Las pocas veces que he hablado sobre la situación política de mi país, casi siempre, he mencionado que si hay un dueño de este país el nombre comienza con la letra F de: fujimori. Sobre ese tema
no me he retractado. Esa familia logró a tomar las riendas desde las sombras y llegó o aún están hasta los más altos poderes de esta nación. Sin embargo, en el medio de los poderes al final, tarde o temprano te encuentras con alguien igual o peor. En sinfonía con lo dicho, el tiempo pasó y la ley de la naturaleza demostró que seas quien seas no lo puedes ser un abusador toda la vida. ¿Ley del karma? Hay muchas formas de verlo. El punto es que en esta vida todo tiene su precio y a ella no le importó no solo su salud mental o, sino tampoco le importó la estabilidad de sus hijas. El otro día vi a una intelectual refiriéndose sobre el tema en donde sustentaba sobre los rasgos psicopáticos que tiene dicha señora Fujimori. Por lo mencionado, es casi indiscutible las tesis que formulaba sobre el tema. Hoy lo real es que su partido político se fracturó, se bajaron a la cabeza de ese partido. Estas cosas no suceden todos los días. Así como los reinos caen, ella acaba de iniciar el proceso de su caída porque nadie en este mundo puede ser eternamente poderosos, todo cae, TODO. Y si lograra levantase de eso, las lesiones que ha dejado para su curriculum político están manchadas por siempre. Pero como en la política casi todo es manchas o mierda, probablemente esto sea una estrella de mérito, o galón, a trayectoria. Además si ella tuviera la desfachatez de no sentir remordimiento alguno, por lo cual y de acuerdo a estudios de su perfil no sería de extrañar. Aún hay otro tema, los efectos a sus pequeñas hijas. Lo ocurrido son lesiones para toda la vida e irreversibles. Esas niñitas ya tienen lesiones. Todo por la ambición, la sed de poder eterno y la adicción de gobernar. En estos momentos la madre de la sra Keiko está atravesando un coma diabético y el padre debe estar destrozado moralmente. "La sed de gobernar" , parece el titulo para un poema de Lautreamot, pero ni Lautreamont escribió un poemas con ese título. Entonces ya pueden imaginarse de los niveles de los que estamos hablando, en fin. Comprobamos una vez más que las manifestaciones de los excesos se tornan como nódulos invisibles a la vista, pero que luego cobran las exigencias de lo que precisamente alardeas, abusabas o sodomizas.
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