Intentos órficos para las letras y las bellas artes

Intentos órficos para las letras y las bellas artes

domingo, 24 de junio de 2018

Patti Smith: “Si solo pudiera quedarme con una cosa, sería con la literatura”

Pionera del 'punk rock', redobla su apuesta por la narrativa con ‘Devoción’, “una investigación sobre lo que significa ser artista”

Patti Smith
Patti Smith, en Nueva York. La imagen pertenece al libro de retratos 'Two'. JESSE DITTMAR
La habitación en la que Patti Smithdescuelga el teléfono es una habitación de hotel enmoquetada. El lugar es Londres. Es por la mañana, está descansada. Tiene cuatro días, dice, para pasear, leer y emborronar libretas. Hasta tres lleva consigo. En una está escribiendo, dice, una canción “muy larga”, en la otra, algo que podría ser, quizá, una novela, y en la tercera solo toma notas, dibuja. La legendaria punk rocker, la eterna diva del underground,la amante de la poesía de Rimbaud y el espíritu romántico y autodestructivo de la vieja Europa —escuchándola hablar cuesta creer que nació en la fría Chicago, un día de 1946, teniendo como tiene, tan presente, la Segunda Guerra Mundial, y la situación en que quedó el continente a su fin— acaba de publicar nuevo libroDevoción (Lumen).
Mañana estará en París y desayunará en el Café de Flore, porque es “un animal de costumbres” y cada vez que visita una ciudad tiende a hacer lo mismo. “En Roma, por ejemplo, visito mis cinco caravaggios favoritos”. Habla de los cuadros que cuelgan de las paredes de los museos como quien habla de “viejos amigos”.
Devoción es a la vez un viaje a París, lo que escribió durante ese viaje —un relato sobre una patinadora sobre hielo con un talento inconmensurable, y su poderoso, silencioso y finalmente molesto mentor— y un intento de atrapar, a través del emocionantísimo encontronazo con el manuscrito de la novela que Albert Camus dejó inacabada, la magia misma de la creación. “No sé por qué empecé a escribir, pero sé que la escritura es un don. Puede que la primera vez que sentí la pulsión tuviera siete u ocho años. Fue al leer los cuentos de hadas de Oscar Wilde. Me dije que aquello era distinto de todo lo que había leído hasta entonces. Y que yo también quería escribir mis propios cuentos”, dice. Precisamente, el libro del que habla es el único con el que viaja. “Lo encontré ayer en una librería de viejo”. Se titula El príncipe feliz. Es fácil imaginarla hojeándolo mientras hablamos de Devoción, libro que define como “una investigación sobre lo que significa ser artista” y no tener más remedio que vivir en otro mundo, además de en el real.
“Cuando tienes un don, es imposible dedicarse simplemente a vivir. Es como si tuvieras dos cabezas. Una está intentando vivir mientras la otra está intentando crear. Me pasa a menudo que estoy en casa, rodeada de gente, y tengo que encerrarme en el baño con una libreta porque se me ha ocurrido una idea”, explica.
¿Es casualidad que la patinadora protagonista de Devoción acabe con un tipo poderoso? ¿Algo que ver con el movimiento MeToo? “Lo único que le pediría al nuevo auge del feminismo”, responde Smith, "es que haga que la relación entre hombres y mujeres se fortalezca, que en ningún caso nos separe, porque solo juntos podemos hacer frente a los desafíos del futuro”. Algo complicado con Donald Trump en el poder. Ante el comentario se le nota incómoda. “Donald Trump es un insulto para todos, y en especial para las mujeres”, dice. “Me cabrea y me avergüenza pensar que la humanidad está premiando a ese tipo de hombres con puestos de poder. No hay que ceder ni un palmo de terreno. Tenemos que luchar. Podemos hacerlo. Sobreviviremos a Trump. El mundo ha sobrevivido a todo”, añade.
La autora de Horses, uno de los discos que definió el sonido más airado de los años setenta, acaba de publicar una diatriba con aspecto de poema en prosa contra el traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel: New Jerusalem.“Si volviera a empezar, lo más probable es que me estuviese metiendo en líos por protestar contra Trump. Tendría más conciencia política de la que tuve en su momento”, asegura.

Sam Shepard y Dylan

No habla de Sam Shepard, actor escritor y dramaturgo de cuya muerte se cumplirá un año el mes que viene —Smith prologó el libro El espía del yo de Shepard—, más que para admitir que, como él, y como su también querido Bob Dylan, forma parte de un tipo de artista que no solo no está en vías de extinción, sino que tiene más futuro que nunca: el artista total. Aquel que explora tantas disciplinas como puede. “El artista total ha existido siempre. Y gracias a las nuevas tecnologías, las nuevas generaciones están más cómodas con la idea de que cualquier disciplina es un medio, no un fin. Yo no me llevo nada bien con ellas. No con las nuevas generaciones sino con las nuevas tecnologías. Soy de la vieja escuela. Aún vivo en el siglo XX”.
Sobre el premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, que ella recogió en su nombre hace un par de años, opina que el galardón “no solo reconocía su obra si no su enorme influencia”. “Nadie ha estado más cerca de hacer literatura desde la música que él. Hay política y compromiso y pasión y lucha en lo que escribe, y no ha dejado de evolucionar, tiene tantas caras como Picasso”.
La impresión, al hablar con Smith, es que en cualquier momento podría colgar el teléfono para seguir emborronando una de sus tres libretas. “Podría decirse que soy una devota de la escritura, o que la escritura lo es de mí. Sentimos devoción la una por la otra. No puedo imaginarme mi vida sin escribir. Si solo pudiera quedarme con una cosa, me quedaría con la literatura”.

Un poema del libro A MIXTA OSCURIDAD, Enrico Diaz Bernuy

sábado, 23 de junio de 2018

hoy es el sábado del máximo aburrimiento. 
ARTÍCULO DEL SITIO WEB PIJAMASURF.
EL CONFLICTO ENTRE CULTURA E INTELIGENCIA PERSISTE. 
SIN EMBARGO, LA OBRA Y AUN LA VIDA DE SAMUEL BECKETT 
PODRÍAN AYUDARNOS A RESOLVERLO


beck
“Ser culto” y “ser inteligente” se consideran estados distintos del intelecto. Uno se refiere a la “cultura” que posee una persona y el otro tiene connotaciones un tanto más científicas, como una característica casi fisiológica que puede medirse y cuantificarse.
Así, alguien es culto por los libros que ha leído y recuerda, por la calidad de su vocabulario, por las películas que ha visto e incluso por los viajes que ha realizado. Culto es aquel que se ha cultivado, como un campo, para obtener para sí los mejores frutos de la civilización. Desde una perspectiva en la que se combinan los proyectos más ambiciosos de Occidente —de los valores de la antigüedad clásica al humanismo del Renacimiento, el cristianismo y la Ilustración—, una persona culta también es compasiva, empática, solidaria, amable y quizá hasta sabia. En pocas palabras, hay toda una corriente de pensamiento que ha defendido que el ser humano se vuelve tal sólo gracias a la cultura.
La inteligencia, por otro lado, se ha pensado y estudiado sobre todo como una cualidad inherente al hombre como especie. Nuestra inteligencia es resultado de la evolución y, por lo mismo, todos los individuos la tienen. Desde un punto de vista científico, la inteligencia explica que seamos capaces de leer o ver una película, pero también sumar o restar cantidades, y que podamos manejar un automóvil o atrapar una pelota.
Curiosamente, por razones que no son del todo claras pero quizá se expliquen por el clasismo de ciertas sociedades, en ciertas circunstancias la cultura y la inteligencia pueden aparecer enfrentadas. Dado que la cultura se convirtió en un bien asociado a las clases privilegiadas —la nobleza o la burguesía, por ejemplo—, también se ha utilizado como una suerte de discriminador, una forma de distinguir entre una persona que tuvo acceso a dicha cultura —a ciertos libros, ciertas escuelas, ciertos viajes— y otra que no. Cuando la cultura se usa de esa manera, es previsible que se convierta en una categoría deleznable.
De ahí que surja entonces el “ser inteligente” como una especie de defensa: quizá no todos seamos cultos, pero indudablemente todos somos inteligentes. Para algunos no tener cultura se compensa con el hecho de, por ejemplo, poder resolver problemas con facilidad, o vivir con sencillez, sin crearse esos laberintos absurdos en los que a veces se mete la gente culta.
Sólo que ninguna categoría es mejor que otra. Desafortunadamente, es cierto que tanto la cultura como la inteligencia están relacionadas con la desigualdad inevitable del sistema de producción hegemónico. La desnutrición, por ejemplo, tiene efectos sobre el desarrollo cognitivo de un niño, y sabemos bien que hay sociedades más desnutridas que otras. Igualmente la cultura, a pesar de todos sus sueños humanistas, se ha convertido en un producto de consumo, lo cual provoca que surja y se destine a personas que puedan adquirirla.beckett-godot
Quizá por eso hay un punto en el que ser inteligente parezca más atractivo que ser culto. ¿Para qué cultivarse, si la cultura también sirve para humillar y diferenciar? ¿Para qué cultivarse si, con eso, también se alimenta esa maquinaria despiadada de producción-consumo-deshecho? Conflictos en donde la cultura está involucrada y, por eso mismo, no parece probable que sea un camino para solucionarlos.
¿Y la inteligencia? Quizá ahí se encuentren otras posibilidades. A pesar del dicho de Proust —“Cada día atribuyo menos valor a la inteligencia”—, quizá la inteligencia sea ese salvoconducto que nos lleve fuera de las posturas falsas y los simulacros de la cultura contemporánea.
A propósito de este asunto, hace unos días Nicholas Lezard publicó en The Guardian un artículo en que habla de la diferencia entre la inteligencia y la intelectualidad a partir de Esperando a Godot, la célebre pieza de Samuel Beckett. Como sabemos, Esperando a Godot se considera uno de los mejores usos del absurdo dentro de la literatura, una obra revolucionaria tanto estética como culturalmente, pues retrató con frialdad el extremo del nihilismo al que había llegado la civilización europea del siglo XX.
Lezard recuerda la atracción que de inmediato sintió por Esperando a Godot, un ambiente que a pesar de su parquedad —o quizá debido a esta— de inmediato lo hizo sentir bien recibido, acaso no totalmente cómodo pero sí en un territorio inesperadamente familiar. “Desde la primera página estaba hipnotizado, sorprendido”, escribe Lezard, a quien la extrañeza de los diálogos beckettianos, simples y no tan simples al mismo tiempo, lo condujo a un territorio que imprevisiblemente no era del todo desconocido.
En breve, estaba enganchado. Ahí tenía a un autor que era irreverente, escatólógico y sin embargo profundo; alguien completamente desinteresado en las convenciones de la literatura y sin embargo capaz, justo por medio del lenguaje, de mantener nuestra atención a pesar de que nada esté sucediendo. […] Y conforme descubrí detalles de su vida, primero por la biografía semi-autorizada de Deirdre Bair, me di cuenta de que no sólo su trabajo era ejemplar, sino también su vida. Ahí estaba alguien que se había purgado a sí mismo de vanidad, tanto la suya como la del mundo; un hombre de una integridad intachable, tanto en su obra como en su vida.
Con estos antecedentes, Lezard acepta que Beckett sea considerado un autor “intelectual”; “pero sospecho que es porque muchas personas no conocen la diferencia entre ser inteligente y ser intelectual”. ¿Y cuál es esa diferencia? Dice Lezard:
Más tarde descubrí que Beckett era, de hecho, furiosamente intelectual, pero que había dejado atrás la academia, aborrecido la oscuridad de la jerga y ciertamente no era el tipo de intelectual de posición a quien las televisoras piden su opinión.
Un guiño de inteligencia por parte de Beckett, parece decirnos Lizard. El gesto de tributar la cultura a la autenticidad para aceptar así que, a lo sumo, podremos responder dos o tres preguntas en la vida, poco más o poco menos, y será suficiente, y será más auténtico que todas esas preguntas que dicen responder las personas cultas y los intelectuales.




Yo no pongo el dedo para señalar quien  es artista o escritor, simplemente hablo de estilos o géneros. 
Cada uno sabe que hace o produce en  su vida. 

Ser o no ser undergraund


Sobre el género subterráneo (underground),  que es un término que se relaciona intrínsecamente con el desempeño de distintas disciplinas artísticas sea en la literatura, arte, cine o teatro. Y la mayor característica es que prima una estética que no se adapta a las conversiones del sistema de mercado convencional.  Es decir, en la literatura se refiere al estilo, tema a tratar. Por ejemplo si está de moda que los novelistas escriban sobre el género de literatura histórica o si estuviera de moda escribir sobre temas indigenistas. Ante esta realidad, si un sujeto en contra de ese principio se dedica a escribir sobre ficción, gore u horror. Simplemente no podrá encontrar un nicho en el mercado. Nicho en el mercado es un término usado por los expertos en marketing para ubicar a un producto en las tiendas.   Y lo mismo puede pasar con la poesía, si solo se produjera poesía cuyo fundamento fueran llamamientos sociales y un poeta se le ocurriera escribir sonetos de amor, por dar un ejemplo. Automáticamente se daría cuenta que nadie o muy pocos estarían interesados en adquirir este tipo de literatura. El tema literario en el mundo underground también está asociado a una estética quizás que tiene mucho que ver con el principio de lo no comercial. Algunos pueden optar por el amontonamiento de textos sobrepuestos con fotografías y más.  La producción artesanal, con el mantra de HAZLO TU MISMO que obedece desde la época de los años 60.  Y su principal esencia es que una producción subterránea autentica jamás cuenta con auspicio. Todos comprenderán que contar con un respaldo de un sello editorial ya es un auspicio. Por ese motivo las publicaciones subterráneas son ediciones muy limitadas, ediciones que no sobrepasan los 500 ejemplares como mucho. A veces los subterráneos terminan sacando su propio sello editorial, pero siempre manteniendo la  esencia y constante sueño de estar liberado de los ajustes y exigencias técnicas de un “mercado”. 
También existen los llamados fanzines que no son otra cosa que una especie de revista que obedece los mismos principios ya mencionados,  pero que usa el respaldo de homenajear a algún icono del mismo género. Un fanzine que se refiere a  “la revista del fanático” traducido al español es una producción fotocopiada de edición limitada que para los historiadores contemporáneos y algunos literatos poseen un valor enorme dado al “contenido” como muestra sociológica real. Los fanzines pueden ser de índole político, artística, musical o literaria.
Cuando mencioné que está sujeto a un estética, que tampoco se confunda que underground es una moda de vestir, si recuerdan la frase “el hábito no hace al monje” algo así me refiero. Sin emabrgo, comparten algunas carcaeristicas: usan el cabello corto (mas de la  mayoría), a veces  pueden llevar  una prenda de color negro, o de estilo camuflaje militar.  Algunos cargan  llaveros con eslabones. Y nadie usaría un reloj que cueste un dineral, obvio.  
Undergroud es una filosofía, un dogma y un estilo de vida. Que como recordaran, si hablamos de los estilos de vida automáticamente tenemos que recordar que ya desde los años 70,  los ingenieros sociales del instituto Oxford, desde esa época demostraron que los estilos de vida no tienen que ver con el género,  edad, incluso ni la clase social.   No importa de qué barrio vengas. Similar a las artes marciales, que también son un estilo de vida, en donde dos sujetos de distintos distritos u oficios, ambos pueden practicar alguna disciplina marcial y compartir ideología en dieta o rutina de ejercicios. Digamos, podemos encontrar a un señor que vive en las faldas de un cerro y creer en la filosofía de hazlo tú mismo,  contar con una línea  artística y luego encontrarse con una persona de otra edad, género y distrito, e identificarse porque ambos son adeptos a dicho principio y cuentan con una producción similar.
En una época se había mitificado que   underground solo debían escribir con deformaciones del verbo como jergas, modismos e incluso a limites de  coprolalias.  Los underground o conocidos como subterráneos no solo se reúnen en un jirón o calle. Por su puesto que al pasar los años ha habido lugares que se han destacado. Pero que no se entienda que solo ahí hay subterráneos. Por ejemplo, el jirón Quilca, ubicado en el centro de Lima, hoy ya es un lugar emblemático. Pero ya vemos que desde la época de los años 60 hasta el día de hoy, el dogma que se mantiene y prevalece es estar en contra del sistema; sea político, editorial, o artístico siempre ha estado presente. Por otro lado, no puedes ser subterráneo si eres la secretaria del director del Banco Internacional…  En el campo de la prensa hay varias áreas, dicho esto, si trabajaras en un medio de prensa en donde inunda lo que está de moda. “Puedes tener una doble vida, pero siempre, Siempre eres y serás  lo que haces. 
Finalizo: No apto para  los que se han adaptado con obediencia a las exigencias del  mercado.


Enrico Diaz Bernuy

viernes, 22 de junio de 2018

POETAS DEL ASFALTO y la constancia que perdura 21 de Junio 2018



Como era de esperar la súper revuelta literaria, musical y contracultural ( underground )dirigida por LOS POETAS DEL ASFALTO, autor, director y actual,   el señor Ricardo Vega conocido por nosotros
sus amigos como ¡ Richi !   El motivo: lanzamiento del funzine  en tributo a BETTO MAYA. (poeta y uno de los fundadores a POETAS DEL ASFALTO) En la mencionada edición cuenta con escritos Ian Bravo, Edwin MOnin, Enrico Diaz Bernuy Marizabel Octubre, Miguel Fegale, Andres Pumaca, y un sinfín de fotografías fotomanipuladas bajo el concepto undergraud.  
Tambien participó Francisco León compartiendo su poesía. Guillermo Liricks y mas. En la escena lírica estuvo Hugo kalasnicov, Dopamina , DELIRIUM y más.  
Yo también recité mi poema y dije unas palabras sobre mi reciente libro pero, por motivos técnicos no pude filmar.  De todas formas agradezco a los organizadores y celebro que existan poetas con tal dimensión de fe y """hechos""" para crear este tipo de ambientes a favor  y reflexión de la creación literaria y musical.
Por último,  tomaré el nombre de los asistentes para agradecer al local EL PORTÓN DE QUILCA, que tuvieron la consideración de ofrecer su espacio. Se  encuentran ubicados en el mismo jr Quilca 204 Búsquenlos en facebook y verán con las instalaciones y parafernalia que cuentan. Se sorprenderán.

martes, 19 de junio de 2018

Impresionante.

Seis letras de canciones de Bob Dylan que muestran la poesía por la que ganó el Nobel de Literatura 2016


Bob DylanDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES

Bob Dylan, el rebelde, el poeta, el que dijo metafóricamente lo que nadie en medio de la brutal tensión de la Guerra Fría se atrevía a decir.
Bob Dylan, el mayor -y para algunos, como la revista especializada Rolling Stone, el mejor- representante de la canción de protesta de todos los tiempos y hoy nuevo Premio Nobel de Literatura.
¿Cuál es la genialidad de Bob Dylan que lo hizo convertirse en el primer músico en adjudicarse un Nobel de Literatura?
BBC Mundo seleccionó seis de sus letras más icónicas para entender su arte.

1. Masters of War (Los maestros de la guerra) 1963

You that build the big guns
You that build the death planes
You that build all the bombs
You that hide behind walls
You that hide behind desks
I just want you to know
I can see through your masks
"Ustedes, que fabrican las grandes armas
Ustedes, que construyen los aviones de la muerte
Ustedes, que construyen todas las bombas
Ustedes, que se esconden tras los muros
Ustedes, que se esconden detrás de escritorios
Sólo quiero que sepan
Que puedo verlos a través de sus máscaras".
Rabia, angustia, ira. Todo junto y revuelto en plena guerra fría, cuando EE.UU. comenzaba a intervenir Vietnam y el año en que su presidente John F. Kennedy era asesinado a tiros.
"Nunca había escrito algo así antes", contó Dylan en una entrevista. "No canto canciones para desearle la muerte a gente, pero no pude evitarlo en esta".

2. A hard rain's a gonna fall (Dura lluvia va a caer) 1963


Bob DylanDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES

I saw a newborn baby with wild wolves all around it
I saw a highway of diamonds with nobody on it
I saw a black branch with blood that kept drippin'
I saw a room full of men with their hammers a-bleedin'
I saw a white ladder all covered with water
I saw ten thousand talkers whose tongues were all broken
I saw guns and sharp swords in the hands of young children
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard
It's a hard rain's a-gonna fall.
"Vi a un recién nacido rodeado de lobos salvajes
Vi una autopista de diamantes que nadie usaba
Vi una rama negra goteando sangre fresca
Vi una habitación llena de hombres cuyos martillos sangraban
Vi una escalera blanca cubierta de agua
Vi diez mil oradores de lenguas rotas
Vi pistolas y espadas en manos de niños pequeños
Y es dura, dura, dura
Muy dura la lluvia que va a caer".
Considerada como "la mejor canción de protesta escrita por el mejor autor de protesta de todos los tiempos" por la revista especializada Rolling Stone, esta pieza de siete minutos habla de un padre que le pregunta a sus hijos qué ven y estos le describen fotografías apocalípticas.
"Cada línea es el principio de una canción en sí misma", explicó Dylan en la época de su lanzamiento (1963). Pero al escribirla no creyó tener suficiente tiempo para escribir cada una de ellas "así que las puse todas juntas en esta".

3. Like a Rolling Stone (Como una piedra que rueda) 1965


Bob DylanDerechos de autor de la imagenAFP

Ah you never turned around to see the frowns
On the jugglers and the clowns when they all did tricks for you
You never understood that it ain't no good
You shouldn't let other people get your kicks for you
(…)
How does it feel, ah how does it feel?
To be on your own, with no direction home
Like a complete unknown, like a rolling stone
"Nunca te diste vuelta a observar los ceños fruncidos
De los malabaristas y payasos que hacían trucos para ti
Nunca entendiste que no es bueno
Dejar que otra gente reciba los golpes que son para ti".
(…)
"¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente?
Estar completamente solo, sin saber el camino a casa
Ser un completo desconocido, como una piedra que rueda".
Probablemente la canción más conocida del último Nobel de Literatura y considerada la mejor canción de todos los tiempos según Rolling Stone.
Lanzada en 1965 fue la que catapultó al artista a la categoría de estrella del rock luego de que los críticos consideraran su combinación de distintos elementos musicales como "revolucionaria".

4. It's alright Ma (Está todo bien, ma) 1965


Bob DylanDerechos de autor de la imagenAFP

That he not busy being born is busy dying
"Aquel que no está ocupado naciendo, está ocupado muriendo".
Esta canción la escribió en Woodstock, 1964. 40 años después, haciendo una retrospectiva, Dylan aseguró que ya no podía escribir canciones como esta.
"No sé cómo escribí esas canciones. Me trato de sentar y escribir algo como eso. Lo hice alguna vez y puedo hacer otras cosas ahora, pero eso ya no lo logro".

5. Chimes of Freedom (Repiques de libertad) 1964

Far between sundown's finish and midnight's broken toll
We ducked inside the doorways, thunder went crashing
As majestic bells of bolts struck shadows in the sounds
Seeming to be the chimes of freedom flashing.
"Lejos entre el fin de la puesta del sol y el fallido redoblar de la medianoche
Nos zambullimos dentro de los portales, el trueno fue a estrellarse
Como majestuosas campanas de pestillos que golpean las sombras en los sonidos
Que dan la impresión de ser repiques de libertad intermitente".
Una pareja atrapada en medio de una tormenta, entre el atardecer y la media noche es a primera vista el tema de esta canción. Pero como todo en Dylan, esta canción de 1964 no está exenta de subtexto.
Según Mike Marqusee, autor de "Chimes of Freedom: la política en el arte de Bob Dylan", el tema marca una transición entre el primer estilo de protesta del Nobel, "una letanía de los oprimidos y oprimidas, en la segunda mitad de cada verso", y su posterior estilo más libre, caracterizado por la fusión de imágenes.

6. Absolutely Sweet Mary (Absolutamente dulce María) 1966

To live outside the law you must be honest
"Hay que ser honesto para vivir fuera de la ley".
Una frase que ha dado la vuelta al mundo desde su lanzamiento en 1966 y sigue dándola. Es parte del disco "Blonde on Blonde", el cual recomendó la secretaria del comité del Nobel de Literatura para entender la poesía del autor que se adjudicó el Nobel de Literatura número 109.