Intentos órficos para las letras y las bellas artes

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viernes, 19 de octubre de 2018

Un poema de Harold Wilson

BREVE BIODATA de Harold W. Wilson Pereda: escritor, docente y tallerista. Nació en Lima el 28 de marzo de 1984. Es Bachiller en Literatura y Lingüística Española por la Universidad de California, Berkeley y Magister en Literatura Latinoamérica y Peninsular por la Universidad Estatal de San Francisco. En 2016 publicó su primer libro de cuentos: Las historias fantasmales del Pollo que vuela. en 2018 quedó 2do puesto en la primera edición del Slam de Poesía Oral, Perú. Como artista plástico, ha participado en los festivales: Art Fest II (2017), Reconexiones (2018) y De Figuración – De Abstracción, Imarpu (2018). Actualmente, se encuentra finalizando su primer poemario titulado: Crisis Poética. Dictó talleres de escritura de cuentos y figuras retóricas en la Feria Internacional del Libro, Trujillo y en el festival Lima Lee, parque Chabuca Granda

Asfalto
MI impertinencia
Se resbaló en la sala
Y se rompió la pierna.
La levanté
Despacio por sus fracturas
La abracé con cariño y la senté en el mueble
Se paró coja


Y se fue silente,
enojada por la cojera
y por mi falta de aprecio
a su yugo pertinaz
que calaba exitoso en mi nuca.
La vi partir
la ventana de la sala en mil,
Cortando las venas de las cortinas.
Volteé la cara
para que no vuelva a verme
con sus dudas de chatarra
con su cara maloliente.
La largué con una bocanada de humo
del cigarrillo que prendió
la voz que me llamó:
“zorro mal criado que espera compañía”.
Y recogí los pedazos de vidrio regados en la sala
y me corté la mano
y,
mientras se marchaba,
mi impertinencia
me volteó la cara
De un sopapo,
Desde lejos
A la velocidad de la luz,
Con mis temblores
Y consonantes
mal puestas en sostenidos…
....................Y sacudí mi cara,
y me vi sangrar donde los vidrios incrustados,
y en cada gota
Salía lacaradella
con su sonrisa
y su llanto
con su lenes lajas
y mi espanto en alerta.
Quiero comer el asfalto
y hacer del mundo un hueco
en el que quepa mi pena
ambulante
con sus ladinos latidos de cebra
y celebrar mi ausencia
del mundo llano,
lleno de ira que miente
y nidos de pobres culebras
que se sienten incompletas
si no atacan






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