narraciones para el bien menor y el bien mayor (poesía)

El poeta y la poesía/ un abismo entre ambos o la constancia de una canción. Las vanidades involuntarias del aplauso/ un dedo de profundidad, o unas islas en tus manos. El iniciado jamás sabe que lo es/ el canto de un guerrero, o el disfrutar de ti mismo. Las posturas de una visión  para la evolución/ un arrollo sutil, o el reverbero hacia otra realidad.  Volver a escribir un poema/ volver a amar, o el ardor de una celda.    El profundo deseo de dar la espalda a un mundo  ajeno y 


de distancias /un eco, o las zanjas de tu sombra.  El ego inflamado del estúpido/ sentirte perdido, o los  berridos de un insecto.  Los atornillamientos de la cojudez/ fijarse en los demás, o tener la esperanza perdida. La cualidad del ruido/ aceptar que todos te pueden olvidar, o el aroma de la levedad. El afán del crítico/ recordar las justificaciones de algo que requiere explicar. El opio del crítico/ Facebook, o las burbujas de un muladar. El desleal saludo de un colega/  desenmascarar las vanidades del pasado, o el desgarro de algo que hiciste mal. Un gran verso/ un sujeto que está sujetado, o las redes de una lluvia. Dime de lo que alardeas/ mañana lo harás por otra cosa, o el bajel que jamás llega a alta mar.   Acuñar el proceso solitario de una fotografía/ algo en que pensar, o suspirar por las imitaciones del fuego. Un joven que se siente poeta/ alguien a quien abrazar, o alguien con fiebre dentro de su ser. Sentarte a beber con un par de amigos/ estar a orillas de un volcán, o tener esperanza  en un sueño...

Enrico Diaz Bernuy