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lunes, 27 de agosto de 2018

Mi aporte para esta semana.


Escrito por el erudito
Llinares



Las maneras útiles, inútiles o desastrosas de ayudar a los demás


Hace muchos años que ya no está de moda ser religioso, pero la hipocresía de la gente no ha cambiado nada: la inmensa mayoría quiere seguir aparentando que son buenas personas a pesar de ser ateos. Quieren demostrar 
que son solidarios, que ayudan a la gente, que luchan contra la injusticia y que no toleran la desigualdad.
El problema es que todas esas intenciones tratan de materializarse con razonamientos en primer grado. Como se ha dicho muchas veces, los razonamientos en primer grado suelen propiciar acciones inútiles o peligrosas que muchas veces producen más daño que beneficio.
Casi nadie es capaz de entender los efectos encadenados que producirán cada una de sus acciones a lo largo del tiempo. Todos toman las decisiones con la vista puesta en el efecto inmediato, en el resultado obvio imaginado, como si su acción pudiera desarrollarse en un tubo de ensayo completamente aislado de la realidad y no tuviera interacciones con el resto de la sociedad.


Desgraciadamente, cualquier hecho, aparentemente sin importancia, puede ser magnificado y producir unos resultados devastadores. Es lo que comúnmente se llama el efecto mariposa.
A la potencia devastadora del efecto mariposa se une el peligro destructor de cualquier fanático bienintencionado, de los que pululan en grandes cantidades. Lo peor del fanático bienintencionado es que, como cree firmemente que está haciendo un bien inmenso a la humanidad, no cree necesario tomar precauciones o poner límite a sus acciones. Si después de una sesión de quimio el “paciente” se pone peor, el fanático piensa que se ha quedado corto y le receta el doble. Ante el fracaso no corrige, sino que se envalentona.
Aunque el lema de este blog dice: “Nadie puede impedir que los ignorantes sufran”, como soy egoísta y quiero dormir a pierna suelta por las noches, pongo en práctica un consejo de Samaniego que dice lo siguiente: “Todo varón prudente aconseja en tiempo conveniente, pues es hacer de la ciencia vano alarde, dar el consejo cuando se llega tarde”.
Así que voy a dar unos cuantos consejos antes de que la especie humana se extinga, aunque sólo sirvan para mi paz onírica.
Voy a poner unos ejemplos variados, para poder hacer el seguimiento que las acciones producen en personas y situaciones aparentemente sin ninguna conexión.
EJEMPLO 1 – AYUDAR A LOS NIÑOS AUTISTAS
La mejor ayuda, la más útil y eficaz que se les puede dar, es impedir que lleguen a ser autistas. Como está demostrado científicamente que las vacunas provocan autismo, al mismo tiempo que no hay evidencias científicas de que las vacunas sean beneficiosas, no hace falta hacer razonamientos complejos para prohibir las vacunas hasta que hayan demostrado su eficacia y su seguridad. Como es natural, esta ayuda útil nunca se verá realizada en este valle de lágrimas.
Este vídeo lo deja muy claro, y en la web Vaxxed hay miles de vídeos de niños sanos que vieron su vida arruinada dos días después de la vacuna.
El ejército de bienintencionados propone seguir vacunando, y a los niños autistas someterlos a tratamientos naturales para tratar de recuperarlos. Aunque algunos niños se recuperan, es una estupidez y una temeridad correr el riesgo de que no lo logren y terminar con su vida arruinada.
Por último, tenemos al ejército de criminales que vacunan conociendo los riesgos, y a las víctimas de las vacunas lo único que les ofrecen es ser tratados con psicofármacos de por vida. Estos despojos infrahumanos que conocen los riesgos de las vacunas y conocen el riesgo de suicidio de quienes toman psicofármacos, tienen la desfachatez de decir que su vocación es ayudar a los enfermos.
EJEMPLO 2 – IMPEDIR LOS DESAHUCIOS
Lo peor que se puede hacer para ayudar a las personas pobres que nunca podrán comprar un piso, es impedir los desahucios por ley cuando no pueden pagar el alquiler.
Si el dueño de una vivienda no cobra el alquiler y le impiden que eche al inquilino moroso, esa persona no volverá a alquilar ninguna de sus propiedades mientras no cambien las leyes.
Si no salen viviendas para alquilar, al restringirse la oferta obligatoriamente subirán los precios de los alquileres, pues nadie puede impedir la acción de la sagrada ley de oferta y demanda. Cuanto más rígidas sean las leyes para que el propietario pueda ejercer sus derechos, más caro será el precio de los alquileres y más requisitos pedirá el propietario para escoger al inquilino al que se lo piensa alquilar.
El resultado final será que ese inquilino pobre e insolvente no encontrará a nadie que le alquile un piso aunque en esos momentos pudiera pagar el alquiler. O sea, que al final de la película el único perjudicado ha sido el pobre al que se quería ayudar. Es el problema que surge cuando se quieren hacer obras de caridad con el dinero o las propiedades de los demás.
El que quiera vanagloriarse de ser solidario y ayudar a los pobres, puede darle al pobre el dinero del alquiler cada mes para que no lo desahucien. También puede acogerlo gratuitamente en su casa. Lo que es patético e inmoral es crear una plataforma antidesahucios para ayudar con el dinero y las propiedades de los demás. Como todo es susceptible de empeorar, el mayor adalid de ayudar a los necesitados se compra un chalet de millonario, y lo primero que hace es poner 12 cámaras de vigilancia y seguridad privada, para mantener alejados de su piscina a esos pobres a los que tanto dice proteger.
EJEMPLO 3 – EL HAMBRE EN EL MUNDO
Es imposible hacer las cosas peor de lo que se están haciendo en todo el mundo. Para ayudar de verdad a los que no tienen suficiente comida hay que cumplir a rajatabla las siguientes condiciones:
Teniendo en cuenta que vivimos en un planeta que no crece ni se puede hinchar, lo primero y principal es acometer seriamente una planificación familiar en todos los países que no tienen suficientes recursos. Hay que informar a la gente de esos países para que elijan entre adecuar voluntariamente la población a los recursos disponibles, o dejar que el hambre y la desnutrición ajusten el número de habitantes a los que el país puede alimentar.
Al mismo tiempo hay que dejar de esquilmar, robar, contaminar y destruir los recursos naturales de esos países, y apoyar una economía sostenible con los recursos que disponen en cada territorio.
La ayuda tiene que ser en los países de origen, aportando tecnología para disponer de agua limpia. Enseñando a cultivar con agua de mar en los sitios donde no hay suficiente agua dulce. Aportando semillas resistentes a las sequías. Enseñando a complementar la nutrición con agua de mar, y regalando camiones para poder transportar el agua de mar a las aldeas. Nada de mandar vacunas, medicamentos caros ni test para virus que no existen, que es lo que hacen las ONGs, porque les dan buenas comisiones.
Con el dinero que se usa aquí para ayudar a un inmigrante, en su país se puede proporcionar alimentos a 50 personas. Con ello además se evitan otros problemas que se producen aquí con la acogida de inmigrantes: al darles viviendas gratuitas aumenta el precio del alquiler de las viviendas restantes, lo que perjudica a los pobres nacionales. Para dar sanidad gratuita, tienen que aumentar los impuestos de los trabajadores locales (el cuento de que lo pagarán los ricos es para mentes infantiles, pero no se ajusta a la realidad), además de que los miles de millones que se despilfarran en sanidad no benefician a nadie, salvo a la Farmafia. El choque de diferentes culturas produce problemas de violencia y racismo, que obliga a gastar ingentes cantidades de dinero en policía, juzgados y cárceles. Todo ese dinero se podría usar para ayudar en sus países con cosas útiles y necesarias para la supervivencia, en vez de malversarlo aquí creando problemas innecesarios a la población local.
Hay que hacer cumplir las siglas de las ONGs. Si son Organizaciones No Gubernamentales, no pueden recibir dinero del gobierno ni de las instituciones. Pueden pedir dinero a los particulares que todavía no se hayan enterado que lo gastan en sueldos millonarios de sus dirigentes, orgías y drogas, pero que no se corran juergas con mis impuestos. La palabra impuesto significa lo contrario de caridad o solidaridad. La caridad debe ser voluntaria, no con los impuestos de los demás.
La ayuda a los países necesitados debe ir directa a cooperativas formadas por los habitantes de las aldeas que necesiten ayuda, sin ningún intermierdario. Si en la cooperativa consideran que necesitan un técnico que les enseñe cualquier cosa, si no salen voluntarios, al técnico se le paga el sueldo y el viaje de la cuenta de esa cooperativa.
Lo de que vengan inmigrantes para suplir la baja natalidad de Europa, mientras haya millones de parados es un chiste de mal gusto. Si la excusa es que con esas cotizaciones se podrán pagar las pensiones de los jubilados españoles, la mentira pasa a ser una burla desvergonzada. El sistema de pensiones es una estafa piramidal, y no tiene solución ninguna, ni con inmigrantes ni con extraterrestres.
La población de África se doblará en pocos años. Los cuatro incautos que todavía quedan trabajando en España no pueden pagar con sus impuestos ni con su caridad la manutención de mil millones de personas necesitadas. La mayoría sensiblera dice que hay que acogerlos a todos. Los pocos que quedan con sensibilidad y que todavía razonan saben que hay que planificar antes de que sea demasiado tarde. Hasta ahora la mayoría se ha equivocado siempre, yo apuesto a que esta vez no será diferente.
EJEMPLO 4 – LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS
El dicho “quien bien te quiera te hará llorar” ha estado vigente posiblemente durante miles de años, pero hace poco ha sido abolido y desterrado del mundo occidental, con el consiguiente perjuicio para los niños que son adoctrinados, cuadriculados y atontados con fantasías irrealizables e insostenibles.
Los padres de los niños que están naciendo en nuestros días ya han sido amamantados con el “pensamiento políticamente correcto”, con la “sociedad del bienestar” y con el “Estado paternalista que colmará todos nuestros caprichos”. Han aprendido todos sus derechos, pero nadie les ha dicho nunca que, por cada derecho que se otorga, automáticamente se crea una obligación: la de respetar ese mismo derecho del prójimo. Como buenos ciegos voluntarios nunca han querido ver que la sociedad entera es una esperpéntica mentira, y que el 90% de lo que han aprendido es falso, inútil, sesgado o edulcorado para llevarles al huerto.
Educar a los niños en fantasías, mentiras, cuentos de hadas y sociedades irrealizables es un crimen contra lesa humanidad. Hacerles creer que pueden despilfarrar recursos no renovables a ritmos insostenibles es equivalente a colgar de su cuello una piedra de molino. Adoctrinarlos para que acepten el principio de autoridad sin enseñarlos a dudar, es poner los pilares para la destrucción de la ciencia, la lógica y la evolución mental y espiritual de la humanidad.
Un niño debe aprender a razonar, no a memorizar, los datos los guarda mejor un disco duro que un cerebro. Debe aprender un tipo de vida sostenible sin esquilmar los recursos de los demás. Debe aprender a ser autosuficiente y a sobrevivir en condiciones muy difíciles. Tiene que respetar a los demás y exigir el mismo respeto para él sin renunciar nunca a su dignidad (no confundir dignidad con orgullo). Debe saber que el resto de los humanos están locos y que lo ideal es no hacerles mucho caso, y mucho menos coger disgustos y rabietas por las cosas que le puedan decir. Tiene que aprender a conservar y restaurar su salud sin depender de personas, tecnología, aparatos, productos químicos, alimentos milagrosos o intervenciones divinas. Resumiendo: tiene que ser capaz de vivir perfectamente aunque sea el único habitante vivo del planeta.
Con la educación que se está dando hoy en día en las escuelas, en el hogar, en la familia, en la televisión, etc., se está condenando a los niños a tener una vida vacía, amargada, enfermiza, asocial, acomplejada, absurda, inmoral, destructiva y condenada a la extinción de la especie.
Los que quieran ayudar a los niños deben educarlos para ser humanos responsables. Si no lo hacen, los niños se convertirán en animales de granja criados como carne de psiquiátrico, con la única meta en sus vidas de enriquecer a la Farmafia consumiendo psicofármacos.








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