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Orígenes

Estimados lectores con placer y profundo aprecio a la literatura los invito a descubrir mi blog Café y escrituras con humo, un espacio donde la literatura respira con una libertad genuina, y donde cada cuento, relato o poema está tejido con esmero, ofreciendo mundos y personajes que buscan resonar en el alma. Es un rincón de lucidez y libertad de expresión, donde no existe censura ni rechazo, (ni de editoriales ni de fanzines) sino un llamado sincero a explorar juntos las profundidades de la imaginación y del pensamiento. Los textos son gratuitos y siempre bienvenidos a nuevos ojos, con la esperanza de que encuentren en ellos una chispa de inspiración o reflexión. ¡Los invito a tomar una pausa, servirse una buena taza de café, y sumergirse en la esencia de cada relato! , poema o artículos de mi autoría o de los escritores invitados. A continuación, dejo el índice del contenido:
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lunes, 1 de septiembre de 2025

Artículo de 30 DE AGOSTO | por Enrico Diaz Bernuy |

 

En tiempos modernos, donde la rapidez, la comodidad y la globalización han impuesto un estilo de vida marcado por lo efímero y lo superficial, resulta difícil comprender prácticas ascéticas que en otros siglos fueron símbolos de avance espiritual. 

La figura de santos y mártires, como Santa Rosa de Lima, suele ser hoy mirada con sospecha: se les acusa de masoquismo o se les reduce a diagnósticos psiquiátricos y con cierto toque humorístico y peyorativo… Sin embargo, esta lectura simplista ignora un trasfondo esencial.

El dominio espiritual, en muchas tradiciones, no se alcanza únicamente a través de la reflexión mental o la bondad abstracta, sino también mediante una disciplina rigurosa que involucra cuerpo, mente y espíritu. 

El sacrificio físico, lejos de ser un castigo irracional, era concebido como un medio para trascender las limitaciones materiales y entrenar la voluntad. En ese sentido, las tradiciones védicas poseen desde tiempos inmemoriales diversas disciplinas donde el espiritualista o el buscador de la verdad renuncia a la comodidad, la resistencia al dolor y la austeridad radical constituían peldaños hacia una libertad interior que pocos podían alcanzar, y por ende, pocos pueden entender.

Santa Rosa de Lima representa justamente esa radicalidad: transformar el sufrimiento  en un acto de evolución en un puente hacia lo divino. Su vida no puede comprenderse bajo parámetros contemporáneos que absolutizan el bienestar inmediato y rechazan cualquier noción de sacrificio.

El espíritu humano, en ciertos casos, demanda caminos arduos y extremos para desplegarse en toda su potencia (evolucionar, la única trascendencia) sin que se ofendan los ególatras o los autocomplacientes…

No todos estamos llamados a recorrer esas sendas. Cada persona tiene su propio trayecto hacia la luz o la plenitud. Pero descalificar a quienes, en su tiempo y bajo su fe, asumieron la vía del sacrificio como un acto de amor y trascendencia, sería no solo un error histórico, sino también una falta de respeto hacia formas de espiritualidad que revelan la grandeza y la complejidad del alma humana.

Al principio es lamentable como algunos intelectuales con micrófono en mano y programa propio en tv pueden posee tanta seguridad para no solo descalificar a personas espirituales que han entregado su vida a la meditación y la única trascendencia del ser, pero cuando ves con detenimiento como el sentido bufonesco de la sociedad actual y muchas veces con su irrefrenable miedo a que ellos sean percibidos como unos estúpidos con esa clase de comentarios es precisamente en cómo ellos se revelan en sí, con una ignorancia desbordante.

En última instancia, los santos y mártires no son enfermos a los que haya que patologizar, sino testigos de que el espíritu humano, en su diversidad, es capaz de llevar el dominio de sí mismo hasta límites que nuestra sociedad de gratificaciones inmediatas apenas puede concebir.

Y aun cuando uno no forme parte de la Iglesia católica ni comparta todos sus postulados, ello no debería impedir reconocer la vida y la obra de personas vinculadas con la santidad o en camino hacia ella. Porque más allá de credos o instituciones, lo que permanece es el testimonio humano de quienes, con valentía y entrega, hicieron de su existencia un símbolo de meditación  o de búsqueda de lo eterno,  o búsqueda de su reconexión espiritual,  o búsqueda de su libertad,  ( la auténtica ) y muchas veces,  para estos estados anagógicos de conciencia no solo debes estar en paz, sino,   te debes a una transformación que es difícil categorizarla en palabras…



Enrico Diaz Bernuy



martes, 26 de agosto de 2025

Los 7 Arquetipos que Revelan tu Verdadero Yo | Carl Jung

Enrico Diaz Bernuy | La vigilia ------------

Me hallaba en un lugar donde el suelo era de tierra y las paredes de roca. Aunque todo parecía indicar que estaba en una caverna, tenía la certeza absoluta de que no lo era. El aire impregnado de humedad, el silencio quebrado apenas por una brisa invisible, generaban una atmósfera tétrica. No podía quedarme quieto: sentía la necesidad de huir de aquel sitio, pero mis pasos eran tan indecisos como constantes, buscando una salida en ese túnel sombrío, donde la luz ambarina —como si proviniera de antorchas ocultas— esparcía un resplandor sepulcral,  y sobre todo cargado de soledad.

Finalmente, mis pasos me condujeron a una abertura. Apenas divisé el enorme orificio de la salida, respiré un aire más fresco. Descubrí entonces que emergía del interior de una pirámide terrosa, sin duda una construcción ancestral. Me encontraba a mitad de la estructura, en una especie de escalinata con una plataforma lateral para caminar. Avancé con mayor seguridad, como si me hubiera librado de aquel encierro cuyo origen desconocía, pues no recordaba cómo había llegado hasta allí.

Unos metros más adelante vi otro orificio (como una entrada). De él salió corriendo un muchacho de unos diecinueve años, vestido con uniforme escolar. Su rostro indígena estaba desfigurado por el llanto, y sus ojos, al cruzarse con los míos, revelaban el espanto de quien acaba de atravesar una pesadilla insoportable. Sin detenerse, huyó hacia el exterior. Segundos después apareció una muchacha algo menor que él, también llorando; pero su rostro, además de bañado en lágrimas, mostraba las huellas de haber pasado una brutal paliza. Llevaba el cabello largo y lacio, despeinado, y al verme giró la cabeza con un gesto rápido antes de correr tras el joven.

Me acerqué al lugar de donde habían salido: una caverna en el interior de la pirámide. Entré movido por la curiosidad y encontré un espacio inhabitable: leña amontonada, excrementos dispersos, un hedor nauseabundo y una atmósfera de encierro que más parecía sala de tormentos que refugio. Me retiré de inmediato, aunque unos metros más adelante descubrí otro pasadizo que descendía hacia un nivel inferior. La curiosidad me venció y lo seguí, adentrándome como si una parte de mi deseara buscar al corazón de la pirámide.

Ese túnel me condujo a un corredor que desembocaba en otra caverna. Allí, a la distancia, comenzaron a llegarme sonidos infantiles: risas, murmullos, voces de niños jugando o conversando El contraste con la atmósfera macabra del lugar me estremeció, pero la intriga me obligó a avanzar. Al llegar, descubrí un grupo de pequeños, de entre nueve y doce años, que conversaban y jugaban sin reparar en mi presencia.

Una voz interna me advirtió que no los interrumpiera. Permanecí inmóvil, aunque la urgencia de escapar aumentaba en mi interior.

Cuando por fin me disponía a alcanzar otra salida que había divisado, los niños se percataron de mí. Me rodearon y comenzaron a hablar en una lengua desconocida, sus miradas oscuras transmitiendo hostilidad. Uno de ellos se abalanzó y me sujetó la mano con fuerza inusitada, mientras pronunciaba palabras incomprensibles pero cargadas de agresividad. Entonces lo comprendí: aquello no eran simples niños…

Sus fuerzas eran desproporcionadas a sus cuerpos; pronto se lanzaron contra mí, golpeándome y sujetándome con violencia. En medio de la confusión, noté cómo uno de ellos estiraba su brazo con una elasticidad antinatural, revelando lo monstruoso bajo el disfraz infantil. Un escalofrío me recorrió, y en ese instante me convencí de que estaba atrapado en un sueño.

La lucha se volvió frenética. Usé toda mi fuerza contra ellos, golpeándolos con la brutalidad con que se enfrenta a adultos, sin piedad, pues su aspecto era solo una máscara para ocultar lo inhumano. La certeza de estar soñando me dio la frialdad necesaria para aplastar cráneos y destrozar cuerpos que, a pesar de su apariencia infantil, eran engendros monstruosos.

Finalmente logré zafarme y salir de aquel lugar. Mis pasos eran pesados, exhaustos, como si cada huida me costara la vida entera. Al recobrar el aire, me asaltó una duda abismal: ¿había sido todo aquello un sueño o, acaso, este estado de vigilia en el que me encontraba no era sino otro sueño dentro del sueño?

Enrico Diaz Bernuy


 

domingo, 24 de agosto de 2025

Por qué las Personas Inteligentes Nunca se Defienden (y tampoco hay amigos)



El uso del cannabis  conduce a efectos analgésicos y relajantes en donde conduce a un deterioro cognitivo irreversible. Sin embargo, el cannabis es muy importante no para curar sino para dar alivio a cuadros de esclerosis múltiple, epilepsia resistente y nauseas por quimioterapia. Dicha mi opinión ahora los dejo con el video...



jueves, 21 de agosto de 2025

Aunque no lo demuestre ahí ando superando el estres... 




 

 



"No sé si trabajo para hacer algo, o para saber por qué no puedo hacer lo que quiero hacer.

Pinto y esculpo para controlar la realidad... para protegerme a mí mismo.
Si alguien más pudiera pintar lo que yo veo, sería maravilloso, porque entonces no tendría que pintar nada.
Todo lo que puedo hacer será siempre una débil imagen de lo que veo y mi éxito siempre será menor que mi fracaso o tal vez igual al fracaso.
He estado 50 mil veces en el Louvre. He copiado todo en dibujo, tratando de entender.
Artísticamente todavía soy un niño con toda una vida por descubrir y crear. Quiero algo, pero no sabré lo que es hasta que tenga éxito en hacerlo. ”

viernes, 8 de agosto de 2025

de Enrico Diaz Bernuy

 

 

El alma que clava sus raíces en la entrega cosecha una paz que ninguna sombra toca, pues vierte en el cáliz del Infinito cada fruto de su siembra.
Mas quien se aparta de esa corriente y guarda el oro para su propio cofre, queda atrapado en las hiedras que nacen de sus propias manos. Manos…

de Enrico Diaz Bernuy

 

 

Quien no alimenta serpientes de rencor ni persigue 

mariposas de oro en el jardín de sus actos, es ya un 

exiliado de sí mismo y un rey de su propio silencio.

Desnudo de las máscaras de la dualidad, cruza 

como 

viento entre barrotes de humo y disuelve el muro 

que 

ata al alma a la arcilla.

¡Oh, Arjuna, 

martillo del destino y guardián de las batallas 

invisibles!

martes, 5 de agosto de 2025

miércoles, 23 de julio de 2025

Un artículo sobre poesía e internet, poetas e internet y poemas e internet --- Enrico Diaz Bernuy

 

 

POESÍA E INTERNET,

POETAS E INTERNET,

POEMAS E INTERNET

 

Durante siglos, la poesía fue considerada un arte casi sagrado. Desde los cantos védicos hasta los versos de Safo, desde la Divina Comedia de Dante hasta los sonetos de Shakespeare, la poesía funcionó como una forma de revelación espiritual, estética y filosófica. Los poetas no eran simplemente escritores: eran intérpretes del mundo invisible, portadores de una visión singular, capaces de transformar el dolor en belleza y el silencio en resonancia. La poesía era el acto supremo de comunión entre el alma y el lenguaje, un lenguaje que no se agotaba en lo inmediato, sino que se abría como un templo verbal ante el lector dispuesto a cruzar su umbral.

Pero en el siglo XXI, ese templo ha sido derrumbado y convertido en vitrina digital. El arte poético ha sido arrastrado a la lógica del espectáculo, del algoritmo y del "me gusta". La contemplación ha sido sustituida por el consumo. La profundidad, por la superficie. La voz del poeta ha pasado de ser un susurro esencial a convertirse en un grito de autoafirmación buscando aprobación. En lugar de un diálogo con la tradición y el misterio, hoy asistimos a una poesía que es, muchas veces, un eco instantáneo, listo para ser reproducido y olvidado.

Walter Benjamin advirtió en su célebre ensayo La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica que, cuando una obra pierde su aura —es decir, su unicidad, su sacralidad—, se convierte en un objeto de consumo. Durante siglos, la poesía conservó ese aura: era una experiencia singular, exigente, que requería tiempo, silencio y recogimiento.

Para Rilke, escribir poesía era "vivir las preguntas". Para Vallejo, era “ser más hermano del hombre que él mismo”. En Eliot, el poema se volvía una extensión de la tradición viva, un puente entre los vivos y los muertos. Leíamos despacio, sin necesidad de compartir el acto con el mundo. Leíamos con el cuerpo entero. Recuerdo que durante largo tiempo adopté la manía de irme al campo y leer poesía a veces en una absoluta soledad, otras cuando tenía una enamorada.

La irrupción de las redes sociales alteró ese ecosistema silencioso. Instagram, Facebook, TikTok, X (antes Twitter) y otras plataformas transformaron no solo el modo de difundir poesía, sino la manera misma de concebirla, escribirla y percibirla. Yo no quiero que se entienda que menosprecio estar redes mencionadas pero si señalar que  la poesía no puede fluir en esos formatos. Esa redes sociales especialmente X y tik tok puedes ser útiles para campañas publicitarias de otros géneros. Y prueba de ello, es que este articulo será promocionado en tik tok, de ahí vendrán a conocer este blog.

Hoy, muchos poemas parecen diseñados no para el alma, sino para la plantilla Canva. Tipografía delicada, fondo estético, y una frase emocionalmente evidente que impacte en tres segundos. La poesía se volvió compatible con el scroll.

En este nuevo paisaje dominado por la cultura del “like”, la poesía ha sido reducida a su mínima expresión. Los llamados “poetas virales” (los que son invitados al extranjero), escriben con la intención de volverse tendencia, no de conmover o transformar. 

Las metáforas complejas, el ritmo interno, la ambigüedad significativa, han sido descartadas por la lógica del algoritmo. El lector ya no busca la experiencia estética; busca una identificación instantánea. El poema ya no es un umbral: es un espejo empañado que devuelve lo obvio.

Las consecuencias de este fenómeno no son solo estéticas. La neurociencia ha demostrado que el uso intensivo de redes sociales afecta nuestra capacidad de atención sostenida, nuestra memoria de trabajo y nuestra disposición simbólica.

Prueba de ello es que ahora los poemas los leen desde un teléfono celular y la neurociencia frente a ese acto lo tiene revisado y como supondrán el pronóstico no es alentador…

El "loop de dopamina" generado por las notificaciones y recompensas inmediatas entrena al cerebro para lo breve o lo rápido. La lectura profunda, tan necesaria para la poesía auténtica, se erosiona. El cerebro digitalizado encuentra satisfacción en frases motivacionales disfrazadas de verso, pero es incapaz de sostener la lectura de un poema de Saint-John Perse o Pizarnik. La prisa cancela la contemplación, eso quedó claro.

El mercado editorial, lejos de oponer resistencia, se ha sumado a esta tendencia. Las editoriales tradicionales que en otro tiempo funcionaban como filtros de calidad literaria hoy priorizan el número de seguidores del autor por encima del valor estético de la obra. Si tienes 500 mil seguidores, tienes un libro. Si escribes desde la complejidad, probablemente no. Frivolidad vende (en la mayoría de los casos). Pero algo que agrava más es que el mercado editorial se ha vuelto una fabrica de impresión, como una empresa fotocopiadora con un precio base (mínimo), al mejor postor, al menos en Perú y en la mayoría de los casos, funciona así. Si pagas te publican, no hay otra. 

Yo una vez fungí de editor literario y no hice del todo mal el oficio, era interesante. Intenté sacar ediciones mínimas bajo la modalidad de imprimir bajo pedido, y los escritores a los que me dirigí me dijeron que yo tenía que pagarles una suma básica, y otros simplemente no aceptaron. Al final edité dos libros de dos autores distintos, pero hasta ahí llegó ese recorrido.  Fue así que empecé a concentrarme mas en mi trabajo literario, y empecé a publicar mis libros.

Pero volviendo mas al tema, sentí  que se impone un nuevo populismo poético: textos que apelan a lo sentimental, al lenguaje plano y al mensaje directo, escritos no para transformar sino para complacer. El lector es tratado como cliente, no como interlocutor. La poesía se disuelve en autoayuda con forma de verso libre y sin duda esta libre de todo trabajo intelectual y espiritual (en la mayoría de los casos).

Y en ese entorno, la comunidad poética digital no escapa al daño. Es más lo que sostengo es que el internet es el principal causante. Pero aunque las redes pueden amplificar voces marginales, también generan entornos cerrados, tribales, donde lo importante no es la calidad sino la pertenencia. Se celebra al amigo y se cancela al disidente. La crítica desaparece, sustituida por la adulación o la burla. El poema deja de ser una ofrenda y se vuelve un selfie. Y la búsqueda del liderazgo egoico se impone…

El poeta se obsesiona con su imagen, con su marca personal, con la ilusión de influencer asolapado.  Lo que era arte s

e convierte en performance narcisista.

En ese desierto simbólico, incluso la originalidad ha sido malentendida. Muchos confunden lo original con lo estridente, lo nuevo con lo gratuito. El resultado es una poesía escrita sin lectura previa, sin oído, sin trabajo formal. Se jactan de escribir un poema en cinco minutos, de no corregir, de improvisar, o de escribir a mano con lápiz. A veces se parecen mucho a los académicos, henchidos de tantas seguridades…  

Las vanguardias del siglo XX tenían una intención estética y filosófica profunda; hoy, muchas "rupturas" son solo gestos vacíos. Se pierde la música, el sentido, el riesgo auténtico. El poema se vuelve un objeto roto, no por intensidad, sino por descuido.

No, la poesía no ha muerto. Pero ha sido debilitada, herida por el ruido digital, desfigurada por el mercado, corrompida por la ansiedad de validación, erosionada por el deterioro de la lectura lenta, (la implosión).  El internet ha sido el fundador de esta ruptura o esta debilidad. Hemos pasado de reverenciar el poema como un acto espiritual a tratarlo como un producto viralizable, vendible, sustituible  y sobre todo,  etiquetable.

Y sin embargo, aún es posible resistir. Volver al silencio, al asombro, a la relectura. Recuperar la poesía como verdad, como gesto de interioridad. Reaprender a escribir con lentitud, a leer con atención, a rechazar la complacencia. En medio del ruido, el acto más poético es quizá el más radical: volver a escuchar.

Solo ahí, en ese espacio invisible entre el lenguaje y el alma, la poesía podrá renacer con toda su fuerza, lejos del brillo efímero de las pantallas y cerca de la verdad que arde en los adentros del Ser. Pasión.


Enrico Diaz Bernuy


 

sábado, 19 de julio de 2025

Exposición de pintura en el Museo del Convento Santo Domingo

 

Quiero expresar mi profundo agradecimiento por la oportunidad de haber participado en la exposición de pintura realizada en el museo del convento Santo Domingo.

Agradezco a los colegas que valoraron mi trabajo y me consideraron para formar parte de esta muestra colectiva. Ayer vivimos una verdadera celebración del arte y la cultura, que una vez más se hicieron presentes con la pasión del oficio.

Qué feliz habría estado mi padre de ver una de mis obras exhibida en esas instalaciones, tan cargadas de historia y espiritualidad. Él, profundamente religioso, quizás estuvo presente de algún modo.

Es una dicha profunda saber que mi obra ha sido acogida por un segundo museo; cada paso reafirma y nutre mi vocación por el arte.

Muchos sabemos que el camino del arte suele ser un sendero solitario, lleno de silencios, dudas y perseverancia. Pero noches como esta, en las que colegas y amigos se hacen presentes, te invitan a cuestionar esa idea. En el calor de ese encuentro, uno comprende que no todo está perdido, que el arte también puede ser vínculo, compañía y celebración compartida. Y, a veces, eso basta para orientarnos hacia la búsqueda de lo esencial, de la sencillez como horizonte verdadero. Agradezco también la visita de destacados artistas como Moisés Nieto, Miguel Brenner, entre otros, cuya presencia dio más realce al evento.

Y un reconocimiento especial a Robert Solórzano y Jhony Vega, organizadores de esta acción cultural de gran envergadura, junto a su equipo de gestión que hizo posible este encuentro. Fuimos 26 artistas unidos por la pasión y el compromiso con el arte.

Y, sobre todo, gracias al público que se dio un tiempo para acompañarnos y brindar su respeto y aprecio por nuestro trabajo.

Mi gratitud es infinita.


























miércoles, 16 de julio de 2025

 «La poesía es un acto de la mente cuando entiende que para pensar con brío y poderío debe haber primero emociones. Es requisito que el lenguaje desafíe a la inteligencia, que no sea entretenimiento de matiné ni proclama ideológica.

La poesía es lenguaje, camino a cualquier parte con el pie en el acelerador, Sintaxis librada de interferencias. Su coro está compuesto por la inventiva sintáctica, la parafernalia lexical, el zigzagueo clausular en simultáneo y no diferido por la cesura, elementos del team ideal que deben tender una red de contraseñas cuya irresolución nació para vivir en la clandestinidad. En poesía no se trata de escribir sobre lo que a uno le pasa, sino lo que uno pasa cuando las palabras le pasan por encima. Hay que evitar el discurso didáctico de las emociones.

El poema debe ser un ejercicio de ampliación de expectativas, una mecánica de distanciamiento de lo inmediato. Para informar de esas cosas está el periodismo. Hay que saber separar a la realidad del lenguaje, y a este de las obligaciones de crear sentido a partir de los grandes enigmas de la condición humana de los cuales la poesía se ocupa mejor que nadie. Para las ideas, está el ensayo; para la novela, el relato; y para la música del habla, la poesía.»

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Eduardo Espina

martes, 15 de julio de 2025

George Bernard Shaw !!!!! El mayor pecado hacia nuestro prójimo no es el odio, sino la indiferencia; esa es la verdadera cumbre de la inhumanidad.

 «El mundo está compuesto por holgazanes que quieren dinero sin trabajar y tontos que están dispuestos a trabajar sin hacerse ricos».





George Bernard Shaw es la única persona que ha recibido tanto el Premio Nobel de Literatura como un premio «Óscar». Un crítico destacado de su tiempo y el dramaturgo más célebre que escribió en inglés, después de Shakespeare.
Al recibir el Premio Nobel, con su característico ingenio, describió el evento como «una muestra de gratitud por el alivio que había proporcionado al mundo al no haber publicado nada este año». Nadie como él para combinar humor y observaciones profundas, y sus citas precisas y agudas confirman la profundidad de su cosmovisión:
1. El mundo está compuesto por holgazanes que quieren dinero sin trabajar y tontos que están dispuestos a trabajar sin hacerse ricos.
2. Las revoluciones nunca alivian la carga de la tiranía; solo trasladan esa carga de un hombro a otro.
3. Un periódico es un medio impreso que no ve la diferencia entre una caída de bicicleta y el colapso de la civilización.
4. Mi forma de bromear es decir la verdad. En este mundo no hay nada más gracioso.
5. El secreto del éxito es provocar indignación en tantas personas como sea posible.
6. Amen a los hombres. Ellos realmente necesitan su amor. Aunque nunca lo admitan. Detrás de cada gran hombre, siempre hay una mujer que creyó en él. Y lo amó de verdad.
7. La gente se interesa más en lo que no les concierne para nada.
8. Si mi vecino golpea a su esposa todos los días y yo nunca, entonces según las estadísticas, ambos golpeamos a nuestras esposas cada dos días.
9. Si empiezas sacrificándote por los que amas, terminarás odiando a quienes te sacrificaste.
10. El mayor pecado hacia nuestro prójimo no es el odio, sino la indiferencia; esa es la verdadera cumbre de la inhumanidad.
11. No tenemos derecho a consumir la felicidad sin producirla.
12. La obscenidad se puede encontrar en cualquier libro, a excepción del directorio telefónico.
13. Al leer una biografía, recuerden que la verdad nunca es adecuada para ser publicada.
14. El esposo ideal es aquel que piensa que tiene una esposa ideal.
15. Saber soportar la soledad y disfrutar de ella es un gran don.
16. Ser sincero no es peligroso, especialmente si además eres un tonto.
17. Las personas que saben divertirse no tienen dinero, y las personas que tienen dinero no saben divertirse.
18. A veces hay que hacer reír a la gente para distraerla de su intención de colgarte.
19. El martirio es la única manera de alcanzar la fama sin tener capacidades.
20. El odio es la venganza de un cobarde por el miedo que ha sentido.
21. Ladrón no es quien roba, sino quien es atrapado.
22. Si alguna vez, persiguiendo la felicidad, la encuentras, al igual que la anciana que buscaba sus gafas, descubrirás que siempre estuvo en tu nariz.
23. El que sabe, hace; el que no sabe, enseña a los demás.
24. Envejecer es aburrido, pero es la única manera de vivir mucho tiempo.
25. La única lección que se puede extraer de la historia es que las personas no aprenden de la historia.
26. Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana, y nos las intercambiamos, cada uno sigue con una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea, y las intercambiamos, cada uno tendrá dos ideas.
27. Mi fama creció con cada uno de mis fracasos.
28. El ser humano es como un ladrillo: se endurece al ser quemado.
29. Ahora que hemos aprendido a volar por el aire como las aves, a nadar bajo el agua como los peces, solo nos falta una cosa: aprender a vivir en la tierra como seres humanos.
30. El único que actuó con sentido fue mi sastre. Me medía cada vez que me veía, mientras que todos los demás se aproximaban a mí con viejas medidas, esperando que correspondiera a ellas.
31. La vida no consiste en encontrarse a uno mismo. La vida consiste en crearse a uno mismo.
32. Aprender a hablar significa crecer, aprender a callar significa volverse sabio.
33. Trata de obtener lo que amas, de lo contrario tendrás que amar lo que obtuviste.