía. Él también la quería, pero entendía que el verdadero juego no estaba solo en desearla, sino en poseer el poder económico y la estrategia para obtenerla. Era un tema de estrategia.

La contemplación por esta clase de artículos era un motivo para dar pausa a burlarse de los demás, un alto a la hipocresía y a los interesados. Su afición silenciosa por esas pequeñas esculturas plásticas en ediciones numeradas eran un motivo para el silencio y estar sentado, eso era bastante… Y esta clase de cosas, a veces en tiempos de pandemia o tiempos de soledad, estas aficiones son de ayuda.

Cuando la subasta informal comenzó, el ambiente en la sala se tensó. Primero, fueron las ofertas moderadas, pequeñas sumas que parecían más actos de cortesía que verdaderas propuestas. Sin embargo, la tensión creció rápidamente cuando Joaquín, con la seguridad de un experto, hizo una oferta considerable.

Y si se trata de consideraciones, tenemos que recordar que el pop art surge en un contexto en donde  los medios de comunicación masivos comenzaban a dominar el imaginario colectivo. La estética de este movimiento se basaba en una reinterpretación de los elementos más comunes y banales de la vida cotidiana, como la publicidad, los productos de consumo masivo (enlatados entre otros) y por su puesto; las celebridades.

Andy Warhol, una de sus figuras más representativas, sintetizó esta idea cuando dijo: “Todo el mundo debería ser famoso por 15 minutos”. Esta afirmación encapsula el sentido de transitoriedad y superficialidad que caracterizó al Pop Art, pero también su poder para convertir lo efímero en algo duradero e icónico.

El uso de colores ensendidos y técnicas como la serigrafía fue un recurso fundamental en la creación de estas obras, otorgando a imágenes comunes un estatus de arte elevado. Colores encendidos y composiciones repetitivas no solo rompían con las normas del arte convencional, sino que también hacían un guiño a la sociedad de consumo en la que el arte estaba inmerso. 

De esta forma, el Pop Art "democratizó" el arte, haciendo que lo que antes se consideraba exclusivo del ámbito "cultural elevado" y aunque fuera poco accesible económicamente, pero comprensible en el campo intelectual para las masas, eso hay que reconocerlo. Sin embargo, ahora entre las ediciones limitadas o los coleccionables,  incluso hasta por fascículos, es como si ocurriera un fenómeno similar...

Sin duda, el mercado del nuevo arte haba dado un giro. Veo que la democratización económica duro cierto tiempo nomas… 

—"Diez mil soles", anunció con voz firme. —Fue su sentencia—. 

Álvaro y Lucio intercambiaron miradas. Era una suma alta, pero no fuera de lo común en este tipo de piezas. Álvaro, con determinación, elevó la oferta. 

—"Quince mil", dijo, aunque su tono dejaba entrever que estaba empezando a cruzar un límite incómodo. Lucio, que hasta ahora había permanecido en silencio, dio un paso adelante. "Veinte mil." La sala quedó en silencio por un momento. Joaquín frunció el ceño. Había subestimado a sus compañeros de galería, pero no iba a dejarse vencer tan fácilmente. "Treinta mil", replicó con una seguridad que casi desafiaba a los otros dos.  

El rostro de Álvaro palideció. Sabía que no podía seguir subiendo la apuesta sin arriesgar su estabilidad financiera. Para él, esta era más que una batalla por una figura, era un desafío personal.

Sentía que debía demostrar algo, pero la lógica comenzaba a imponerse. Lucio, en cambio, estaba calculando cada movimiento. Sabía que la pieza tenía un valor simbólico, pero también sabía que su estrategia no podía basarse solo en la pasión. Dejó que la tensión aumentara y decidió retirarse en el momento justo, no sin antes lanzar una última mirada a sus contrincantes. 

Era el momento de demostrar su valía como hombre frente a la actitud a cuando uno no tiene nada, o su humildad cuando uno lo tiene todo. En esos instantes él no tenía lo suficiente.


—"Me retiro", dijo con serenidad, aunque sus ojos seguían fijos en la figura como si ya la hubiera poseído en su mente. O como si se estuviera haciéndose una promesa silenciosa y secreta, hacia él mismo.

 Joaquín sonrió triunfante. La pieza sería suya, y aunque el precio había sido alto, sabía que esa inversión se recuperaría con creces en el futuro.

Álvaro, aunque decepcionado, se consoló pensando que habría otras oportunidades…, otros momentos en los que podría demostrar su valía como coleccionista, porque en ese camino, el recorrido es de toda “una vida”. Apenas comprendía que la paciencia era la primera lección de ser un verdadero coleccionista.

 Enrico Diaz Bernuy

 


jueves, 5 de septiembre de 2024

Relato Breve | La ingeniería de las cadenas | de Enrico Diaz Bernuy

                                                 LA  INGENIERÍA
                  DE LAS CADENAS



Las ilusiones son peligrosas, no tienen defectos. 

Billy Wilder


Sin frutos, y al mediodía, el árbol de naranjo se mantenía en su lugar, como una antigua guardia de recuerdos. En medio de esta escena, Ciro alcanzó una conciencia que jamás había deseado, pero la distancia parecía la única manera de preservar su salud mental.   —Hablo del árbol de naranjo—.

Los días transcurrían, y con ellos, mensajes intrusivos llegaban a las puertas de su mente. Aparentemente, su vida se reconstruía a diario, pero en realidad, Ciro recorría un sendero interminable, donde las piedras se agrupaban en los oscuros meandros de su memoria, formando un todo complejo y abrumador.

 El árbol de naranjo, real en el jardín de su casa, simbolizaba la primera juventud de su mamá. Sus troncos rugosos y ásperos eran como marcas de un pasado distante.  Para Ciro, sin embargo, el árbol era una fuente de una nostalgia agotadora, reflejando la ausencia y los años perdidos más que cualquier vitalidad. (meditar en el pasado era vampirizante).

A punto de cumplir los 13 años, el reloj invisible en la mente de Ciro parecía a punto de estallar. Cada tic era un recordatorio de su fragilidad, manteniéndolo despierto en un estado de ansiedad constante. Anhelaba regresar a sus 12 años, a un tiempo de inocencia antes de que las responsabilidades sumado a  las sombras, se volvieran una carga pesada y en el medio de esa consistencia, él temblaba.

En su aldea, la tradición dictaba que a partir de los 13 años, los niños debían dejar de serlo. Esta costumbre, lejos de ser un rito de madurez, era una cadena mental que aprisionaba a todos. Aunque su origen no tenga tintes que enaltezcan  la condición humana, Ciro comprendía que escapar de ella requería enfrentar su peso.

Provenía de una familia numerosa: seis hermanos varones y cuatro hermanas. Como el menor, no tenía mucho valor para ellos. El hijo mayor cargaba con la mayor responsabilidad; si fracasaba, todo se derrumbaba. En su familia, el primogénito era casi una figura divina, mientras que los demás vivían en la sombra de su éxito o fracaso.

Ciro, la última sombra en esta jerarquía, guardaba silencio introspectivo. Nadie imaginaba que, a su corta edad, ya había experimentado un profundo despertar espiritual. Comprendía que su familia, atrapada en deseos insatisfechos y frustraciones, estaba perdida, encerrada en una jaula mental. Aunque las puertas de esa jaula estaban abiertas, nadie se atrevía a cruzarlas, por que nadie sabía que la jaula tenían puertas.

Mientras lidiaba con el torbellino de deseos truncos a su alrededor, Ciro decidió convertirse en el héroe de sí mismo. Su guía no sería su mente ansiosa, sino su inteligencia y su intuición. Entendió que las emociones de sus hermanos, sus frustraciones y deseos no cumplidos, (un anhelo profundo por alcanzar reconocimientos) eran las cadenas invisibles que los esclavizaban. Ciro dejó de sentir lástima por ellos y comprendió que esas cadenas eran poderosas, aunque invisibles.

El aroma del naranjo lo envolvía, dulce y cítrico, un recordatorio de lo efímero y hermoso. Pero esas fragancias también eran engañosas, como las sombras proyectadas por sus hermanos. La hipocresía, la falsedad y la lujuria por el poder y los objetos los habían devorado a ellos, y también a él. Debido a que él no podía expresar esta clase de males, sencillamente,  logró en Ciro un enjambre cuyas confesiones solo terminaban en el mismo destino; vivir  lo más lejos de ellos.

A pesar de sus 12 años, algo en él comenzaba a latir con fuerza. En medio de la oscuridad, encontró una motivación para buscar la luz y la redención. Aunque su entorno estaba lleno de personas con habilidades demoníacas, Ciro hallaba en esa oscuridad la inspiración para buscar la claridad y la liberación para él y su familia.
Las mentiras de sus hermanos eran como redes llenas de peces agrios y malolientes, cuyo único destino parecía ser un festín amargo. Este banquete marino, con su sabor áspero y ácido, prometía una exaltación pasajera, pero pronto hundía a quien lo probaba en un subsuelo de espinas y arenas movedizas. Era como esa jaula mencionada antes, con puertas abiertas, pero de la cual nadie podía escapar… excepto Ciro.

Caminando por el sendero de piedras, y con una soledad aparentemente profunda, sumido en los meandros oscuros de su memoria, fue entonces cuando la vio. Una joven de mirada serena lo observaba desde la distancia, como si siempre hubiera estado allí, esperándolo o buscándolo… Sus ojos claros, alargados y penetrantes parecían ver más allá de lo visible.


“Sabes, Ciro”, —le dijo con voz suave, “la cadena de la lujuria por los objetos y el tormento de un deseo frustrado, (el más vil de todos), es lo que ha atrapado a tus hermanos. Esa cadena los arrastra hacia una furia, (una furia doble). De esa ira brota la ilusión total, y de la ilusión, la niebla de la confusión en la memoria (merma la inteligencia). Y todo esto es como finas hierbas que flotan sobre un pantano, engañan, sugiriendo un jardín… Cuando la memoria se desvanece, la inteligencia se pierde; y al perderse la razón, el alma se precipita al lodazal de la existencia, un pantano engañosamente cubierto por esas hierbas.”
Ciro, al escuchar sus palabras, recordó a sus hermanos y padres, cada uno de sus rostros venía a su memoria, la conmiseración lo invadió. Comprendió que todos estaban atrapados en esa danza amarga de deseos, pero de deseos no resueltos. Pero ahora, con las palabras de la joven resonando en su interior, la niebla se disipaba.

La joven sonrió con dulzura y, con la misma sutileza con la que apareció, desapareció como un susurro felino. Ciro, iluminado por esta nueva verdad, entendió que la jaula siempre había tenido las puertas abiertas. Dio un paso más allá, aceptando que su vida había estado marcada por una libertad que siempre estuvo allí, aunque no la percibiera.  Finalmente, cruzó la puerta hacia un destino nuevo, libre de las sombras de la jaula, aunque sus puertas siempre estuvieran abiertas para aquellos que encuentren la liberación con tan solo decir una palabra.

 

  Enrico Diaz Bernuy

 

lunes, 19 de agosto de 2024

The Rain Song !!!!!!!!!



Por Robert Plant

Esta es la primavera de mi amor / la segunda estación que conoceré/ eres la luz del sol que me hace crecer / cuando antes sentía tan poco calor / no es difícil sentirme brillar / estuve observando el fuego que tanto crece / Oh…/ Este es el verano de mis sonrisas/ huyan de mi guardianes de las tinieblas Háblame solo con tus ojos / Es a ti a quien entrego esta canción / No es tan difícil reconocer / estas cosas se nos vuelven claras de cuando en cuando / Hey!  /He sentido el frío de mi invierno / Nunca pensé que te pudieras marchar / Maldije las tinieblas que se posaron sobre nosotros / Pero sé que te amo tanto / Oh pero se que te amo tanto / Estas son las estaciones de la emoción / y como el viento viene y se va / Esta es la maravilla de la devoción / veo la antorcha que  todos debemos portar / Este es el misterio del cociente / Oh sobre nosotros debe caer una pequeña lluvia / Solo una pequeña lluvia …

 Cuanto más se aleja una sociedad de la verdad, más odiará a los que la dicen...


George Orwell

Cuento | EL GRAN ROBO A LA BIBLIOTECA NACIONAL DE PERÚ | Autor: Enrico Diaz Bernuy

  

 Por Enrico Diaz Bernuy

Final del formulario

 

El gran robo a la Biblioteca

Nacional de Perú

Moldeamos nuestras vidas, y luego nuestras

 vidas nos moldean a nosotros.

Churchill

Todos tenemos nuestros demonios, no en vano estamos aquí, con este libre albedrío, para negociar con nuestras fieras, o para que ellas hagan “negocio de nosotros”, o para que logremos sobreponernos a todo. ¿Y qué significa sobreponerse a todo? Es difícil de expresarlo; imagina lo complicado que sería hacerlo.

Como casi siempre, las últimas opciones tienen pocas probabilidades de éxito, y nadie trasciende este estado mundano. Lo más común es encontrarse con amigos que son como Barrabás, otros que evocan a Kurt Cobain o Henry Miller. Hay Barrabases por todas partes, dentro y fuera del colegio; es el ciudadano común. Algunos Cobain después de trabajar se ponen su disfraz de Cobain, otros Barrabases después de ser exitosos gerentes se quitan su disfraz de Barrabas y son muy sociables en los clubes, (las máscaras se imponen).

Estableciendo que lo habitual es emular a Cobain o Baudelaire o Barrabases (el camino fácil), la vida pone a prueba nuestra resistencia frente a nuestros sutiles intentos de suicidio: el suicidio del pensamiento, el profundo deseo de olvidarlo todo, o a todos. Ahí nos encontramos con el libre albedrío con el que vinimos a este mundo para conquistarnos a nosotros mismos, ese es el tema teórico, pero como de teorías nadie vive, la realidad es otra: los hechos.

Por ello, casi nadie triunfa en esta cabalgata, aunque el intento sea tácito; todos lo perciben. Al final, cada uno es distinto, pero todos terminan como una mala copia al carbón, dejando un sinsabor, una sutil desilusión que se lleva en lo más profundo de uno mismo, y que repercute de alguna forma. Estos elementos fueron los que Alex empezó a experimentar a temprana edad. Con el tiempo, las experiencias se repiten con ciertos matices, pero de alguna manera revelan un ciclo con un tono de rigurosidad…

Es como cuando lees un libro a los 17 años y, después de 10 años, lo vuelves a leer, y entiendes algo diferente, algo que nunca habías percibido. Es una experiencia que puede llenarte de “gratitud o de desilusión”. Así que, ten cuidado cuando te impresione algún joven escritor; quizás dentro de unos años, al leer ese mismo libro, solo te provoque desarrollar buen humor o un agudo y entusiasta sentido por el “raje”.

Así pretendo esclarecer la percepción de Alex: sus confinamientos, sus extravíos, sus esperanzas y su malsana decisión de entregarse a la bebida. Sin embargo, de alguna manera, su mentalidad se había vuelto evidentemente lógica. Aunque jamás se expresaba de forma frívola, empezó a sentirse con la desesperación por encontrar pocas oportunidades laborales, lo que lo llevó a una sensación de desesperanza absoluta.

Y en medio de esta desolación, su fuerza empezó a atraer a su vida a amigos que ya estaban habituados a sobrevivir sin actividades laborales conocidas, sujetos que se dedicaban a delinquir. Sin embargo, este camino resultó ser más duro que cualquier trabajo para Alex.

Adusto, con un corte de pelo rapado por los costados y una engañosa contextura delgada, caminaba medio encorvado, pero con una resistencia física tal que, cuando se ponía a correr después de haber sustraído alguno de esos teléfonos móviles que solía hurtar, las paredes se volvían árboles y el suelo encementado, se transformaba en un jardín áspero y blando, en que él se volvía más rápido que un leopardo.

De pronto, esas calles se convertían en una selva, y él creía ser algo parecido a un rey. Pero no lo era. De acuerdo con la fantasía de la “selva de cemento” y su equivocada “autopercepción como rey”, solo lo conducía a recordar que todo, todo, quizás sea una obra de teatro. Y en esa obra, siempre hay alguien que escribe el rol de los personajes, pero él no era ese escritor.

En medio de esta fantasía dantesca, quizás comenzó con el oficio que provenía de sus padres: actores callejeros. Gente rudimentaria, pero genuina, de buen corazón y excelente sentido del humor, sin embargo, de intelecto limitado debido a la falta de una adecuada formación en valores y principios morales. Esta escasez, originó desconocer ciertos límites que no se debían traspasar. Alex cruzó varios límites y terminó rodeado de ciertas amistades, conocidos como la "gentita fina".

A pesar de su habitual cautela, le gustaba exteriorizar tintes de poseer otra esencia (su alter ego), y esa otra esencia lo llevó a rodearse de los amigos indicados para sus nuevos rumbos: delinquir. Probablemente, esa otra esencia era su verdadera naturaleza.

Todo comenzó con pequeños atracos a quioscos, robando mercadería; luego, asaltó bodegas y, a medida que escalaba, se dio cuenta de que para continuar necesitaba armas largas, fusiles, etc. Fue entonces cuando se encontró con otra frustración: la falta de armamento le negaba las posibilidades de seguir en ese camino.

Un día, en el bar "Los Martillos" —llamado así porque los dueños eran los hermanos Martínez, quienes habían pasado dos generaciones al frente de una cantina legendaria, conocida como anfiteatro de ciertos asesinatos y grandes tertulias donde se reunían escritores de todas las categorías—, Alex tomó conciencia de una realidad diversa. En contraste con los actores, los escritores exhibían una personalidad más reservada.

Aunque Alex venía de una familia de actores, personas de una timidez inherente que se transformaban en “volcánicamente extrovertidos” mediante la acción corporal, los escritores representaban la contraparte. Mientras los actores se destacaban por su habilidad para expresar emociones de manera enérgica y física, los escritores recurrían al poder del verbo para manifestar sus sentimientos y opiniones. Mediante el uso del lenguaje, lanzaban indirectas y traiciones, reflejando rencillas o frustraciones.

El cultivo del arte verbal les otorgaba la capacidad de difamar, exagerar e incluso inventar palabras que solo ellos comprendían, mostrando así una pretensión evidente. Tenían una lengua destinada para “el raje”, una forma sutil y compleja de confrontación verbal que contrastaba con la expresividad más directa de los actores.

Por otro lado, estaban los músicos, quienes eran insuperables en bohemia, prolongando las reuniones hasta el amanecer, y más allá. Como si, en el fondo, hubiera un espíritu suicida que los unía.

Parecía que coqueteaban con la muerte, mostrando un deseo de que sus historias terminaran de una vez. Mientras que otros, con cierto sadismo, querían vivir más, aunque sus vidas fueran un infierno: un infierno con sus mujeres, sus padres, sus hermanos, o hasta con los vecinos.

Pero antes de hablar del infierno, deberíamos situarnos primero, especialmente en la capacidad neuronal propia. La capacidad neuronal no solo se refleja en la habilidad para solucionar dificultades, sino en la neuroplasticidad: "el poder de cambiar". En algunos casos, la gente no cambia sus vidas, no porque no quieran, —sino porque no pueden—. Debido a que esa carencia se debía a un tema genético, traumatológico o por el consumo de alguna sustancia…

Aunque Alex se encontraba en el centro de esos pequeños mundos, con sus respectivas “jefaturas, cuarteles o patrullas”, algo verdaderamente delirante o infantil; conceptos que, en términos vedánticos, no se alejaban en absoluto de la esencia |shudra o s͞udra| algo que, para los entendidos, no puede generar otra cosa que, lástima.

A pesar de todo, Alex se dio cuenta de que estos mundos no le servirían de mucho para planear un futuro atraco. Sin embargo, sus pasos lo habían llevado por malos caminos, el hecho de estar en ese bar reflejaba algo que en esos momentos no podía definir con claridad. Fue en una de esas visitas al legendario bar cuando, de forma involuntaria, escuchó una conversación inusual entre un poeta que siempre iba con corbata y un artesano que también era escultor.

Yo considero que Alex, al permanecer en ese bar y sentirse atraído por esas personas, reflejaba en cierta medida un nivel óptimo en su neuroplasticidad. Esta flexibilidad mental le permitía adaptarse a entornos distintos y encontrar en ellos un espacio de comodidad, incluso cuando sus amigos de fechorías ya lo habían abandonado; ellos preferían ir a bares donde había mujeres y música más actual. En contraste, el bar "Los Martillos" era un lugar donde simplemente no había música de fondo y rara vez se veía alguna mujer.

Aun así, Alex había encontrado familiaridad en ese ambiente; cada mesa, con sus parroquianos, ponía sus teléfonos móviles para acompañarse con música, lo que en conjunto creaba un ruido ensordecedor. Sin embargo, de alguna forma, este caos sonoro lo hacía sentir como en su antiguo hogar, cuando sus padres aún vivían juntos.

A pesar de que todo ese pasado quedó para él como fotografías en blanco y negro, todos los personajes de aquellas escenas eran entusiastas e impulsivos como una película muda llena de gestos y emociones intensas. Sin embargo, la vida de Alex había tomado un giro más oscuro, y ahora las imágenes en su mente se teñían de sombras y tintes de desesperanza.


La conversación que escuchó en el bar aquella noche despertó algo en su interior. Hablaban sobre el "Malleus Maleficarum" o "Martillo de las Brujas". que, según decían, se encontraba la primera edición guardado en vitrina  en la Biblioteca Nacional de Perú. Un obra valiosa de estudio, tanto histórica como económicamente, que había sobrevivido a los incendios y saqueos que arrasaron con gran parte del patrimonio cultural del país en épocas pasadas. Alex, aunque no lo admitiera, siempre había sentido una atracción por los libros, un vestigio de su infancia, cuando su madre le leía historias antes de dormir.

Esa noche, mientras el poeta y el escultor seguían hablando, Alex empezó a trazar un plan. Si lograba robar ese manuscrito, no solo conseguiría dinero para escapar de su vida actual, sino que también obtendría un tipo de redención personal. Una forma de demostrar, aunque fuera solo para él mismo, que aún quedaba algo en que podía destacarse, el robo.

El plan era simple en su concepto, pero requería precisión en su ejecución. Durante las siguientes semanas, Alex observó la Biblioteca Nacional, sus horarios, y sus pocos guardias, y por medio de la investigación por internet, se enteró de la existencia de un túnel subterráneo, construido hace décadas, que conectaba la biblioteca con un edificio cercano de estilo afrancesado con enormes tallados y alegorías que remitían a un  esplendor cultural y olvidado por la mayoría.

El día del robo, Alex se adentró en el túnel con una linterna y una mochila vacía. Mientras avanzaba, el aire se volvía más denso y el silencio era abrumador. Al llegar a la biblioteca, el túnel desembocaba en una sala de archivos antiguos, polvorientos y llenos de historias olvidadas. Con manos temblorosas, buscó entre las estanterías hasta encontrar el manuscrito del que tanto había oído hablar.

Lo sostuvo en sus manos, sintiendo el peso de la historia, el olor de esas páginas y una energía especial que no podía definir y por un momento, dudó. 

¿Estaré haciendo lo correcto? —Se lo dijo en sus adentros.

Sabía que lo que estaba a punto de hacer era ilegal y moralmente cuestionable, pero el deseo de escapar de su vida actual era demasiado fuerte. Con el corazón acelerado, guardó el libro en su mochila y regresó por el túnel.

Al salir, fue recibido por la oscuridad grisácea  de la noche limeña. Caminó rápidamente hacia su refugio, un pequeño departamento que se encontraba a dos cuadras de la plaza Italia, donde ya lo esperaban los intermediarios que le darían el dinero a cambio del manuscrito. Sin embargo, algo en su interior cambió al entregar el libro. Sentía que había traicionado algo más que las leyes del hombre; había traicionado la esencia de lo que alguna vez fue su niñez.

El dinero en sus manos no le trajo la satisfacción que había imaginado. Era un papel frío, sin vida, carente de la calidez y profundidad que había sentido al sostener el manuscrito. En su interior, algo se rompió definitivamente. Se dio cuenta de que, a pesar de su robo exitoso, había perdido algo mucho más valioso: su último vestigio de humanidad, su última conexión con su infancia y los sueños que alguna vez tuvo.

Alex, con el dinero en su bolsillo y un vacío en su alma, decidió desaparecer. Salió de Lima y nunca más se supo de él. Algunos dicen que terminó sus días en un pequeño pueblo, lejos de todo, viviendo en una soledad autoimpuesta, castigándose por un crimen que iba más allá del robo de un libro. Otros creen que encontró una forma de redimirse, devolviendo en secreto el manuscrito a la Biblioteca Nacional, sabiendo que era su único acto de justicia hacia sí mismo y hacia la memoria de su madre.

Sea cual fuere la verdad, el nombre de Alex se desvaneció con el tiempo, pero el manuscrito que robó, ese pedazo de historia, sigue siendo parte de la Biblioteca Nacional de Perú, un testimonio silencioso de una vida llena de errores y arrepentimientos, de un hombre que intentó escapar de sus demonios, solo para darse cuenta de que los llevaba consigo.

Y así, la historia de Alex se convirtió en una más, en esa larga lista de historias perdidas en el tiempo, dejando tras de sí solo un eco de lo que alguna vez fue, un eco que aún resuena en las paredes de la Biblioteca Nacional, recordándonos que la vida, como la historia, es frágil y llena de decisiones que nos marcan para siempre.  Siempre.

 

 

 

 

 

viernes, 9 de agosto de 2024

k

Querido público de este espacio literario, quiero compartir mediante esta red social la grata noticia sobre las victorias y luchas de mi amado hijo y sus catorce añitos.  
Luego de ocho meses en el polideportivo, ahora nos encontramos en una nueva etapa con el camino trazado, y acompañado de nuevos profesores. Un trayecto que abrazo como su más fiel seguidor y consejero, vivo esta etapa al lado de mi amado hijo. Aunque a veces me distancio por temas circunstanciales, a veces soy como un águila que siempre lo observa ,.pendiente , pendiente, de cada uno de sus esfuerzos, luchas y logros. No existe bendición en mi vida que se compare con la dicha de contemplar sus alegrías.






 

miércoles, 7 de agosto de 2024

 

 

“Nunca llegarás a tu destino si te detienes a 

tirarle piedras a cualquier perro que ladre”.